Domingo 14 de Enero
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Transcript
Programa Domingo
Bienvenida – 1 minuto Kevin
Canción - 2 minutos - Santo es el Señor
Canción - 2 minutos – Porque él vive
Canción - 2 minutos –Es Exaltado
Bienvenida - Kason
Nate y Emily decir un versículo en Frances
Canción - Eres todo Poderoso
Canción - Fuerte Dios
Canción - En la cruz
Introducción del predicador - Kason
Predicación - Nate Wilkerson
Invitación - Kason
Canción - 2 minutos - Kason
Presentación de Certificados Fundamentos - Kason - Klever - Narcisa - Ameli - Zoe - Luxilay
Devocional de Ofrendas - Marcelo
Recibir las ofrendas - Pedro
Anuncios - Kason
Oración Final – Kevin
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.