La fidelidad de Dios y el juicio a Israel

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Introducción

Sabemos bien que el tema general de la carta a los Romanos es: el evangelio de Jesucristo; Pablo quiere confirmar el evangelio de Jesucristo a la iglesia local que está en Roma. Y para comunicar el evangelio en un orden lógico, Pablo debe comenzar informando a los creyentes acerca del problema ¿Cuál es el problema? Desde el capítulo dos Pablo le da a entender a la iglesia de Roma, que todos los hombres, tanto judíos como gentiles, están bajo el justo juicio de Dios, y les exhibe la necesidad que tienen de la justificación en Cristo. Pero el apóstol va a enfrentar un problema particular, y es que, los judíos creían que por el hecho de ser descendientes de Abraham según la carne y tener la marca de la circuncisión en sus cuerpos, ellos estaban en una posición de ventaja delante de Dios, como si estas cosas fuesen una especie de salvoconducto para escapar del juicio de Dios. Pero Pablo insiste, no se trata de una cuestión de raza y no tiene nada que ver con la circuncisión, se trata de una realidad interna en el corazón:
“Pues no es judío el que los es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne, sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón” (Romanos 2:29).
De manera que, el verdadero Israel de Dios no es la nación física de Israel, el verdadero Israel de Dios es la iglesia que está constituida por judíos y gentiles que han sido regenerados por la obra del Espíritu Santo. La Biblia enseña que: “Todos los creyentes, los hijos de Dios por el nuevo nacimiento, son el verdadero Israel de Dios; y que solo ellos, al día de hoy, son el pueblo escogido por Dios sobre la tierra y son los actuales herederos de las promesas hechas a Abraham” Ciertamente, el evangelio también es para los judíos, pero ellos deben arrepentirse y poner su esperanza en Cristo.

Los judíos están bajo condenación a pesar de sus privilegios (vv. 1-3a)

Ahora, si ya Pablo ha dicho que tanto judío y gentiles están bajo el juicio de Dios, y que no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne, surge la pregunta: Que ventaja tienen los judíos? O lo que estás diciendo Pablo es que no hay ningunda diferencia entre judíos y gentiles? De ninguna manera, la diferencia está en que los judíos recibieron los mandamientos de Dios y los gentiles no.
Recordemos que Dios en Su soberanía y por gracia, decidió revelarse (darse a conocer) al pueblo de Israel, pero no porque ellos fueran un pueblo superior a los demás. De hecho, Dios dejó claro que no escogio a Israel porque ellos fueran un pueblo grande, sino porque eran el más insignificante de todos (Dt. 7:7).
“La elección se produce en el contexto de amor y gracia divinas, no en los méritos de las personas”
A ellos fue dada la promesa de que vendría un Mesías (del linaje de David según la carne) que iba a liberar a Su pueblo de la esclavitud del pecado y en Él serían benditas todas las naciones de la tierra (Gén. 22:18).
Pero Pablo dice primero, es decir, ¿qué hay otros privilegios aparte de haber recibido los mandamientos de Dios? Bueno, Pablo en (Romanos 9:4) va a decir que de ellos son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo.
Ahora bien, Pablo no está diciendo que, porque ellos recibieron las promesas de Dios, ellos están en una posición de ventaja. No hay duda que los judíos ocupan una posición especial en el plan de Dios.
“La diferencia está en que Pablo creía que esa posición especial era en una responsabilidad, mientras que los judíos la consideraban un privilegio”
Que Israel como nación había sido bendecida con muchos beneficios no puede ser puesto en tela de juicio, pero este hecho en sí mismo no les garantiza un futuro prometedor.
Y voy a poner una ilustración para que podamos comprenderlo mejor: Pongamos el ejemplo de un joven de 17 años que goza de algunos beneficios que quizás otros jóvenes de su edad no poseen. Sus padres tienen una buena posición económica, pueden pagarle una buena universidad, además le pagan el alquiler de un apartamento para que viva cerca de la universidad, le compran la comida y aparte le dan una remesa mensual. Pero, a pesar de todas estas ventajas, este joven nunca llega a graduarse porque no saca el mejor partido posible de sus oportunidades. En vez de dedicarse a estudiar, desperdicia su tiempo y es flojo…. Bueno, lo mismo sucede con el pueblo de Israel, ellos a pesar de todos sus privilegios, se mostraron infieles en lo que se le había confiado.
Habiendo visto que los judíos están bajo condenación a pesar de sus privilegios, vayamos al principio 1.1

Dios es fiel a pesar de la incredulidad de los judíos (vv. 3b-4)

“¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera, antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando fueres juzgado.” La fidelidad de Dios no depende de las circunstancias externas, depende de Su carácter. Dios es fiel porque Su carácter es fiel. “Si fuéremos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo (2 Timoteo 2:13).
Y podemos ver la fidelidad de Dios con el pueblo de Israel a lo largo de todo el Antiguo Testamento. Lo vemos en el desierto después que el Señor los liberó de la esclavitud en Egipto. Dios protegió a Israel con una nube de día y de noche con una columna de fuego, les proveyó de agua y alimento, pero aun así ellos fueron infieles. Una y otra vez vemos la fidelidad de Dios con Israel a pesar su incredulidad.
En este momento me encuentro leyendo el libro del profeta Jeremías y está semana estuve leyendo un pasaje que me impactó grandemente. Pero antes de leerles el relato, voy a hablar un poco acerca del contexto histórico de este libro: Jeremías fue un profeta que anunció el juicio de Dios a la nación de Judá, recuerden que el reino de Israel había sido dividido por causa del pecado de Salomón, el reino del norte (conformado por las diez tribus de Israel) y el reino del sur (conformado por la tribu de Judá) A través de la tribu de Judá fue preservado el linaje de David, del cual vendría Cristo. El reino del norte fue llevado al exilio en el 722 a.C por los asirios a causa de su pecado e incredulidad, y el reino del sur (la nación de Judá) fue llevada al exilio en el 586 a.C por los babilonios, ellos no quisieron escuchar las reprensiones de Dios y el juicio vino sobre ellos. Vayan conmigo a Jeremías 32:
v. 30 “Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová.”
v. 33 “Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección.
Pero vean la fidelidad de Dios:
v. 37 “He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios.”
33:6 “He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio.”
Qué grande es la fidelidad de Dios, y recuerden, Dios es fiel a pesar de la incredulidad de Su pueblo porque la fidelidad de Dios no depende de nada externo a Él, depende de Su carácter.
Y aquí me gustaría al teólogo Louis Berkhof, en su teología sistemática dice así:“Esta fidelidad de Dios es de una importancia práctica extrema para el pueblo de Dios. Constituye para ellos la base de la confianza en Él, el fundamento de su esperanza y la causa de su gozo. Ella los salva de la desesperación a la que sus infidelidades fácilmente les conducirían; les da valor para proseguir no obstante todos sus fracasos, y llena sus corazones con exultantes anticipaciones, aun cuando sientan profundamente el hecho de haber perdido cualquier derecho a todas las bendiciones de Dios.”
“Antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso” Dios no solo es fiel cuando algunos son infieles, sino que permanece veraz aun cuando…
“Como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cundo fueres juzgado” Aquí Pablo está citando el Salmo 51:4 (Salmo de arrepentimiento del rey David) Recuerden que David había pecado con Betsabé… Pero luego de esto viene a él el profeta Natán y le expone el caso de un hombre rico que había robado la única de oveja de un hombre pobre. Y David enfurecido dice: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Entonces Natán le responde: Tú eres aquel hombre. Al instante David reconoce la veracidad del juicio de Dios y no le queda más que humillarse y confesar:
“Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio”
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