Sermón sin título (3)
El anticristo • Sermon • Submitted • Presented
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Pasajes claves
Pasajes claves
En cuanto a los diez cuernos, de aquel reino se levantarán diez reyes. Tras ellos se levantará otro, el cual será mayor que los primeros y derribará a tres reyes. El hablará palabras contra el Altísimo y oprimirá a los santos del Altísimo. Intentará cambiar las festividades y la ley; en su mano serán entregadas durante un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo. Pero el tribunal se sentará, y le será quitado su dominio para ser exterminado y destruido por completo. Y la realeza, el dominio y la grandeza de los reinos debajo de todo el cielo serán dados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los dominios le servirán y le obedecerán.’
Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y darán grandes señales y maravillas de tal manera que engañarán, de ser posible, aun a los escogidos.
Nadie os engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasía y se manifieste el hombre de iniquidad, el hijo de perdición. Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios.
¿No os acordáis que mientras yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Ahora sabéis qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él sea revelado. Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Y entonces será manifestado aquel inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos, y con todo engaño de injusticia entre los que perecen, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Hijitos, ya es la última hora; y como oísteis que el anticristo había de venir, así también ahora han surgido muchos anticristos. Por esto sabemos que es la última hora. Salieron de entre nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron, para que fuera evidente que no todos eran de nosotros.
Pero vosotros tenéis la unción de parte del Santo y conocéis todas las cosas.No os escribo porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo: el que niega al Padre y al Hijo.
Porque muchos engañadores han salido al mundo, quienes no confiesan que Jesucristo ha venido en la carne. Tal persona es el engañador y el anticristo.
Y vi que subía del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas. Sobre sus cuernos tenía diez diademas, y sobre sus cabezas había un nombre de blasfemia.La bestia que vi era semejante a un leopardo; sus pies eran como de oso, y su boca como la boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono y grande autoridad. Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal se había sanado. Y toda la tierra se maravilló en pos de la bestia, y adoraron al dragón porque le había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia diciendo: "¿Quién es semejante a la bestia, y quién puede combatir contra ella?"
Y a la bestia le fue dada una boca que hablara insolencias y blasfemias, y le fue dada autoridad para actuar por cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar contra su nombre y contra su tabernáculo, es decir, contra los que tienen morada en el cielo. Y le fue permitido hacer guerra contra los santos y vencerlos. También le fue dado poder sobre toda raza y pueblo y lengua y nación. Y le adorarán todos los habitantes sobre la tierra, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida del Cordero, quien fue inmolado desde la fundación del mundo. Si alguno tiene oído, oiga:
Si alguien lleva en cautividad,
es llevado en cautividad;
si alguien mata a espada,
tiene que ser muerto a espada.
¡Aquí está la perseverancia y la fe de los santos!
Perícopas
Perícopas
»Al tiempo señalado volverá al sur, pero esta vez no le sucederá como en la primera, porque contra él vendrán naves de Quitim, y él se desanimará. Volverá y se enfurecerá contra el pacto santo y hará su voluntad. Volverá, pues, y se las entenderá con los que han abandonado el pacto santo.
»Entonces se levantarán tropas de su parte y contaminarán el santuario, la fortaleza. Quitarán el sacrificio continuo y pondrán la abominación desoladora. Con lisonjas hará pecar a los que violan el pacto, pero el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. Los sabios del pueblo darán sabiduría a muchos, pero caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo por algunos días. Y cuando caigan, serán ayudados con poca ayuda; y muchos se juntarán a ellos con lisonjas. Algunos de los sabios caerán para ser purificados, limpiados y emblanquecidos hasta el tiempo señalado; porque aún hay plazo para éstos.
»El rey hará su voluntad. Se ensoberbecerá y se engrandecerá sobre todo dios. Contra el Dios de dioses hablará cosas sorprendentes. Será prosperado hasta que sea consumada la ira, porque lo que está determinado se cumplirá. No hará caso del dios de sus padres, ni del más apreciado por las mujeres. No hará caso de dios alguno, porque se engrandecerá sobre todo. Más bien, honrará al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron. Lo honrará con oro, plata, piedras preciosas y con cosas de gran precio. Con un dios extraño actuará contra las fortalezas más fuertes y hará crecer en gloria a los que lo reconozcan. Les dará dominio sobre muchos, y por precio repartirá la tierra.
»Pero al cabo del tiempo, el rey del sur le atacará. Y el rey del norte embestirá contra él como tempestad, con carros, gente de a caballo y muchos navíos. Entrará por las tierras, inundará y pasará. Entonces penetrará en la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán. Pero Edom, Moab y la mayoría de los hijos de Amón escaparán de su mano. Asimismo, extenderá su mano a las otras tierras, y la tierra de Egipto no escapará. Se apoderará de los tesoros de oro y de plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía estarán a sus pies. Pero las noticias del oriente y del norte lo espantarán. Saldrá con gran ira para destruir y aniquilar a muchos. Instalará sus tiendas reales entre los mares, y en el glorioso monte santo. Entonces llegará a su fin y no tendrá quien le ayude.
En el primer año de Belsasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones de su cabeza en su cama, y en seguida escribió el sueño. Este es el resumen del asunto: Daniel habló y dijo: "Estaba mirando en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo agitaban el gran mar. Y cuatro grandes bestias, diferentes la una de la otra, subían del mar.
"La primera era como un león y tenía alas de águila. Yo estaba mirando, hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo. Luego se quedó erguida sobre los pies, a manera de hombre, y le fue dado un corazón de hombre.
"Y he aquí que otra bestia, semejante a un oso, se levantó a su lado. Tenía en su boca tres costillas entre sus dientes, y le fue dicho así: ’¡Levántate; devora mucha carne!’
"Después de esto yo miraba, y he aquí otra bestia, como un leopardo, que tenía en sus espaldas cuatro alas de ave. Esta bestia también tenía cuatro cabezas, y le fue dado dominio.
"Después de esto miraba las visiones de la noche, y he aquí una cuarta bestia terrible y espantosa, fuerte en gran manera. Esta tenía grandes dientes de hierro. Devoraba y desmenuzaba y pisoteaba las sobras con sus pies. Era muy diferente de todas las bestias que habían aparecido antes de ella, y tenía diez cuernos. Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno, uno pequeño, crecía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres de los cuernos anteriores. Y he aquí que en este cuerno había ojos, como ojos de hombre, y una boca que hablaba arrogancias.
"En cuanto a mí, Daniel, mi espíritu se turbó a causa de esto, y las visiones de mi cabeza me alarmaron. Me acerqué a uno de los que estaban de pie y le pregunté la verdad acerca de todo esto. El me habló y me dio a conocer la interpretación de las cosas: ’Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra. Pero los santos del Altísimo tomarán el reino y lo poseerán por los siglos y por los siglos de los siglos.’
"Entonces quise saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras: terrible en gran manera con sus dientes de hierro y sus garras de bronce. Devoraba, desmenuzaba y pisoteaba las sobras con sus pies. También quise saber de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que había crecido y delante del cual habían caído tres. Este cuerno tenía ojos y una boca que hablaba arrogancias, y parecía ser más grande que sus compañeros. Yo veía que este cuerno hacía guerra contra los santos y los vencía, hasta que vino el Anciano de Días e hizo justicia a los santos del Altísimo. Y llegado el tiempo, los santos tomaron posesión del reino.
"Dijo así: ’La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos. A toda la tierra devorará; la trillará y despedazará. En cuanto a los diez cuernos, de aquel reino se levantarán diez reyes. Tras ellos se levantará otro, el cual será mayor que los primeros y derribará a tres reyes. El hablará palabras contra el Altísimo y oprimirá a los santos del Altísimo. Intentará cambiar las festividades y la ley; en su mano serán entregadas durante un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo. Pero el tribunal se sentará, y le será quitado su dominio para ser exterminado y destruido por completo. Y la realeza, el dominio y la grandeza de los reinos debajo de todo el cielo serán dados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los dominios le servirán y le obedecerán.’
"Aquí termina el asunto. En cuanto a mí, Daniel, mucho me turbaron mis pensamientos, y me puse pálido. Pero guardé el asunto en mi corazón."
En el tercer año del reinado del rey Belsasar, yo, Daniel, tuve una visión después de aquella que había tenido anteriormente. Cuando tuve esta visión, yo estaba en Susa, que es la capital del reino, en la provincia de Elam. Tuve esta visión, estando junto al río Ulay. Alcé mis ojos y miré, y he aquí que había delante del río un carnero, el cual tenía dos cuernos; pero aunque eran altos y uno de ellos más alto que el otro, el más alto se erigió después. Vi que el carnero golpeaba con sus cuernos al oeste, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía prevalecer delante de él, ni había quien escapase de su poder. El hacía conforme a su voluntad y se engrandecía.
Mientras yo estaba considerando esto, he aquí que un macho cabrío venía de la parte del oeste sobre la superficie de toda la tierra, pero sin tocar la tierra. Aquel macho cabrío tenía un cuerno muy visible entre sus ojos. Fue hasta el carnero que tenía los dos cuernos, al cual yo había visto, que estaba de pie delante del río, y corrió contra él con la ira de su fuerza. Vi que llegó al carnero y se enfureció contra él; lo golpeó y quebró sus dos cuernos, pues el carnero no tenía fuerzas para quedar en pie delante de él. Por tanto, lo derribó a tierra y lo pisoteó. No hubo quien librase al carnero de su poder.
Entonces el macho cabrío se engrandeció sobremanera; y estando en su mayor poderío, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar crecieron otros cuatro cuernos muy visibles, hacia los cuatro vientos del cielo. Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño que creció mucho hacia el sur, hacia el este y hacia la tierra gloriosa.Se engrandeció hasta el ejército del cielo; y echó por tierra parte del ejército y de las estrellas, y las pisoteó. Se engrandeció contra el Jefe del ejército. Por él fue quitado el sacrificio continuo, y el lugar de su santuario fue derribado. Por medio de la rebelión le fue entregado el ejército junto con el sacrificio continuo, y él echó por tierra la verdad; hizo cuanto quiso y fue prosperado.
Entonces oí a un santo que hablaba, y otro de los santos preguntó al que hablaba:
—¿Hasta cuándo será sólo visión el sacrificio continuo y durará la rebelión desoladora, y serán pisoteados el santuario y el ejército?
Y él le respondió:
—Hasta 2.300 tardes y mañanas. Luego el santuario será restaurado.
Sucedió que estando yo, Daniel, meditando en la visión y procurando entenderla, he aquí que alguien semejante a un hombre se puso de pie delante de mí. Entonces oí una voz de hombre en medio del río Ulay, que gritó diciendo:
—¡Gabriel, explica a ése la visión!
Luego vino cerca de donde yo estaba. Y cuando llegó, me atemoricé y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo:
—Comprende, hijo de hombre, porque la visión tiene que ver con el tiempo del fin.
Mientras él hablaba conmigo, caí adormecido en tierra, sobre mi rostro. Pero él me tocó y me puso en pie, y me dijo:
—He aquí que yo te mostraré lo que ha de venir al final de la indignación, porque el final será en el tiempo señalado. En cuanto al carnero que has visto, que tenía cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. El macho cabrío es el rey de Grecia. Y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el primer rey. El cuerno que ha sido quebrado, y en cuyo lugar han aparecido cuatro cuernos, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación; pero no con la fuerza de él. Al final del imperio de ellos, cuando los transgresores hayan llegado a su colmo, se levantará un rey de aspecto fiero y entendido en enigmas. Su poder se incrementará, pero no por su propio poder. El causará gran ruina, y prosperará. Actuará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos. Con su sagacidad hará prosperar en sus manos el engaño, y su corazón se engrandecerá. Por sorpresa destruirá a muchos. Contra el Príncipe de los príncipes se levantará; pero será quebrantado, aunque no por mano humana. La visión de la tarde y de la mañana, que ha sido declarada, es verídica. Guarda tú la visión, porque es para muchos días.
Yo, Daniel, perdí las fuerzas y estuve enfermo algunos días. Cuando me recuperé, atendí los negocios del rey. Yo estaba asombrado por la visión, y no había quien la entendiese.
Respondió Jesús y les dijo:
—Mirad que nadie os engañe; porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: "Yo soy el Cristo", y engañarán a muchos. Oiréis de guerras y de rumores de guerras. Mirad que no os turbéis, porque es necesario que esto acontezca; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambre y terremotos por todas partes. Pues todas estas cosas son principio de dolores.
»Entonces os entregarán a tribulación y os matarán, y seréis aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre. Entonces muchos tropezarán; y se traicionarán unos a otros, y se aborrecerán unos a otros. Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, se enfriará el amor de muchos. Pero el que persevere hasta el fin será salvo. Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las razas, y luego vendrá el fin.
»Por tanto, cuando veáis establecida en el lugar santo la abominación desoladora, de la cual habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. El que esté en la azotea no descienda para sacar algo de su casa, y el que esté en el campo no vuelva atrás a tomar su manto. ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado; porque entonces habrá gran tribulación como no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni habrá jamás. Si aquellos días no fuesen acortados, no se salvaría nadie; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
»Entonces, si alguien os dice: "Mirad, aquí está el Cristo", o "Está acá", no le creáis. Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y darán grandes señales y maravillas de tal manera que engañarán, de ser posible, aun a los escogidos. ¡Mirad! Os lo he dicho de antemano. Así que, si os dicen: "Mirad, está en el desierto", no salgáis; o "Mirad, está en las habitaciones interiores", no lo creáis.
Jesús comenzó a decirles:
—Mirad que nadie os engañe. Muchos vendrán en mi nombre diciendo: "Yo soy", y engañarán a muchos. Pero cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis. Es necesario que así suceda, pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá terremotos por todas partes. Habrá hambres. Estos son principio de dolores.
»Pero vosotros, mirad por vosotros mismos. Porque os entregarán en los concilios, y seréis azotados en las sinagogas. Por mi causa seréis llevados delante de gobernadores y de reyes, para testimonio a ellos. Es necesario que primero el evangelio sea predicado a todas las naciones. Cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis por lo que hayáis de decir. Más bien, hablad lo que os sea dado en aquella hora; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. El hermano entregará a muerte a su hermano, y el padre a su hijo. Se levantarán los hijos contra sus padres y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos, por causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
»Pero cuando veáis que la abominación desoladora se ha establecido donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. El que esté en la azotea no descienda ni entre para sacar algo de su casa, y el que esté en el campo no vuelva atrás para tomar su manto. ¡Ay de las que estén encintas y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que no acontezca en invierno. Porque aquellos días serán de tribulación como nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta ahora, ni habrá jamás. Si el Señor no hubiese acortado aquellos días, no se salvaría nadie; pero por causa de los escogidos que él eligió, él ha acortado aquellos días.
»Entonces, si alguien os dice: "He aquí, aquí está el Cristo", o "He allí, allí está", no le creáis. Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y maravillas para engañar, de ser posible, a los escogidos. Pero vosotros, ¡mirad! Os lo he dicho todo de antemano.
Entonces él dijo:
—Mirad que no seáis engañados, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: "Yo soy", y "El tiempo está cerca." No vayáis en pos de ellos. Y cuando oigáis de guerras y de revoluciones, no os atemoricéis. Porque es necesario que estas cosas acontezcan primero, pero el fin no será de inmediato. -Entonces dijo-: Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, hambres y pestilencias en varios lugares. Habrá terror y grandes señales del cielo. Pero antes de estas cosas os echarán mano y os perseguirán. Os entregarán a las sinagogas y os meterán en las cárceles, y seréis llevados delante de los reyes y gobernantes por causa de mi nombre. Esto os servirá para dar testimonio. Decidid, pues, en vuestros corazones no pensar de antemano cómo habéis de responder. Porque yo os daré boca y sabiduría, a la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se os opongan. Y seréis entregados aun por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos; y harán morir a algunos de vosotros. Seréis aborrecidos por todos a causa de mi nombre, pero ni un solo cabello de vuestra cabeza perecerá. Por vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas.
Ahora, con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no seáis movidos fácilmente de vuestro modo de pensar ni seáis alarmados, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el día del Señor. Nadie os engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasía y se manifieste el hombre de iniquidad, el hijo de perdición. Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios.
¿No os acordáis que mientras yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Ahora sabéis qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él sea revelado. Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Y entonces será manifestado aquel inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos, y con todo engaño de injusticia entre los que perecen, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Hijitos, ya es la última hora; y como oísteis que el anticristo había de venir, así también ahora han surgido muchos anticristos. Por esto sabemos que es la última hora. Salieron de entre nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron, para que fuera evidente que no todos eran de nosotros.
Pero vosotros tenéis la unción de parte del Santo y conocéis todas las cosas.No os escribo porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo: el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo tiene también al Padre.
Y el que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y por esto sabemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si son de Dios. Porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne procede de Dios, y todo espíritu que no confiesa a Jesús no procede de Dios. Este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que había de venir y que ahora ya está en el mundo. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido, porque el que está en vosotros es mayor que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso, lo que hablan es del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios, y el que conoce a Dios nos oye; y el que no es de Dios no nos oye. En esto conocemos el Espíritu de verdad y el espíritu de error.
Porque muchos engañadores han salido al mundo, quienes no confiesan que Jesucristo ha venido en la carne. Tal persona es el engañador y el anticristo. Mirad por vosotros mismos para que no perdáis las cosas en que hemos trabajado, sino que recibáis abundante recompensa. Todo el que se extravía y no permanece en la doctrina de Cristo no tiene a Dios. El que permanece en la doctrina, éste tiene al Padre y también al Hijo. Si alguien va a vosotros y no lleva esta doctrina, no le recibáis en casa, ni le digáis: "¡Bienvenido!" Porque el que le da la bienvenida participa de sus malas obras.
Cuando hayan concluido su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que simbólicamente es llamada Sodoma y Egipto, donde también fue crucificado el Señor de ellos.Y por tres días y medio, la gente de los pueblos y de las razas y de las lenguas y de las naciones miran sus cadáveres; y no permiten que sus cadáveres sean puestos en sepulcros. Y los habitantes de la tierra se gozan sobre ellos y se alegran. Y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas habían sido un tormento para los habitantes de la tierra.
Y vi que subía del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas. Sobre sus cuernos tenía diez diademas, y sobre sus cabezas había un nombre de blasfemia.La bestia que vi era semejante a un leopardo; sus pies eran como de oso, y su boca como la boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono y grande autoridad. Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal se había sanado. Y toda la tierra se maravilló en pos de la bestia, y adoraron al dragón porque le había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia diciendo: "¿Quién es semejante a la bestia, y quién puede combatir contra ella?"
Y a la bestia le fue dada una boca que hablara insolencias y blasfemias, y le fue dada autoridad para actuar por cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar contra su nombre y contra su tabernáculo, es decir, contra los que tienen morada en el cielo. Y le fue permitido hacer guerra contra los santos y vencerlos. También le fue dado poder sobre toda raza y pueblo y lengua y nación. Y le adorarán todos los habitantes sobre la tierra, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida del Cordero, quien fue inmolado desde la fundación del mundo. Si alguno tiene oído, oiga:
Si alguien lleva en cautividad,
es llevado en cautividad;
si alguien mata a espada,
tiene que ser muerto a espada.
¡Aquí está la perseverancia y la fe de los santos!
Vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la tierra: a toda nación y raza y lengua y pueblo. Decía a gran voz:
"¡Temed a Dios y dadle gloria,
porque ha llegado
la hora de su juicio!
Adorad al que hizo los cielos
y la tierra y el mar
y las fuentes de las aguas."
Y siguió otro ángel, un segundo, diciendo: "¡Ha caído, ha caído Babilonia la grande! Todas las naciones habían bebido del vino de la furia de su inmoralidad."
Y siguió otro ángel, un tercero, diciendo a gran voz: "¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en la frente o en la mano, él también beberá del vino del furor de Dios que ha sido vertido puro en la copa de su ira, y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y delante del Cordero. El humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y no tienen descanso ni de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni cualquiera que recibe la marca de su nombre. ¡Aquí está la perseverancia de los santos, quienes guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús!"
Y oí una voz del cielo que decía: "Escribe: ¡Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor!" "Sí," dice el Espíritu, "para que descansen de sus arduos trabajos; pues sus obras les seguirán."
El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates, y sus aguas se secaron para que fuese preparado el camino de los reyes del Oriente. Vi salir de la boca del dragón y de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta, tres espíritus impuros semejantes a ranas. Pues son espíritus de demonios que hacen señales, los cuales salen a los reyes de todo el mundo habitado para congregarlos para la batalla del gran día del Dios Todopoderoso. "He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus vestidos para que no ande desnudo y vean su vergüenza." Y los congregó en el lugar que se llama en hebreo Armagedón.
Fue el primer ángel y derramó su copa sobre la tierra. Y se produjo una llaga dolorosa y maligna sobre los hombres que tenían la marca de la bestia y los que adoraban su imagen.
Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo diciendo: "Ven acá, y te mostraré la condenación de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas. Con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los que habitan en la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación."
Me llevó en el Espíritu al desierto. Y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y estaba adornada con oro y piedras preciosas y perlas. En su mano tenía una copa de oro llena de abominaciones y de las impurezas de su inmoralidad. En su frente estaba escrito un nombre, un misterio: "Babilonia la grande, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra." Vi a la mujer embriagada con la sangre de los santos, y con la sangre de los mártires de Jesús.
Al verla, quedé asombrado con gran asombro.
Y el ángel me dijo: "¿Por qué estás asombrado? Yo te explicaré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva y que tiene siete cabezas y diez cuernos. La bestia que has visto era, y no es, y ha de subir del abismo, y va a la perdición. Los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se maravillarán cuando vean a la bestia que era y no es y será. Aquí está la mente que tiene sabiduría: Las siete cabezas son siete montes sobre los cuales está sentada la mujer. Y son siete reyes: Cinco han caído, uno es, y otro aún no ha venido; y cuando venga, debe quedar sólo por un breve tiempo. La bestia que era y no es, también es el octavo, y procede de los siete y va a la perdición. Los diez cuernos que has visto son diez reyes que todavía no han recibido reino, pero toman autoridad por una hora como reyes junto con la bestia. Estos tienen un solo propósito, y entregan su poder y autoridad a la bestia. Ellos harán guerra contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con él son llamados y elegidos y fieles."
También me dijo: "Las aguas que has visto donde está sentada la ramera, son pueblos y multitudes, naciones y lenguas. Los diez cuernos que has visto, y la bestia, éstos aborrecerán a la ramera y la dejarán desolada y desnuda. Comerán sus carnes y la quemarán con fuego; porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar su propósito, y que tengan un solo propósito, y que entreguen su reino a la bestia hasta que se cumplan las palabras de Dios. La mujer que has visto es la gran ciudad que tiene imperio sobre los reyes de la tierra."
Vi a un ángel que estaba de pie en el sol, y él gritó con gran voz a todas las aves que volaban en medio del cielo, diciendo: "¡Venid! ¡Congregaos para el gran banquete de Dios! Para que comáis la carne de reyes, de comandantes, y de los poderosos; y la carne de caballos y de sus jinetes; y la carne de todos, tanto de libres como de esclavos, tanto de pequeños como de grandes."
Y vi a la bestia y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, congregados para hacer la guerra contra el que estaba montado sobre el caballo y contra su ejército. Y la bestia fue tomada prisionera, junto con el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con que había engañado a los que recibieron la marca de la bestia y adoraban a su imagen. Ambos fueron lanzados vivos al lago de fuego ardiendo con azufre. Los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que estaba sentado sobre el caballo, y todas las aves se hartaron de la carne de ellos.
Cuando se cumplan los mil años, Satanás será soltado de su prisión y saldrá para engañar a las naciones que están sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla. El número de ellos es como la arena del mar. Y subieron sobre lo ancho de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada, y descendió fuego del cielo y los devoró. Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.