EZER: Conociendo mi rol
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Introducción.-
Introducción.-
El hombre y la mujer son seres que han sido formados y creados por Dios. Ninguno superior al otro. Ambos mostrando la imagen de Dios en sí mismos.
Cita bíblica:
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
I. Jehová Dios dijo
I. Jehová Dios dijo
El matrimonio ha sido algo instituido por Dios, no como consecuencia del pecado, sino como algo establecido antes de eso. En la realidad de los seres humanos, Dios es el que conoce bien cuáles son sus necesidades. Lo que Dios dice es lo que es. Nada hay que lo que él diga no sea veráz (Ro. 3:4).
II. No es bueno que el hombre esté solo
II. No es bueno que el hombre esté solo
Aunque la soledad afecta a todo tipo de personas, con la edad aumenta su dimensión social; en general, la sufren más los hombres y las personas sin estudios (gráfico 3). A lo largo de sus vidas, entre un 27 y un 36% de los hombres (entre 26 y 34% de las mujeres) se sienten abandonados o echan de menos la compañía de los demás (aislamiento social) y son incluso más, entre el 32 y el 53% de los hombres y el 26-44% de las mujeres, quienes no tiene suficientes personas a las que recurrir en caso de necesidad o en las que confiar plenamente (aislamiento emocional).
En todos los casos la dimensión emocional de la soledad es más intensa que la social, y llega a ser de más del 52% entre quienes no tienen estudios. Todo apunta, en definitiva, a que la cara más visible de la soledad no es tanto no tener compañía o sentirse abandonado/a, sino sobre todo percibir que no se cuenta con un entorno al que poder recurrir o confiar en caso de necesidad. (Ver Imagen “https://drive.google.com/file/d/1SMEchZpqzDHlTuvPaGRR6w7p7BdfdWVN/view?usp=drive_link”)
No es que a Dios se la haya escapado un detalle en la creación del hombre, no es que se le olvidó crear a la mujer al Adán darse cuenta que no había pareja para él. Lo más sensato es pensar de que la falta de una compañera para él sea descubierto por él mismo para caer en la realidad de que no está completo.
Una realidad que le lleva al hombre a la búsqueda
En todo el proceso de nombramiento de los animales, el hombre se da cuenta de su necesidad y su soledad. “No es bueno que el hombre esté solo”. El hombre debe entender su necesidad, y aquí no solo se trata de una necesidad física, sino también emocional, afectiva y social.
El hombre no puede estar solo. La soledad en el hombre produce extrema ansiedad, depresión aislamiento.
Una realidad que mueve a la mujer a la acción de sus aptitudes
La mujer debe ser alguien que también debe entender que el hombre no puede estar solo, necesita de la mujer. Negar esta realidad de parte de la mujer generará tener a su lado un hombre depresivo, amargado, aislado e incluso serio y deficiente.
III. Le haré ayuda idónea
III. Le haré ayuda idónea
“Ayuda Idónea” son términos muy especiales en la Escritura. Esto es la esencia de la mujer. “Ezer Kenegdo”. La expresión aquí en el original es muy diferente a lo que se expresa en el castellano. En el castellano se muestra como ayuda a alguien que no necesariamente significa que no puede hacer la tarea, sino que se agiliza su trabajo.
Ezer
La palabra "ayudante" implica la insuficiencia de él, no la inferioridad de ella. La entrega de la mujer al hombre no es resultante del pecado, sino que antes del pecado era muy bueno que la mujer esté para el hombre y viceversa.
De tal ayuda tenía necesidad el hombre, para poder cumplir su vocación, no sólo de perpetuar y multiplicar su raza, sino de cultivar y gobernar la tierra.
Kegendo
La expresión supone una relación complementaria; lo que a él le faltaba, ella lo suplía y viceversa. Ambos comparten la imagen de Dios (1:26, 27).
La dádiva de la mujer resulta por la insuficiencia del hombre.
Ser ayuda idónea nunca ha sido ser inferior, sino llevar impregnado en sí la imagen de Dios mismo. Ser ayuda idónea es ser lo que Dios es. Es tener la esencia de Dios, Dios es llamado el ayudador del pueblo de Israel (Os. 13:9)
El estatus de Eva sigue siendo igual al de la imagen divina. Su equivalencia (o igualdad) está indicada por la respuesta de Adán a Eva en el v. 23, donde se refiere a ella como hueso de sus huesos y carne de su carne.
Además, el mandato de dominio (mayordomía) fue emitido tanto para el hombre como para la mujer al mismo tiempo (ver 1:28). Esto demuestra que la relación entre Adán y Eva no es de dominio, sino que implica una diferencia de funciones: él bendice la creación al nombrar a los animales, mientras que ella la bendice al continuar la vida de la humanidad (3:20). Eva viene junto a Adán para ayudarle en su mandato de administrar la creación: Adán lidera en el sentido de que ya está trabajando con la creación antes de que ella sea creada.
Aplicación
Aplicación
Sin la mujer, el hombre en su perfección estaba incompleto. Fuimos creadas para completarlos, no para competir y tener una “realización personal” a la par con ellos.
Son opuestos (distintos) de diversas maneras, pero formados para complementarse de modo perfecto (como una imagen en el espejo). La ayuda idónea es, pues, alguien que complementa a otra persona y la asiste para ser más fructífera.
Por tanto, debemos desechar la idea de que solo somos ayuda idónea si tenemos un esposo. Esa idea está incompleta en su definición. No es consistente con el carácter de Dios. Nuestro Dios, como Creador, no activa un diseño y lo desactiva (en el caso de que se activara con el esposo, y se desactivara si enviuda o pierde el estatus por cualquier otra circunstancia). Las mujeres no fuimos creadas en una especie de limbo, esperando con los dedos cruzados que llegara aquel que activaría el diseño. Más bien, en el plan eterno de Dios, ese diseño data de antes de la fundación del mundo y se activa cuando nace cada mujer y toma diferentes características a lo largo de su vida según los roles que vaya desempeñando a través de su existencia.