Fil 1:3-11 (3Parte) LO QUE DIOS EMPIEZA, LO TERMINA
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SERIE: VIVAMOS CON GOZO
La vida para la que nos salvó. (Dios no nos ha salvado para vivir descontentos, enojados, preocupados… Sino para vivir con gozo. La vida que todos quieren, el gozo que nada ni nadie nos puede quitar).
TÍTULO: LO QUE DIOS EMPIEZA, LO TERMINA
TÍTULO: LO QUE DIOS EMPIEZA, LO TERMINA
PROPÓSITO: Estar seguros y agradecidos de que Dios sigue obrando en nosotros hasta perfeccionarnos.
PROPOSICIÓN: Todo lo que empieza Dios, lo termina. Debemos estar seguros y agradecidos de que Dios perfecciona su obra en nosotros.
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Mucho se habla como debemos vivir en este mundo y hay un pobre enfoque de como será nuestra vida con Dios. Constantemente recordamos los favores de Dios, pero no pensamos en que lo mejor está por venir.
Hablemos del futuro, el futuro de la iglesia, de cada creyente. Pablo expresa seguridad por este futuro, está seguridad nos da confianza en esperar el día de Señor con emoción.
CONTENIDO:
CONTENIDO:
Pablo, no solo está agradecido por quienes eran (sus amados) y lo que hacían (su generosidad en la obra), sino que también por la seguridad que tienen en el evangelio. Por lo que Dios está haciendo en ellos y a través de ellos. Hablaremos de esta gran verdad, lo que Dios hace en nosotros; porque todo lo que Dios empieza lo termina.
El evangelio nos perfecciona, nos da seguridad, puesto que lo que Dios empieza lo termina.
El pasaje que estudiaremos. Es una de esas declaraciones magníficas, profundas y fundamentales que le dan sentido a todo lo que creemos.
Así como la iglesia de Filipos, había participado con Pablo en su labor misionera, desde el primer día hasta ahora, Pablo les dice que así y de mejor manera lo hace nuestro Dios. Y su manera de trabajar en nuestra vida, será completa, no le faltara ningún detalle.
Leamos el texto:
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
En este versículo el Apóstol nos describe nuevamente la naturaleza del cristiano, y describe también la esencia misma del proceso de salvación cristiana. Lo hace de esta forma: dice que el cristiano es alguien en quien se está llevando a cabo una buena obra.
Está confiado debido a la naturaleza de la obra y porque sabe que es una obra que nada ni nadie puede detener.
Cuantas veces hemos realizado trabajos, hemos pedido trabajos, y casi siempre le ha faltado algo. Con Dios nosotros que somos su obra está asegurada su buena obra. Su propósito se llevara a cabo.
El cristiano es alguien en quien se está llevando a cabo una buena obra.
Nos preguntaremos quién realiza la obra, en dónde (en quienes) la realiza, y cuál es el fin de la obra.
1. EL AUTOR DE LA BUENA OBRA: DIOS
1. EL AUTOR DE LA BUENA OBRA: DIOS
Filipenses 1:6 (RVR60)
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Y quien es el autor de la obra: Dios, por su puesto.
Preguntémonos de manera negativa, quién no es el autor.
No somos nosotros, Pablo y los hermanos de Filipos, podrían recordar como fue Pablo quien trajo el evangelio, y hablo Lidia, a la joven esclava, al carcelero… Pero Pablo dice, yo nos el autor de la obra, ustedes no se salvan en mi nombre o gracias a mí. Sino que es Dios quien realiza la obra.
No somos nosotros, como tampoco es nuestro esfuerzo. Ni nada de lo que hagamos suplantará esta obra de gracia.
Cuando Pablo regreso de su primer viaje misionero y dió informe a la iglesia de Jerusalén.
Hechos de los Apóstoles 14:27 (RVR60)
Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.
Se da cuenta, reconoce que quien hizo todas las cosas fue Dios.
¿Quién es el autor?
Que Dios sea el autor de la obra, nos da seguridad, por que el mismo es quien garantiza el éxito de la obra.
Pablo dice que está convencido de que el autor de la obra, garantiza su culminación.
El la garantiza, el es el único autor.
La salvación es obra exclusiva de Dios, y por ese motivo su consumación es tan cierta como si ya se hubiera cumplido.
El la inició, el la terminará. Que mejor garantía que es Dios mismo quien está detrás de la obra. Asegurándose su culminación.
Y, por supuesto, la Biblia nos muestra que en esta asombrosa obra están implicadas las tres personas de la Santísima Trinidad. Dios el Padre inicia la obra, Dios el Hijo la perfecciona y posibilita; Dios el Espíritu Santo la aplica y hace la obra en lo más profundo de nuestras almas. “El que comenzó en vosotros la buena obra”: Dios, el bendito Dios trino, es el autor de esta buena obra.
Cuan seguro estas si detrás de tu proyecto está la persona más calificada. No hay duda que la obra irá por un buen camino.
2. EL LUGAR DE LA BUENA OBRA: EN NOSOTROS
2. EL LUGAR DE LA BUENA OBRA: EN NOSOTROS
Filipenses 1:6 (RVR60)
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Donde: El elemento, la materia, el componente, la naturaleza, la sustancia...
La obra en nosotros.
Es el lugar donde esta obran Dios, en nosotros.
Gálatas 2:20 (RVR60)
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Pablo está reafirmando que Dios esta trabajando en nosotros, su obra continua, no se ha detenido… Sigue.
Una obra progresiva.
Nos hacemos conscientes de la evidencia de un nuevo ser, una nueva naturaleza, en nuestro interior, y ya no nos gustan las cosas de antaño. Empieza a gustarnos la Biblia, empezamos a orar e ir a reuniones de oración, y es el Espíritu Santo quien está haciendo todo eso. Nos está creando de nuevo conforme al patrón de Cristo y a su conducta. Esa es la buena obra que comienza Dios en nosotros y que continúa en nosotros.
Más adelante Pablo expresará:
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Su firma en nosotros es evidente. Sabemos que hay cambios, la salvación que hemos experimentado ahora se ha mostrado en obras de justicia.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
3. EL FIN DE LA BUENA OBRA: PERFECCIONARNOS
3. EL FIN DE LA BUENA OBRA: PERFECCIONARNOS
Filipenses 1:6 (RVR60)
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Para que. El propósito, fin de la obra: Perfeccionarnos
Epiteleō (perfeccionará) es una palabra compuesta por la preposición epi y el verbo teleō (“completar”), que acentúa el significado de “totalmente consumado”. Pablo tenía la absoluta certeza de que Dios completaría su obra de salvación en los filipenses. No hay posibilidad alguna de fracaso o de cumplimiento parcial.
Nada puede animar tanto a un cristiano como la certeza de que, a pesar de las incertidumbres y dificultades de la vida, y sin importar cuántas derrotas espirituales pueda enfrentar, un día será hecho perfecto.
Dios no se cansa de obrar en nosotros a pesar de nuestras deficiencias, a pesar de no querer parecernos a él. Dios sigue allí obrando en nosotros. Estamos siendo perfeccionados.
No, nos desecha por nuestro pecado, sigue. Su gracia es para toda nuestra vida.
Él la comenzó, en el pasado.
Él la perfeccionará, en el futuro. Ese, es el propósito de la obra.
Está obra no será paralizada, no quedará inconclusa. Será perfecta.
Los hombres hacen experimentos y dejan las cosas a medio hacer; pero Dios ejecuta sus planes hasta el final y con éxito.
Su obra la empezó en nosotros, no te desesperes. Dios no ha terminado aún.
La obra no ha sido terminada. En 2Co 1:10, el apóstol menciona la libertad que Dios ofrece. En el pasado, nos libró de la culpa del pecado. En el presente, del poder del pecado. En el futuro, de la presencia del pecado. Estamos en el proceso de perfección.
La salvación en el pasado es la justificación, la salvación en el presente es la santificación, y la salvación a futuro es la glorificación.
Joel Beeke
La glorificación es la etapa final de nuestra salvación. Sin la presencia del pecado y transformados a la imagen gloriosa de Cristo. Como Cristo en su carácter perfecto.
La espera terminará. Seremos glorificados.
La glorificación es el paso final en la aplicación de la redención. Tendrá lugar cuando Cristo vuelva y resucite el cuerpo de los creyentes que han muerto a través de todos los tiempos, y lo vuelva a unir con el alma, y cambie el cuerpo de los creyentes que están vivos, para que los creyentes tengan al mismo tiempo cuerpos perfectos resucitados igual al suyo.
Wayne Grudem
Pero aún no ha terminado. Pablo si nos menciona cuando será… Esta obra será presentada en el día del Jesucristo.
La buena obra en nosotros será presentada el día del Señor
¿Cuántos esperamos este glorioso día?
El día de Jesucristo
El día del Señor es día de acción de gracias por excelencia.
La perfección será alcanzada cuando Cristo venga y transforme este cuerpo corruptible en un cuerpo celestial, glorificado.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
La perfección del creyente no se alcanza en este tiempo, sino en la glorificación.
Samuel Pérez Millos
Ese es el gran objetivo, la finalidad de todo ello. Estamos siendo formados y preparados para el día de Jesucristo.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Se espera de nosotros que para ese día seamos sinceros e irreprensibles para recibir a nuestro Señor, está petición la veremos el siguiente mensaje. Que abunden frutos de justicia en nosotros para darle gloria a quien merece la gloria.
Filipenses 1:9–11 (RVR60)
Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento,para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
Pablo está agradecido a Dios (Fil 1.3), por su participación en el evangelio (Fil 1.5), y porque por medio del evangelio seremos perfeccionados (Fil 1.6). Pablo les dice: Serán lo que deben de ser.
Por eso Pablo dice, estoy convencido, no hay duda.
El resultado, está asegurado. No en nosotros, ni en nada de lo que hagamos. Ningún merito hay en nosotros, ninguna obra, sea mayor consagración, fe, santidad, obediencia… nada. La garantía está en nuestro Dios. No en nosotros, por nuestra debilidad, por la presencia del pecado,… Agradecidos que sea Dios quien realiza la obra, y gracias a Dios esta garantizada que se completará.
Nuestro Dios, hará con toda seguridad. Todo lo que ha dicho.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Pablo dice, estoy tan agradecido a Dios que se perfeccionarán. Estarán completos cuando nuestro Señor regrese. Porque no mostramos esa misma gratitud. Dios gracias, porque no has terminado de obrar en mí, tu perfeccionaras todas mis imperfecciones.
Filipos es un iglesia madura, pero no perfecta. Ningún esfuerzo personal, por muy sacrificado será en mi como la promesa de Cristo que en Dios seré perfeccionado.
A pesar de que no andemos, que nuestra conducta no sea la ideal que refleje a Cristo. Dios sigue trabajando en nosotros.
Es fácil para los creyentes desanimarse cuando se fijan en sus problemas e imperfecciones (y los de otros creyentes).
Esos pecados no deben ser ignorados o desestimados, pero tampoco se debe permitir que ensombrezcan la maravillosa realidad de la perfección futura de la iglesia y de cada creyente en particular, como lo garantiza la Palabra de Dios con tanta insistencia y claridad. Recordar esa gloriosa verdad aleja la presión debilitante de la duda, y alienta el gozo triunfante, la gratitud, y la seguridad.
Gracias a Dios, mi esperanza en ese día de Jesucristo y su gloria no descansa en mi propia fuerza de voluntad ni en mi propio deseo o entendimiento. Descansa en el hecho de que jamás habría comenzado la obra si no hubiera decidido terminarla.
¿Ha comenzado Dios esta buena obra en mí? ¿Sé que la está continuando y que seré perfeccionado para el día de Jesucristo? ¿Cómo puedo saberlo? En un sentido, Pablo nos da la respuesta en este texto cuando agradece a Dios la comunión en el Evangelio de aquellos filipenses.
¿Qué significa eso? Significa que estaban interesados en estas cosas. Aquellas personas de Filipos estaban dispuestas a reunirse en la iglesia y tratar esta cuestión antes que hacer cualquier otra cosa. Eran ciudadanos romanos, eran personas con cultura; pero, cuando vieron esto, supieron que era lo importante. Se reunieron , pues, y trabajaron juntos: esta era su comunión en el Evangelio. Esta es una señal muy buena. Si estas verdades son tu mayor interés y prioridad, creo que puedes alegrarte porque la buena obra ha empezado en ti.