Natale del Signore (messa della notte)
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Is 9:1-6; Tit 2:11-14; Lk 2:1-14
Is 9:1-6; Tit 2:11-14; Lk 2:1-14
Nos encontramos un año más celebrando el nacimiento del Señor; la buena noticia que se nos anuncia, el Evangelio que se nos comparte: “è nato per voi un Salvatore, che è Cristo Signore.” Me parece importante no olvidar esto, que Jesús ha nacido por mí, su venida al mundo no es una casualidad, sino que forma parte del plan de Dios en la historia. Es el regalo que Dios nos da, la presencia de su Hijo entre nosotros.
El ángel describe a los pastores, el signo por el cual reconocerán al Salvador, a Cristo Señor: “troverete un bambino avvolto in fasce, adagiato in una mangiatoia”. Dios se manifiesta en la pobreza, en la pequeñez, en la simplicidad. Necesitamos ojos de fe para descubrir en el niño Jesús la grandeza y la potencia de Dios que pone a temblar a los gobiernos del mundo.
Al inicio de la narración, Lucas menciona al emperador Augusto, al emperador romano se le llamaba salvador y portador de paz; pero ahora, esos títulos verdaderamente pertenecen a Cristo, no a los gobernantes ni a los poderosos de la tierra.
Esta buena noticia trae paz y alegría, que tanto necesitamos en nuestra vida es anunciada a humildes pastores, que tienen una actitud propia del Adviento: velar, ya que se nos dice: “vegliavano tutta la notte facendo la guardia al loro gregge”. También nosotros estamos en vela para renovar ese amor de la presencia de Cristo en nuestra vida.
Pero toda esta alegría y paz puede verse detenida por nuestra actitud y nuestra apertura al Señor. Me ha impresionado de manera particular el versículo que dice: “per loro non c’era posto nell’alloggio.” Hay lugar en mi vida para Jesús? Y me refiero a cómo lo acogemos no solamente en la oración, sino en las personas que me rodean, en mis amigos y familiares que en ocasiones somos indiferentes a sus problemas; qué tanto lo acojo en los desconocidos, en los pobres que necesitan de un plato de comida o de un vestido. Cómo puede tener paz el hombre que no tiene trabajo, ni comida ni hogar y que se le ha negado un trato digno?
Que esta noche, tenga como tono predominante una gran alegría y una profunda paz, y que recibamos el anuncio que el Cielo nos da: “è nato per voi un Salvatore, che è Cristo Signore”. Y que desde la presencia del Cristo, brindemos paz y gozo a cada hombre y mujer de este mundo.
«Gloria a Dio nel più alto dei cieli e sulla terra pace agli uomini, che egli ama».
fcogap