LECCION 4: HABLAR CONTRA LA AUTORIDAD DE DIOS
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LECCION 4: HABLAR CONTRA LA AUTORIDAD DE DIOS
Lectura devocional: Dios pudo soportar murmuraciones del pueblo de Israel en el desierto muchas veces; pero no permitió que resistieran a su autoridad. Dios puede tolerar y soportar muchos pecados, pero no puede tolerar la rebelión, porque ésta es el principio de la muerte, es el principio de Satanás. En consecuencia, el pecado de rebelión es más grave que cualquier otro pecado. Cada vez que el hombre resiste a la autoridad, Dios ejecuta juicio de inmediato. ¡Qué solemne es esto!.
Lectura bíblica:
a) Texto: Números 12:1-15 Numeros 16:1-50
b) Preguntas:
¿Qué hacen María y Aarón contra Moisés? (Num 12:1-3) ¿Por qué? ¿Quién sale en defensa de Moisés? ( Num 12:4-5) Dios mismo
¿Qué les reclama Dios a ellos? ( Num 12:6-8 ) La falta de temor
¿Qué prueba sobrenatural tiene María de la ira de Dios? ( Num 12:9-10 ) Estaba leprosa ¿Qué pide Aarón a Moisés? ( Num 12:11-12) Que no ponga el pecado sobre ellos. ¿Qué corazón tenía Moisés? ( Num 12:13)
¿Qué responde Dios al pedido de Moisés? (vs.13-14) Que María era culpable.
¿El pueblo pudo avanzar mientras María estaba afectada? (v.15) No pudo avanzar. ¿Cuántas personas se levantaron contra Moisés? (16:1-2) Más de 250 personas. ¿Esta gente tenía el ministerio levítico? (vs.8-11) Sí. Ministraban a la congregación.
¿Los siervos de Dios se enojan también? (v.15) Sí. Compare Nehemías5:4-7; Juan 2:13-17
¿Qué quería hacer Dios con esta gente por haberse rebelado? (vs.20-21) Quería consumirlos ¿Cuál fue la actitud de Moisés aunque estaba enojado? (v.22) Hizo intercesión.
- Moisés da una palabra, como siervo de Dios, para que se cumpla un juicio divino sobre esta gente que estaba separada del pueblo y junto a sus casas. (Lea detenidamente v.28-30)
¿Qué pasó cuando terminó de hablar Moisés? (vs.31-34) La tierra se abrió y tragó a los rebeldes. ¿Qué pasó con los doscientos cincuenta que hablaron mal? (v.35) Dios los consumió con fuego.
- Los incensarios son representativos de los dones y ministerios. ¿Qué hicieron con ellos en el altar? (vs.37-40) Hicieron planchas para cubrir el altar, así nadie se olvidaba de Coré y compañía. ¿Cuál fue la reacción del pueblo al otro día? (vs.41-43) Murmuró por la muerte de los rebeldes. ¿Quién entra en escena tratando de destruir y consumir a este pueblo rebelde? (vs.44-45) Dios. ¿Cuál es la actitud que tiene Moisés y Aarón? (vs.46-48) Intercesión, pedido de clemencia. ¿Cuántos murieron allí? (v.49) catorce mil setecientos.
¿Cuál es la actitud de quién conoce y reconoce la autoridad? (v.50) Vuelve al superior. c) Explicación:
Familiares de la autoridad: Aarón y María eran hermanos mayores de Moisés. En consecuencia, Moisés debía estar sujeto a la autoridad de ellos en el hogar. Pero en el llamamiento y la obra de Dios, ellos debían someterse a la autoridad de Moisés. Aarón y María no estaban contentos con la mujer etíope con la cual se había casado Moisés; así que hablaron contra él, diciendo: “¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?”. Un etíope es un africano, un descendiente de Cam. Moisés no debió haberse casado con esta mujer etíope. Como hermana mayor, María podía reprender a su hermano en base a su relación familiar. Pero cuando abrió su boca para denigrar a su hermano aludió a la obra de Dios, objetando así la posición de Moisés. Dios citó a los tres al tabernáculo de reunión. Aarón y María fueron sin vacilar, porque creían que Dios debía estar de parte de ellos y también porque tenían mucho que decirle a Dios puesto que Moisés había causado disturbios en la familia por haberse casado con una mujer etíope. Pero Dios dijo que Moisés era su siervo. Quien era fiel en toda su casa. ¿Cómo se atrevían ellos ha hablar contra Su siervo?. La autoridad espiritual no es algo que uno logra por sus propios esfuerzos. Es dada por Dios a quien él
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escoge. ¡Que diferente es lo espiritual de lo natural!. Moisés no protestó: Sabía que si Dios lo había levantado para ser la autoridad, no necesitaba defenderse. Todos los que lo injuriaran hallarían la muerte. Puesto que Dios le había dado autoridad, podía guardar silencio. La autoridad que Moisés representaba era la de Dios. Y nadie puede quitar la autoridad que Dios ha dado. Dios mismo es la autoridad superior del Universo. Todo el que hablaba contra Moisés hablaba contra Dios. Guardémonos de ofender a los que están en autoridad.
Las palabras rebeldes ascienden al cielo y son oídas por Dios. Cuando Aarón y María pecaron contra Moisés, pecaron contra Dios, quién estaba en Moisés. La ira del Señor se encendió contra ellos. Cada vez que el hombre se pone en contacto con la autoridad delegada de Dios, se pone en contacto con Dios, quién está en esa persona. Pecar contra la autoridad delegada es pecar contra Dios.
La ira de Dios se encendió contra María y Aarón, y la nube se apartó del tabernáculo. Se perdió la presencia de Dios inmediatamente María se volvió leprosa como la nieve. Su lepra no vino de contaminación alguna sino que fue claramente castigo de Dios. En ningún sentido ser leprosa era mejor que ser etíope. La rebelión de María era algo interno y se manifestó en la lepra, la cual era externa. Eso le hizo perder también la comunicación con los demás porque debía ser aislada. Siete días estuvo María fuera del campamento. En consecuencia, el traslado del tabernáculo se demoró siete días. Cada vez que haya rebelión y murmuración entre nosotros, perderemos la presencia de Dios y permanecerá inmóvil el tabernáculo terrenal. La columna de nube de Dios no descenderá hasta que se haya tratado con las palabras injuriosas. Si no se resuelve este asunto de la autoridad, todo lo demás llega a ser vacío e inútil.
Muchos se consideran personas obedientes a Dios cuando en realidad no saben nada de someterse a la autoridad delegada de Dios. El que de veras es obediente verá la autoridad de Dios en toda circunstancia, en el hogar y todas las otras instituciones. Dios preguntó: “¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?”. Debe prestarse especial atención cada vez que se profieren palabras injuriosas. Tales palabras no debieran hablarse ociosamente. La injuria prueba que dentro de uno hay un espíritu rebelde, el cual es el germen de la rebelión. Debemos temer a Dios y no hablar descuidadamente. Pero hay quienes hablan contra los pastores, ancianos de la iglesia y otras personas que están sobre ellos y no se dan cuenta de la gravedad de hablar así. Cuando la iglesia se avive en la gracia de Dios, los que hayan proferido injurias serán tratados como leprosos.
Líderes cercanos a la autoridad: Coré y su compañía pertenecían a los levitas; por consiguiente, representan a los individuos espirituales. Por otra parte, Datán y Abiram eran hijos de Rubén y, por lo tanto, representan a los dirigentes. Todos estos, juntos con 250 dirigentes de la congregación se reunieron para rebelarse contra Moisés y Aarón. Arbitrariamente atacaron a ambos, diciendo: ¡Basta ya de vosotros!. Fueron irrespetuosos con Moisés y Aarón. Puede ser que hayan sido muy honestos en lo que decían, pero les falto ver la autoridad del Señor. Ellos condenaron este asunto como un problema personal, como si no hubiera autoridad entre el pueblo de Dios. Moisés simplemente se postró sobre su rostro delante del Señor. Puesto que la autoridad pertenece al Señor, él no usaría ninguna autoridad ni haría nada por sí mismo. Así pues, Moisés les dijo a Coré y a su séquito que esperaran hasta el día siguiente cuando el Señor mostraría quién era santo. Coré solo estaba basado en la razón de la conjetura. La disputa no era con Moisés, sino con el Señor. El pueblo creía que sencillamente se oponía solo a Moisés y Aarón; no tenían ni la más leve intención de ser rebeldes a Dios, pues todavía deseaban servirle. Simplemente desdeñaban a Moisés y Aarón. Pero Dios y su autoridad delegada son inseparables. No es posible mantener una actitud hacia Dios y otra hacia Moisés y Aarón. Nadie puede rechazar la autoridad delegada de Dios con una mano y recibir a Dios con la otra. Si quisieran someterse a la autoridad de Moisés y Aarón, entonces sí estarían bajo la autoridad de Dios.
En el segundo encuentro Datán y Abiram no estaban presentes en ese momento, porque cuando Moisés envió a llamarles rehusaron venir; pero se quejaron diciendo: “¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel (Egipto), para hacernos morir en este desierto...? Su actitud era muy rebelde. No creían en las promesas de Dios; lo que buscaban era la bendición terrenal.
Esto fue lo que encendió la ira de Moisés. ¡Cuantas veces la rebelión del hombre fuerza la mano judicial de Dios!. Diez veces los israelitas lo hicieron, pero esta vez hubo juicio inmediato sobre los rebeldes. La tierra se abrió y los tragó por la palabra de Moisés. La autoridad que Dios había instituido en Moisés era la persona a quién debió escuchar. Hasta Dios mismo dio testimonio ante los israelitas de que él también aceptaba las palabras de Moisés.
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La rebelión es un principio infernal. Como esta gente se rebeló, se abrió la puerta del Seol. La tierra abrió su boca y tragó a todos los hombres del séquito de Coré, Datán y Abiran y a todos sus bienes. En consecuencia, ellos descendieron vivos al Seol (versículos 32-33). Las puertas del Hades no prevalecerán contra la iglesia; pero un espíritu rebelde puede abrir sus puertas. Una razón por las que a veces la iglesia no prevalece es la presencia de los rebeldes. Todos los pecados liberan el poder de la muerte: pero el pecado de rebelión lo hace mucha más. Solo los obedientes pueden cerrar las puertas del Hades y liberar la vida.
Para los israelitas no era fuera de razón el quejarse de que Moisés no los hubiera traído a una tierra que fluía leche y miel ni les hubiera dado una herencia de campos con viñedos. Todavía estaban en el desierto y, sin embargo, tenían que entrar a la tierra que destilaba leche y miel. Pero notemos esto: el que anda por la razón y la vista siguen el camino de la razón; solo el que obedece a la autoridad es el que entra a Canaán por la fe. Nadie que siga la razón podrá andar por la senda espiritual, porque esta es superior al razonamiento humano. Solamente los fieles pueden disfrutar de la abundancia espiritual, los que por la fe aceptan la columna de nube y fuego, y la dirección de la autoridad delegada de Dios tal como la que Moisés representaba.
Los ojos de los desobedientes son muy penetrantes: pero ¡AY! todo lo que ven es la aridez del desierto. Aunque parezcan ciegos lo que proceden por la fe, pues no notan la aridez que hay delante de ellos, con los ojos de la fe ven la promesa mejor que tienen por delante. Y así entran a Canaán. Por lo tanto, los hombres deben estar sujetos a la autoridad de Dios y aprender a ser dirigidos por la autoridad delegada de Dios.
Pueblo de Dios bajo autoridad: La rebelión es contagiosa. El juicio de Dios sobre los 250 hombres y sobre las familias que entraron vivos a la tierra no trajo arrepentimiento a la congregación. Todavía eran muy rebeldes, afirmaban que Moisés había dado muerte a esta gente. Ellos todavía no veían a Dios en todo esto. Los ojos humanos solo ven a los hombres; no saben que la autoridad viene de Dios. Hay personas que son tan audaces que no tienen temor, aunque hayan visto el juicio de Dios. ¡Que peligroso es el desconocimiento de la autoridad!. Cuando toda la congregación se juntó contra Moisés y Aarón, apareció la gloria del Señor. Esto demostró que la autoridad era de Dios. El Señor salió a ejecutar su juicio. Comenzó una plaga en el que murieron 14.700 personas. Con todo Moisés mandó a Aarón en medio de los muertos para que intercediera por la misericordia de Dios.
Dios pudo soportar sus murmuraciones en el desierto muchas veces, pero no permitiría que resistieran a Su autoridad delegada. Dios puede tolerar y soportar muchos pecados contra su santidad, pero no puede tolerar la rebelión porque es pecado contra Su autoridad. En la rebelión está el principio de la muerte, el principio de Satanás. En consecuencia, el pecado de rebelión es más grave que cualquier otro pecado. Cada vez que el hombre resiste a la autoridad, Dios ejecuta juicio inmediato.
d) Conversación:
¿Aunque seamos familiares o amigos íntimos cuando nos rebelamos a la autoridad delegada de Dios quedamos sin culpa? (El caso de María y Aarón)
¿Aunque seamos compañeros de ministerio o tengamos en ejercicio alguna función de autoridad en el pueblo de Dios si nos rebelamos a la autoridad delegada de Dios quedamos sin culpa? (El caso Coré, Datán y Abiran)
¿El pueblo de Dios queda sin culpa si se rebela a la autoridad delegada de Dios? (El caso de los 14.700 que murieron)
No hay parentescos ni compañerismo ministerial que valgan,
si nos rebelamos estamos pecando contra la autoridad delegada de Dios. DIOS USARA TODO SU PODER PARA MANTENER LA AUTORIDAD
Oración de consagración:
⇒ Renuncio a rebelarme a la persona que Dios ha puesto como autoridad sobre mí por más que tenga parentesco.
⇒ Renuncio a socavar, injuriar o desconocer la autoridad de la persona que Dios ha puesto sobre mí. ⇒ Declaro sujetarme a la persona que Dios ha puesto como autoridad sobre mí en el lugar donde ejerzo mi don o ministerio.
⇒ Declaro como pueblo de Dios sustentar y reconocer la autoridad de las personas que Dios ha puesto sobre mí.