Los que recayeron
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Introducción
Introducción
4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,
6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
Hemos llegado al punto principal de este pasaje de advertencia;
Es aquí donde el autor de Hebreos nos presenta uno de los argumentos mas contundentes sobre el Gran peligro y las terribles consecuencias de apartarse de Cristo.
Esta es la preocupación que consume al autor, es lo que lo a motivado a escribir esta carta, su deseo y anhelo es que toda persona que tenga la gran bendición de leer y escuchar estas palabras; puedan ser iluminados por Dios para que sean capaces de contemplar la incomparable gloria de Cristo y de esa manera su fe sea fortalecida; de modo que puedan permanecer firmes en Cristo, a pesar de todas las circunstancias adversas que tengan que enfrentar.
El autor tiene bien presentes las palabras de Cristo cuando dijo:
“Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.” (Mateo 24:13)
Esto implica que NO todo aquel que profesa fe en Cristo y que es aceptado como creyente en la comunión de los santos tiene asegurada su salvación eterna.
En otras palabras, no todo aquel que profesa ser cristiano, significa que verdaderamente es salvo,
Mas bien, una FE AUTENTICA SE manifiesta por ser CONSTANTE, FIRME Y LEAL A Cristo.
esta es una marca distintiva de todo creyente genuino,
La permanencia en Cristo;
Por esta razón Jesucristo advirtió a todos los que pretendían seguirle con estas fuertes palabras:
Juan 8:31 (RVR60)
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
Este es el criterio establecido por Cristo mismo,
Los verdaderos discipulos de Jesús se distinguen por MANTENERSE FIRMES en el evangelio de Cristo.
Y por su puesto que es Ciertisimo;
que somos salvos solamente por la Gracia de Dios;
y nuestras obras no contribuyen ni tan solo un poco en otorgarnos la Salvación;
Sin embargo, debemos Reconocer que la Escritura nos enseña que los creyentes estamos llamados por Dios a Perseverar Fieles a Cristo hasta el final;
incluso, la Escritura nos advierte sobre las fuertes adversidades y las abrumadoras presiones a las que nos enfrentaremos en esta vida, las cuales intentarán de una y mil maneras de desalentarnos y apartarnos de nuestra fidelidad a Cristo.
Como los hermanos de la iglesia en Corinto, y por esta razón el apóstol Pablo les escribió las siguientes palabras:
2 Corintios 11:3 (RVR60)
3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados (desviados) de la sincera fidelidad a Cristo.
No obstante, a pesar de toda las adversidades y presiones a las que el creyente tenga que enfrentarse, su llamado es PERSEVERAR firme hasta el final,
Así nos veamos asechados por el mismo satanás, que como un león feroz, tratará con todos sus recursos diabólicos de persuadirnos para que nos alejemos de Cristo;
NO OBSTANTE; el Cristiano debe de Resistir firme hasta el final.
8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
La perseverancia implica esfuerzo, lucha, sacrificio;
Esta es la verdadera vida cristina, una lucha continua contra todo aquello que implacablemente tratará de apartarnos de nuestro salvador;
Esta es precisamente la esencia de una fe Genuina;
Estar dispuestos a renunciar y a despojarnos de todo aquello que represente una amenaza a nuestra fidelidad a Cristo.
Sin embargo, todo creyente debe recocer, que su perseverancia en Cristo no depende de sí mismo, aun que es cierto que debemos de esforzarnos con diligencia en mantenernos constantes en la “oración”, firmes en su palabra, “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre” como el autor de hebreos exhorta en unos capítulos mas adelante.
La realidad es que, La perseverancia en Cristo, mas que ser un merito del creyente, es mas el resultado del cuidado y preservación de Dios.
Recordemos las palabras de Jesús en:
Juan 10:27–29 (RVR60)
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
La perseverancia del cristiano genuino en la fe, es una garantía establecida por Cristo mismo,
A los que Dios a salvado; El los sostendrá hasta el final;
porque Dios es Fiel, y el es incapaz de fracasar.
Es por esta razón que el apóstol Pablo, con gran certeza hizo esta gloriosa declaración:
Filipenses 1:6 (RVR60)
6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
y después añade
Filipenses 2:12–13 (RVR60)
12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
también podemos mencionar: Romanos 8, donde el apóstol Pablo nos presenta el panorama general del plan divino de la salvacion; y con gran convicción el apostol Pablo establece esta verdad gloriosa de que Dios sostiene a los suyos hasta el final:
Romanos 8:30–31 (RVR60)
30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
y en los versículos posteriores, el apóstol Pablo expone esta gloriosa verdad;
No existe nada en el mundo;
Ni Tribulación, ni angustia, ni persecución, ni hambre, ni desnudez, ni peligro, ni espada; ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada que sea capaz de alejar a un creyente genuino del amor de Dios que es en Cristo Jesús.
porque es Dios el que SOSTIENE a sus hijos, aun en sus luchas mas agobiantes.
Como una vez dijo el reconocido pastor y teologo: RC Sproul:
“La única razón que podemos dar al porqué cualquiera de nosotros continúa en la fe es porque hemos sido preservados. La preserverancia de los santos, es el proceso por el cual somos guardados en un estado de gracia; es algo realizado por Dios. Mi confianza en mi preservación no está en mi habilidad para perseverar. Mi confianza descansa en el poder de Cristo para sostenerme con Su gracia y por el poder de Su intercesión. Él nos llevará a salvo a casa.”
Así que, de acuerdo al testimonio fiel de la Escritura,
Solamente aquellos que verdaderamente hemos nacido de nuevo y poseemos una fe genuina, seremos capaces de perseverar firmes hasta el final; y esto se debe a la fidelidad de Dios, el cual preserva a sus hijos, sosteniéndolos hasta el final.
Esto por su puesto, no significa, que en nuestro caminar con Cristo, no experimentaremos momentos de debilidad, Incluso aun después de haber sido regenerados, seguimos cometiendo pecado, algunos creyentes llegan a caer en pecados graves; en momentos; nuestra vida cristiana parece estar llena de altibajos;
En la Escritura abundan ejemplos de esta realidad; muchos creyentes verdaderos y sinceros han enfrentado momentos de crisis espiritual en sus vidas;
Es por esta razón que los creyentes no debemos de tener una perspectiva engreída y altiva de nuestra propia fuerza espiritual;
como dice:
12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
Sin embargo, es necesario reconocer, que al final de todo, todo creyente genuino perseverara hasta el final por la gracia de Dios en su vida, en medio de las adversidades, tropiezos y caídas, SU FE NUNCA SE EXTINGUIRÁ; y como bien escribió el autor de Hebreos en:
Hebreos 3:14 (RVR60)
14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio,
Sin embargo, el autor de Hebreos, nos presenta a un grupo de personas, que tuvieron la bendición de experimentar y participar de una gran cantidad de experiencias y manifestaciones espirituales genuinas,
“4.. fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero”
Por algún tiempo estas personas sintieron cierta atracción por el evangelio, incluso llegaron a profesar fe genuina en Cristo; a simple vista, ellos parecían cristianos auténticos; incluso, no sería descabellado sugerir que muchos de ellos, llegaron a ser ministros dentro de la iglesia, eran considerados como servidores fervorosos del Señor; sin embargo, hay un detalle que los distingue del verdadero grupo de creyentes e hijos de Dios; este detalle esta revelado en este pasaje con tan solo (dos palabras) puede que dos palabras nos parezcan insignificantes, pero estas palabras son Determinantes, porque marcan la diferencia entre la salvación y la perdición, establecen el limite entre la fe genuina y la fe superficial, son la diferencia entre los verdaderos hijos de Dios y los hijos del diablo.
“y cayeron” en griego “parapiptō”
Este es el único lugar en todo en Nuevo testamento donde se emplea este vocablo griego, y su significado es muy claro:
como bien lo expresa el comentarista Samuel Perez Millos:
En el griego el verbo tiene el sentido de caer a un lado, caer en el camino
Esta palabra nos indica un abandono total.
Es un rechazo voluntario a la verdad revelada por Dios y al evangelio.
Por el contexto, el autor de hebreos nos esta describiendo a una persona que a pesar de haber comprendido intelectualmente el evangelio, haber visto y participado de milagros hechos por el Espíritu Santo nunca nacieron de nuevo. Estas personas voluntariamente han decidió rechazar a Cristo abandonando el evangelio para regresarse a su vida antigua, a sus viejas tradiciones y creencias.
Como escribio otro comentarista:
“Recaer es.... volver como el perro a su vómito, porque la reforma fue sólo externa y temporal, y al naturaleza nunca fue transformada por la gracia del trabajo del Espíritu Santo. Es convertirse en otro Judas; cometer el pecado contra el Espíritu Santo; perder todo sentimiento, deseo de cosas mejores; y convertirse en algo calloso y muerto.”
“Y recayeron” es en realidad un sinónimo de apostasía; y como nosotros sabemos; de ese pecado ya no hay retorno, porque la apostasia es:
el alejamiento decisivo de la fe.
Un apóstata es una persona que en un momento afirmó ser cristiano pero ha abandonado y renunciado irreversiblemente al cristianismo bíblico verdadero.
La palabra apostasía significa literalmente “apartarse”
De modo, que los que recayeron, en el contexto de este pasaje;
Son todos aquellos que a pesar de conocer el glorioso mensaje del evangelio; y de contar con evidencias irrefutables de sus veracidad, menosprecian voluntariamente el glorioso sacrificio de Cristo, le dan la espalda a Dios; y deciden vivir su vida alejada de Dios sin importarles en lo mas mínimo la obra de Cristo, porque son conducidos por su egoísmo y deseos pecaminosos, buscan su felicidad, comodidad y bienestar por encima de la voluntad de Dios y es por eso que terminan apostatando de la fe que profesan.
Son a estas personas a las cuales se refiere el apóstol Juan en:
19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
La verdad es que cada uno de nosotros debemos de tomar con mucha seriedad esta advertencia, es muy triste considerar la condición en la que se encuentra el cristianismo en la actualidad;
quiero compartir con ustedes una porción de un articulo que habla de la crisis que enfrenta el cristianismo en estados unidos en nuestros días:
“El declive del cristianismo en Estados Unidos parece no dar signos de estarse deteniendo al tiempo que cada vez más personas abandonan las iglesias y se declaran como “no religiosas”. Aún así, el Centro de Análisis e Investigación sobre Tendencias culturales, religiosas y políticas PEW, no descarta que en el futuro podamos ver un resurgir del cristianismo en América
Sin embargo, dadas las constantes tendencias de alejamiento de la fe, los expertos no pueden describir cómo podría darse ese retorno.”
No podemos conformarnos solamente con asistir a una iglesia cristiana y participar de vez en cuando en alguna actividad religiosa; debemos de PERMANECER FIRMES EN CRISTO; nuestra vida debe de siempre, constantemente manifestar un amor ferviente por Dios, una pasión ardiente por el evangelio que nos impulsa a vivir toda nuestra vida para la gloria de Dios; una vida que refleja una convicción en estas palabras:
“Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.” (Mateo 24:13)
Conforme pasan los años en nuestro caminar con Cristo, Si verdaderamente ESTAMOS EN CRISTO; nuestra devoción a Dios debe de ir aumentando, nuestro carácter debe de manifestar un crecimiento en madurez; el amor por nuestros hermanos se debería de ir incrementando.
De lo contrario, es necesario considerar seriamente esta Fuerte advertencia que encontramos en este pasaje, la cual me recuerda una de las mas importantes experiencias que vivió el personaje principal del famoso libro: el progreso del Peregrino; escrito por el John Bunyan;
Este libro nos relata la experiencia de un hombre de nombre Cristiano;
El cual vivía sin el conocimiento de Dios y su vida se dirigía a la destrucción eterna, sin embargo, un día por la gracia de Dios, el evangelio llegó a su vida y por la gracia de Dios cristiano experimento la salvación verdadera, y este libro nos ilustra los desafíos y bendiciones de la vida cristiana a través de la experiencia de este hombre. Pero hay un acontecimiento en la vida de cristiano que quisiera compartir con ustedes porque creo que se relaciona con el tema;
en su caminar con Cristo, cristiano conoce a una persona llamada Ignorancia;
la cual profesa fe en Cristo también, y expresa su seguridad de que llegara a la Patria Celestial; porque se jacta de todas sus buenas obras:
Ignorancia presume de lo mucho que sabe de la palabra, de lo mucho que ora, de lo mucho que ayuna y de lo mucho que diezma.
Cristiano se da cuenta de que Ignorancia no estaba verdaderamente confiando sinceramente en Cristo sino que su fe la había depositado en si mismo, había apostatado de Cristo; su confianza se había apartado de Cristo;
Cristiano trató de persuadirá a Ignorancia de muchas maneras, sin embargo, sus esfuerzos fueron inútiles, y al final del libro,
cuando Cristiano esta frente al trono de Dios; se da cuenta de que Dios expone el engaño en el que Ignorancia había estado viviendo toda su vida y en lugar de otorgarle la entrada a la patria celestial, ignorancia es arrojada al infierno;
y es en ese momento donde cristiano expresa una de las palabras mas aterradoras en todo ese libro:
«Aprendí que hay camino para el infierno desde la misma Puerta del Cielo, lo mismo que desde la Ciudad de Destrucción
Una enseñanza que todos nosotros debemos considerar,
Para apostatar de Cristo, no se necesita dejar la iglesia.
por eso la Escritura nos manda a:
5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
Al final de todo, lo que verdaderamente importa no será una profesión superficial de fe, o los años que asistimos a la iglesia, o las buenas obras que pretendimos hacer;
sino que verdaderamente permanecimos en Cristo, permanecer en Cristo no es lo mismo que permanecer en la religión cristiana.