Gratitud
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Lucas 17:11-19
Reconociendo la Gracia de Dios
Reconociendo la Gracia de Dios
Lucas 17:15–16 “Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz,y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.”
En este vasto mundo, la obra de Dios se manifiesta incesantemente, brindándonos a ti y a mí la valiosa oportunidad de emular la actitud del samaritano leproso. Este samaritano, al reconocer la gracia divina, optó por detenerse en su camino para expresar su profundo agradecimiento y alabanza a Dios.
Salmo 106:1–2 “Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. ¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas?”
No Des por sentada la Gracia de Dios
No Des por sentada la Gracia de Dios
Lucas 17:17 “Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?”
La segunda lección que podemos aprender de esta historia es no dar por hecha la gracia de Dios. De los diez hombres que fueron sanados, nueve siguieron su camino sin pensarlo dos veces. Estaban tan enfocados en su sanidad, en el regalo que habían recibido, que olvidaron al Dador.
Santiago 1:16–18 “Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.”
No merecemos la gracia; sin embargo, esta generosidad divina no está condicionada por nuestras acciones. La gracia es un regalo que Dios ha decidido otorgar por su propia voluntad, no como resultado de nuestros méritos. Es un recordatorio de la bondad inmerecida de Dios hacia nosotros, una manifestación de su amor incondicional.
Haz de la Gratitud un Hábito
Haz de la Gratitud un Hábito
Salmo 100:3–5 “Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.”
El pueblo podía acercarse al tabernáculo, que era la habitación de Dios en la tierra, solamente en el atrio, y podían hacerlo de manera regular. Hoy en día, a través de Cristo, nosotros podemos acercarnos a Dios diariamente, y cada vez que lo hagamos, debemos venir con acciones de gracias, es decir, con una actitud de agradecimiento.