Conformados según Cristo

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Esta es una amonestación, o un consejo del apóstol acerca del peligro que representa para un creyente escuchar razonamientos persuasivos, de aquellos que sirven al engañador.

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Colosenses 2:8–10 RVR60
8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. 9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

INTRODUCCIÓN

Este pasaje de la carta a los Colosenses, es la segunda advertencia del apóstol Pablo contra los falsos maestros. En el versículo 4 del mismo capítulo, Pablo nos advierte en contra de escuchar palabras persuasivas.
Colosenses 2:4 RVR60
4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.

EL PELIGRO DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

Esta es una amonestación, o un consejo del apóstol acerca del peligro que representa para un creyente escuchar razonamientos persuasivos, de aquellos que sirven al engañador. Sus palabras pueden ser sofisticadas y rimbombantes, incluso sus argumentos pueden parecer loables o meritorios, pero como ya mencioné todo el arte dialéctico y retórico de estos maestros está puesto al servicio del engaño. Están hinchados, movidos por sus propios intereses. Su meta no es glorificar a Cristo y honrar Su Palabra.
El evangelio que predican no es poder de Dios para salvación. no logra transformar al ser humano, sino que lo dejan muerto en sus pecados. Solo una persona ingenua y superficial se deja deslumbrar con estas cosas.
Mientras que por el otro lado el evangelio cristiano, Bíblico centrado, nos ofrece el verdadero conocimiento del misterio de Dios, revelado en Jesucristo. Y esto era la razón por la cual el apóstol Pablo se entregó a sí mismo y luchaba en su ministerio para que los gentiles escucharán el evangelio, pero también para que los creyentes fuésemos consolados, unidos en amor hasta que alcancemos todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de que conozcamos el misterio de Dios el Padre y de Cristo.
Colosenses 2:2–3 RVR60
2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, 3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Por tanto, la manera de protegernos de los engaños de los falsos maestros, es construir nuestras vidas en Cristo y crecer en nuestra fe y en nuestro conocimiento en Él.
Alguien dijo que la mejor forma de conocer el billete falso es familiarizarse y pasar tiempo con el bueno, esto hará que al simplemente sentir la textura del billete falso pueda identificarlo rápidamente y rechazarlo.
Los creyentes necesitamos familiarizarnos tan bien con el Señor Jesucristo y arraigarnos en Su Palabra para que podamos protegernos del engaño.
Colosenses 2:6–7 RVR60
6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; 7 arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
Ahora bien, el argumento del apóstol va a más. Su advertencia es aún más seria. En lugar se señalarnos el peligro del lenguaje de los falsos maestros, nos señala el peligro de todo un sistema de pensamiento: él habla de filosofías y vanas sutilezas.
En vez de advertirnos acerca del peligro de ser engañados, nos advierte acerca del peligro mayor, de acabar siendo esclavizados o cautivados.
El verbo engañar proviene del griego συλαγωγέω (sylagogeo) que también se traduce como cautivar, esclavizar, es por eso que algunas traducciones al Español utilizan ese término.
Lo que más me llamó la atención, es el sentido de la palabra en si, que es tomar control. Y habla de llegar a ser capaz de manipular completamente a una persona e incluso sugiere la idea de llevarse a alguien como botín.
Por eso Pablo nos advierte acerca de este peligro, de ser esclavizados, de ser hechos cautivos. Él no quiere que seamos llevados cautivos, o como prisioneros por otra cosa o persona que no sea Cristo.
El riesgo que amenaza a los cristianos de Colosas e incluso a los cristianos de esta generación, no es sólo el de algunos conceptos erróneos dentro de su doctrina esencialmente sana. Sino el de terminar siendo los prisioneros de una cosmovisión o una manera de vivir que nada tiene que ver con el Señor Jesucristo. Por eso dice:
Colosenses 2:8 RVR60
8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Y como el peligro es tan serio, Pablo empieza esta advertencia con el imperativo: Mirad. es decir, ¡velad, tened cuidado, estad alertas! No debéis bajar la guardia.
En cada generación, las maneras de pensar del mundo se van infiltrando en la Iglesia. Empiezan tomando la forma de lo que es políticamente correcto, de tópicos que el mundo da por sentado. Luego, paulatina y progresivamente, empiezan a socavar la sana doctrina del Evangelio de Cristo. Tanto, que hoy tenemos una diversidad de evangelios. Usted seguramente a escuchado sobre el evangelio de la prosperidad, el evangelio de la nueva era, hoy se habla de la transformación del nuevo mundo sin el evangelio.
Hoy a muchos les interesa Cristo, pero no su mensaje, a muchos les interesa el Señor, pero no el Libro que Él inspiro. Porque se han llenado tanto de las tradiciones y las filosofías de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, es decir conforme a la corrompida imaginación humana, o la descompuesta influencia mundana y no según el Señor Jesucristo y su Palabra.
Fíjese usted hermano, que Pablo dice que no nos dejemos esclavizar por medio de lo que ya mencionamos en el texto conforme al mundo y no según Cristo. Hermanos, Cristo es la verdadera medida de la verdad de Dios. La vida de un creyente debe estar fundamentada en la persona de Cristo.
Es por eso que nuestro deber como seres humanos perdidos es creer en el Señor Jesucristo para ser salvos de la ira de Dios. Y luego debemos andar en Él, es decir vivir continuamente nuestra vida en Cristo y arraigarnos en Él, es decir, echar raíces, madurar, crecer y plantarnos de tal manera que seamos inamovibles y fieles al Señor.
Para eso debemos conocer a Cristo y su Palabra más profundamente. Y ser cautivos de Él. Si vamos a ser prisioneros de alguien, debemos asegurarnos que ese alguien sea no otro más que el Señor Jesucristo. Él es quien hace visible al Dios invisible, pues es la imagen del Dios invisible, Él es quien hace audible al Dios inaudible. Él es el Verbo, el λογος y lo es no solo porque es el más acreditado portavoz de Dios, sino porque toda la plenitud de la deidad reside en Él.
Pablo no esperaba ni deseaba que los hermanos de la Iglesia de Colosas se conformaran a él, ni se eleva a él mismo por encima de los engañadores, su deseo era proclamar a Cristo, su deseo era glorificar a Cristo y su glorioso evangelio y esperaba que todos fuéramos y siguiéramos al Señor Jesucristo. Y esa es y debería ser la intención de cualquier portavoz, o predicador indigno como este humilde servidor.

CONCLUSIÓN

Quisiera terminar mencionando un par de verdades o principios.
Es muy fácil dejarnos engañar por las palabras sofisticadas y los argumentos sutiles. Especialmente en nuestros días, ya que por medio de la Internet nuestros oídos están expuestos a escuchar a cualquier clase de predicador y si no tengo cuidado voy a terminar siendo arrastrado por sus ideas. Y no me malentiendas, hay buenos predicadores en la Internet que puedes escuchar, pero también hay algunos que no deberíamos escuchar. Y si por casualidad escuchas a uno de estos, No dejes que te muevan fácilmente de lo que haz recibido, sino llévalo todo al Señor en oración y si no te conforma a Cristo deséchalo.
Debemos recordar que, aunque las formas exactas de la apostasía varían de generación a generación, las intenciones del maligno son siempre iguales; él quiere socavar nuestra confianza en Cristo y ofrecernos pobres sustituciones del evangelio de Dios.
Y finalmente debemos reafirmar nuestra confianza en Cristo como el Supremo Señor y el portavoz de Dios, el autor de nuestra salvación y fiel ayudador. Esto hará que seamos cautivos pero del Señor Jesucristo, no de las ideas de los hombres.
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