Un Guidaor Intencional, Lucas 5:1-11

Siguiendo a Jesús  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Transcript
Introducción
Apertura:
Pregunta: ¿Cuáles calificaciones personales son necesarios para ser un buen guía?
Dé tiempo para que respondan…
Capaces en sus habilidades…
Buen entrenamiento en el tema…
Comunicador verbal claro para poder dar instrucciones…
A menudo usamos esas calificaciones humanas en el ambiente de nuestra tarea de hacer discípulos…
Sin embargo, no son esas cualidades que son absolutamente necesarias para tener un impacto en las vidas de otras personas.
“El discípulo de Jesucristo: Sigue a Jesús, está siendo transformado por Jesús, hace la misión de Jesús. La misión es glorificar a Dios por ayudar a la gente conocer y confiar en Jesús y seguirle.” — IBCIC
Nuestra meta como iglesia es que cada uno crezca como seguidor de Cristo. Eso no sólo implica, sino que demanda que estemos dispuestos a ayudar a otros crecer en Cristo.
Jesús dice a sus discípulos que al seguirle, Él los convertirá en “pescadores de hombres”, Mat. 4:19.
Mateo 4:19 RVR60
Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.
Ya es explícito de la boca de Jesús, que uno de los propósitos de sus seguidores es ayudar a otros seguirle también.
Este pasaje describe cuando Jesús llamó a sus primeros discípulos, pero vemos más de la historia en Luc. 5:1-11.
Lucas 5:1–11 RVR60
Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.
Cada creyente puede ayudar a otros seguir a Cristo al identificar en su vida los ingredientes de un guiador eficaz.

Obediencia Imperfecta, vs: 4-6.

Trasfondo y Relación de Simón Pedro.
Jesús estuvo enseñando a la orilla del mar, pero al juntarse toda la gente, precisaba más espacio. Subió al bote de Simón Pedro que estuvo cerca. De allí terminó de enseñar a la gente.
Pedro no estuvo allí originalmente para escuchar a Jesús, estaba pescando. Ya conocía a Jesús, había estado predicando y sanando en la región, Luc. 4:14-15, incluso había sanado la suegra de Pedro en el capítulo anterior.
Lucas 4:14–15 RVR60
Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.
A pesar de la actividad de Jesús, y el conocimiento externo y superficial que tuvo Pedro de Él, aún su reconocimiento de Su poder, no era aún su discípulo.
Jesús le manda a entrar más profundo y volver a pescar. Pedro tuvo varias excusas por no hacer los que le mandó Jesús.
Pedro un pescador ya experimentado, supo que el mejor tiempo de la pesca había pasado.
Según un comentarista,

Era un hecho conocido que en el Mar de Galilea se pescaba por la noche en aguas de poca profundidad y no de día en aguas profundas. Lo que Jesús pidió a Pedro que hiciera era contrario a toda la preparación y experiencia que había tenido, pero Pedro obedeció. La clave fue su fe en la Palabra de Dios: “en tu palabra echaré la red” (Lucas 5:5).

Encima, habían ya trabajado toda la noche sin pescar nada. Estaban lavando sus redes, ya habían terminado de trabajar.
Además de eso, Jesús aún no era nada para Pedro aún, sino sólo un carpintero convertido en Maestro y sanador de la región.

La palabra traducida “Maestro” (Lucas 5:5) la usa sólo Lucas y tiene una variedad de significados, todos los cuales hablan de autoridad: comandante en jefe, magistrado, gobernador de una ciudad, y rector de una universidad. Pedro estaba dispuesto a someterse a la autoridad de Jesús, aun cuando no comprendía todo lo que el Señor estaba haciendo

La respuesta de Pedro a Jesús revela una “media” disposición, como si sólo estuviera satisfaciendo el pedido de Jesús. Jesús le manda a echar “las redes” (plural), y Pedro responde que echará “la red” (singular).
El resultado de esta obediencia parcial, fue más de lo que se hubieran imaginado. ¿Qué hubiera pasado si Pedro hubiera echado “las redes”?
En Mat. 21:28-30, Jesús usa la parábola de dos hijos.
Mateo 21:28–30 (RVR60)
Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.
Uno no quiso obedecer al principio, pero lo hizo igual.
El otro dijo que iba hacerlo, pero no obedeció al final.
El que hizo la voluntad del padre fue el primero.
Jesús usó esta parábola para declarar que los peores pecadores arrepentidos entrarían al reino de Dios antes que los fariseos confiando en santidad externa y auto-justicia.
La obediencia, aún imperfecta, es necesaria porque demuestra nuestra voluntad doblegada a la voluntad de Dios.
Ilustración: Obediencia Imperfecta- Ejemplo de Martin?
Aplicación: Obediencia Imperfecta-

Sinceridad Plena, vs: 7-9.

Al pescar una gran cantidad de peces, se dieron cuenta que no podían solos, que precisaban ayuda de sus compañeros.
Pedro inmediatamente reconoce su incredulidad expresada en su obediencia imperfecta, y se sincera con Jesús.
Es algo como menciona Rom. 2:4.
Romanos 2:4 RVR60
¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
La bondad inmerecida de Dios en nuestras vidas, nos lleva a reconocer nuestra pecaminosidad.
Reconoce que Jesús es más que un simple maestro y sanador, y le temieron, vs: 9.
Reconoce que él, como pecador, no es digno de la presencia misma de Cristo. Es necesario reconocer la debilidad y pecaminosidad humana para poder así depender de la fuerza y gracia que Dios concede.
El apóstol Pablo reconoció esto al escribir su primera carta a Timoteo, 1 Tim. 1:15
1 Timoteo 1:15 RVR60
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Reconoce el mismo apóstol que, es el reconocimiento de la debilidad y dependencia en el Señor que le abre la puerta al Señor para obrar y usar nuestras vidas, 2 Cor. 12:9-10.
2 Corintios 12:9–10 RVR60
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Los líderes religiosos en Hch. 4:13 en el tiempo de los apóstoles vieron el denuedo de Pedro y Juan, y aunque que no tenían la educación, supieron que habían estado con Jesús. No fue su capacidad, sino su andar con Cristo que hizo que fueran instrumentos potentes en las manos del Señor.
Hechos de los Apóstoles 4:13 RVR60
Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
Ilustración: Sinceridad Plena- Is. 6:1-8
Isaías 6:1–8 RVR60
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
El profeta Isaías, al encontrarse en la presencia del Dios Todopoderoso, se da cuenta de su condición indigna, pero al reconocerla, Dios lo purifica para poder usarlo para hacer Su voluntad.
Aplicación: Sinceridad Plena-

Devoción Completa, vs: 10-11.

El temor de quién era Jesús había caído sobre no sólo Pedro, sino sus compañeros, Jacobo y Juan, los cuales también seguirían a Cristo.
Jesús se dirigió específicamente a Pedro en este relato, aunque Mateo 4:21-22 relata que luego habla a Jacobo y Juan.
El resultado es que los tres terminan dejando lo que estaban haciendo y siguieron desde ese tiempo a Jesús como sus discípulos.
No significa que nunca más tocaron una caña de pescar o una red, incluso vemos que pescan luego en algunas instancias (Mat. 17:27; Luc. 24:42;Jn. 21:3).
Significa que su devoción y prioridad en la vida era desde ahora seguir a Cristo.
Ya no eran pescadores que de vez en cuando se interesaban en Jesús, sino que ahora eran discípulos de Jesús que de vez en cuando pescaban.
Tuvieron que confiar su vivienda y bienestar, sus sueños y planes, y todo lo demás a las manos de Jesús.
Es lo que refiere Rom. 12:1.
Romanos 12:1 RVR60
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Ilustración: Devoción Enfocada-
Aplicación: Devoción Enfocada-
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