¿Cuál es el problema de Laodicea?
Reflexiones de las Siete iglesias • Sermon • Submitted • Presented
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Texto bíblico: Apocalipsis 3:20 “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
Introducción
Introducción
La mayoría de los comentadores mantienen una interpretación histórica (no historicista) de Apocalipsis 2-3…
Se trata- dicen varios comentadores- de siete cartas literales a siete iglesias del siglo I que no tienen implicancias proféticas.
El texto es primariamente una amonestación profética/pastoral dirigida a iglesias del siglo I.
Colocar estos capítulos bajo la categoría de “profecía predictiva” es hermenéuticamente inviable.
Existe una categoría hermenéutica que permite conciliar el tenor profético que tiene Apocalipsis 2-3 con su plano histórico como epístolas propias del siglo I: la tipología.
Es posible aceptar que Juan escribió cartas a congregaciones cristianas reales del siglo I, pero, al mismo tiempo, estas epístolas anticipaban el estado espiritual del cristianismo en períodos históricos sucesivos.
La interpretación tipológica también permite explicar las semejanzas históricas entre Apocalipsis 2-3 y la historia cristiana como correspondencias tipológicas, pero, al mismo tiempo, también las discrepancias históricas
Cuerpo
Cuerpo
Herejías en Éfeso
Herejías en Éfeso
Nicolaítas
Nicolaítas
Apocalipsis 2:6 “Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.”
“Los cristianos efesios aborrecían las obras de aquellos que se conocían como nicolaítas, pero no a los nicolaítas mismos.
Es decir, aborrecían las obras pero no las personas.
El creyente está llamado a aborrecer el pecado, de ahí la exhortación del salmista: “los que amáis a Jehová aborreced el mal” (Sal.97:10). [Samuel Pérez Millos, Comentario exegético del Nuevo Testamento: Apocalipsis, 148.]
Una antigua tradición eclesiástica consideraba que eran los seguidores del Nicolás mencionado en Hechos 6:5.
Según los Padres de la Iglesia, famosos por su depravación. Una distorsión de la nueva postura de Pablo sobre la gracia y la ley los había llevado a rechazar todos los principios de la Torá. Por medio de la gracia de Yeshua el Mesías, se libraron de la Torá y cayeron en el libertinaje.
Basaban sus ideas en la visión dualista frecuente entre los cristianos gnósticos de su tiempo. Despreciaban el cuerpo humano y, por supuesto, todo lo perteneciente a la creación física, como material vil y maligno, mientras que consideraban al espíritu como puro, bueno y divino. Por lo tanto, uno podía disponer de su cuerpo a voluntad, torturarlo o gratificarlo, mientras seguía siendo puro en espíritu (Secretos del Apocalipsis, 30, 31).
“El término procede de dos voces griegas: Nikáw, que significa vencer, y laós, pueblo, lo que equivaldría a vencer al pueblo, vencedor del pueblo, vencedor sobre el pueblo, que guardaría una estrecha relación con el significado de Balaam, que equivale a dueño del pueblo.
Podría expresar la conducta de un grupo que pretendía adueñarse o ejercer dominio sobre la iglesia.
Juan conocía bien este tipo de actividad porque había escrito sobre Diótrefes que deseaba tener el primado y ejercía un dominio despótico en la iglesia donde estaba (3 Jn. 9).
Es posible que se tratase del inicio de establecer una jerarquía en la iglesia, exaltando a una casta sacerdotal sobre los laicos de la congregación. [Samuel Pérez Millos, Comentario exegético del Nuevo Testamento: Apocalipsis, 149.]
El mayor peligro viene dentro de la iglesia
El mayor peligro viene dentro de la iglesia
“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.” (Hch 20:29-30)
Herejías en Esmirna
Herejías en Esmirna
Sinagoga de Satanás
Sinagoga de Satanás
“Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.” (Apoc. 2:9)
Probablemente “judíos” en sentido figurado y no literal (los cristianos ahora son un símbolo de Israel: Rom. 2:28–29; 9:6–7; Gál. 3:28–29; 1 Ped. 2:9).
El término, tal como se usa aquí, sin duda se refiere a los que pretendían servir a Dios, pero en verdad servían a Satanás.
El libro de los Hechos revela que muchas de las dificultades de la iglesia primitiva surgieron de las calumnias y acusaciones lanzadas por los judíos contra los cristianos (Hech. 13:45; 14:2, 19; 17:5, 13; 18:5–6, 12; 21:27).
Durante ese tiempo Tertuliano habla de las sinagogas como “fuentes de persecución” (Scorpiace 10).
Sinagoga de Satanás
Sinagoga de Satanás
La sinagoga, como centro de la vida comunal judía, fue sin duda el lugar donde se tramaron muchas intrigas contra los cristianos.
El nombre de Satanás significa “acusador” o “adversario” (ver com. Zac. 3:1; Apoc. 12:10). Estos centros judíos llegaron a ser, literalmente, “sinagogas del acusador”.
Judíos que acusaban a los Cristianos.
Herejías en Pérgamo
Herejías en Pérgamo
“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación (Apoc. 2:14).
Doctrina de Balaam
Doctrina de Balaam
Balaam llegó a ser un ejemplo proverbial hebreo del maestro falso. Aconsejó a Balac, rey de los moabitas, cómo entrampar a los hijos de Israel (Núm. 22:22–24:25).
El resultado fue que los israelitas cometieron idolatría con Baal y cayeron en fornicación con las moabitas (Núm. 25:1–5).
Lo que Balac no pudo lograr directamente, lo consigue a través del engaño de Balaam.
Aunque los efesios reconocieron el error de los nicolaítas (Apoc 2:6), los de Pérgamo y Tiatira fueron engañados por dicha herejía.
Lo que Satanás no pudo lograr en Esmirna lo consiguió dentro de ella por medio del engaño en Pérgamo.
El comer estas cosas y la fornicación fueron prácticas prohibidas expresamente por el concilio de Jerusalén (ver com. Hech. 15:29; Rom. 14:1; 1 Cor. 8:1). CBA 7:766.
Estos dos pecados condujeron a una mezcla de paganismo con la verdadera religión.
Esta descripción, aplicada a la historia cristiana, corresponde con la situación de la iglesia en el período que siguió a la legalización, del cristianismo hecha por Constantino en 313 y su conversión nominal diez años más tarde.
La posición favorable, y aun dominante, que se le otorgó a la iglesia la hizo caer víctima de las tentaciones que siempre acompañan a la prosperidad y la popularidad.
En los días de Constantino y sus sucesores casi todos continuaron su política favorable a la iglesia, la cual rápidamente llegó a ser una institución político-eclesiástica y perdió, gran parte de su anterior espiritualidad. CBA 7:766.
Es probable que aquí se refiera a un solo pecado y no a dos, por cuanto el cometer fornicación tanto en el AT como en el NT equivale indistintamente a cometer inmoralidad sexual o infidelidad espiritual. Idolatría y ramería son sinónimas.
El asunto de comer carne en el rito religioso de un culto pagano de una vez era idolatría y fornicación, por cuanto, en muchos de los ritos paganos, la práctica de inmoralidades sexuales formaba parte también de lo que se hacía en relación con las comidas idólatras (comp. 1 Jn. 5:21). Juan Carlos Cevallos, CBMH, 24:161–162.
Herejías en Pérgamo
Herejías en Pérgamo
“Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.” (Apocalipsis 2:15)
Herejías en Tiatira
Herejías en Tiatira
“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.” (Apocalipsis 2:20)
Jezabel fomentó el culto a Baal en Israel (1 Rey. 21:25) y la persecución.
En los días de Juan alguna falsa profetisa procuraba desviar a la iglesia de Tiatira.
El mensaje indica que en Tiatira se extendía más que en Pérgamo (Apoc. 2:14) la apostasía (Apoc. 2:21).
Cuando se aplica el período de la historia cristiana que corresponde a Tiatira, la figura de Jezabel representa al poder que produjo la gran apostasía de la Edad Media (Dan. 7; com. Apoc. 2:18; cf. Apoc. 17).
A fornicar…
Comer cosas sacrificadas, comparar con Apoc. 2:20 y 2 Rey. 9:22. Esta conducta sin duda tuvo primero una aplicación local en la iglesia de Tiatira.
Aplicado al período histórico de la iglesia representado por Tiatira, representaría una mezcla de paganismo con cristianismo (Eze. 16:15; Apoc. 17:1). Este proceso se aceleró al máximo en los días de Constantino y sus sucesores.
El cristianismo medieval fue más pagano que cristiano en su forma y espíritu.
Herejías en Sardis
Herejías en Sardis
Problemas espirituales
Problemas espirituales
Los problemas de esta iglesia son de índole espiritual.
Tienes fama de estar vivo (Apoc 3:1).
Estas muerto (Apoc 3:1).
Sus obras no son perfectas delante de Dios ()
Herejías en Filadelfia
Herejías en Filadelfia
“He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.” (Apocalipsis 3:9)
Nuevamente tenemos a la sinagoga de Satanás.
Un problema interno en la iglesia.
Personas que les gusta acusar.
¿Herejía en Laodicea?
¿Herejía en Laodicea?
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20)
¿Cuál es el herejía histórica de Laodisea?
¿Son los nicolaítas? ¿la doctrina de Balaam? ¿la doctrina de Jezabel?
¿Cuál es el problema de la iglesia de Laodisea?
¿Cuál es el problema de la iglesia de Laodisea?
“Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” (Apocalipsis 3:17).
Sus obras son infructuosas. Son tibias.
¿Pero ese es el problema?
Conclusión
Conclusión
¿Cuál es el verdadero problema de Laodisea?
¿Cuál es el verdadero problema de Laodisea?
¿Dónde está Jesús?
¿Dónde está la iglesia?
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20)
Jesús está afuera.
Está en la puerta, pero no adentro.