Encuentros que cambian familias
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Texto: “y también Jesús fue invitado, con sus discípulos, a la boda” (Juan 2:2).
Propósito: “Solo la presencia de Cristo puede hacer felices a hombres y mujeres. Cristo puede transformar todas las aguas comunes de la vida en vino celestial”. HC 24
I. Introducción
I. Introducción
Ilustración
Lelian Chew es una organizadora de bodas para los súper ricos de Asia-Pacífico, donde actualmente hay más multimillonarios que en Estados Unidos o Europa.
Lelian acepta solo diez bodas al año y cobra un promedio de un millón de dólares por evento. Joyas de Cartier, cientos de miles de dólares en flores y múltiples vestidos de diseñador no son nada fuera de lo común para sus clientes. Lelian Chew satisface la necesidad a los que no les hace falta nada.
Estudiaremos esta ocasión la importancia de invitar a Jesús a nuestro hogar en todo momento, en las alegrías y las crisis.
II. Cuerpo
II. Cuerpo
A. Momentos inolvidables
A. Momentos inolvidables
“Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús” (Juan 2:1)
“Al tercer día marca el tiempo desde el último evento registrado cuando Jesús llamó a Felipe y tuvo el encuentro con Natanael. Este sería el séptimo día de la primera semana iniciada en la sección anterior. Jesús había prometido a Natanael que vería “cosas mayores” y no demoró en comenzar a cumplir esa promesa, y lo hizo en el mismo pueblo de donde era Natanael (21:2)”. (James Bartley et al., Comentario bı́blico mundo hispano: Juan, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2004), 83.)
“Jesús salió de las proximidades de Betábara (ver com. Jn 1:28), viajó el resto del día mencionado en el cap Jn 1:43, todo el día siguiente y la mayor parte del “tercer día”, una distancia de unos 105 km”. CBA 5:898.
B. Boda Judia
B. Boda Judia
La bendición de un casamiento aldeano es una ceremonia sencilla, familiar, y corta. Los amigos del novio han erigido sobre la era del caserío una rústica jupá blanca, que las muchachas se han encargado de decorar con yedras y flores.
A su sombra se sienta la novia en lo que representa un trono, a la derecha del sitial previsto para el novio. Allí espera ataviada con sus mejores galas, entre las que no pueden faltar joyas de oro, aunque sean prestadas, porque como dice el salmo evocado en el rito: «A tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir».
Hoy la novia, por pobre que sea, será «reina» por un día. Cuando llega el novio escoltado por su séquito, entre tímido y nervioso, levanta con mano trémula el velo del rostro de la doncella, a quien apenas ha visto desde sus desposorios, y se sienta a su lado en medio del regocijo de todos.
Ella da siete vueltas en torno a él antes de sentarse de nuevo en su sitial, bajo el dosel, mientras alguien salmodia el oráculo de Jeremías: «Jehová ha creado una cosa nueva sobre la tierra: la mujer rodeará al varón».
Entonces llega el momento central del rito, el kiddushin, o ceremonia de la alianza. Es el intercambio de votos y promesas solemnes, mediante el cual los jóvenes se entregan y «consagran» el uno al otro.
A continuación, ya en un ambiente más relajado, los novios reciben las siete bendiciones rituales, pronunciadas por el rabino o por los ancianos de la familia: «Bendito sea quien creó al ser humano a su imagen y semejanza y ha provisto para su procreación y su dicha, bendito sea el creador del novio y de la novia del gozo y de la fiesta, del regocijo y del júbilo del placer y del deleite, del amor y la hermandad, de la paz y la amistad… Señor, permite que esta pareja sea muy feliz, así como tú hiciste felices a tus criaturas en el jardín del Edén».
Las bendiciones culminan en una plegaria final, a la que se unen todos: «Bendito seas, Adonai nuestro Dios, rey del universo, creador del fruto de la vid, porque nunca hay gozo sin vino...».
Los novios beben entonces un trago de vino del mismo vaso de barro, que después el novio arroja al suelo y rompe con un fuerte taconazo, para recordar la fragilidad de todo gozo humano, incluido el conyugal.
Es el tiempo en el que el vino, por lo general, abunda, ya que se acaba de cosechar el nuevo mosto. Por eso el drama que se anuncia resulta más patente, porque deja en evidencia la pobreza de los contrayentes. Sea que la familia hizo mal los cálculos y han hecho corto; sea que los modestos recursos de los novios no dan ya para más; sea que por el calor la gente ha bebido más de la cuenta o que se han agregado demasiados invitados imprevistos, el resultado es el mismo: falta precisamente lo esencial, la bebida.
No queda vino en la despensa y muy pronto va a faltar también en las mesas.
En la simbología bíblica de Israel, el vino es alegría, es placer y vida. Y si se acabó el vino, se acabó la fiesta. Badenas, Roberto. Encuentros decisivos (Spanish Edition) (pp. 52-55).
C. Invitamos a personas únicas
C. Invitamos a personas únicas
“y también Jesús fue invitado, con sus discípulos, a la boda.” (Jn 2:2).
“Así demostró su simpatía por los hombres y su deseo de contribuir a su felicidad”. DTG 118.
“Lo acompañaba un grupo de jóvenes, cuyos ojos lo seguían con reverencia”. DTG 119.
Esta invitación puede haber sido intencionalmente o sin intención.
La mejor decisión que podemos hacer, es invitar a Jesús en nuestras vidas.
Esta decisión es intencional para salvación.
Muchas veces hemos pensado en la religión como un amuleto para los malos momentos., como el típico ejemplo del ateo que lo es es hasta cuando el avión empieza a desplomarse.
Jesús debería estar en los mejores momentos de nuestra vida.
Si ahora Jesús no está en tu vida y estas de maravilla, invítalo.
D. Algo hace falta
D. Algo hace falta
“Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo*: No tienen vino.” Jn 2:3.
“Lo que empezó con cánticos y alegría, termina en cansancio y desagrado. Pero los dones de Jesús son siempre frescos y nuevos”. DTG 122
Había preocupación entre las personas, casi todos sabía el problema, menos los novios.
En la simbología bíblica de Israel, el vino es alegría, es placer y vida. Y si se acabó el vino, se acabó la fiesta. No está bien visto escatimar la bebida en una boda.
Es de mal augurio, porque el mosto representa la bendición, como se ha recordado en la ceremonia nupcial. Badenas, Roberto. Encuentros decisivos (Spanish Edition) (pp. 54-55).
Quizá la presencia de los discípulos de Jesús contribuyó a la falta. CBMH 84.
¿Qué le hace falta al hombre?
¿Qué le hace falta al hombre?
La primera parte de esta historia se reproduce en la vida de un número incalculable de parejas, más tarde o más temprano.
Un hombre y una mujer se aman y deciden emprender una nueva vida juntos. Esperan ser siempre felices y se expresan su amor con atenciones, gestos de cariño y regalos.
Hasta que, en un momento dado… algo esencial se acaba.
“Y es que las provisiones humanas de felicidad, como las reservas de vino de las bodas de Caná, no son inagotables”.
En la vida de todos pueden llegar momentos decisivos en que se termina el vino.
En la vida de todos pueden llegar momentos decisivos en que se termina el vino.
Situaciones en que se acaba algo:
la salud,
El trabajo,
el dinero,
La paciencia,
El buen humor,
El encanto,
La atracción del otro,
Las ganas de seguir luchando juntos,
nuestra felicidad como individuos y como pareja se ve amenazada.
Sencillamente porque somos seres humanos, que casados o solteros, enamorados o no, seguimos viviendo en un mundo real. Badenas, Roberto. Encuentros decisivos, 56.
¿Que nos hace falta? La vida, faltó el predicador del domingo, ¿que más nos faltó?
¿Cuándo las cosas faltan que pensamos? ¿Ha fallado Dios?
¿Cuándo las cosas faltan que pensamos? ¿Ha fallado Dios?
El salmo 23 puede decirnos si el buen Pastor va con nosotros.
”Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.” (Sal 23:4)
Habacuc 3 nos dice cual es la actitud que debemos asumir.
“Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas; aunque falte el producto del olivo, y los campos no produzcan alimento; aunque falten las ovejas del aprisco, y no haya vacas en los establos, con todo yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi salvación.” (Hab 3:17-18).
“Solo la presencia de Cristo puede hacer felices a hombres y mujeres. Cristo puede transformar todas las aguas comunes de la vida en vino celestial”. HC 24
G. Obedecer a Jesús
G. Obedecer a Jesús
“Su madre dijo* a los que servían: Haced todo lo que Él os diga.” (Jn 2:5).
¡Qué bueno sería si en este siglo XX la humanidad escuchara las palabras de María! (Luis Palau, Comentario bı́blico del continente nuevo: San Juan I(Miami, FL: Editorial Unilit, 1991), 73.).
Vemos aquí que la obediencia inmediata produce una provisión milagrosa, abundante y de excelente calidad. Cuando el Señor Jesús obra, nunca lo hace a medias.
La lección que se desprende de este incidente es que cuando obedecemos los mandatos divinos, Dios provee a necesidades específicas y detalladas.
En realidad Jesús podría haber hecho vino sin necesidad de llenar las tinajas con agua.
III. Conclusión
III. Conclusión
El secreto de la felicidad.
El secreto de la felicidad.
“El secreto de la felicidad, la alegría y el gozo en la vida está en obedecer a Jesús inmediata y detalladamente, a fin de que seamos testigos de milagros y promesas maravillosas en cada momento de nuestra vida”. (Luis Palau, Comentario bı́blico del continente nuevo: San Juan I(Miami, FL: Editorial Unilit, 1991), 74).
“Solo la presencia de Cristo puede hacer felices a hombres y mujeres. Cristo puede transformar todas las aguas comunes de la vida en vino celestial”. HC 24
y le dijo*: Todo hombre sirve primero el vino bueno, y cuando ya han tomado bastante, entonces el inferior; pero tú has guardado hasta ahora el vino bueno.” (Jn 2:10).
Lo mejor esta reservado para el final.
El plan de Dios para tu hogar y familia es ser transformado y renovado.
Es posible que en tu hogar se haya acabado el vino. Solo estén esperando que los hijos vallan a la universidad para terminar con esta simulación.
Pero Dios tiene algo reservado para ti.
Invita a Jesús a tu hogar.