Primicias 2024

Primicias  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
0 ratings
· 171 views
Notes
Transcript

Primicias

¿A cuánto les gusta recibir bendiciones de Dios? ¿cuántos quieren las bendiciones de Dios? ¿qué debo hacer para recibirlas? ¿qué es primero? La Palabra nos da la respuesta.
¿Cuál crees que es el tema del que más habla la Biblia? Oración, 500 versos; Fe, 248 versos, dinero y posesiones, 2 mil veces. El Señor Jesús dijo 38 parábolas y 16 habla de dinero, casi el 43% de sus parábolas. Desde el punto de vista bíblico, es importante entender nuestra relación con el dinero, porque revela tus prioridades, tu lealtad e interés.
La forma cómo usas el dinero, impacta directamente en las bendiciones que recibirás en tu vida. Muchos tienen problemas financieros, porque no han obedecido o no han entendido el concepto de Dios del uso de las finanzas; otros, por el hecho que les va bien, no tienen problemas financieros, creen que Dios no tiene nada qué ver con el dinero y ¡es todo lo contrario! Y se pierden de bendiciones que no conocen.
El diezmo como las primicias hacen referencia a lo primero, lo primogénito. Veamos el antecedente:
«Dedícame a todos los primeros hijos varones del pueblo de Israel. Todo primer nacido tanto de los seres humanos como de los animales, me pertenece».” (Éxodo 13:2, NTV)
Todo primer nacido ¡es de ÉL! Ya lo es y lo dice más de 15 veces por toda la Biblia. por ejemplo:
deberán presentar al Señor todo primer hijo varón y toda primera cría macho de los animales, porque a él le pertenecen. Para recuperar la primera cría de un burro, podrán pagar rescate al Señor entregando como sustituto un cordero o un cabrito; pero si no pagan rescate para recuperarlo, tendrán que quebrarle el cuello al animal. Sin embargo, tienen la obligación de pagar rescate por todo primer hijo varón.” (Éxodo 13:12–13, NTV)
Todo primer hijo varón se sacrifica o se rescata, no hay 3a opción. Cuando un animal daba su primer cría, era sacrificada, pero si tenía algún defecto, era cambiado por un cordero sin mancha. El primogénito debía ser puro y sin mancha para ser sacrificado. Si era imperfecto, tenía que ser cambiado o rescatado. Vendido y el dinero se llevaba al templo.
Recordemos el encuentro de Juan el Bautista con Jesús en las riveras del Jordán:
Al día siguiente, Juan vio que Jesús se le acercaba y dijo: «¡Miren! ¡El cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29, NTV)
Juan define a Jesús, como primogénito de Dios, perfecto, sin mancha; todo lo contrario a nosotros, imperfectos, pecadores. Ahora unamos las 2 ideas. La ley dice que si el primogénito es puro, le pertenece a Dios y debía ser sacrificado. Jesús el primogénito Hijo de Dios, era el sacrificio perfecto para rescatarnos. ¿Quién más podría rescatarnos? ¿entendemos el paralelismo?
Cuando Jesús fue crucificado, nos compró a precio de sangre, literalmente fue una ofrenda del primer fruto; en un sentido real, Jesús fue la primicia de Dios. Dios entregó SU primicia (Jesús) antes que nosotros creyéramos.
pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.” (Romanos 5:8, NTV)
Dios no esperó a que lo aceptáramos o nos arrepintiéramos para entonces decidir dar a SU Hijo. De la misma forma nosotros damos los diezmos, primicias de nuestros primeros frutos antes de ver la bendición del resto del año o de la quincena. Así es cómo damos en Fe.
¿Recuerdan la última plaga en Egipto? Dios toma la vida de los primogénitos ¿por qué? ¡porque le pertenecen! Pero ningún primogénito de los israelitas muere esa noche ¿por qué? porque sacrificaron un cordero para rescatarlos.
Moisés recibe instrucciones para poner sangre de un cordero en las puertas, lado izquierdo, después derecho, arriba y a la mitad del dintel, creando la figura de una cruz con la sangre. Los israelitas fueron liberados de la esclavitud, por la sangre de un cordero. ¡Así como nosotros somos salvados!
El principio de los diezmos y las primicias es poderoso. ¡Cada primicia que se da nunca se pierde! cada primera cosa que no se da ¡se pierde para siempre! En otras palabras, lo que damos a Dios ¡no lo perdemos! porque ÉL lo rescata para nosotros ¡lo devuelve de muchas formas! pero si no lo damos, lo perdemos. Jesús dijo:
Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás.” (Mateo 16:25, NTV)
La biblia dice que todo lo primero ¡le pertenece! Lo primero de nuestras fuerzas, días, tiempo, finanzas. Ahora ¿qué es diezmar? darle lo primero de cada ingreso. ¿Qué son las primicias? darle lo mejor de nuestra primera cosecha al principio de cada siembre en esa época y al principio de cada año ahora.
Es como decir: Señor y Dios, doy las primicias al inicio de cada año y mis diezmos de cada ingreso y así confío que rescatarás el resto. O sea, al dar el primer cordero ¡no sabes cuántas crías más tendrá la oveja! Dios no dijo: que la oveja tenga 9 crías y al nacer la décima ¡me la das! ÉL dice ¡dame la primera!
Ana ofrece a su primer hijo, un hijo que ¡no podía tener! Le nace Samuel y ¡no sabe si tendrá más hijos! pero cumple y lo lleva al templo. Dios le da más hijos.
Entonces el Señor le dio a Ana tres hijos y dos hijas. Entre tanto, Samuel crecía en la presencia del Señor.” (1º Samuel 2:21, NTV)
Para dar lo primero ¡se necesita fe! Por eso no todos obedecen con sus diezmo y las primicias, el promedio de personas que diezman en la iglesia es el 20%, los demás ¡dan lo que quieren! Diezmar y dar primicias es reconocer que Dios es primero en tu vida, y eso que das ¡rescata el resto! Cuando lo primero es entregado, lo demás queda rescatado, redimido.
Venir a Casa el primer día de la semana es entregarle a Dios ¡el resto de la semana! Al orar en la mañana, le entregas el resto del día; por eso la importancia de reunirse y orar.
Los que ven el lunes como el primer día de la semana y dicen: tengo que empezar bien la semana, levantarme temprano, llegar a tiempo al trabajo, escuela, lo que hacen es dar el diezmo, las primicias de sus fuerzas ¡al trabajo! El trabajo es su dios. Como discípulos debemos darle la primera parte de nuestra semana a Dios. La Biblia dice:
»Cuando recojas tus cosechas, lleva a la casa del Señor tu Dios lo mejor de la primera cosecha...” (Éxodo 23:19, NTV)
Dios merece y pide ¡lo mejor, no lo último! No es dar el diezmo, porque después de hacer cuentas ¡te alcanzó! Además dice:
»Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da como preciada posesión y la conquistes y te establezcas en ella, coloca una parte de las primicias de cada cosecha en una canasta y llévala al lugar de adoración designado, el lugar que el Señor tu Dios elija para que su nombre sea honrado.” (Deuteronomio 26:1–2, NTV)
La quiere en el lugar que ÉL eligió. No te dice: mándalo a un ministerio de TV, a la persona necesitada -es bueno y necesario ayudar-, no te dice ¡entrégalo dónde tú quieras! Es claro: el lugar que el Señor Dios elija.
Diezmar y llevar primicias a la Casa de Dios implica darle Honra. En el AT eran campesinos, granjeros, pescadores, llevaban sus animales al sacrificio o las vendían. Ahora no vamos a traer una oveja -a menos que sea en barbacoa-, lo que traemos es el ingreso de nuestra actividad.
Pero hay una promesa pegada a la obediencia, y es esta:
“...Entonces él llenará tus graneros, y tus tinajas se desbordarán de buen vino.” (Proverbios 3:9–10, NTV)
Tendrás lleno tus graneros, suficiente para que comas, y comercies con el resto, tus tinajas desbordarán de vino, no perdón ¡de buen vino! el mejor vino. Dios quiere darnos lo mejor, pero nos privamos de recibirlo cuando no obedecemos.
Cuando Israel entra a Jericó, Dios les dice ¡no se queden con nada del botín!
Todo lo que esté hecho de plata, de oro, de bronce o de hierro pertenece al Señor y por eso es sagrado, así que colóquenlo en el tesoro del Señor».” (Josué 6:19, NTV)
¿por qué les pidió eso? Jericó fue la primera ciudad que conquistarían camino a la Tierra Prometida, ese sería su primer botín, en otras palabras ¡es la primicia de las ciudades, de las conquistas! Dios dice: traigan el oro, plata de Jericó a mi Casa y pueden tomar el oro y plata del resto de las ciudades que van a conquistar.
No dijo: ¡conquisten 9 ciudades para ustedes y me dan la 10a! No es así, primero me dan a mí y entonces, pueden quedarse el resto. Imagina, es la primera ciudad que conquistan, vienen del desierto, por más de 440 años ¡no han sido dueños de nada! Obedecer esta orden ¡requiere fe! Si has leído Josue 7, sabes la historia. Hubo un hombre que no tuvo fe y no obedeció, Acán se quedó con cosas para él y trajo maldición a Israel.
Cuando llevaron el botín de lo conquistado a la Casa de Dios, después vendrían las conquistas para ellos, pero la desobediencia de Acán trajo maldición para todo el pueblo, hasta que Dios les dijo que era por uno que no había obedecido. Acán sufrió las consecuencias de su desobediencia.
El diezmo de principio a fin de la Biblia es consagrado o maldito. Si lo damos a Dios ÉL lo bendice y rescata el resto, pero si nos lo quedamos, entonces es maldición ¡por que es robado! se lo hemos robado a Dios.
»¿Debería el pueblo estafar a Dios? ¡Sin embargo, ustedes me han estafado! »Pero ustedes preguntan: “¿Qué quieres decir? ¿Cuándo te hemos estafado?”. »Me han robado los diezmos y ofrendas que me corresponden. Ustedes están bajo maldición porque toda la nación me ha estado estafando.” (Malaquías 3:8–9, NTV)
Quizá alguno dice: pero, es que en yutu vi un video que decía que eso es del AT, es de la ley. Y olvidan que la Biblia dice:
»Yo soy el Señor y no cambio...” (Malaquías 3:6, NTV)
Otro dice: eso es del viejo pacto, Jesús anuló la ley. Y olvidan que la Biblia dice que Jesús vino a ser el filtro por medio de cuál entender el AT, la Ley, el Pacto ¡no para anularlo! O ¿porque estamos en la gracia ahora sí ya se le puede robar a Dios? En la Biblia hay principios que van desde el Génesis hasta el Apocalípsis y los diezmos y las primicias es uno de esos principios.
Otro más puede decir: la verdad es que no doy el diezmo y ¡me va bien! Quizá la perspectiva correcta es ¡imagina cómo te iría si obedecieras a Dios!
Otros más dicen: no tengo para diezmar ¡menos para primicias! Bueno, sí tenía pero lo usé para una emergencia, ¡ya lo metí a la cuenta! Dios no te va a obligar, si decides no obedecer, pero llegará el momento que perderás lo que le has robado a Dios ¡y aún más! Además ¿qué testimonio quieres dar? uno de obediencia al reconocer que lo que tienes lo recibes de Dios. Leamos una historia:
Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para el Señor. Abel también presentó una ofrenda: lo mejor de las primeras crías de los corderos de su rebaño. El Señor aceptó a Abel y a su ofrenda, pero no aceptó a Caín ni a su ofrenda. Esto hizo que Caín se enojara mucho, y se veía decaído.” (Génesis 4:3–5, NTV)
¿Por qué le agradó la ofrenda de Abel y no la de Caín? Leemos que Abel le dio a Dios lo mejor de lo primero de su rebaño. Caín le dio algo de sus cultivos. Caín sembró, dejó que creciera, cosechó, comió y cuando se acordó, dio de lo que tenía, pero ¡no fue lo primero que brotó! En cambio Abel trajo lo mejor de lo primero de sus crías y eso agradó a Dios. Dios recibe y bendice cuando le damos lo mejor de lo primero.
»La décima parte de los productos de la tierra, ya sea grano de los campos o fruto de los árboles, le pertenece al Señor y debe ser apartada, es santa para el Señor.” (Levítico 27:30, NTV)
El diezmo es: la décima parte. Si tenemos 10 billetes de 100 ¿cuánto es? 1 billete de los 10, ahora ¿cuál de esos es el primer billete? recibes tus 10 billetes el martes. Lo primero que apartas es para las deudas, la renta, proveedor, escuela. Llega el domingo y buscas en tu cartera y hay 3 billetes de 10 lo tomas y lo entregas ¿es ese diezmo lo primero de tu ingreso? ¡no! Aunque es el 10%.
El principio es: el diezmo es lo primero que se aparta y se da, eso representa tus primeros frutos. Lo primero que se aparta ¡es el diezmo! Si lo primero que apartas es para el proveedor, las deudas y al final, si te alcanza das el diezmo ¿es un acto de fe? ¡claro que no! además ¿qué dice de tus prioridades? Si te sobra le das a Dios ¡eso no es fe! Al dar lo primero, ese primer fruto tiene el poder de rescatar, bendecir el resto.
Si la primicia es santa, también lo es toda la masa; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.” (Romanos 11:16, RVA)
Esa obediencia en Fe destapa las bendiciones. Lo primero rescata el resto. Por eso no des lo primero a las deudas ¡ese es tu dios! muchos cristianos le temen más al proveedor, al banco en ceros, honran más su ahorro que a Dios. Pero el que diezma está diciendo: se que tengo compromisos, proveedores que pagar, pero primero lo primero, le daré a Dios lo primero y confío que ÉL bendecirá el resto de mi ingreso y mis gastos.
En la antiguedad era más que dinero. Dios le pide a Abraham lo primero y lo que más quería. A su primer hijo Isaac. Abraham no dijo: Pero Dios, espere más de 90 años para tener este hijo, es el único, dame más hijos y cuando tenga más te lo ofrezco. Dios no se lo concedió, no lo exentó por tener sólo un hijo, le pide su primogénito ¡en fe se lo debía dar! Abraham obedeció y así rescató a su propio hijo.
El tema de las finanzas revela la condición de nuestro corazón. Podemos decir que Dios es lo primero, pero si no das tus diezmos, tus primicias ¡eso comprueba que no es así! Y lo que es primero son tus hijos, los gastos, negocio, cónyuge, etc.
Requiere fe porque una voz te dice: no te va a alcanzar, ¡es tu dinero! no lo des, es tu ahorro ¡es mucho dinero! Dile a esa voz ¡Sí lo daré! porque es mi Dios y mi Padre quién lo pide y ÉL sabe lo que necesito. Aquí entre nos, dime ¿prefieres vivir con el 100% de tus ingresos a pesar que fuera maldito? o ¿prefieres vivir con el 90% pero con bendición? ¿Prefieres quedarte con lo mejor de Enero, por si algún mes del año te va mal? o ¿prefieres dar tu primicia sabiendo que Dios bendecirá los 11 meses restantes? Esas son las verdaderas preguntas.
Tú y yo sabemos que ¡Dios no necesita tu dinero! Obedecemos porque ¡somos nosotros quienes necesitamos SU bendición! Además, es así como le enseñamos a nuestros hijos a confiar en Dios en las cosas importantes.
»El día de mañana, cuando sus hijos les pregunten: “¿Y esto qué significa?”, les dirán: “El Señor, desplegando su poder, nos sacó de Egipto, país donde fuimos esclavos. Cuando el faraón se empeñó en no dejarnos ir, el Señor les quitó la vida a todos los primogénitos de Egipto, tanto de hombres como de animales. Por eso le ofrecemos al Señor en sacrificio el primer macho que nace, y rescatamos a nuestros primogénitos.”” (Éxodo 13:14–15, NVI)
Tus hijos ven lo que haces, no solo lo que dices, cuando te vean adorando, obedeciendo y te pregunten ¿por qué lo haces? le dirás que fuiste esclavo pero Dios te liberó con poder.
Por si esto no fuera suficiente ¿Recuerdas el versó que vimos la semana pasada?
Juan respondió: —Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda desde el cielo.” (Juan 3:27, NTV)
Ser fiel tiene su recompensa. Si tienes poco o mucho ¡te ha sido dado! Si con eso que se te ha concedido eres obediente, eres el candidato perfecto para recibir sus bendiciones, porque si eres fiel en lo poco, o mucho ¡Dios te dará más! Si hasta ahora no has diezmado, no has dado primicias porque ¡es mucho dinero! Déjame decirte que te has conformado con poco y has creído que con tus fuerzas ¡puedes ganarle a Dios! Y has olvidado que nadie recibe nada, a menos que Dios se lo conceda desde el cielo y dice Su Palabra que desea que seamos prosperados en todo.
Lo importante no es cuánto tenemos, sino ¡a quién le pertenece! De quién lo has recibido. Y una vez que sabes que toda bendición la recibes de Dios:
Disfruta sus bendiciones
Al ser obediente, Dios envía bendiciones ¡disfrútalas! Ahorra, invierte, y ¡Disfruta! ve al cine, viaja, compra lo mejor de lo que puedes comprar, no te avergüences de las bendiciones ¡Dios desde el cielo te las concedió! entonces disfrútalo.
En ocasiones disfrutas más las cosas cuando “sientes” que te lo has ganado con el sudor de tu frente, pero eso orgullo o soberbia. Es por tu talento, tu esfuerzo. Pensar así tiene el enfoque equivocado, te enfocas en las cosas, en ti, en vez de enfocarte en Dios.
Pero cuando sabes que lo has recibido de Dios, entonces cuando te feliciten por tu carro, trabajo, casa, logros, hijos, labial, no dirás: claro es ¡lebel! Calvin, sólo dirás: ¡Gracias a Dios! Si te preguntan detalles, puedes decir: claro, es de LM, Tepito, Paris…love de Paris.
Termino con esto. Crucemos la barrera de la obediencia y lleguemos a la honra. La obediencia es hacer lo que se nos manda, la honra no necesita una orden, es hacer lo que debemos hacer sin que nadie nos lo mande.
David era un hombre conforme el corazón de Dios, porque propuso en su corazón construir un templo para Dios. Pero ¡Dios no se lo ordenó! Le ordenó a Moisés hacer un tabernáculo ¡pero no a David! Salió de su corazón, sin que nadie se lo pidiera. También decidió traer el arca del pacto de casa de Obed Edom ¡sin que Dios se lo pidiera! Y Dios pensó: éste hombre está buscando la forma de honrarme.Ese es el corazón que agrada a Dios, y llevó a David a ser rey de Israel. Era un hombre con muchos defectos, pero, cuando se trataba de su Dios ¡no escatimaba nada!
Honremos a nuestro Dios con nuestros Diezmos y primicias
Primero vamos a orar por las ofrendas. Si necesitas un sobre, puedes levantar la mano. Este no es el momento de las primicias, primero las ofrendas y diezmos
COMUNIÓN
Las primicias
Ahora por las primicias, y con esto, de ahora en adelante, el momento de ofrendas y diezmos cada domingo, será así: todos llevaremos nuestra ofrenda y diezmos al altar. Los servidores te darán los sobres, pero eres tú quién lleva tu diezmo y ofrenda al altar.
Primicias
Pasaremos por familias, involucra a tus hijos, que aprendan a confiar y a obedecer a Dios. Que vean que sus padres ¡obedecen y dependen de Dios! Cuando tú y yo ya no estemos, ellos recordarán lo que te vieron hacer y buscarán a Dios, así como sus padres lo hicieron.
Al ir pasando al frente agradece a Dios con esta oración:
“Y ahora, oh Señor, te traigo las primicias de las cosechas que me has dado de la tierra”.
“Luego coloca las primicias ante el Señor tu Dios y póstrate ante ÉL en adoración”. (Deuteronomio 26:10, NTV)
Si gustas arrodillarte en tu lugar, así oramos por las primicias, entregamos el ayuno.
Después de orar, que se pongan de pie y damos la bendición pastoral del mes de Febrero.
Oración pastoral
Related Media
See more
Related Sermons
See more