el comeinzo de la iglesia de efeso

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contexto
(i) Éfeso era el mercado de Asia Menor. En aquel tiempo, el comercio seguía la ruta de los ríos. Éfeso estaba en la desembocadura del Caístro, y por tanto controlaba la riqueza del interior de Asia Menor. Apocalipsis 18:12s nos da una descripción del comercio de Éfeso, ciudad que se conocía como «El Tesoro de Asia» y alguien ha llamado «La Feria de las Vanidades de Asia Menor».
(ii) Era donde se instalaba el tribunal del gobernador romano para juzgar los casos importantes en días señalados. Conocía por tanto la dignidad, la pompa y el poder romanos.
(iii) Era donde se celebraban los Juegos Panjónicos, que todo el país venía a presenciar. El ser presidente y organizador de estos juegos era uno de los honores más codiciados. Los que habían alcanzado esa dignidad se llamaban asiarcas, término que podemos ver en 19:31.
(iv) Éfeso era el refugio de los criminales. El templo de Diana tenía derecho de asilo; es decir, que cualquier criminal que llegaba al área alrededor del templo estaba a salvo. Por tanto, era inevitable que Éfeso se convirtiera en el hogar de los criminales del mundo antiguo.
(v) Era un centro de superstición pagana. Era famoso por los amuletos que se conocían como «las fórmulas efesias», que garantizaban la seguridad en un viaje, tener hijos a los estériles, éxito en el amor y en los negocios. Había personas que venían de muy lejos para comprar esos pergaminos mágicos que luego llevaban como amuletos.
(vi) La mayor gloria de Éfeso era el templo de Artemisa, a la que los romanos llamaban Diana. Dicho templo era conocido como una de las Siete Maravillas del Mundo. Tenía 425 pies de largo por 220 de ancho y 60 de alto. Tenía 127 pilares, cada uno regalo de un rey, de reluciente mármol pario, 36 de ellos con incrustaciones y adornos de oro. El altar mayor había sido esculpido por Praxiteles, el más famoso de los escultores griegos. La imagen de Artemisa no era precisamente hermosa; era negra, achaparrada, con muchos senos, representativos de la fertilidad; era tan antigua que nadie sabía de dónde había venido ni de qué material estaba hecha. Se decía que había caído del cielo.

Creyentes

aqui vemos, gente creyendo, siendo bautizada, gustando del Espiritu SAtno
Hechos 19:1–7
Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo fue a Éfeso por tierra. Allí conocío a un grupo de creyentes, a los que preguntó:
—¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando os convertisteis?
—No —le respondieron—; ni siquiera sabemos qué es eso del Espíritu Santo.
—¿Qué clase de bautismo recibisteis? —les preguntó otra vez.
—El de Juan —le respondieron.
—El bautismo de Juan —les explicó Pablo— era una señal de arrepentimiento. Pero Juan le dijo a la gente que tenían que creer en el Que venía detrás de él, es decir, en Jesús.
Cuando oyeron el Evangelio completo fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús, y Pablo les impuso las manos y el Espíritu Santo vino sobre ellos, y se pusieron a hablar en otras lenguas y a profetizar. Eran unas doce personas.
Pablo se encontró en Éfeso con unos creyentes que se habían quedado a la mitad del camino. Parece ser que habían sido seguidores de Juan el Bautista, pero no habían conocido a Cristo. Habían recibido el bautismo de Juan, pero ni siquiera habían oído hablar del Espíritu Santo en el sentido cristiano.
¿Qué diferencia había entre el bautismo de Juan y el bautismo en el nombre de Jesús? Los relatos sobre Juan (Mateo 3:7–12; Lucas 3:3–11) revelan una diferencia fundamental entre su predicación y la de Jesús. La predicación de Juan era el anuncio del juicio de Dios, en tanto que la de Jesús era la Buena Noticia de la Salvación. La predicación de Juan era una etapa del camino. Él mismo sabía que tenía que señalar a Uno Que estaba por venir (Mateo 3:11; Lucas 3:16).
La predicación de Juan era la primera etapa de las dos que componen la vida espiritual. La primera es el darnos cuenta de nuestra condición natural y de que merecemos la condenación de Dios. Esta convicción lleva consigo un esfuerzo para mejorar, que fracasa inevitablemente porque sólo se apoya en nuestras fuerzas. La segunda es cuando llegamos a ver que la gracia de Jesucristo nos ofrece la Salvación de la condenación. Esta etapa conlleva el descubrimiento de que nuestros esfuerzos por mejorar reciben la ayuda de la obra del Espíritu Santo, Que nos permite hacer lo que no podíamos hacer solos.
Estos creyentes incompletos conocían la condenación y el deber moral de mejorar; pero no conocían la gracia de Cristo y la ayuda del Espíritu Santo. Su religión era una lucha infructuosa; no los conducía a un estado de paz.
Este incidente nos muestra una gran verdad: que sin el Espíritu Santo no existe el Evangelio completo. Aunque reconozcamos el error de nuestro camino y nos arrepintamos y queramos cambiar, sólo podremos cambiar con la ayuda del Espíritu Santo Que Dios nos da como adelanto de todo lo que Cristo ha ganado para nosotros y nos ofrece en el Evangelio.
eres creyente?
ya te bautisaste?
has mostrado evidencia del Espiritu SAnto en tu vida?
por otro lado, para que comience la iglesia debe haber gente que en las cuales more el Espiritu de Dios

oposicion

Hechos de los Apóstoles 19:8–12 RVR60
8 Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. 9 Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. 10 Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. 11 Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12 de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.
hablar sobre el el rechazo, las maldiciones, y mas
hablar sobre la escuela de tirano. y el manuscrito griego

el deseo de erradicar todo lo perverso

Hechos de los Apóstoles 19:14–20 RVR60
14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. 15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? 16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 17 Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. 18 Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. 19 Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. 20 Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.
dejando todo atrás
no importa el costo
no importa las tradiciones
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