EL MENSAJE DE LA NAVIDAD

2 Corintios 8:9 (NVI)

9 Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.

INTRODUCCIÓN.

Sin dudan alguna que a lo largo de la historia de la humanidad siempre han existido una disputa entre los pobres y los ricos.

Los que tienen menos, envidian a los que tienen más; y los que tienen más siempre desprecian y explotan a los que tienen menos.

Es en ese ir y venir de la vida que dentro de la sociedad humana han ocurrido tres cosas: : 1) pobres que se han hecho ricos por haberles favorecido rápidamente la fortuna; 2) ricos que han caído en la pobreza por razones inversas, y 3) también ricos que han ayudado a personas pobres a subir de nivel social.

Sin embrago; Pero nunca se ha dado, en el terreno humano, el suceso que se expresa en nuestro texto: Un rico hacerse pobre voluntariamente para enriquecer con su pobreza a muchísimos desvalidos de la más pobre condición.

Pero ese es realmente el mensaje de la Navidad, y de todo el Evangelio. Porque el Evangelio es la Navidad.

La navidad no es lo que la sociedad, los medios o las personas quieran que creamos . La verdad de la navidad se encuentra reflejada en las Palabras que Pablo le escribió a la iglesia en Corinto.

Fue la gracia (un regalo otorgado de forma inmerecida), del Señor Jesucristo lo que hace de la Navidad una fecha tan especial no solo para aquellos que son Cristianos, sino que es una fecha especial que le recuerda al mundo a pesar de que se empeña en opacarla que Cristo vino a la tierra hace más de 2000 años.

En el acontecimiento de la Navidad, se destaca un mensaje que podemos describir en tres maravillas:

1. La riqueza de Cristo.

que aunque era rico,

Dios existe y ha existido desde antes de todas las cosas, el es el Creador de todas las cosas y todo lo que existe fue creado por Él y para Él.

En esa eternidad pasada, junto con el Padre, ahi estaba Cristo.

Juan 1:1–2 (TLA)

1 Antes de que todo comenzara ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.

2 Cuando Dios creó todas las cosas, allí estaba la Palabra.

El apóstol Juan nos dice entonces que por cuanto Jesús mismos es Dios; el es Dueño de todas las cosas que existen en los cielos y en la tierra.

Pablo nos describe también esta verdad de forma más explicita en su carta a los colosenses.

Colosenses 1:15–17 (NTV)

15 Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación

16 porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible.

17 Todo fue creado por medio de él y para él. Él ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación.

Entre todas éstas, se encuentran, en primer lugar, los ángeles. ¡Qué hermosos y poderosos son estos seres espirituales!.

Isaías 6:2–3 (TLA)

2 Vi además a unos serafines que volaban por encima de Dios. Cada uno tenía seis alas: con dos alas volaban, con otras dos se cubrían la cara, y con las otras dos se cubrían de la cintura para abajo. 3 Con fuerte voz se decían el uno al otro: «Santo, santo, santo es el Dios único de Israel, el Dios del universo; ¡toda la tierra está llena de su poder!»

Dios los creo a estos seres con la capacidad de que pudieran darse cuenta de su existencia (facultad que también nosotros tenemos, pero no los animales) y de la razón de la misma, ellos se dieron cuenta que fueron creados con un propósito que era para adorar y servir a su Creador.

Así como los ángeles, cada ser humano ha sido creado por Dios con el mismo propósito.

Otra de las cosa maravillosa que Dios hizo; es que creó y puso en movimiento el universo entero; organizó la materia, los átomos, polvo del Universo, y de ellos formo planetas galaxias y los mundos.

Hebreos 11:3 (TLA)

Y nosotros creemos que Dios creó el universo con una sola orden suya. Lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no podían verse.

No podemos saber con certeza cuántos millones de siglos transcurrieron para eso, pues no lo dice la Biblia.

La ciencia ha intentado trata de investigar la edad de la materia y asegura que puede saberse. La materia no es eterna, pues de la nada, nada puede salir.

De todo ese basto universo que Dios creó, hay un pequeño planeta llamado Tierra, donde apareció la vida por el poder del Espíritu de Dios que se movía sobre el haz de las aguas.

EN el Dios , primero puso orden, para después mostrar su generoso amor para continuar poniendo luz, luego, vida vegetal; seguida de vida animal, peces, aves, cuadrúpedos.

¿Y qué hizo Dios al final de su creación?

Un ser diferente, creado a su imagen, en donde pudiera morar un espíritu. El cual fuera su imagen en este mundo creado, que gobernara y señoreara como un representante de aquel Rey magnánimo y bondadoso, encargado de hacer de esta tierra un gran paraíso que proclamara la grandeza de ese compasivo y benigno Rey.

Por supuesto, este representante del Rey, estaría en una permanente relación con su Creador y con el paso del tiempo no tendría que morir.

El y todos sus descendientes disfrutarían de las maravillas del Rey hasta limites insospechados.

¿Puede imaginarse como es que los seres angelicales adoraban al Hijo y honrado por su creación?

Todos reconocieron que era un Ser Único con el que no podían compararse. Por esto le ensalzaba toda la creación.

Esta persona tan sublime y especial y única, tambien era inmensamente rico, pero no en el sentido humano, que es limitado y pasajero, sus riquezas no consisten en cosas naturales; sino en el sentido más real y absoluto, con su gloria.

Era rico en poder

Hebreos 1:2–3 (PDT)

2 En estos últimos días, Dios nos ha hablado de nuevo a través de su Hijo. Él creó todo el universo por medio de su Hijo, a quien nombró heredero de todo lo que existe. 3 El Hijo muestra la brillante grandeza de Dios; es la imagen perfecta de todo lo que Dios es y sostiene todo el universo por medio de su poderosa palabra. Después de haber hecho purificación de pecados, se sentó a la derecha del trono majestuoso de Dios en el cielo

Su voluntad era ley, y tenía millones de seres dispuestos a cumplirla.

Era rico en posesiones.

Salmo 2:8 (NBLA)

-”Pídeme, y te daré las naciones como herencia Tuya, Y como posesión Tuya los confines de la tierra (literalmente, del Cosmos, o sea, del Universo).

Suyos eran todos los materiales preciosos de los que estaba hecha su creación, suyas era cada estrella, cada planeta, cada átomo,

Era rico en amor...., pues era amado del Padre, del Espíritu Santo y de los ángeles

Era rico en gloria....

Apocalipsis 4:11 (NBLA)

«Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas».

No cesaban de alabarle y adorarle todos los órdenes de criaturas, ángeles, arcángeles, querubines, serafines. Todos los habitantes del Universo le dirigían los cánticos.

2. Su humillación

por causa de ustedes se hizo pobre

a) El motivo.

Dentro de esos millones de seres angelicales creados para adorarle, hubo uno que se rebeló contra el Señor, a causa de quitar sus ojos de su hacedor y mirarse a si mismo para ver la belleza de lo que El Creador había hecho con el, su corazón se enalteció y quiso robarle la adoración a Dios y llevársela para para si mismo.

No supo apreciar la diferencia entre él, un ser creado y el Unigénito del Padre, un Ser increado. Como era el más bello, elevado y luminoso de los ángeles, este ser angelical creía que debía ser el único representante del Creador y debía recibir adoración.

Esta misma actitud esta latente en cada ser humano, dejar de honrar a su creador para recibir honra propia.

En su intento de llevarse la gloria, se revelo contra Dios, sin embrago fracaso y fue desterrado de su morada en presencia de Dios.

Cuando fracasó en su malvado intento, vino a este mundo, el cual Dios había creado para su gloria, lleno de seres vivos inteligentes, y engañó miserablemente a los primeros habitantes del mundo, persuadiéndoles a desobedecer a Dios.

Les insinuó los primeros pensamientos de desconfianza hacia Dios. ¿Como que Dios les ha dicho “No comerán de ningún árbol del huerto”.

Uso estas palabras para persuadir a esas criaturas hechas a la imagen de su Creador a que dudaran de su hacedor, y por medio de la duda, la desconfianza y la desobediencia entró en el mundo el pecado, la ruina, y la muerte.

Pero Dios no iba a dejar sin esperanza a su creación, el en su plan eterno, ya tenía estas cosas consideraras, así que revelo su plan:

Génesis 3:15 (TLA)

»Haré que tú y la mujer, sean enemigas; pondré enemistad entre sus descendientes y los tuyos. Un hijo suyo te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón».

Dios era el que tenían que hacer algo por su creación, la creación misma no tenía forma de de hacer algo por si misma para redimirse.

De la descendencia de la mujer vendría Uno que tomaría carne humana.... un Ser glorioso que desharía la obra del maligno, sufriendo por los pecadores… pero ¿Quién sería?

b) La inmensidad de su humillación, vista desde arriba.

Seguramente e los cielos los Ángeles se preguntaban ¿a quien enviara el Padre para cumplir esta tarea? Seguramente cualquiera de sus angeles estaría dispuesto y presto a la orden de su creador.

Sin embrago el Plan de Dios, era más que eso, Su plan eterno, no incluía a ninguno de sus seres creados, el mismo sería el ejecutor del Plan.

Eso nos dice el apóstol Juan:

Juan 1:14 (NBLA)

El Verbo se hizo carne, y habitó (Hacer una habitación / un tabernaculo comunión y protección) entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Dios mismo, enviaría a su propio Hijo eterno, a residir por un tiempo con nosotros para tener comunión.

Efectivamente sabemos el Rey de universo vendría a este mundo, pero no vendría como una aparición o como un espíritu, sino que llegaría a esta tierra en la tomando la forma de una de sus criaturas, y su llega al mundo, a pesar de ser un Rey no sería no fue en medio de la pompa y fastuosidad, sino todo lo contrario.

Lucas 2:1–7 (NBLA)

1 Aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado.

2 Este fue el primer censo que se levantó cuando Cirenio era gobernador de Siria.

3 Todos se dirigían a inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad.

4 También José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David,

5 para inscribirse junto con María, comprometida para casarse con él, la cual estaba encinta.

6 Sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.

7 Y dio a luz a su Hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

La llegada del Ser glorioso que vendría al mundo a Salvar a los hombre pecadores, paso desapercibida para todos y estuvo lejos de ser vestida de riquezas, sino en las condiciones más humildes posibles.

¿Es a eso a lo que Pablo se refiere cuando dice que Jesús se hizo pobre?

Si bien es cierto que el Señor declaro durante su ministerio terrenal que “Las zorras tienen cuevas y las aves nidos, pero yo el Hijo del hombre no tengo ni siquiera un sitio donde descansar”

Pablo no se refiere a una pobreza material, sino a lo que el Señor Jesucristo hizo en su encarnación al venir a la tierra.

Su Pobreza no tenía que ver con nada material, sino como el lo describe en Filipenses

Filipenses 2:5–11 (NTV)

5 Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.

6 Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse.

7 En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre,

8 se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales.

El Señor Jesús se hizo pobre, cuando dejo las riquezas que tenía en la Gloria junto al Padre para hacerse podre, se hizo pobre cuando dejo a todos su seres angelicales en el cielo, para bajar a la tierra y venir a este mundo, y nacer por medio de una mujer, para sujetarse a las leyes naturales que rigen este mundo.

El Señor Jesús de Rico, se Hizo pobre cuando el incansable, se canso, cuando el que es el Pan de Vida, tuvo hambre en su cuerpo, cuando el Agua de la vida, tuvo sed, cuando el que es la consolación para los que necesitan consuelo, se sufrió por la perdida de un amigo como Lázaro.

Experimentó el dolor, hasta el punto de merecer el calificativo de "Varón de dolores"; se humilló (o se hizo pobre) hasta lo sumo.

En su encarnación el El Dios eterno el Hijo el Señor Jesucristo se hizo pobre al asumir una naturaleza humana y humillarse hasta el punto de morir en la muerte más terrible y más vergonzosa de su tiempo, la muerte de Cruz.

3. Enriquecidos por su pobreza

para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.

La última parte de nuestro texto declara el motivo y el resultado de tan trascendental cambio: Enriquecernos a muchos: Para que con su pobreza fuésemos nosotros enriquecidos.

Enriquecer a otro con los bienes propios no tiene nada de particular, pero hacerlo con (o mediante) la pobreza, es imaginable.

Piense en esto : Ponga dinero y poder en manos de un hombre perverso. ¿Cuál será el resultado? Negativo y contraproducente.

Dios no podía enriquecer espiritualmente a criaturas pecadoras como los seres humanos. hacer esto habría sido inmoral y perjudicial.

SI Dios dejaba si cumplimiento su justicia y juicio del pecado, el mismo hubiera quedado como un juez más injusto y corrupto que los de la tierra.

Romanos 3:23–26 (NTV)

23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.

24 Sin embargo, con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados.

25 Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado,

26 porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y declara a los pecadores justos a sus ojos cuando ellos creen en Jesús.

Era indispensable para enriquecer a su pueblo, que el Mesías divino quitara el pecado; cumpliera las exigencias de la justicia y transformara los sentimientos de los hombres mediante su amor. Esto lo realizó con su humillación, a causa de su pobreza.

EL SACRIFICO DE LA SEÑORITA MILLONARIA

Una señorita americana, cristiana, vino a hallarse por herencia en posesión de una cuantiosa fortuna que quiso administrar ella misma para fines caritativos.

Con tal objeto se propuso acercarse a los pobres para conocerles y sintiendo que sus riquezas le eran un impedimento, colocó toda su fortuna en el banco de tal modo que ella misma no pudiera sacar nada en el término de un año. Alquiló una vivienda en uno de los barrios más humildes y trabajó para ganar su sustento. Así trabó muchas relaciones y en ocasiones fue ayudada por sus propios vecinos que compadecían su aparente desamparo. De esta forma llegó a conocer experimentalmente los apuros de la pobreza y aprendió a distinguir entre los menesterosos dignos y los vagos de profesión. Anhelosa esperaba el momento de poder manifestar su verdadera condición y así pudo levantar y ayudar a muchos cuando el tiempo se cumplió. Los mismos pobres sentían un respeto sagrado por aquella mujer que de tal modo se había sacrificado y trataban de evitar que nadie abusara de su bondad para que ella pudiese cumplir sus propósitos del modo más eficaz.

Nuestro Señor se hizo pobre siendo rico por amor a nosotros. ¿No trataremos de ser sus servidores y cooperadores del modo más leal?

De este modo somos enriquecidos:

1) Por el perdón de nuestras deudas morales;

Romanos 5:8–10 (NBLA)

10 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

11 Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él.

12 Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por Su vida.

Nuestras deudas para con Dios, son nuestros pecados,deudas a la santidad de Dios, así lo expresa Jesús en el Padrenuestro. No podéis enriquecer a una persona sin pagarle las deudas....

2) Adoptándonos como hijos

Juan 1:12 (NBLA)

Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre,

Dios el Padre, por medio de creer en el sacrificio que Jesús hizo por los pecadores más viles nos ha otorgado el privilegio de se parte de una familia nueva,

No Todos son hijos de Dios como afirman algunos, son solo aquellos que han creído en lo que Jesús ha hecho a favor de nosotros que podemos ser considerados sus Hijos.

Si tu estas aquí y aún no sabes si eres o no eres hijo o hija de Dios, o nunca has aceptado la oferta de Salvación que Dios te ofrece, hoy quiero decirte que Jesús se hizo pobre por ti, para enriquecerte, no material o económicamente, sino para hacerte rico para con Dios.

Efesios 1:3–5 (TLA)

3 Demos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por las bendiciones espirituales que Cristo nos trajo del cielo.

4 Desde antes de crear el mundo Dios nos eligió, por medio de Cristo, para que fuéramos sólo de él y viviéramos sin pecado.

5 Dios nos amó tanto que decidió enviar a Jesucristo para adoptarnos como hijos suyos, pues así había pensado hacerlo desde un principio.

Fue su amor, compasión y misericordia que Dios nos envió a su Hijo, para que por medio de su sacrificio, todos los que creyeran el el como su único y suficiente salvador pudiéramos ser salvos

Fu Jesús que dejo su reino, su gloria y su riqueza eterna y celestial para que el su pobreza en la tierra tu y yo fueran adoptados.

POR AMOR DE CARLOS

Un muchacho vagabundo que solía dormir en los tinglados del Támesis cuando no le venía a mano hacerlo en los refugios nocturnos del Ejército de Salvación, se enroló en el Ejército británico durante la Primera Guerra Mundial, donde se hizo íntimo amigo de otro joven de distinguida posición, llamado Carlos. Su amistad se hizo tan profunda, que parecían verdaderos hermanos. En el fragor de una batalla, Carlos cayó mortalmente herido y su amigo se apresuró a atenderle, mientras esperaba la llegada de los camilleros del ejército.

Carlos, sintiendo que su fin se acercaba, dijo a su amigo:

—No temo morir porque Cristo me ha salvado, pero lo siento mucho por ti. ¡Tenía tan buenos planes para cuando nos licenciaran a ambos del ejército...! —De repente, dijo—: Abre mi mochila y dame una de mis tarjetas. Aún tenemos tiempo para ello.

Tomando   la  tarjeta,  escribió   con  mano  temblorosa:

"Padres: un adiós de vuestro hijo. El portador es mi amigo En-tique. Mi último deseo es que le recibáis en casa como si fuera yo mismo. Hacedlo, por amor de Carlos."

Carlos, efectivamente, murió después de una corta estancia en el hospital. Su débil constitución no pudo resistir la pérdida de sangre. Pero Enrique logró regresar. Al ser licenciado se dirigió al hogar de su buen amigo y habló con los afligidos padres, que no se cansaban de preguntarle acerca de su amado hijo. Enrique no osaba empero dar la tarjeta, indeciso ante la reacción de los padres de su amigo; pero por mí lo hizo. Los padres sollozaron ante esta nueva prueba del magná­nimo corazón de su hijo, y de la mejor voluntad recibieron al joven vagabundo sin familia ni hogar, adoptándolo como hijo propio por amor a su hijo Carlos.

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1 Juan 3:1–3 (NVI)

1 ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él.

Ya no somos huerfanos, no estasmos mas desprovisto o a la ventura a que que sucede con nosotros, no somo parte de la familia de, tenemos un Padre que nos ama y que cuida de nosotros en cada aspecto de nuestra vuda

2 Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es.

3 Todo el que tiene esta esperanza en Cristo, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Es tanto lo que Cristo a hecho por nosotros que como un acto reciproco de amor que le correspondemos en estar más limpios para el

Limpiado nuestra vida, del pecado, del rencor de la amargura, de la deshonestidad, de la mentira, de la infamia, etc.

4) No dio parte de la naturaleza divina

1 Pedro 1:4 (NTV)

y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse.

5) Haciéndonos coherederos con Cristo

Romanos 8:17 (RVR60)

Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Esta es la historia de la Navidad vista desde arriba. Pablo describe el gran misterio con estas sobrias palabras: "Dios, venido el cumplimiento del tiempo envió a su Hijo hecho de mujer...."

Por esto nos sentimos tan unidos al niño de Belén; su gloria es la nuestra; su vida es la nuestra.

¿Cómo debemos corresponderle? ¿Has comprendido el sentido de la Navidad? ¿Vives en el espíritu de la Navidad? ¿No quieres corresponderle mejor?

Esto se expresa de una forma tan sencilla pero tan sublime en este himno antiguo

TU DEJASTE TU TRONO Y CORONA POR MI

Tu dejaste tu trono y corona por mi, al venir a Belén a Nacer, más a ti no fue dado el entrar al mesón y en establo te hicieron nacer.

En el cielo las huestes celestes gloriosas te dan Alabanza y seráfico, Más humilde viniste a la tierra a sufrir por el más vil pecador

Ven a mi corazón oh Cristo Pues en el hay lugar para ti, Ven a mi corazón o Cristo ven, pues el hay lugar para ti