CONQUISTANDO LO QUE ES NUESTRO

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Las promesas que Dios le dio a Josué, serían sus fuentes de referencia mientras avanzaba en contra del enemigo, tomando el territorio de la promesa a paso de vencedor. Hemos iniciado un nuevo Ciclo, y delante de nosotros está “Una Gran Tierra Por Conquistar”, que Dios la ha ganado para nosotros.

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Josué 1:1–9 RVR60
1 Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: 2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. 3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. 5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. 6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

INTRODUCCIÓN.

La diferencia entre las batallas que libran los hombres y las batallas del Señor, es que en una no se sabe quién ganará, mientras en la otra cuando el Señor pelea por nosotros, no hay probabilidades de derrotas. Esta fue la experiencia del pueblo de Israel desde que salió de Egipto por mano de Moisés. Sin duda ¡Moisés fue único! pues en la Biblia se dice de él:
Deuteronomio 34:10 RVA
10 Nunca en Israel se levantó otro profeta como Moisés, a quien Jehovah conociera cara a cara.
Bajo su liderazgo, el pueblo fue liberado de la esclavitud de Egipto. Recibió personalmente la ley de Dios, así como las instrucciones para construir el tabernáculo y los reglamentos para regular el sacerdocio (Éxodo 20–40). Sin embargo, Moisés no pudo completar el sueño de llevarlos hasta la tierra prometida, la cual solo saludó desde lejos pues murió antes de entrar a ella.
Sin duda, la muerte de Moisés debió haber preocupado en gran manera al pueblo de Israel. Tal vez se preguntaban unos a otros: “y ahora, ¿qué vamos hacer? ¿qué va a pasar con nosotros?” o: “ahora, ¿quién nos conducirá hacia la tierra prometida? ¿Quién tomará el lugar de Moisés, quién consultará a Dios por nosotros?”.
Pero la muerte de Moisés no frustraría ni detendría los planes del Señor ¡De ninguna manera! El trabajo de conquista estaba reservado para su discípulo, quien no se atemorizó frente a los gigantes que tendría que enfrentar, quien se formó a sus pies y fue testigo del poder y la gloria de Dios manifestada en su Padre Espiritual; este discípulo es Josué, y su fidelidad le hizo ser el hombre elegido por el Señor para tomar lo que se les había entregado.
Aunque la muerte de Moisés pudo haberle producido melancolía y tristeza, Dios llama a Josué para completar la tarea ya empezada, le promete que estará con él así como estuvo con Moisés.

PROPOSICIÓN.

Mis hermanos, cuando la Biblia dice que Dios está con alguien, nos asegura su poderosa manifestación a favor del creyente, especialmente en el cumplimiento de una misión. Las promesas de Dios nos dan seguridad de lo que el Señor va a hacer en este nuevo ciclo. Las promesas que Dios le dio a Josué, serían sus fuentes de referencia mientras avanzaba en contra del enemigo, tomando el territorio de la promesa a paso de vencedor y enfrentando la adversidad confiando en las promesas del Eterno Dios.

O. DE TRANSICIÓN.

Amada Iglesia, estamos iniciando un nuevo Ciclo, y delante de nosotros está “Una Gran Tierra Por Conquistar”, que Dios la ha ganado para nosotros. Les invito a conocer e imitar algunas cualidades de Josué, que nos ayudarán a Conquistar lo que es nuestro.

I. DESCANSA EN UNA PROMESA CONFIABLE

Josué 1:3 RVR60
3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.

1. Las promesas son la fuente de inspiración y ánimo para la batalla.

a) “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida...; “no te dejaré ni te desampararé”

b) “yo os he entregado…todo lugar…”

c) “Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”

2. Dios Les Había Prometido La Tierra:

a) Tenían la garantía y el sello de Dios que sería suya

b) “todo lugar…será vuestro”.

3. Esta es la promesa para el pueblo de Dios, la Iglesia

a) El nuevo trabajo de evangelización que hemos emprendido cuenta con ella.

b) El esfuerzo de mejorar nuestra relación con Dios cuenta con esta promesa.

c) Las metas en los estudios, trabajos, decisiones, etc., están enmarcadas dentro de esta promesa.

4. Para Lograr Todos Nuestros Propósitos Trabajar Duro Pero:

a) La promesa de algo que ya está conquistado nos hace avanzar seguros.

¡Animo hermanos, ya la victoria es nuestra! Aprópiese de estas palabras: "Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé".

b) El enemigo no tiene potestad sobre nosotros, a menos que le cedamos terreno.

II. DEMANDA UN ESFUERZO PERSONAL

Josué 1:6 (RVR60)
6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
Josué 1:7 (RVR60)
7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
Josué 1:9 (RVR60)
9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

1. Detrás de las promesas hay un Plan que nosotros podemos cumplir.

a) En Josué Dios cumpliría la promesa hecha a Abraham, el pueblo requería un hombre valiente.

b) Se requiere de esfuerzo y para poner en práctica la Palabra Divina, nada requiere mayor esfuerzo y valor en la vida espiritual.

c) Añade: “no temas ni desmayes”. El Señor sabía que el temor es un gran enemigo.

2. Dios Espera Que Hagamos Nuestra Parte.

a) Nosotros tenemos que hacer lo posible, Dios se encarga de lo imposible.

(Lázaro muerto, Cristo lo resucitó; la piedra de la tumba, el hombre la movió)

b) El Señor ha conquistado la muerte, el pecado y a Satanás, esforcémonos en la gracia para vencerlos.

2 Timoteo 2:1 RVR60
1 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.

c) La salvación: un hecho consumado, solo esfuérzate y tomarla por fe. Sino te esfuerzas no podrás ser salvo.

III. DEPENDE QUE LUGAR OCUPA LA BIBLIA EN TU VIDA.

Josué 1:8 RVR60
8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

1. Dios Dice: “Nunca se apartará de tu boca este Libro de la Ley”

a) Nos hace un llamado a la obediencia y práctica de su Palabra.

b) En la vida espiritual es común abandonar la Palabra de Dios.

2. Nos Habla De La Frecuencia Que Esa Palabra Debiera Estar En La Vida De Su Pueblo,

a) No solo los días de reunión

b) “…De día y de noche meditarás en él”.

3. Nos Dice El Gran Beneficio Que Obtenemos Al Ocuparnos De Ella.

a) prosperidad y bienestar.

b) Ninguna de las dos será posible a menos que se aplique todo el texto.

4. La Palabra De Dios Es Comparada Con Una “Espada De Dos Filos”.

a) Dentro de toda la “armadura espiritual” es la única arma de ataque; ay que meditar.

b) Necesitamos darle a la palabra divina el primer lugar en nuestras vidas

Necesitamos levantar una generación al estilo Josué que haga de la palabra divina el asunto más deseado en toda su vida. Haciendo esto no perderemos las batallas que todos los días tenemos que librar.

CONCLUSIÓN.

Dios nos llama a una gran conquista; y nos ha asegurado la victoria en la batalla. El Señor nos da sus promesas eternas y nos anima a “Conquistar lo que es nuestro”, pero la más grande conquista que debemos hacer es la de conquistarnos a nosotros mismos. Esta es una de las batallas más duras y admitimos que a veces hay resistencia en nosotros, resistencia producida por el orgullo, el egoísmo, la vanagloria, la pereza y otros pecados que nos impiden conquistarnos a nosotros mismos. Pero la promesa del Señor para la conquista es la misma: “el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.
Hoy iniciando un nuevo Ciclo, y delante de nosotros está una gran tierra por Conquistar: almas qué ganar, enfermos que sanar, familias por restaurar, oprimidos por liberar”. Dios va delante de nosotros, confiemos en Él y esforcémonos en ser fieles y obedientes al Señor.
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