LA ORACIÓN DE UN LÍDER

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SERIE: Influyendo en los demas
Nehemías el líder siervo

INTRODUCCIÓN:

Dios anda en busca de gente que él pueda usar. Anda en busca de líderes, porque nada sucede mientras no haya alguien que proporcione el liderazgo.
Todo se levanta o se derrumba de acuerdo al liderazgo que exista.
Mientras que la gente anda ocupada en la búsqueda de métodos, maquinarias y motivaciones mejores, Dios dice: «Yo ando buscando gente mejor; gente que yo pueda usar».
2º Crónicas 16:9 “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti.”
Ezequiel 22:30 “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.”

CONTENIDO:

La eficacía en el líderazgo públíco está determínada por la vída prívada del líder.
Nehemías era un hombre de oración. Su diario privado, hecho público para nosotros por medio de su libro en el Antiguo Testamento, recoge varias de sus oraciones, que comienzan con la que aparece en el primer capítulo. A través de sus conversaciones con Dios, conocemos con mayor profundidad la vida privada de este hombre tan único.
Si examinamos con cuidado la vida de oración de Nehemías, esto nos puede ayudar a aprender la forma de orar eficientemente la clase de oración que a Dios le gusta responder.

¿CUÁNDO DEBE ORAR UN LÍDER?

Antes de hacer ninguna otra cosa, los líderes deben orar.
Nehemías 1:4 “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.”
El líder hace muchas cosas más, además de orar, pero el líder inteligente, el que anhela agradar a Dios por medio de su vida, no hace nada antes de orar.
La diferencia está en esto: los líderes le dan a la oración la más alta prioridad; los perdedores hacen de la oración su último recurso.
Nehemías era un líder ocupado, pero antes de todo. Oraba. Antes de hacer nada, se iba a solas con Dios y oraba.

¿POR QUÉ DEBE ORAR EL LÍDER?

1. DEPENDENCIA

Demuestra mi dependencia de Dios.
A los seres humanos nos encanta sentirnos autosuficientes.
Cuando la oración se convierta en tu primera reacción ante los problemas, como lo era para Nehemías, sabrás que estás viviendo dependiente de Dios.

2. CONSUELO

Aligera nuestra carga.
Nehemías era un hombre compasivo y sensible; un hombre que sentía profundamente las cosas.
Llevó el problema delante del Señor. No se quejó; no gimió ni se revolcó en la autocompasión. El nombre de Nehemías significa «El Señor es mi consuelo». Él sabía dónde acudir con el corazón quebrantado: se lo llevó al Señor.
Dios honra la oración que sale de un corazón genuinamente preocupado. Anhela escuchar que le decimos: «Señor, no puedo con esto. No sé cómo enfrentarlo ¡Ayúdame!» Esas son las oraciones que a Dios le gusta responder.

3. PODER

Libera el poder de Dios
No hay nada que libere el poder de Dios como lo hace la oración de fe.
La oración puede hacer todo lo que Dios puede hacer. La oración utiliza los recursos mismos de Dios. Cuando se hace entrar a Dios en un proyecto, lo imposible se vuelve posible.
Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”

¿CÓMO DEBE ORAR EL LÍDER?

Se puede aprender mucho acerca de una persona por el tipo de oración que hace.
Las oraciones dicen mucho acerca del que ora.
Cuando leemos la poderosa oración de líder que tenemos en Nehemías 1:5-11, descubrimos el carácter de este hombre. Oró durante cuatro meses acerca del problema de Jerusalén. Lejos de hacer una oración informal, lo que nos ofrece es un esquema para tener éxito al orar. La Biblia nos enseña a darle a Dios una razón para responder nuestra oración.
Nehemías nos ofrece cuatro secretos acerca de las oraciones contestadas:

1. ÉL BASA SU PETICIÓN EN EL CARACTER DE DIOS

¡A Dios le encanta esta razón! Él anhela que nosotros lo conozcamos tal cual es y admitamos que dependemos de El.
En el versículo 5, Nehemías 1:5 “Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;”
Hay tres cosas acerca de Dios que necesitamos decir, como lo hizo Nehemías:
Eres grande: la posición de Dios.
Eres temible: el poder de Dios.
Cumples tus promesas: la fidelidad de Dios.
Lo primero que hizo Nehemías fue reconocer quién es Dios. Cuando reconocemos el poder y la grandeza de Dios, lo alabamos.
Comenzó por poner la situación dentro de la perspectiva correcta.

2. CONFESABA EL PECADO QUE HABÍA EN SU VIDA

Dios les había advertido a los judíos que el precio de la desobediencia iba a ser elevado. Les costaría perder su hogar en Israel, la Tierra Prometida. Pero ellos no quisieron escuchar. Muchas veces nos parece que Dios nos está dando reglas a seguir, simplemente porque él es Dios.
Hay una confesión personal y una confesión colectiva.
Los líderes aceptan la culpa; los perdedores se la pasan a otro. Si quieres ser un líder eficaz, debes estar dispuesto a aceptar la culpa ya compartir el mérito. Los perdedores siempre son personas acusadoras y excusadoras.
Nehemías 1:6–7 “esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.”

3. RECLAMA LAS PROMESAS DE DIOS

¿Necesita Dios que le recordemos las cosas? No. ¿Se olvida de lo que ha prometido? No. Entonces, ¿por qué lo hacemos?
Lo hacemos porque nos ayuda a nosotros a recordar lo que Dios ha prometido. No hay nada que agrade más a Dios que el hecho de que nosotros le recordemos una de sus promesas.
Cuando lo hacemos, él sabe que nosotros también estamos conscientes de esa promesa.
La oración transforma las promesas de Dios en obras. La oración consiste en tomarle la palabra a Dios. La oración consiste en pedirle a Dios que cumpla lo que ha prometido. Cuando oramos, le estamos pidiendo que haga lo que ya ha prometido y quiere hacer.
Nehemías pudo reclamar esas promesas, porque las conocía. Había estudiado la Palabra de Dios. Había escondido en su corazón las promesas divinas. ¿Cuándo fue la última vez que te aprendiste de memoria una de las promesas que contiene la Biblia?
Nehemías 1:8–9 “Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.”

4. ERA ESPECÍFICO

Para obtener respuestas concretas a nuestra oración, tenemos que hacer también peticiones concretas.
De no ser así, ¿cómo vamos a saber que Dios nos ha respondido? Nehemías estaba dispuesto a ir a Jerusalén. Le indicó a Dios que estaba a su disposición. Estaba dispuesto a dirigir las obras de reconstrucción. Sin embargo, también era un hombre realista.
Para poder ir, sabía que tendría que conseguir la autorización del rey Artajerjes, un hombre que decididamente, no creía en Dios.
Él no tuvo miedo de orar para pedir el éxito. Si lo que estás haciendo es en última instancia para la gloria de Dios, no tiene nada de malo que ores para pedir el éxito. Si no le puedes pedir a Dios que bendiga lo que estás haciendo, tal vez lo mejor que puedes hacer es comenzar a hacer algo distinto.
Nehemías 1:11 “Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey.”
A Nehemías le llevó tiempo comprender la visión que Dios tenía pensada. Primero oró diciendo: «Dios mío, ayuda a los que están allí». Después dijo: «Tal vez Dios me podría usar a mí como respuesta a esa oración». Ahora por fin ora diciendo: «Dame el éxito».
Si quieres ser un líder con éxito, como Nehemías, tienes que conocer estas cuatro características de las oraciones que Dios responde:
Oración de convicción
Oración de confesión
Oración segura
Oración de compromiso

CONCLUSIÓN:

El primer paso del liderazgo consiste en desarrollar tu vida privada pasando tiempo a solas con Dios: un caminar personal y diario con devoción. Si quieres ser un líder eficaz, desarrolla tu vida de oración. Aprende a orar como Nehemías, y verás cómo se te abren las puertas de los cielos.
Así que ya has orado. Y ahora, ¿qué? El líder eficaz hace algo más que orar, pero no hace nada hasta que no haya orado. Ahora estamos listos para el siguiente paso en el proceso de convertirnos en los líderes que Dios usa.
Reflexionemos...
Recorramos juntos estos cuatro pasos de la eficacia en la oración y hablemos con Dios ahora mismo. Piensa en algo que has tenido realmente en el corazón; algo sobre lo cual tienes verdadero deseo de orar.
l. En primer lugar, basa tu petición en lo que Dios es. Antes de presentarle a Dios tu petición, dile: «Dios mío, yo sé que puedes responder esta petición, porque eres ... » y dile lo que él es. «Eres un Dios grande, un Dios amoroso, un Dios lleno de misericordia. Escuchas nuestras oraciones. Eres un Dios fiel; cumples lo que prometes». A partir de lo que crees que Dios es, preséntale tu petición.
2. Confiesa el pecado que haya en tu vida. Pregúntale a Dios si hay algún pecado que él necesite revelarte. Así como los cometemos de manera concreta, también necesitamos confesarlos de manera concreta. No tomes la salida fácil de decir: «Dios mío, perdóname todos mis pecados». ¿Hay alguna actitud o algún tipo de obra que necesita cambiar? Pídele a Dios que te perdone el haberlo desilusionado, y dile que quieres cambiar esa actitud incorrecta o esa mala forma de conducirte. Pídele que purifique tu vida de ese pecado en particular.
3. Ahora, reclama las promesas de Dios. Si no te puedes acordar ahora mismo, te sugiero lo siguiente: «Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten) conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús». 11 Dale gracias a Dios por sus promesas.
Háblale de manera concreta de lo que le estás pidiendo. Pon tu petición delante de él. Hay quienes necesitan pedirle a Dios que les dé el éxito en alguna empresa o proyecto en particular.
Recuerda: Si no le puedes pedir a Dios que bendiga lo que estás haciendo, lo mejor será que comiences a hacer otra cosa.
4. Por último, comprométete a formar parte de la solución. Di: «Señor, estoy dispuesto a formar parte de la respuesta. Estoy dispuesto a dejarme usar por ti de la manera que quieras, con el fin de llegar a una solución para este problema».
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