Buscando servir para restaurar
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Lectura biblica 2° Samuel 9:1-13
Lectura biblica 2° Samuel 9:1-13
Agustin era uno de esos jovenes activos, serviciales y llenos de entusiasmo. No podia ver a nadie, menos al pastor, cargando un bulto, porque de inmediato se ofrecia a ayudarlo, seguramente usted conoce personas asi. Estaba presente en todas las estrategias de la iglesia. Era una persona próspera, excelente en los negocios y muy bendecida en lo material, pero siempre conservó la secillez y la actitud de servicio. podemos decir que tenia un ministerio diaconal sin ser diacono. Un día alguien, ( digo yo un abogado del diablo), le dijo a Agustín que en la congregación solo nos interesaba el dinero, que solo lo queriamos por sus aportaciones. Esto hizo mella en el corazon de aquel joven y semblante decayó. Yo me di cuenta de la circunstancia el día que nos congregamos para pintar el edificio educativo. nos repartimos las paredes del lugar equitativamente y Agustín, por alguna razón escogió la pared más pequeña. Al principio me extraño, pero despues me contente con la siguiente idea: —seguramente quiere acabar pronto para despues ayudar a los demas como es su costumbre. La cosa no fue así, cuando terminó que fue muy pronto, se lavó las manos y me dijo: “pastor ya terminé lo que me tocaba, me tengo que ir”. Yo lo miré sorprendido, ese no era el Agustin que yo conocía, ¿qué le habría pasado? . Debo decir para felicidad de todos, que despues hablé con él y finalmente pudo recapacitar y volver a ser él mismo. Ahora quiero enfocarme en esa terrible pero muy común actitud que hace que los seres humanos digamos : ya hice lo que me tocaba ¿quién puede decir eso? ¿donde esta escrito lo que nos toca, como para poder estar seguros que ya lo hicimos?
En la lectura de David es una historia preciosa. La misericordia, la gracia y el amor que destilan han servido para ilustrar lo que Dios hizo y sigue haciendo por nosotros los seres humanos. podemos obtener muchas enseñanzas de todo ello, pero hoy debemos enfocarnos en una idea central: David busco a alguien a quien servir. ¿no le parece interesante y ejemplar? Despues de muchos días de lucha, despues de haber sido perseguido, despues de tiempo de dolor y sufrimiento, finalmente es reconocido como rey y en vez de dedicarse a disfrutar de su poder y autoridad le preocupa una cosa: ¿no habrá alguien por ahí a quien yo pueda servir mostrandole misericordia? ¡que tipo! Esto es lo que lo hace grande y la razón por la que a nuestro Señor se le llegó a decir “hijo de David”
Refexionemos en elas siguientes enseñanzas:
Nunca demos por terminada nuestra tarea. David nunca dijo: ya hice lo que me tocaba, buscó a alguien más a quien servir. Cuando un crsitiano se siente satisfecho con lo que ha hecho y aplica aquel proverbio que dice “crea fame y echate a dormir” ha dejado de servir. En la iglesia donde los cristianos nos desarrollamos siempre habrá un nuevo ministerio que realizar, alguna necesidad de suplir, algun Mefi-Boset a quien reinvindicar. Si los cristianos fueramos responsables de todo lo que Dios nos ha dado tendriamos casas hogar para niños sin padres, centros de apoyo para mujeres maltratadas, escuelas para personas especiales, etc., No cancelemos nuestra vigencia jamás, siempre hay algo más que hacer. Nunca digamos: “ya hice lo que me tocaba”
Nunca limetemos nuestro servicio por asuntos personales. Una de las cosas mas ttristes que puede pasar en un a iglesia es la discriminación . Esta se puede dar por asuntos sexuales, raciales, economicos o sencillmentes por el apellido. David buscó a alguien que fuera descendiente de Saúl ¡Su enemigo!, aquel que lo queria matar, aquel que por poco lo clava en su pared con una lanza, aquel que lo obligó a dejar su casa y a huir como delincuente por las montañas ¿podemos notar lo extraordinario del asunto? La maniobra de esta semana, por ello debemos de servir en el cuerpo de Jesús como un solo hombre, eso nos desafía a un servicio franco y abierto, literal y lleno de amor verdadero. No solo servimos con nuestras habilidades en la iglesia, tambien podemos llevar los beneficios de la iglesia al trabajo, la escuela, y la cominidad. Dios nos ha dado tanto que podemos y debemos compartirlos con otros. En ocasiones, un servicio que prestamos puede cambiarle la vida a alguien.
La historia de Teddy stallar.