Sirviendo con lo que me sirve

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1 Samuel 17:32-50

Introducción
“Me siento como un pequeño ratoncito desnutrido delante de mi pastor”, le dijo un joven al que aconsejo a un pastor. Se referia a su interés por servir en la iglesia, pero tenia miedo de acercarse a su pastor y solicitarle algun ministerio. —no se hacer nada —me dijo varias veces—, no tengo experiencia, el pastor me va a mandar por un tubo. Yo oré a Dios pidiendoles nunca un joven se sintiera así conmigo. y despues me dispuse a decirle a ese muchacho lo que me gustaria que alguien más le dijera a mis jovenes. Como me dijo que se sentía como un ratoncito desnutrido, no me fue dificiol acordarme de David cuando enfrentó al gigante Goliat. Recordemos el contexto: los hebreos y los filisteos estan frente a frente, en medio de ellos un valle, de pronto, un hombre de casi tres metros de altura, recubierto de una pesada armadura se para enfrente al rey Saúl y sus soldados y los desafía a un duelo de uno a uno, cuerpo a cuerpo. ¿se imaginan? un tanque de guerra con patas amenazando desde as alturas a los temerosos y mal armados israelitas. Ninguno decia nada ¿usted hubiera podido hablar?, el rey prometió la mano de su hija, riqueza y gloria a quien se a traviera a enfrentarlo, pero la mayoria pensaba: ¿de que me sirve la ano de una linda muchacha y el dinero si termino aplastado por un locomotora? y francamante tenia razón ¿no lo cree? Davd era el pequeño de su familia, cuidaba las ovejas de su padre y fuenviado al campo de batalla, para llevar de comer a sus hermanos mayores, ¡ellos si que eran grandes y valientes! estando en el campo de batalla, David escuchó al gigante Goliat realizar su desafio, tenia cuarenta días hacendo lo mismo. Leamos una parte de la historia en la palabra de Dios.

32Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. 33Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. 34David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 37Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo. 38Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. 39Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas. 40Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.

41Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. 42Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. 44Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 45Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.

48Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.

50Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.

El pasaje es riquisimo y hay muchas enseñanzas, pero enfoquemonos en las circunstancias que todos hemos vivido de enfrentar gigantes. El joven al que estaban aconsejando se sentía ¡tan pequeño delante de su pastor! que se describia a si mismo como un ratoncito desnutrido, ¿no se ha sentido asi usted ante su jefe en el trabajo, en su trabajo simplemente o ante el reto de un nuevo ministerio en la iglesia? alguien me preguntó: ¿no le dio miedo predicar la primera vez que lo hizo? yo le contesté : —senti pavor, y aunque ahora es un poco menor, sigo teniendo un cierto temor cada vez que lo tengo que hacer. el publico siempre es un gigante que debemos vencer. Supongo que, si Dios le ha estado hablando esta semana, usted esta enfrentando el desafío de servir en el cuerpo de Jesús, y ahora mismo usted esta siendo retado y se pregunta: ¿que debo hacer?, ¿que ministerio debo realizar?, ¿cómo lo puedo lograr? ¡ esos son los gigantes que debemos vencer! tal vez ha pensado en alguna hazaña para realizar, pero ha caido en la tentacion de sentirse demasiado pequeño para lograrlo. ¿Tiene temor al fracaso? ¿tiene miedo en que no confiemos en usted? ¿no se atreve a compartir sus sueños de servicio?, ¿se considera poco preparado para lograrlo? Tal vez esta capacitado academicamente pero se siente indigno en lo moral o espiritual, tal vez se siente apto en cuanto a la fe, pero siente que le falta experiencia. ¡ Dígame! ¿espera ser perfecto para poder servir a Dios?
En aquel adolescente, me refiero a David el pastorcito de ovejas, nos podemos ver retratados todos. Estaba en una guerra y él era pastor de ovejas y cabras, nada que ver!, era muy joven y pequeño, y Goliat era guerrero con experiencia, “otro rollo” , lo unico que tiene logica, es que conocía a Dios y estaba dispuesto a servir a su pueblo en el nombre del amor que le tenía.
Reflexionesmos en las siguientes aplicaciones:
¡Atención: cuando veas una necesidad combate para solucionarla! cuando nos damos cuenta de una necesidad, debemos reconocer una cosa: Dios quiere que la solucionemos. No es tiempo de criticar, sino de batallar. David llegó al campo de batalla y se enteró del problema que estaban enfrentando, y ese si era un “problemota” ¿no?, media casi tres metros y se ofreció para solucionarlo. Si Dios nos da ojos para solucionar una necesidad, es porque tambien nos ha dado manos e inteligencia para solucionarla.
¡Atención: usa tus propias armas! Saúl le prestó su armadura a David. Debió haberse visto ridículo ¿no cree? Saúl era un hombre maduro y David un adolescente. Si se hubiera atrevido a luchar con el gigante con esa vestimenta y con esas armas lo hubieran convertido en “lata de sardinas” ¿no cree? le era dificil caminar, le hubiera resultado imposible luchar. Es triste pero muchos cristianos quieren luchar con las habilidades que no tienen y terminan siendo una burda copia de alguien a quien admiran. A cada uno de nosotros Dios nos ha dad habilidades y estas son utiles en el trabajo que Dios quiere que realicemos. Ciertamente podemos crecer, aprender, desarrollar cosas, capacitarnos, pero en el mopmento que servimos debemos hacerlo con lo que tenemos, con nuestras herramientas y potencial. David era pastor de ovejas y tenia una vara, una alforja y una onda, todo lo que hacia falta era una piedra. Tomó cinco piedras como previsión seguramente, aunque me agrada pensar que Goliat tenia 4 hermanos (en la biblia se habla de ellos), y tal vez David dijo: ¡si vienen contra mi, tengo una piedra para cada uno! usó sus herramientas, su potencial, aquello en lo que era experto en ese momento. Más adelante parendió a usar la espada y la sabiduría de un rey , pero en ese momento, todo eso no era parte de su vida. Sigamos su ejemplo, usemos lo que somos, lo que tenemos y lo que sabemos para servir al Señor.
¡Atención: Sirve en el cuerpo de Jesús y colabora con otros “como un solo hombre”. Cuando David supo del desafío de Goliat y despues se enteró de lo que rey Saúl ofrecía a quien se atreviera a enfrentarlo, se indignó. Aunque era joven, sabía de la dignidad de ser parte del pueblo de Dios y le parecía indigno que fuera necesario que se tuviera que ofrecer algo para que alguien se atreviera a pelear con un incircunciso, así lo dijo con cierto desprecio. Su hermano mayor lo critico por estar ahí y lo acusó de morboso. David prefirió no hacerle caso, estaba enfocado en el problema “hará al hombre que le venciere.
28Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. 29David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar? 30Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes.
y llegó hasta Saúl para ofrecerse. Lo mismo pasa en la Iglesia del Señor, algunos sirven y otros se dedican a criticar, ¿de cuales es usted?
1 Corintios 12:27 RVR60
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
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