Agradecidos con Dios

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1.0 Agradecidos con Dios

2.0 Introducción

Tito 2:11–14“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”
Este pasaje debería provocar una mezcla de gratitud y piedad debido al conocimiento de lo que Dios ha hecho a través de Su Hijo y de la respuesta que espera de nosotros ante lo que ha hecho.
Estos dos elementos son esenciales en nuestro esfuerzo de desechar las obras de la carne y producir el fruto del Espíritu
Gálatas 5:16–24“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”
La gratitud produce contentamiento que reduce la atracción de las cosas prohibidas con las cuales Satanás espera seducirnos
1 Timoteo 6:6 “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;”
La piedad reduce la tendencia de minimizar los efectos letales de la rebeldía ante Dios
Hebreos 10:26 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,”

3.0 Desarrollo

3.1 La gratitud

Naturalmente, la gratitud es el resultado de entender la naturaleza de la gracia de Dios.
Tres principios claves de esta verdad maravillosa promueven la gratitud:
(1) El significado de la gracia,
(2) el precio de la gracia, y
(3) la bendición de la gracia.
Este enfoque triple de la gracia profundiza nuestro entendimiento del amor de Dios para con nosotros y fortalece nuestro amor por Él
1 Juan 4:19 “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”

3.1.1 El significado de la gracia

La definición básica de la gracia es «favor inmerecido», lo cual significa que no merecemos los favores y bendiciones de Dios.
Él nos concedió estos favores cuando estábamos enemistados con Él y en un estado de rebeldía
Romanos 5:6–10“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.”
Es una cosa recibir el favor de aquellos a quienes hemos tratado bien, pero es algo completamente diferente recibir el favor de Aquel ante Quien nos hemos rebelado.

3.1.2 El precio de la gracia

El precio de la gracia magnifica
Tito 2:11–14“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”
hablan del gran precio de la gracia de Dios; ese precio fue el sacrificio de Su Hijo en la cruz.
Sin esta gracia maravillosa, estaríamos separados de Dios por la eternidad, sufriendo el terror del infierno

3.1.3 La bendición de la gracia

Afortunadamente, Su gracia nos concede bendiciones eternas en Jesucristo.
Al considerar nuevamente
Tito 2:11–14 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”
podemos ver cuatro bendiciones particulares:
(1) La salvación,
(2) la redención,
(3) la purificación y
(2) la adopción.
La gracia de Dios se ha manifestado para salvación
Lucas 19:10 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
Cristo Se dio a Sí mismo para redimirnos (rescatarnos) de toda obra mala
Romanos 6:16–18 “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.”
A través de Su sangre redentora, nos purificó para Sus propósitos santos
Hebreos 9:14 “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
Al hacerlo, nos adoptó como Su pueblo
Éxodo 19:5–6“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.”
¿Cómo no pudiéramos estar agradecidos por tales regalos?

3.2 La Piedad

Habiendo dicho esto, también se debe señalar que la gratitud debe estar unida con la solemnidad.
Debemos reconocer que la gracia de Dios no carece de condiciones.
Las condiciones de la recepción y la conservación de Sus bendiciones no descartan la realidad de que la gracia no se puede merecer o comprar.
El Nuevo Testamento enseña claramente que hay condiciones unidas a tales bendiciones.
Todas las bendiciones espirituales están en Cristo Jesús
Efesios 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,”
Si todas las bendiciones espirituales están en Cristo, entonces no hay bendición espiritual fuera de Cristo. Si la Biblia demanda alguna acción para llegar a estar en Cristo, entonces tal acción es una condición para recibir Su gracia.
Gálatas 3:26–28 “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”
une a la fe y el bautismo como condiciones para llegar a estar en Cristo.
promueve el arrepentimiento y la vida santa como condiciones para aquellos que han recibido Su gracia
Muchos creen que es imposible reconciliar esta demanda de obediencia con el hecho de que la salvación es un regalo de gracia.
El Señor previó que algunos considerarían esto como una dificultad, y clarificó el hecho, como también descartó la noción de que la gracia da licencia para el pecado
Romanos 6:1–2 “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”
Las consecuencias de continuar en el pecado después de recibir Su gracia son severas
Hebreos 2:1–3 “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,”
Hebreos 10:26–31 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”

4.0 Conclusión

Por esta causa, debemos proceder teniendo en cuenta el balance adecuado de gratitud y solemnidad.
Gozándonos en la libertad que Dios nos a otorgado pero no usando de esta libertad para libertinaje, sino para dar honra y gloria a nuestro hacedor, quien asi mismo nos redimio y nos espera en los cielos.
Judas 3–8 “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron. Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fudel fuego eterno. No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.”
Apocalipsis 19:4–8 “Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.”
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