PERDONADOS PARA PERDONA
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Una de las cosas que tenemos los seres humanos que nos cuesta es reconocer los errores que cometemos.
Por eso inicio este mensaje pidiendo perdón, porque la semana pasada dije algo que fue la primera vez en los años que llevamos de ministerio y es que cuando pregunte algo y algunos solto una carcajada, dije yo no me rio. No estuvo a lo mejor mal el hecho de decirlo pero si la forma y no es correcto. Así que os pido perdón.
Pero como decía al principio, nos cuesta reconocer nuestros errores, desde pequeños nos sale. Mi mamá preguntaba siempre cuando llegaba a casa ¿Quien hizo esto, Quien hizo aquello? Por inercia te salía decir no, yo no fuí, a mi que me dices, esas palabras que en ocasiones las tenemos como muro de defensa. Por si las moscas. Sin embargo, una de las cosas que Dios hace en la vida del creyente, es aprender a perdonar, ¿Por qué? Porque fuimos perdonados para perdonar.
Sabías eso? Todos aquí tenemos una historia, todos aquí primero que nada fuimos perdonados por el autor de la vida, la Biblia nos dice en
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
El texto dice que Dios no nos pago conforme a lo que merecíamos, sino a lo que no merecemos su amor. En su amor, en su sacrificio nosotros somos perdonados y de esta forma cuando recibimos algún mal, recordando lo que Cristo hizo nuestra tendencia debería ser pagarle como nos hicieron? Desearle el mal? Alegrarnos de las desgracias? Aunque a veces nos gustaria, pero nos dice como Cristo nos perdonó así debemos perdonar y Jesús es el caso mayor del perdón.
De hecho hay un momento en que le preguntaron a Jesús acerca del perdón
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
a) Todos tenemos fuentes de irritación en nuestras vidas personas que repetidamente nos lastiman o nos maltratan. Lo último que queremos hacer es perdonarlos.
b) Pedro tenía una preocupación similar, así que un día le preguntó a Jesús, “Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces?” Mateo 18:21b (NTV).
c) Pedro pensó que estaba siendo generoso cuando él decía, “¿siete veces?”. La ley judía requiere que perdones a una persona tres veces. Así que Pedro dice, “doblo eso y lo hago una vez más, esa es una buena medida”. “—No siete veces—respondió Jesús—, sino setenta veces siete“. Mateo 18:22b (NTV).
d) En otras palabras, no hay ningún límite. Jesús estaba diciendo que si estás manteniendo un puntaje, entonces estás perdiendo el punto. Si estás contando, entonces no cuenta.
Jesús parece dar una orden imposible, seguir perdonando pase lo que pase. ¿Por qué es tan importante que hagamos esto? Déjame darte tres razones.
1. Dios me ha perdonado a mí.
1. Dios me ha perdonado a mí.
La Biblia dice que tú y yo tenemos una deuda con Dios, y la deuda es tan grande que no podemos pagarla por nuestra cuenta. Pero Dios ha escogido, en Su misericordia, perdonarnos y decir, “vamos a empezar de nuevo”. ¡Es una buena noticia! Dios ha perdonado mis pecados, y ahora Él quiere perdonar a otras personas.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
a clave del perdón es reconocer cuánto Dios me perdona cada día. Cuando me siento perdonado, entonces soy compasivo.
2. El resentimiento me hace miserable.
2. El resentimiento me hace miserable.
a) El resentimiento es el infierno en la tierra. Te tortura, y es una herida infligida a ti mismo.
Este morirá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico;
Sus vasijas estarán llenas de leche,
Y sus huesos serán regados de tuétano.
Y este otro morirá en amargura de ánimo,
Y sin haber comido jamás con gusto.
b) Es necesario aprender a perdonar, porque el resentimiento va a arruinar tu vida.
c) El cuarto de tortura de la falta de perdón es auto-impuesto. Cuando no perdonamos, Dios no tiene que encerrarnos en la cárcel. Lo hacemos nosotros mismos.
d) Nos encerramos en una prisión de ira y ansiedad. Repasamos el daño una y otra vez, y cada vez es más grande y más grande y sigue lastimándonos mucho después de que ha ocurrido. El perdón de Jesucristo es la llave que abre la cárcel. Puede liberarte. Por tu propio bien, debes aprender a perdonar.
3. En el futuro yo necesitare perdón.
3. En el futuro yo necesitare perdón.
a) Alguien le dijo una vez a John Wesley, el fundador del Metodismo, “Nunca pude perdonar a esa persona”. Wesley le dijo, “Entonces espero que nunca vayas a pecar”. Tú y yo pecaremos otra vez. Necesitaremos perdón otra vez. Pero el perdón es una vía de doble sentido. No quemes el puente que tienes que cruzar para ser perdonado.
b) Ahora, el perdón no es una restauración inmediata de la confianza. El perdón es inmediato. La confianza debe ser reconstruida con el tiempo. Por ejemplo, si el marido de una mujer es abusivo, ella debe perdonarlo, pero eso no significa que ella debe dejarlo entrar en la casa inmediatamente y seguir su vida como si nada hubiera pasado.
c)El perdón es instantáneo y no se gana, pero la confianza debe ser ganada.
Conclusión
Conclusión
La historia del texto nos dice que al siervo que el Rey perdono, Cuando él estuvo en la misma posición que el Rey, el no actuó como el Rey, sino que actuó como se esperaba que la gente actué,
La falta de perdón nos transforma, de víctimas a victimizadores, Porque el siervo que decidió no perdonar, cogió practicamente del cuello al que le debía para que le pague, se convirtió en verdugo.
Cuando alguien peca contra nosotros, tomamos el lugar de Dios y distribuimos dosis de nuestra propia versión de justicia deseando que pague. Cuando no perdonas estas diciendo, Dios tu justicia no es suficiente y yo voy a buscar la mía.
Abre el movil. busca las notas.
¿Con quién ahora mismo Dios te esta llamando a reconciliarte?
Pon su nombre.
El perdón es la forma de demostrar, que hemos sido perdonanos.
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
¿Sabes que quien te habla es pecador? y no lo digo con orgullo, sino con verguenza, me gustaría ser mejor. Y cada vez que voy al trono de la gracia recuerdo esto y Dios me muestra que su gracia es suficiente y puedo abrasarla porque soy pecador. No lo merezco, pero Dios lo hace, porque me ama.
Oramos.