Domingo 14 de Enero

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Programa Domingo Bienvenida – 1 minuto Kevin Canción - 2 minutos - Santo es el Señor Canción - 2 minutos – Porque él vive Canción - 2 minutos –Es Exaltado Bienvenida - Kason Nate y Emily decir un versículo en Frances
Canción - Eres todo Poderoso Canción - Fuerte Dios Canción - En la cruz Introducción del predicador - Kason Predicación - Nate Wilkerson Invitación - Kason Canción - 2 minutos - Kason Presentación de Certificados Fundamentos - Kason - Klever - Narcisa - Ameli - Zoe - Luxilay
Devocional de Ofrendas - Marcelo Recibir las ofrendas - Pedro Anuncios - Kason Oración Final – Kevin
Gálatas 6:7–10 RVR60
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
Génesis 3:1–10 RVR60
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
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