Una Revelación Especial
Introducción
Cuatrocientos treinta años habian transcurrido desde el pacto de Dios con Abram (Genesis 12.1-3) hasta el momento en que Dios se acordo o decidio dar cumplimiento a la promesa dada a Abraham, Isaac y Jacob: “También le dijo Dios: “Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y un conjunto de naciones saldrán de ti, y reyes saldrán de tus entrañas. La tierra que he dado a Abraham y a Isaac te la daré a ti, y a tu descendencia después de ti” (Génesis 35.11-12). “Entonces Dios dijo: —Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas descender a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te hare volver” (Génesis 46:3,4).
Cuatrocientos treinta años era tiempo suficiente para que los descendientes de Israel se olvidaran de quien era Dios. Durante todo ese tiempo no hubo manifestación de Dios al pueblo, aunque se mantenía la esperanza que algún dia serian libertados de la esclavitud de Egipto. El concepto vago que se tenia de Dios se sustento gracias a la tradición y fue afianzado en la promesa de libertad.
Sin embargo el pueblo no conocía a Dios. No sabían su nombre. No habían escuchado su voz. No habían visto sus obras. Solo decían “el Dios de Abraham, Isaac y Jacob”.
Desarrollo
I.La primera relación. El Yo soy.
Estando Moisés en Horeb cuidando las ovejas de su suegro Jetro, ve la manifestación de Dios. Dios se le manifiesta como el ángel del Señor en medio de una salsa que arde pero no se quema. En este momento Dios se auto-revela a Moisés usando tres elementos: El ángel de Jehová, la salsa que arde y la voz que invita a Moisés a reverenciarlo “—No te acerques; quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”, y de inmediato se presenta, se idéntica, “Y añadió: —Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob” (Éxodo 3.5,6).
Dios que se auto-revela a Moisés, se revela de una manera progresiva. En primer lugar se identifica como el Dios de los antepasados de Moisés y luego, a las peticiones de Moisés para darlo a conocer ante el pueblo esclavo, Dios da a conocer el nombre por el que el pueblo debe llamarlo “Yo soy el que soy” (Éxodo 3.14). Se presenta como el libertador: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus opresores, pues he conocido sus angustias. Por eso he descendido para librarlos de manos de los egipcios y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a una tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo” (Éxodo 3.7,8), Se presenta como el hacedor de maravillas: “Pero yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con todas las maravillas que obraré en el país, y entonces os dejará ir”.
Moisés viaja a Egipto. Su primer objetivo es revelar a Dios ante el pueblo. “Fueron, pues, Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. Aarón les contó todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo. El pueblo creyó, y al oír que Jehová había visitado a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron” (Éxodo 4.29-31). Es bueno recalcar que Dios usa sus obras portentosas para Auto-revelarse. Las palabras y las señales mostradas por Moisés y Aarón ante el pueblo resulta en una respuesta positiva de parte del pueblo esclavo. Sus esperanzas crecen, porque ven inicio al cumplimiento de las promesas hechas a sus padres y repetidas a ellos por sus antecesores. Promesas que los mantuvieron vivos durante cuatrocientos treinta años.
II.Dios Omnipotente.
Son las Diez plagas las que muestran al pueblo otro elemento de autorevelacion de Dios. Se confirma con ellas la declaración que Dios da, después que Moisés regresa de la primera entrevista que tuvo con el Faraón el cual no quiso dejar ir al pueblo Dios dijo: “Jehová respondió a Moisés: —Ahora verás lo que yo haré al faraón, porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra. Habló Dios a Moisés y le dijo: —Yo soy Jehová. Yo me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente,” (Éxodo 5.1,2).
Son diez plagas sucesivas que cambian el panorama social, económico y político de la nación más poderosa de ese tiempo. No es casualidad lo que enfrenta la nación. Es la manifestación de un Dios todopoderoso. De Jehová el Dios real. No el Dios de la poderosa nación de Egipto, sino del esclavo, del menospreciado, del maltratado. Es el Dios que cumple sus promesas, cumple el pacto con su pueblo.
Al salir de la nación de Egipto, el pueblo de Israel sale con una perspectiva más amplia del Dios de sus padres. Ahora es más que solo “el Dios de Abraham, Isaac y Jacob”, ahora es también “Jehová” ( ) y el Shaddai (El Todopoderoso).
III.Dios protector y el que salva.
Tres sucesos confirmaron al pueblo de Israel que Jehová era su Dios protector y salvador:
1. Dios los libro de las plagas enviadas a los egipcios. Ninguno de ellos fue afectado. Así lo relata Moisés “solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo” (Éxodo 9.26).
2. Dios los protegió con una nube durante el día y con una columna de fuego durante la noche. “Jehová iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche” (Éxodo 13.21)
3. El cruce del mar rojo y la muerte en el del ejército egipcio. “Pero Jehová dijo a Moisés: —Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios, sus carros y su caballería. Moisés extendió su mano sobre el mar y, cuando amanecía, el mar se volvió con toda su fuerza; al huir, los egipcios se encontraban con el mar. Así derribó Jehová a los egipcios en medio del mar, pues al volver las aguas, cubrieron los carros, la caballería y todo el ejército del faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó ni uno de ellos. En cambio, los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, y las aguas eran como un muro a su derecha y a su izquierda. Así salvó Jehová aquel día a Israel de manos de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Al ver Israel aquel gran hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios, el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés, su siervo” (Éxodo 14.26-30).
IV. La gloria de Dios.
Éxodo presenta la gloria de Dios manifestada al pueblo desde el monte y a Moisés en el monte. Esta manifestación suprema de la gloria de Dios es el clímax de su auto-revelación.
a. La gloria de Dios ante el pueblo. “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, hubo truenos y relámpagos, una espesa nube cubrió el monte y se oyó un sonido de bocina muy fuerte. Todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció. Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios, y ellos se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en medio del fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía violentamente. El sonido de la bocina se hacía cada vez más fuerte. Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz de trueno” (Éxodo 19.16-19).
b. La gloria de Dios ante Moisés. “Luego dijo Jehová: —Aquí hay un lugar junto a mí. Tú estarás sobre la peña, y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano y verás mis espaldas, pero no se verá mi rostro” (Éxodo 33.21-23).
Conclusión
De manera progresiva el pueblo que no conocía a Jehová, solo de oídas, le fue revelado en poco tiempo todo su esplendor y gloria. Un pueblo esclavo. Sin conocimiento, solo viviendo por la fe y la confianza en una promesa de libertad.
Dios se da a conocer primero a Moisés, a quien usa como medio para darse a conocer al pueblo como:
1.Dios de Abraham, Isaac y Jacob.
2.El yo soy. Jehová.
3.El Shaddai. Todopoderoso
4.Libertador, protector, defensor.
5.Dios de gloria.
Es de manera progresiva la forma en la que Dios se da a conocer a su pueblo. Hasta que el pueblo lo conozca y confíe plenamente en él.
Al igual que el pueblo de Israel Dios quiere manifestarse a nosotros. Lo hizo a traves de Cristo y lo sigue haciendo a traves de sus milagros portentosos. Milagros que siempre son en nuestro beneficio. Confiemos en ese Dios maravilloso. Manifestemos una actitud de adoracion y alabanza al Dios que se nos revela a cada instante, siempre con el proposito de salvarnos.