La Ira y La Misericordia de Dios
Romanos 9.19-24
La paciencia de Dios, su renuencia a castigar a los pecadores, es enfatizada en varios pasajes, entre los cuales encontramos a Ro. 2:4 (véase sobre el pasaje); Gn. 6:3b; 18:26–32; Ex. 34:6; 1 R. 21:29; Neh. 9:17b; Sal. 86:15; 10:8–14; 145:8, 9; Is. 5:1–4; Ez. 18:23, 32; 33:11; Lc. 13:6–9; Ap. 2:21.
Es precisamente a pecadores endurecidos, hombres como Esaú (9:13), Faraón (9:17, 18) y Judas el traidor (Lc. 22:22; Jn. 13:18; 17:12; Hch. 1:15–20, 25), impenitentes todos; es decir, a los que hasta el fin rehusan responder favorablemente a las pacientes exhortaciones de Dios, a quienes Dios muestra su ira y hace conocer su poder.
las riquezas de su gloria
Esta frase se refiere a la gloriosa suma total de todos los atributos de Dios. Véase su enumeración significativa en pasajes tales como Sal. 85:10; 145:8, 9; Ro. 11:33; Ef. 1:6–8; 2:4, 5, 7; 3:8.