Juan es el Mensajero enviado por Dios

Segundo Sermón de Jesús en Mateo  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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El Señor Jesús expone delante de todos quién es Juan el bautista y respalda su ministerio.

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Lectura Bíblica:

Juan 1:19–34 NBLA
19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas de Jerusalén a preguntarle: «¿Quién eres tú?». 20 Y él confesó y no negó, pero confesó: «Yo no soy el Cristo» 21 «¿Entonces, qué?», le preguntaron, «¿Eres Elías?». Y él dijo*: «No lo soy». «¿Eres el Profeta?». «No», respondió Juan. 22 Entonces le preguntaron: «¿Quién eres? Ya que tenemos que dar respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?» 23 Juan les respondió: «Yo soy la voz del que clama en el desierto: “Enderecen el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías». 24 Los que habían sido enviados eran de los fariseos, 25 y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta?» 26 Juan les respondió: «Yo bautizo en agua, pero entre ustedes está Uno a quien ustedes no conocen. 27 »Él es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de la sandalia» 28 Estas cosas sucedieron en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando. 29 Al día siguiente Juan vio* a Jesús que venía hacia él, y dijo*: «Ahí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 30 »Este es Aquel de quien yo dije: “Después de mí viene un Hombre que es antes de mí porque era primero que yo” 31 »Yo no lo conocía, pero para que Él fuera manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua» 32 Juan también dio testimonio, diciendo: «He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y se posó sobre Él. 33 »Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre Él, Este es el que bautiza en el Espíritu Santo” 34 »Y yo lo he visto y he dado testimonio de que Este es el Hijo de Dios»

Juan es el Mensajero enviado por Dios

(Mateo 11:7-15)
Mateo 11:7–15 NBLA
7 Mientras ellos se iban, Jesús comenzó a hablar a las multitudes acerca de Juan: «¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 8 »Pero, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Miren, los que usan ropas finas están en los palacios de los reyes. 9 »Pero, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo, y uno que es más que un profeta. 10 »Este es de quien está escrito: “He aquí, yo envío Mi mensajero delante de Ti, Quien preparará Tu camino delante de Ti”. 11 »En verdad les digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. 12 »Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza. 13 »Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. 14 »Y si quieren aceptarlo, él es Elías, el que había de venir. 15 »El que tiene oídos, que oiga.

I. Jesús Reivindica a Juan el bautista (Mt 11.7-11)

Al parecer se piensa que Juan le expresó sus dudas al Señor Jesús por estar en una situación adversa, y ver que el Mesías no era lo que esperaban. (pues no cumplía con las expectativas de la época).
MacArthur, J. (2017) “Mateo” Editorial Portavoz (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento), pp. 700–701.
“La gente grande se esfuerza, (por vencer su ignorancia...) negándose a ceder ante su ignorancia, sus desventajas, su pereza, su indiferencia, o cualquier otro obstáculo que pueda encontrar en su camino. Juan el Bautista tenía esa característica de grandeza en plena medida.”
Juan fue grande, porque enfrentó sus temores sin pensar en el qué dirán, sabiendo que fue él, quien lo proclamó a todos como el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Juan 1.29)
Juan 1:29 NBLA
29 Al día siguiente Juan vio* a Jesús que venía hacia él, y dijo*: «Ahí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Que fue él quien lo presentó como el “Eterno Dios encarnado.” (Jn 1.30)
Juan 1:30 NBLA
30 »Este es Aquel de quien yo dije: “Después de mí viene un Hombre que es antes de mí porque era primero que yo”
Que fue él quien vio posar al Espíritu Santo sobre Él e identificarlo como el “Hijo de Dios.” (Jn 1.33-34)
Juan 1:33–34 NBLA
33 »Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre Él, Este es el que bautiza en el Espíritu Santo” 34 »Y yo lo he visto y he dado testimonio de que Este es el Hijo de Dios»
Pero como nos explicó el hermano Israel la semana pasada; siempre, por más firme que esté nuestra fe, necesitamos cerciorarnos del cumplimiento de la Palabra, porque muchas veces puede ser diferente de lo que esperamos.
Y mientras estos mensajeros enviados por Juan se iban de regreso; Jesús reivindica a Juan por:

a) Su humildad (Mt 11.7-8)

Mateo 11:7–8 NBLA
7 Mientras ellos se iban, Jesús comenzó a hablar a las multitudes acerca de Juan: «¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 8 »Pero, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Miren, los que usan ropas finas están en los palacios de los reyes.
El Señor Jesús indica claramente que Juan no estaba jugando a ser famoso, no estaba predicando a la gente importante para obtener algo a cambio, sino que Juan estaba obedeciendo al Señor al vivir de manera separada a la religión organizada de aquella época.
Hendriksen, W. (2007) Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Mateo. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, p. 508.
“¿Para qué”, parece decirles Jesús, “vosotros hicisteis vuestro largo viaje desde Galilea hasta el desierto de Judea? ¿Fue acaso para mirar a un hombre que parecía una caña sacudida por el viento en las riberas del Jordán?” Por supuesto, esa no podía haber sido la razón. La persona de la cual todos habían estado hablando era como una recia encina, no como un tembloroso junco. Jesús da por sentado que la respuesta a la pregunta planteada en el v. 7 es, “Por supuesto que no. Definitivamente no salimos al desierto a ver una caña mecida por el viento”.
MacArthur, J. (2017) Mateo. Traducido por R. Acosta. Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento), p. 702.
“La gente sabía que Juan no tambaleaba como esas cañas. Si alguna vez había habido un hombre con convicciones inquebrantables, ese era Juan. Él se enfrentó a los escribas, los fariseos, los saduceos, e incluso al mismo Herodes, valentía por la cual ahora estaba preso. La gente sabía que Juan era lo más lejos posible de ser débil o irresoluto.”
Hendriksen, W. (2007) Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Mateo. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, p. 508.
“Los que llevan vestidos “delicados” son personas que no tienen convicciones, aduladores que viven haciendo reverencias a los que están en autoridad y se les recompensa con elevados oficios en el palacio del rey, posición que los permite usar vestidos delicados que armonicen con la elevada posición que han alcanzado. La gente a la que Jesús está hablando sabe muy bien que Juan era un individuo completamente distinto. En vez de adular al rey lo había reprendido. Así ahora, en vez de estar gozando de una alegre vida palaciega, estaba encerrado en una lóbrega mazmorra.”
Mientras que los Fariseos lucían ropajes espléndidos, y estaban dispuestos a negociar con los gobernantes extranjeros, para gozar de su aprobación y favores, mientras los dejaran seguir con su vida de privilegios;
Juan vestía de manera rudimentaria, casi como un ermitaño, y vinculado específicamente al profeta Elías.
2º Reyes 1:8 NBLA
8 «Era un hombre cubierto de pelo, con un cinturón de cuero ceñido a sus lomos», respondieron ellos. «Es Elías el tisbita», dijo el rey.
Además, de que fue designado como “nazareo” desde su nacimiento (no debía comer nada del fruto de la vid ni beber vino, no cortarse el cabello, no tocar nada inmundo. (Números 6.2-8 )
Números 6:2–8 NBLA
2 «Habla a los israelitas, y diles: “El hombre o la mujer que haga un voto especial, el voto de nazareo, para dedicarse al Señor, 3 se abstendrá de vino y licor; no beberá vinagre, ya sea de vino o de licor, tampoco beberá ningún jugo de uva, ni comerá uvas frescas ni secas. 4 ”Todos los días de su nazareato no comerá nada de lo que se hace de la vid, desde las semillas hasta la cáscara. 5 Durante todos los días del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza. Será santo hasta que se cumplan los días por los cuales se apartó a sí mismo para el Señor; se dejará crecer el cabello. 6 Durante todos los días de su nazareato para el Señor, no se acercará a persona muerta. 7 ”Ni por su padre, ni por su madre, ni por su hermano, ni por su hermana se contaminará a causa de ellos cuando mueran, pues su nazareato para Dios está sobre su cabeza. 8 ”Todos los días de su nazareato él es santo al Señor.

b) Su identidad y ministerio (Mt 11.9-11, 14)

Mateo 11:9–11 NBLA
9 »Pero, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo, y uno que es más que un profeta. 10 »Este es de quien está escrito: “He aquí, yo envío Mi mensajero delante de Ti, Quien preparará Tu camino delante de Ti”. 11 »En verdad les digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.
Mateo 11:14 NBLA
14 »Y si quieren aceptarlo, él es Elías, el que había de venir.
El Señor Jesús les pregunta: ¿Salieron a ver un profeta? Y contesta enfáticamente , y a alguien que es más que un profeta.
¿Por qué Jesús dijo esto de Juan el bautista?
Para saber un poco más a qué se refiere el Señor Jesús, debemos conocer la historia de Juan.
Su nacimiento fue anunciado por un ángel.
Este anuncio rompió el silencio que Dios había guardado por 400 años para con Su pueblo.
Se le dijo a su padre Zacarías en Lc 1.14-17 que sería consagrado por Dios para un ministerio específico.
Lucas 1:14–17 NBLA
14 »Tendrás gozo y alegría y muchos se regocijarán por su nacimiento, 15 porque él será grande delante del Señor. No beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre, 16 y hará volver a muchos de los israelitas al Señor su Dios. 17 »Él irá delante del Señor en el espíritu y poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto».
Se le dijo que tendría el poder de Elías, que habrá gozo por su nacimiento, que será lleno del Espíritu Santo desde su nacimiento.
Esto es impresionante: Juan iba a experimentar la Regeneración desde el momento de que fue engendrado en el vientre.
¡Juan nació 2 veces al mismo tiempo!
Él irá delante del Señor su Dios (el Mesías) para prepararle el camino para encontrar un pueblo dispuesto a recibir la Palabra del Mesías.
Lucas 1:76 NBLA
76 “Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo; Porque irás delante del Señor para preparar Sus caminos;
Su ministerio estuvo profetizado por lo menos 400 años antes de su nacimiento, fue la esperanza que el Señor le dio a Su pueblo antes de guardar silencio.
Malaquías 3:1 NBLA
1 «Yo envío a Mi mensajero, y él preparará el camino delante de Mí. Y vendrá de repente a Su templo el Señor a quien ustedes buscan; el mensajero del pacto en quien ustedes se complacen, ya viene», dice el Señor de los ejércitos.
Malaquías 4:5 NBLA
5 »Yo les envío al profeta Elías antes que venga el día del Señor, día grande y terrible.
El Señor Jesús claramente identifica a Juan el bautista como ese mensajero que iba a venir delante del Mesías y sería aquel Elías, pero señala que, no lo identificaron, como tampoco identificaron la venida del Mesías.
Mateo 17:10–13 NBLA
10 Los discípulos entonces le preguntaron: «¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?» 11 Respondió Jesús: «Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas; 12 pero Yo les digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le hicieron todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a manos de ellos». 13 Entonces los discípulos entendieron que Él les había hablado de Juan el Bautista.
Jesús identifica a Juan como el más grande de los profetas.
Profeta:
Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento προφήτης, προφῆτις, προφητεύω, προφητεία, προφητικός, ψευδοπροφήτη

parecería que el sentido original en griego es «el que proclama», aunque pronto figura también la idea de «el que predice».

MacArthur, J. (2017) Mateo. Traducido por R. Acosta. Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento), p. 705.
En muchos aspectos su privilegio eclipsó al de María, quien dio a luz a Jesús. Juan fue escogido con el fin de anunciar y preparar el camino para el Mesías, el Hijo de Dios, el Rey de reyes. Él fue el mejor de los profetas, el más dinámico, elocuente y agresivo portavoz que Dios había llamado. Como el último profeta, no solo anunciaría que el Mesías iba a venir, sino que ya había llegado.
Podemos entender esta verdad porque los profetas anunciaban lo que había de venir, pero no lo vieron con sus propios ojos.
¿Cuántos profetas hablaron del Mesías sin verlo?
Juan lo vio, Juan lo anunció, Juan lo bautizó, habló con Él, lo señaló con su mano diciendo: Allí está el Cordero, Él es el Salvador, allí está...
Con la frase que menciona el Señor Jesús de que es el más grande de entre los “nacidos de mujer” Jesús le está atribuyendo una identidad por encima de cualquier otro, pues ninguno nació con el Espíritu Santo, ninguno nació siendo “lleno del Espíritu Santo
Moisés fue un guardado en su niñez, pero vivió como cualquier hombre.
Elías, Isaías y Jeremías fueron hombres comunes y corrientes hasta su llamado a servir al Señor.
Enoc, Noé, Job, y Daniel fueron especiales, pero no de la manera que lo fue Juan.
Pero al mismo tiempo, Jesús pone el plano terrenal y espiritual comparando que Juan es el más grande de los hombres terrenalmente, pero en el cielo, es semejante a cualquiera de los redimidos por el Señor.
Hendriksen, W. (2007) Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Mateo. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, p. 510.
Juan había hecho exactamente lo que un heraldo debe hacer.
Primero; había anunciado muy claramente la llegada del Mesías, dirigiendo la atención de la gente hacia aquel Grande: (Jn. 1:29).
Segundo; había enfatizado la necesidad del arrepentimiento como la única forma en que el pecador podía entrar en el reino del Mesías (Mt. 3:2 Lc. 1:76, 77).
Tercero; puesto que es deber del heraldo quedarse en el segundo plano cuando llega al escenario Aquel a quien ha introducido, así Juan había resistido la tentación de llamar la atención hacia sí mismo. En cambio, con espíritu de humildad, había dicho: “Es necesario que él crezca y que yo mengüe” (Jn. 3:30).

II. Jesús explica la situación del reino de los cielos. (Mt 11.12-15)

Jesús se refiere en específico a un periodo de tiempo, aproximado de 1 año y medio desde que Juan comenzó a predicar.
En ese momento, Juan llamó al arrepentimiento a la sociedad de su tiempo, presentó al Mesías en Su bautismo y confrontó a las autoridades religiosas y políticas lo que resultó en estar preso, (según se cree, en la fortaleza de Maqueronte)
¿Quién hizo su tarea?

Según Plinio, después de Jerusalén era la más inexpugnable de las fortalezas judías (Hist. Nat. 5, 16.72).

Según Josefo, fue aquí donde Herodes Antipas hizo decapitar a > Juan el Bautista (Ant. 18, 5, 2; cf. Mt. 14:3–12 y Mc. 6:21–29).

a) Sufre violencia y los violentos lo arrebatan (Mt 11.12)

Mateo 11:12 NBLA
12 »Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza.
Este pasaje es interpretado en el sentido de que el reino de los cielos es negado/rechazado por la oposición de Satanás y sus demonios quienes ponen tropiezos a los seguidores del reino incluso asesinándolos. Por lo tanto, el reino estaba siendo violentamente negado y rechazado.
Y en una traducción alteernativa podría decir: “al reuino de los cielos se entra por la fuerza, y los violentos lo toman para sí.”

971. βιάζω biázo; de 970; forzar, i.e. (refl.) meterse a la fuerza (en), o (pas.) ser atrapado:—sufrir violencia, esforzarse.

MacArthur, J. (2017) Mateo. Traducido por R. Acosta. Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento), p. 707.
“Pronto los enemigos del reino no solo matarían a Juan el Bautista sino incluso al mismo Mesías. Ellos destrozarían tanto al mensajero como al Rey.” “El reino de los cielos está presionando enérgicamente hacia el frente, y las personas están entrando a la fuerza”. Con su enfoque en Juan el Bautista, el reino se movía de manera implacable a través del sistema impío y de piel oscurecida por el pecado que se le oponía.
La primera de esas dos interpretaciones es negativa, y la segunda es positiva; pero ambas son ciertas. Según hemos visto, la negativa se ilustra por la persecución a Juan. La positiva se ilustra por las muchas personas que la predicación de Juan llevaba al Señor, tal como predijera el ángel: “Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lc. 1:16–17).
Pero al mismo tiempo, esta oposición hace que “los violentos” probablemente para referirse a los “valientes, que se han negado a sí mismos y andan en el camino angosto” quienes a pesar de la oposición, se les concede la gracia de seguirlo.
Hendriksen, W. (2007) Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Mateo. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, pp. 512–513.
Por lo tanto se requiere de hombres vigorosos, hombres que estén ansiosos de luchar y vencer, de derrotar a Satanás y así tomar posesión del reino y de todas las bendiciones de la salvación. El reino no es para los débiles, los vacilantes, o los comprometedores. No es para Balaam (2 P. 2:15), el joven rico (Mt. 19:22), Pilato (Jn. 19:12, 13), y Demás (2 Ti. 4:10). No se obtiene por medio de oraciones diferidas, promesas no cumplidas, resoluciones quebrantadas y testimonios vacilantes. Es para hombres fuertes y firmes como José (Gn. 39:9), Natán (2 S. 12:7), Elías (1 R. 18:21), Daniel y sus tres amigos (Dn. 1:8; 3:16–18), Mardoqueo (Est. 3:4), el Pedro de Hch. 4:20, Esteban (Hch. 6:8; 7:51), y Pablo (Fil. 3:13, 14). Y aquí no olvidemos a mujeres valientes como Rut (Rut 1:16–18), Débora (Jue. 4:9), Ester (Est. 4:16) y Lidia (Hch. 16:15, 40).
MacArthur, J. (2017) Mateo. Traducido por R. Acosta. Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento), p. 707.
Seguir a Jesucristo exige voluntad sincera, energía incansable, y el máximo esfuerzo.
“Ser cristiano es nadar contra la corriente del mundo e ir contra su esencia, porque los adversarios (Satanás, sus demonios y el sistema del mundo) son muy poderosos. Quienes entran al reino de gracia por medio de la fe en Cristo lo hacen con gran esfuerzo a través del poder soberano del Espíritu Santo que convence y convierte.”

b) El alcance de las profecías y la Ley (Mt 11.13, 15)

Mateo 11:13–15 NBLA
13 »Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. 14 »Y si quieren aceptarlo, él es Elías, el que había de venir. 15 »El que tiene oídos, que oiga.
Los profetas de la Antiguo Testamento anunciaban la llegada del Mesías, y el Mesías, Cristo Jesús, está señalando que aquí está aquel “Elías” que había de venir a preparar el camino del Señor.
Muchas veces los profetas en sus proclamaciones “Escorzaban” las 2 venidas de Cristo y ellos y el pueblo que escuchaba lo entendió como una sola venida.
El misterio fue revelado cuando Cristo vino y se fue sin establecer Su reino en la tierra como las profecías lo marcaban.
Por lo tanto se deriva que será en un tiempo futuro y además Jesús aseguró que volverá como el Gran Rey Supremo para establecer Su reino Permanentemente.
“El que tiene oídos que oiga”
Es una frase que usa el Señor Jesús para enfatizar que hay verdades que aunque no quieran oír, deben hacerlo por su propio bien.
“La verdad duele”
Jesús está poniendo la perspectiva en Sí mismo. Las profecías se han cumplido. Juan fue enviado, proclamó lo que debía proclamar, él fue aquel Elías que iba a venir, la oposición rechaza totalmente al profeta como al Mesías y solo los valientes se esfuerzan por seguir a Jesús en medio de tanta maldad, rechazo y persecución.
Por lo tanto, Jesús les está diciendo: “Esta es la verdad que tengo que decir, no la puedo suavizar, no la puedo cambiar, si la quieren, ¡ahí está!

Conclusión:

¿Reconocemos en este episodio de la historia, como el episodio del cumplimiento de la llegada del Mesías?
Esto es algo que mucha gente no reconoce, y sin hacerlo, no hay salvación, porque Jesús es el Mesías y Él es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14.6)
¿Vemos la necesidad de vivir valientemente el llamado de Dios, andar contra corriente en todo nuestro diario vivir?
El camino angosto que se recorre diariamente y que se debe seguir valientemente siempre.
¡Amén!
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