EL EVANGELIO ES UNA BENDICIÓN

(Gn. 12:3)

Introducción:

¿Has experimentado alguna vez la alegría de ganar un alma para Cristo?

Es una experiencia inolvidable y más aún, cuando llegas a verlo después de años y continúa en la fe: perseverando y madurando.

La evangelización es la misión suprema de la iglesia.

Un gran número de creyentes piensa que la labor de ganar almas está ligada exclusivamente a los predicadores, pastores y obreros de la iglesia en general.

El “Id” de Jesús no se dirige a un grupo especial de salvados, sino a todos sin distinción.

Todo creyente puede y debe de ser un ganador de almas para Cristo, porque el Evangelio es una bendición.

Base bíblica o teológica:

El evangelio preanunciado (Gn. 12:3 “…y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”)

Esa era una profecía sobre la bendición que iba a caer a toda persona, de todo el mundo, de toda lengua o nación, que recibía el Evangelio de Jesucristo.

Pablo lo confirma en su carta a los gálatas: Gn. 3:8 – 9

Solo en génesis Dios repite la palabra “todos los pueblos”, 5 veces:

- Gn. 12:3 “…y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”

- Gn. 18:18 “…y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra.”

- Gn. 22:18 “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.”

- Gn. 26:4 “…y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente.”

- Gn. 28:14 “…y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.”

El evangelio es una bendición.

Dios nos revela en el N.T. que desea usar a su iglesia como instrumentos para bendecir a todas las naciones de la tierra.

- Mr. 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”

- Mt. 28:19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”

Así que, el Evangelio es para todos. Toda persona debe de escuchar el evangelio y los encargados de esa transmisión oral, somos nosotros.

El Evangelio es para la persona más cerca a nosotros, como para la más lejana a nosotros (Ef. 2:17)

Para los lejanos: enviamos (Ro. 10:14 – 15)

Y algo que de seguro ya lo saben muy bien, pero paso a recordarles, es que la obra de la predicación del Evangelio no sé hace con nuestras fuerzas o nuestra capacidad mental. Si confiamos en eso, solo tendrá como fin el fracaso.

Debemos de ser conscientes que la obra de la predicación del Evangelio solo tendrá resultados positivos, cuando lo hacemos en el poder del E.S.

Lc. 24:49 “…quedaos…”

Hch. 1:8 “…poder…”

Dunamis: dinamita.

Significa gran poder, terrible poder.

Aplicación:

La iglesia podría tener una hermosa y muy planificada visión de evangelismo, pero si no lo hacemos en el poder del E.S., es un ministerio destinado al fracaso.

El Señor de la mies conocía nuestra debilidad e incapacidad de cumplir su mandato, por eso, si Él nos ha mandado “ir por todo el mundo y predicar el Evangelio”a toda criatura, al mismo tiempo también nos ha prometido capacitarnos con el poder del E.S.

Jn. 20:21 – 22

Cristo estaba dando una garantía del derramamiento del E.S. en pentecostés.

¿Por qué es necesario el poder del E.S. para realizar esta tarea de evangelizar?

Hch. 1:8

Testigos: "Martyrion" - Camino del rechazo, del sufrimiento y posiblemente de la muerte.

Hch. 22:20

El acto de dar testimonio del sacrificio y la muerte de Cristo, es un acto de tu propio sacrifico y hasta tu propia muerte.

Cristo fue el primero en dar testimonio del Evangelio.

Jn. 18:37

Todo su ministerio fue un camino de sufrimiento.

Nosotros seguimos las pisadas de Cristo.

Los hombres que llevan las marcas de los martirios de Cristo en su propia vida, por dar testimonio del Evangelio, son reconocidos por Dios.

Hb. 12:1

Hb. 6:10

Sal. 126:5 – 6

Regocijo

La primera recompensa será el gozo que sentirás al ser usado por Dios, por eso te preguntaba al principio:

¿Has experimentado alguna vez la alegría de ganar un alma para Cristo?

La segunda gratificación:

Es la recompensa en los cielos.

Hb. 11:24 - 26

Evangelismo Personal:

La evangelización masiva no es tan eficaz como la evangelización personal (uno a uno).

El objetivo es triple:

- Salvar a los perdidos.

- Restaurar a los descarriados.

- Edificar a los creyentes.

Ventajas del evangelismo personal:

- Adaptarse a las condiciones espirituales de cualquier persona:

Lo que no puede hacer la evangelización masiva, lo hace la evangelización personal.

Cada pecador tiene problemas espirituales diferentes.

Jesús y Nicodemo (Legalismo)

Zaqueo, el publicano (Avaricia – fraude)

El joven rico (Legalismo – idolatría)

La mujer adultera (pecado sexual)

- Promueve el crecimiento de la iglesia:

La iglesia primitiva creció rápido porque todos los creyentes, llenos del E.S. evangelizaban sin cesar (Hch. 5:42; 8:3 – 4).

La mayor y mejor manera de ayudar al pastor en el crecimiento del rebaño de Dios es ganar almas individualmente.

- Se vence los prejuicios:

Hay personas que nunca se han acercado a un templo o han desechado el evangelio por completo, por prejuicios: porque conocieron una iglesia donde el pastor, el tesorero o el liderazgo cogía de las ofrendas. Porque conoció a unos vecinos que vivián peor que incrédulos. Porque tiene falsas ideas o falsa información del cristianismo y eso le ha generado una falsa concepción.

Así que, en el evangelismo personal, tenemos la oportunidad de aclarar todas esas dudas.

Herramienta del evangelizador:

Así como toda persona que trabaja, hace uso de una herramienta; el creyente que desea dedicarse a evangelizar también ha de hacer uso de una herramienta.

El agricultor utiliza un arado.

El albañil, una mezcladora.

El topógrafo, un teodolito.

El ingeniero, una laptop.

¿Y el que evangeliza? La Palabra de Dios.

Stg. 1:21 “…recibir con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.”

¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

¿Qué es lo que hay que predicar? El glorioso Evangelio que se encuentra esparcido en toda la Palabra de Dios.

¿Por qué? Porque la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Pero, para emplear la palabra de Dios, en esta tarea tan honrosa de evangelizar, es necesaria que la empleemos adecuadamente (2 Tim. 2:15).

Ordsotoméo: cortar derecho.

Se refiere principalmente a la correcta aplicación del texto.

Muchas veces al momento de compartir el Evangelio, algunos llegan a utilizar mal las Escrituras, con el deseo de convencer o querer argumentar bien ante las posibles preguntas del pecador.

Busca estar preparado, busca estar empapado de las Escrituras para que, cuando llegué el momento el E.S. te guíe en la labor de ganar almas, haciéndote recordar lo que ya algún momento estudiaste o memorizaste.

Recuerda que el E.S. solo te hará recordar lo que ya sabes. El E.S. nunca te pondrá, de la nada, el conocimiento bíblico que nunca te detuviste a aprender.

Jn. 14:26 “…y os hará recordar todo lo que yo os he dicho.”

Solamente aquel conocimiento bíblico que llegaste a aprender previamente, es lo que el E.S. traerá a tu mente.

¿Cómo podría el E.S. recordarme algo que no sé? ¿Que no he oído? ¿Que no he leído? ¿Que no he aprendido?

El predicador o el ganador de almas no es adivinador de versos.

Muchos, en este punto, utilizan Mateo 10:19 – 20 para declarar que en el momento oportuno el Espíritu Santo lo dará todo; pero basta ver el contexto de ese pasaje (v.18), para ver a qué ocasión se refiere Jesús.

Ese texto nos habla de que el Espíritu de Dios les daría sabiduría divina para responder de tal manera que glorificaría a Cristo y que confundiría o frustraría a sus acusadores.

Es necesario tener un conocimiento previo de las Escrituras.

La herramienta o el arma que utiliza el E.S. es la Biblia, pero el agente que la impulsa es el creyente.

Aplicación:

Debemos de estudiar la Palabra.