El Camino 2
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El Camino 2
El Camino 2
La semana pasada terminamos con la primera parte de esta frase:
“Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida...” (Juan 14:6, NTV)
Si empiezas a seguir a Jesús, quizá veas la frase ambigua ¿camino a dónde? ¿hacia qué? La verdad ¿cómo puede una persona ser la Verdad y la Vida? Si esta frase fuera lo único que tenemos de Jesús sería rara pero no sería controvertida; pero la frase no termina ahí, dijo más y esto suena raro, es una frase que muchos saben de memoria. Algunos la entendieron como una frase excluyente. Quizá no eres cristiano ¡por esta frase! Es muy reducida, limita y se interpretó que excluye a las personas.
Pero al leer los evangelios no sacas la conclusión que Jesús sea elitista, excluyente ¡Todo lo contrario! La intención de Jesús no era reducir el círculo sino ampliarlo. Algunos sí quisieron reducir el círculo, unos cuantos hombres que “sí” cumplían la ley, las mujeres ni siquiera eran incluidas ¡poquitos pero benditos!
“»Pues Dios amó tanto al mundo...” (Juan 3:16, NTV)
A todo el mundo ¡Jesús amplia el círculo no lo limita! Después dice buenas nuevas para todos, porque el pacto con Israel sí era exclusivo para ellos, tenía un propósito y lo cumplió, pero el Nuevo Pacto de Dios abrió el Camino para el resto del mundo, o sea ¡para nosotros!
“Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.” (Juan 14:6, NTV)
Dicho de otra forma: ¡Todos pueden llegar al Padre por medio de mí! Jesús quiere dejar bien claro y los discípulos lo entienden hasta la última Pascua. Como judíos celebran este evento histórico, ahora Jesús lo abre a todo el mundo ¡esto es nuevo para ellos! un cambio de paradigma. Dice: El camino antiguo ya no es el camino, para ser parte de ese camino tienes que ser descendiente de Abraham, ahora les presento el Nuevo Camino y para andar en ÉL no se nace, no es por reglas, no es porque hagas un sacrificio, no puedes llegar a ese camino orando, pero ¡hay un camino al Padre! Y ¡lo están viendo! Esto es difícil de creer para ellos: YO SOY EL CAMINO y todos pueden llegar al Padre por medio de mí.
Al fin del ministerio terrenal de Jesús, después de resucitar se ve con sus amigos y les dice: quiero que tomen lo que les enseñé, lo que han visto y lo lleven a todo el mundo. O sea que no es un mensaje sólo para judíos sino para todo el mundo. Estoy ampliando el círculo más de lo que pensaron. Porque he venido a revelar la voluntad del Padre a todas las personas de toda nación de todas las generaciones.
Este es un mensaje para pecadores como yo y como tu esposa, esposo, es para todos, adultos, hombres, niños, adolescentes. Cuando los pastores en el campo ven a los ángeles, tienen miedo y ellos les dicen:
“... «No tengan miedo —dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador —sí, el Mesías, el Señor— ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!” (Lucas 2:10–11, NTV)
Se abre la puerta para toda la gente. En Navidad celebramos la llegada del Camino, La Verdad y La vida ¡Jesús! Esto lo demostró en SU ministerio. Cuando dijo esto la noche que lo arrestaron sus amigos no lo entendieron.
Hay muchas emociones, Judas ha salido no saben dónde está, la Biblia dice que se preguntaban muchas cosas, están confundidos y no se aclara ¡hasta después de la resurrección! Les queda tan claro que poco después a ello se les conoce como los del Camino.
Jesús dijo que es el Camino al Padre, pero además sus acciones y su reacción con quienes conoció reflejó no solo el Camino al Padre, sino ¡cómo es el Padre! YO SOY El Camino, la Verdad y la vida; soy la verdad de cómo funciona el mundo y lo que es mejor para ti ,SOY la vida que debes vivir, soy el reflejo de la vida que se te dio, la vida que has sido llamado a vivir si eres mi seguidor.
Su invitación a la relación no empieza ni termina con que creas algo, sino con ¡seguirlo! Es el Camino a la vida y lo enseñó, lo modeló con su forma de vivir. Demostró que esa es la forma de vivir y por eso fue insistente con seguirlo, porque vino del Padre quien te creó. Dios el Padre sabe mejor cómo debemos vivir, cómo hacer que la vida funcione.
Seguir a Jesús no es sólo creer, seguir a Jesús hará tu vida mejor, un mejor padre, cónyuge, estudiante, porque Jesús vino a mostrar el Camino para vivir de la forma como fuimos creados para vivir.
Creo que todos sabemos que cuando vivimos fuera del Camino hay quebranto, malas decisiones y mucho remordimiento. Tu Padre envió a SU Hijo no sólo para ser el Camino al Padre sino para mostrar y demostrar la forma de vivir que lleva a una vida plena, abundante.
Esto nos reta, porque el Camino de Jesús te pide algo, como cuando un padre le pide algo al hijo y éste se niega, el padre dice: hijo, si tan sólo confías en mí y haces lo que te pido, lo pones en práctica en unos años verás atrás y estarás contento que obedeciste.
El Padre envió a SU Hijo con esa urgencia, porque sólo creer no requiere estilo de vida. Si vamos a ser sólo creyentes lo único que necesitas es una caja de creencias, pero las creencias no cambian a nadie.
Hay cristianos que son peores, pero eso sí son rápidos para decir lo que creen; quizá es verdad que eso creen pero ¡no se ve reflejado! Los no cristianos dirían: no se mucho de Jesús, pero si lo suficiente para decir que tú no te pareces a ÉL, no hay algo en ti que me recuerde a ÉL. Eso pasa cuando la fe es una caja de creencias, vivimos con las creencias en lugar de vivir en la forma como Jesús nos ha llamado a vivir y ÉL lo modeló y demostró.
En esa plática Jesús quizá sonríe y les dice algo más a quienes lo siguieron por 3 años y ¡no deja opción!
“»Si me aman...” (Juan 14:15, NTV)
¿Cómo que si te amamos? ¡Claro que sí! moriste en la cruz por nuestros pecados, ahora tenemos la certeza de la vida eterna, tenemos paz con Dios gracias a lo que has hecho, no dudes que te amamos, por eso celebramos tu nacimiento. Quizá Jesús se alegra que celebremos SU nacimiento.
La frase no termina “si me aman, celebren mi cumpleaños” ¡no dice eso! ¿Sabes qué dice? es lo mismo que un padre le dice a su hijo:
“»Si me aman, obedezcan mis mandamientos.” (Juan 14:15, NTV)
Si confías, si crees que soy quien digo que soy entonces ¡obedecerás mis mandamientos! Mi Camino es para que lo caminen, soy el Buen Pastor que los lleva verdes pastos; es verdad, hay dificultades, retos, crisis, pero ¡confía en mí! Si me amas obedecerás mis mandamientos.
Alguno dirá ¡alto, alto! mejor sólo creo a mí me basta con sólo amar a Jesús, celebrar su nacimiento y ¡listo! Pero Jesús no nos deja esa opción, es más, quizá diría: prefiero que vivas como yo viví a que celebres mi nacimiento.
Celebrar mi nacimiento no quiere decir que me aman, sólo demuestra que están agradecidos por lo que hice, pero si me aman ¡sigue mi Camino! Jesús mostró el camino, la forma como fuimos creados para vivir, por eso vino, para modelar cómo vivir.
Con solo este mandamiento tenemos suficiente, porque es la aplicación de una idea, que nos dice que si vamos a seguir a Jesús, somos llamados a hacer por otros lo que ÉL hizo por nosotros. Somos llamados a vivir reflejando, hacer por otros lo que Dios hizo por nosotros por medio de Jesús ¡reconciliarnos con el Padre!
Nos ve a quienes decimos que lo amamos y nos recuerda ¡si me amas obedece mis mandamientos! Ok ¿Cuál es ese mandamiento? trata a las personas así como YO te he tratado por medio de mi Hijo. ¿Has visto cómo te he tratado? y quiero que empieces reconciliándote con otros, porque te he reconciliado conmigo.
Dios por medio de Jesús nos da la oportunidad de reconciliarnos con ÉL. Nosotros preferimos decir: Gracias por dejarme tener una relación contigo, sigamos con la vida. Jesús dice ¡alto! no hemos terminado, quiero que hagas por tu hermano, prójimo lo que YO he hecho por ti.
Fuiste creado para vivir una vida de relaciones reconciliadas, no fuiste creado para vivir con enojo, amargura, resentimientos, conflictos sin resolver. No puedes controlar como van a responder los demás, pero tú como mi seguidor fuiste creado para abrir la puerta de la reconciliación con ellos, así como tu Padre abrió la puerta para tener una relación contigo.
El propósito de la venida de Jesús fue reconciliar a Dios con su creación rebelde y hemos sido llamados a extender esa reconciliación con las personas que nos rodean. Hacer por otros lo que Jesús hizo por nosotros. Dios tomó la iniciativa, amó al mundo tanto que dijo: enviaré a mi Hijo para reconciliarnos y como seguidores de Jesús tomamos la iniciativa de reconciliarnos incluso con quienes no tienen el deseo de hacerlo. Dios quitó los obstáculos para la reconciliación, también nosotros debemos quitarlos para poder sanar esa relación fracturada.
En esta temporada ves a la familia, pero desearías no verlos a todos, si están en la sala vas a la cocina. Jesús dice: si eres mi seguidor eres reconciliador porque Dios nos reconcilió con ÉL por medio de Jesucristo y si lo amamos, esa debe ser nuestra forma, nuestro estilo de vida.
¿Qué tan en serio lo dijo? Creo que cuando lo dijo dijeron ¡no vamos a hacerlo! seguiremos creyendo nada más. Pero esto es tan importante que les dice, si van a Jerusalén al altar a ofrecer su ofrenda. Algunos viajaban días para llegar, hacer cola para comprar sus sacrificios y hacer fila para llegar al sacerdote. Y Jesús les dice: si estás en la fila y ya faltan 4 para que llegues, pero si de pronto te acuerdas de una relación rota ¡detente!
“»Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti...” (Mateo 5:23–24, NVI)
Puede que tienen algo contra ti porque hiciste algo o fue la otra persona pero la relación se rompió, esperas no verlo en la misma fila, si recuerdas algo ¡alto!
“»Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar...” (Mateo 5:23–24, NVI)
Has estado parado por horas, pero deja tu jaula, encarga tu cordero, ponlo en la sombra, que te la cuiden, pero antes de limpiar tu conciencia con Dios, antes de hacer el sacrificio, primero en importancia:
“»...Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.” (Mateo 5:23–24, NVI)
Primero en orden, antes de estar frente el altar de Dios. Esto es diferente a lo que nos han enseñado que primero era estar a cuentas con Dios, Jesús dice: primero reconcíliate con tu jefe, cuñado, suegro, esposo, esposa, el ex, con quien no terminó bien la relación, hay pláticas pendientes y después regresa.
Quizá la gente pensó ¡esto es demasiado! quieres que ponga primero mi relación con mi jefe, amigo, empleado por encima de hacer las paces con Dios ¿es más importante? ¿no puedo tener paz con Dios si no he hecho las paces con el ex, jefe, cuñado?
Jesús dice ¡así es! eres reconciliador porque fuiste reconciliado con Dios. Busca la reconciliación con todos y de ser posible con tu enemigo.
En el mismo sermón dice:ama a tu enemigo, ora por los que te persiguen ¿sabes por qué? porque al orar por ellos tu corazón se calma y podrás dar pequeños pasos hacia la reconciliación. Esto es central del cristianismo, es tan importante que cuando Jesús enseñó a orar ahí lo confirmó, lo insertó:
“y perdona nuestros pecados, así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros.” (Mateo 6:12, NTV)
Esto lo repites y lo das por hecho: Perdona mis ofensas así como yo perdono a los que me ofenden; el reconciliado es reconciliador. Quienes van a Dios para ser perdonados, perdonan a lo demás.
Un día Pedro le pregunta a Jesús sobre el perdón, porque ¡seguro que debe haber un límite!
“Luego Pedro se le acercó y preguntó: —Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces?” (Mateo 18:21, NTV)
Mi cuñado peca contra mí, lo perdono digamos ¿3 veces? ya lo he perdonado 2, ya es mucho, porque lo hace una y otra vez. ¿Recuerdas la respuesta de Jesús?
“—No siete veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete.” (Mateo 18:22, NTV)
¡Es demasiado! ¿quién llevará la cuenta? Después Jesús dice que no hay límite para perdonar porque no hay límite de cuántas veces Dios nos ha perdonado y hacemos por otros lo que Dios ha hecho por nosotros. Después hay otra historia, Jesús llega a Jericó, hay un jefe de recaudadores de impuestos llamado Zaqueo, es un judío muy rico que trabaja para los romanos, es considerado traidor, no puede entrar a la sinagoga es impuro. Jesús entra a Jericó, todos quieren verlo, Zaqueo es chaparrito y no lo dejan ver; se sube a un árbol, ahí Jesús lo ve y le dice: apúrate que voy a tu casa. La gente se sorprende.
Si alguien famoso te ve y dice: quiero ir a tu casa, pasan 2 cosas: ¡qué bueno y te alegras! y la otra es ¿cómo está la casa? Zaqueo quizá piensa ¡qué dirá cuando vea mi mansión y todo lo que tengo! Jesús va a su casa, pasan la tarde juntos y al terminar pasa algo asombroso, poderoso. Después de pasar tiempo con Jesús, Zaqueo dice:
“Mientras tanto, Zaqueo se puso de pie delante del Señor y dijo: —Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más.” (Lucas 19:8, NTV)
¿Si estafé? ¡claro que sí! así te hiciste rico. Pues lo devolveré 4 veces. Cuidado con estar cerca de Jesús porque empiezas a hacer cosas así, te vuelve mejor persona, generoso. Jesús responde:
“Jesús respondió: —No amigo mío, no es necesario. Dios te perdono por estafar a esa gente, sigue con tu vida”.
Eso nos gustaría, no importa cómo trato a las personas ¡Dios ya me perdonó! estoy en paz con ÉL ¿para qué restituir? Cuando Zaqueo dijo eso, Jesús sonrió. Zaqueo no puede controlar la reacción de la gente a la que ha tratado mal, no los culpó si lo odian el resto de sus vidas, pero haré lo que puedo hacer y lo mejor que pueda para restituir y dar pasos pequeños hacia la reconciliación. Trataré bien a quienes he tratado mal y que ellos hagan lo que crean:
“Jesús respondió: —La salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham.” (Lucas 19:9, NTV)
¡Salvación! ¿qué tiene que ver esto con la salvación? Que lo que Zaqueo hizo no fue por lo que creyó sino porque obedeció. La obediencia se refleja en acciones.
Si aceptas seguir a Jesús, serás responsable de arreglar lo que tengas que arreglar, pedir disculpas, perdón, restituir lo que puedas. No se es cristiano de verdad si dices: mientras yo esté bien con Dios no importa cómo trato a los demás. ¡Jesús no deja esa opción abierta! Los que son reconciliados con Dios, empiezan a reconciliar. Ese es el Camino de Jesús.
Los que siguieron a Jesús lo creyeron, Pablo que como fariseo fue de los mejores, él creció con la mentalidad de: haré contigo lo que hagas conmigo. La ley del Taleón. Pero en el camino para arrestar a los del camino se encontró con el Camino. Jesús se le apareció y decide seguirlo, llega a ser líder de la iglesia y le dice a la iglesia de Éfeso:
“...sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros...” (Efesios 4:32, NTV)
¿Cómo que perdonar? Pablo, no conoces mi historia, no sabes lo que me han hecho, no conoces a mi ex, la vecina, los amigos, el profesor ¿cómo que perdonar? Antes que me digas ese mandamiento ¡escucha mi triste historia! Pablo dice: no debo escuchar nada, te pido que perdones no por el valor que la otra persona tiene, te lo digo y lo escribo en esta carta, sin conocer tu historia y lo digo con autoridad, porque:
“… tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.” (Efesios 4:32, NTV)
No es porque alguien lo merezca, porque ¡nosotros tampoco lo merecíamos! Así como Dios los ha perdonado, has lo mismo. Ese es el Camino de Jesús. En otra carta a los de Colosas dice:
“Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.” (Colosenses 3:13, NTV)
Si tienes algo contra alguien ¡empieza a perdonar! ¿por qué perdonamos? porque hemos sido perdonados y reconciliados. Después dice algo importante. Esto es asombroso, si eres quien ha hecho muchas cosas malas y crees que estás fuera de la gracia de Dios, Pablo que arrestaba y mataba a los cristianos dice:
“Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo...” (2 Corintios 5:19, NTV)
¿A judíos, galileos? ¡no! Todo el mundo, Dios mismo llevó por medio de Jesús el pecado de todo el mundo.
“… no tomando más en cuenta el pecado de la gente...” (2 Corintios 5:19, NTV)
Por eso es buena noticia, porque sin importar, a pesar de lo que has hecho, tu Padre ya quitó todo obstáculo, lo que debes hacer es ¡aceptar SU perdón! Él no pone tu pecado contra ti y te dice ¡este es el mismo Camino que debes seguir! deja de contar o usar los pecados de otras personas contra ellos, porque eres tú quien lleva el mismo mensaje, ¿qué mensaje?
“...Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación.” (2 Corintios 5:19, NTV)
Somos los que llevamos el mensaje de la reconciliación. ¿Cómo llevar ese mensaje si sólo creo pero no quiero vivir en el Camino? Podemos reconciliarnos con quienes nos ha lastimado profundamente, aunque no queramos hacerlo, aún así, abro la puerta; si responde bien o no ¡no lo se! pero esto es lo que hace mi Padre: me reconcilió.
Sabes que actualmente se dice que México está dividido y ¿cuál es el antídoto para la división? no es estar de acuerdo, porque no debes estar de acuerdo para reconciliar la relación. La solución a la división es la reconciliación, ya sea en un país, ciudad, familia, matrimonio, escuela, familia.
El mundo necesita lo que Dios hizo por nosotros, por todo el mundo. Esto no es complicado pero es super difícil de hacer. No es complicado pero es duro, doloroso. Quizá piensas: pastor, debes oír mi historia, lo que me han hecho. Lo entiendo, pero sabes, yo no diría esto si nuestro Señor no lo hubiera dicho:
Además por naturaleza somos divisores y ustedes también, porque somos pecadores y el pecado separa, divide. El primer pecado separó a Dios de la humanidad, a la primera pareja, el pecado siempre separa, divide. El miedo, egoísmo, orgullo divide, separa. Pero si el Espíritu Santo vive en nosotros, el pecado ya no manda en mí. El Espíritu lo hace.
Por eso se el primero en pedir disculpas ya sea que lo merezcan o no. Se rápido para perdonar, deja de platicar en tu mente, esas pláticas sólo quitan energía. Tu Salvador te dice: no fuiste creado para vivir así.
Tienes 2 semanas para reconciliarte y empezar el 2024 totalmente sano, transformado, siendo un mejor seguidor de Jesús, tu Salvador.
Es todo un reto, en algunos casos el resultado es un riesgo, te expondrás, pero la cruz fue doloroso para Jesús y al morir por tu pecado no había garantía que le dirías que sí, pero dejó el cielo y vino a habitar entre nosotros como uno de nosotros.
El Camino de Jesús es el Camino de la reconciliación. Como seguidor de Jesús nos manda que si lo amamos ¡lo haremos! Obedeceremos. Empezaremos a quitar los pequeños obstáculos entre nosotros y los demás, porque nuestro Padre quitó todo obstáculo entre ÉL y nosotros, sólo por eso celebramos el nacimiento de nuestro Salvador y Rey.
Palabra de Dios
Oremos