LA META: ENTENDER NUESTRA CORRECTA RELACIÓN CON JESÚS. Parte 4
LA META: ENTENDER NUESTRA CORRECTA RELACIÓN CON JESÚS. • Sermon • Submitted • Presented
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· 21 viewsNUestra bendicones de parte del Señor están ligadas, no solo a la permanencia en él, que equivale a una genuina conversión, sino también a la obediencia a su palabra, a una vida alejada de toda forma de pecado
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
En la noche anterior estudiamos la parte 3 de este tema, y nos enfocamos en las bendiciones de las ramas verdadera.
Desarrollamos dos de estas bendiciones, vimos:
A. Respuesta a las oraciones de las ramas que permanecen en él.Juan 15:7
Esto con base en tres condiciones.
1. La oración que Jesús promete responder es la que se hace en su nombre. (Juan 14: 13-14).
2. La promesa es solo para quienes permanecen en Jesucristo (quienes tienen unión permanente con Él). Juan 15:7a.
3. Las palabras de Cristo permanezcan en la persona que hace la petición.(Juan 15:7b).
Recordemos que: ¡La promesa de la oración respondida solo se da para aquellos cuyas vidas están controladas por los mandamientos específicos de la Palabra de Dios!
Aquellos que muchas veces estamos siendo controlados por los deseos egoístas y pecaminosos, sus oraciones no son escuchadas.
La segunda bendición es:
B. Las ramas verdaderas tienen el privilegio de vivir glorificando a Dios. Juan 15:8
Hablamos de llevar una vida que dé gloria a Dios es el privilegio y deber más grande de todo creyente.
Hablamos de una vida que lleva frutos, muchos frutos, y recuerde que esto es una alusión a nuestra vida espiritual, frutos dignos de arrepentimiento, pero también es una alusión a llevar nuevas almas a Cristo.
Ahora continuaremos hablando de las bendiciones que Dios da a las ramas verdaderas, aquellas que están adheridas(agarradas a Cristo).
La tercera bendición es.
C. Jesús prometió además que quienes permanecen en Él experimentarán su amor. Juan 15:9
9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
La clave para experimentar el amor de Jesús en nuestras vidas, está en la relación que él tuvo con el padre cuando estaba en esta tierra.
Esa relación que mostró su unidad.
30 Yo y el Padre uno somos.
Esa unidad manifiesta el amor del padre hacia el hijo y del hijo hacia el padre. Juan 17:20-23
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
El versículo 23, define, mejor la relación de amor entre el padre y el hijo, que luego se vuelve una relación de transferencia hacia nosotros.
23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
La relación es: Jesús en nosotros y el padre en Jesús, por implicación es también, “El padre en nosotros”
Esta relación de transferencia tiene objetivos específicos:
Para que seamos perfectos en unidad.
Para que el mundo conozca que Dios le envió.
Para que el mundo conozca que Dios nos ama como ama a Jesús(su hijo).
Esta bendición de permanecer en su amor, es parte de esa transferencia que recibimos cuando estamos viviendo en cristo y somos ramas agarradas a él.
Pero además es una bendición que testifica al mundo que somos hijos de Dios.
Es una bendición que muestra que somos ramas verdaderas, es decir hijos de Dios, y que entrelaza los tres objetivos:
Unidad + testimonio + amor = hijos de Dios.
Entonces es algo que debemos cuidar firmemente, porque también es algo en lo que tenemos tendencia a fallar.
Ahora, esta bendición del amor de Dios, entrelazada con la unidad entre nosotros, y el testimonio al mundo, está directamente condicionada al versículo 10.Juan 15.10
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
Guardar sus mandamientos, guardar su palabra, eso hará que permanezcamos en su amor, eso permitirá que estemos en perfecta unidad como Jesús con el padre, y eso será testimonio al mundo.
La cuarta Bendición que Jesús enseña es.
D. El Señor prometió impartir a los creyentes su gozo. Juan 15.11
11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
Jesús dice: Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en ustedes y su gozo sea cumplido.
Estas palabras son interesante, porque parafraseando el texto, Jesús dice:
“Todo lo que les he dicho, es para que mi gozo esté en ustedes y ustedes se sientan gozosos (o encuentren el gozo que buscan)”
En otras palabras, el Señor prometió que su propia alegría permanecería y controlaría la vida de quienes caminan en comunión con Él.
Al igual que el amor, Jesús reiteraría esta promesa en su oración sacerdotal al Padre: (Jn. 17:13)
13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
Esto es importante: “El gozo del Señor viene sólo para los obedientes”
David lo aprendió bastante bien cuando experimentó el arrepentimiento por su pecado terrible con Betsabé.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
Y es que el gozo verdadero solo viene a través de una vida en Cristo, es algo que solo experimentamos los verdaderos creyentes, los salvos, las ramas verdaderas, cuando estamos en obediencia a Dios, fuera de la obediencia a Dios que sería”pecado”, el gozo se pierde.
El es el que cuida su obediencia a Dios, que recibe este gozo inefable y glorioso de parte de Dios. Pedro así lo enseña.
8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;
Ahora, si nosotros no estamos experimentando ese gozo inefable y glorioso que viene de Dios, las razones del ¿por qué? no lo estamos viviendo solo podrían ser dos:
No estás viviendo en Cristo.
No está viviendo en obediencia a Cristo(una vida de pecado).
Pero eso es algo que cada uno debemos examinar en oración a Dios.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
¡La promesa de Jesús solo se dan para aquellos cuyas vidas están adheridas (Agarradas a Cristo)!
Estas son:
Respuestas a nuestras oraciones.
Una vida que glorifica a Dios.
Permanecer en su amor.
El gozo del Señor en nuestras vidas.
Todas estas están ligadas, no solo a la permanencia en él, que equivale a una genuina conversión, sino también a la obediencia a su palabra, a una vida alejada de toda forma de pecado.
Tenemos que revisar siempre ¿Cómo estamos con el Señor?, ¿Cómo está nuestra vida, ¡Cómo está nuestra obediencia, ¿Cómo está nuestra santidad?.
Ahí vamos a obtener la respuesta acerca de la vida que vivimos.