Nuevos comienzos

Jueces 20:18–28,35

18Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero.

19Se levantaron, pues, los hijos de Israel por la mañana, contra Gabaa. 20Y salieron los hijos de Israel a combatir contra Benjamín, y los varones de Israel ordenaron la batalla contra ellos junto a Gabaa. 21Saliendo entonces de Gabaa los hijos de Benjamín, derribaron por tierra aquel día veintidós mil hombres de los hijos de Israel. 22Mas reanimándose el pueblo, los varones de Israel volvieron a ordenar la batalla en el mismo lugar donde la habían ordenado el primer día. 23Porque los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta la noche, y consultaron a Jehová, diciendo: ¿Volveremos a pelear con los hijos de Benjamín nuestros hermanos? Y Jehová les respondió: Subid contra ellos.

24Por lo cual se acercaron los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el segundo día. 25Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada. 26Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. 27Y los hijos de Israel preguntaron a Jehová (pues el arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días, 28y Finees hijo de Eleazar, hijo de Aarón, ministraba delante de ella en aquellos días), y dijeron: ¿Volveremos aún a salir contra los hijos de Benjamín nuestros hermanos, para pelear, o desistiremos? Y Jehová dijo: Subid, porque mañana yo os los entregaré…

35Y derrotó Jehová a Benjamín delante de Israel; y mataron los hijos de Israel aquel día a veinticinco mil cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada.

Introducción

En la vida tenemos sueños, anhelos y deseos que quisiéramos alcanzar.

Sin embargo, la inseguridad, el temor y la ignorancia son obstáculos difíciles de superar.

No sentimos devastados cuando fracasamos o cuando las cosas no salen como esperábamos, pero es necesario entender que los fracasos también son parte de la victoria.

Veremos en esta historia temor a Dios, fracaso, perseverancia y victoria.

Historia

Las 11 tribus de Israel confrontaron a la tribu de Benjamín por haber cometido pecado contra una mujer de Belén de Judá.

Los benjamitas no estaban dispuestos a entregar a los culpables por lo que Israel se propuso atacarlos para erradicar a estas personas malvadas.

Consultaron a Dios para obtener su aprobación en la batalla.

Aunque obtuvieron la respuesta favorable de Dios, al principio las cosas no salieron como las esperaban.

Primer encuentro

Los Israelitas deseosos de hacer justicia consulta a Dios:

Jueces 20:18 “Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero.”

Lo positivo es que los Israelitas consultaron a Dios antes de emprender la batalla. Este es un ejemplo que debes imitar.

Lo negativo es que en su pregunta está presuponiendo que Dios está de acuerdo con la batalla. ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín?.

Más bien su pregunta debió haber sido: ¿iremos a pelear contra nuestros hermanos?

En esta clase de pregunta se percibe arrogancia, en suponer que Dios está de acuerdo con nuestros planes.

Es un error que cometemos frecuentemente, anteponemos nuestros planes a la voluntad de Dios.

En esta ocasión los Israelitas fueron derrotados.

Jueces 20:21 “Saliendo entonces de Gabaa los hijos de Benjamín, derribaron por tierra aquel día veintidós mil hombres de los hijos de Israel.”

A pesar de que los israelitas consultaron a Dios y recibieron su aval, fueron derrotados.

Las derrotas también son parte del crecimiento.

Pero los Israelitas no se rindieron.

Segundo encuentro

Jueces 20:22–23 “Mas reanimándose el pueblo, los varones de Israel volvieron a ordenar la batalla en el mismo lugar donde la habían ordenado el primer día. Porque los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta la noche, y consultaron a Jehová, diciendo: ¿Volveremos a pelear con los hijos de Benjamín nuestros hermanos? Y Jehová les respondió: Subid contra ellos.”

Se reanimaron, esto es importante, si sufres una derrota, no de dejes de intentarlo de nuevo.

Esta vez se humillaron: lloraron delante de Jehová hasta la noche, lamentando la derrota pero también reconociendo su irreverencia anterior. Lloraron delante de la presencia de Dios.

Esta es una actitud digna de imitar, si sufres una derrota, la mejor acción es humillarte delante de Dios.

Ellos volvieron a consultar a Dios, pero esta vez la pregunta es un poco diferente: “¿Volveremos a pelear con los hijos de Benjamín nuestros hermanos?”

Esta vez pregunta si Dios está de acuerdo en que vayan a la batalla.

Con la derrota el orgullo estaba siendo quebrantado.

Sin embargo, esta segunda vez también fueron derrotados:

Jueces 20:25 “Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.”

Dos derrotas son demasiado para mantenerse de pie emocionalmente, pero los israelitas lo hicieron porque decidieron seguir confiando en Dios.

Tercer encuentro

Jueces 20:26–28 “Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. 27Y los hijos de Israel preguntaron a Jehová (pues el arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días, 28y Finees hijo de Eleazar, hijo de Aarón, ministraba delante de ella en aquellos días), y dijeron: ¿Volveremos aún a salir contra los hijos de Benjamín nuestros hermanos, para pelear, o desistiremos? Y Jehová dijo: Subid, porque mañana yo os los entregaré.”

La perseverancia de los israelitas es digna de imitar.

Esta tercera vez, no solamente lloraron, sino que también ayunaron y presentaron ofrendas a Jehová.

La pregunta esta vez está llena de humildad y rendición a Dios: ¿Volveremos aún a salir contra los hijos de Benjamín nuestros hermanos, para pelear, o desistiremos?.

La derrota les había enseñado humildad y dependencia de Dios.

Esta tercera vez Dios vuelve a autorizarles la batalla, pero ahora añade: “Subid, porque mañana yo os los entregaré.”

Ahora si alcanzaron la victoria como Dios lo había prometido.

Conclusión

Las lecciones que aprendemos de esta historia es:

Consultar a Dios en todos nuestros proyectos.

Aprender humildad y rendir nuestra voluntad a Dios.

A pesar de que Dios avale nuestros proyectos, es posible que suframos derrota, esta también es parte de la experiencia de la victoria.

Perseverancia, no desmayes, si Dios te da el aval, no desistas, tu vida está siendo formada.

Como joven estás aprendiendo y las derrotas son el elemento principal de tu crecimiento.