Marcos 5

Marcos 1-29-34

INTRO

Veremos una vez más lo inútil que es sólo el conocimiento religioso. Una vez más veremos que los demonios conocen a Jesús, pero ese conocimiento no les lleva a la salvación. Sólo creer los hechos no nos salvan.

Una vez más veremos que Marcos usa palabras que denotan pasar del tiempo; la palabra que se traduce como: después, enseguida, rápidamente aparece por lo menos 11 veces en este capítulo.

Marcos es el evangelio del servicio, Jesús en acción, trabajando, trabajando. El símbolo antiguo para Marcos era el buey. Marcos se enfoca en la incansable labor de Jesús al ir haciendo el bien.

“Después Jesús salió de la sinagoga con Santiago y Juan, y fueron a la casa de Simón y Andrés.” (Marcos 1:29, NTV)

Marcos empieza diciendo “después” adverbio temporal.

Ha terminado la escena de la sinagoga, es sábado, después de la 12 de la tarde, quizá Pedro los invita a comer, algo ha de tener en su casa, y hay muchas preguntas que quiere hacerle a Jesús. Empezamos

Pero en lugar de encontrar olor a comida, le llega olor a alcanfor o lo que sea que usaban. Ve a su suegra enferma. ¿querría Jesús ayudarla? Vi lo que hizo en la sinagoga, tal vez serán señales exclusivos para la sinagoga y dónde hay mucha gente.

Recordemos que Marcos escribe lo que escuchó decir a Pedro; al pasar esto en su casa, quizá lo dijo varias veces, por eso los datos de los nombres, detalles y esta historia evidencia el poder de Jesús; quizá es en este momento que empieza una comunidad de seguidores de Jesús en Capernaúm. Antropólogos han encontrado restos de viviendas y a unos 100 metros, vestigios de una sinagoga del primer siglo.

Sabemos que Pedro y Andrés son originarios de Betsaida, quizá esta es la casa de la suegra y Pedro se fue a vivir ahí. En esa época los recién casados vivían con la familia del esposo hasta tener dinero para vivir por su cuenta.

Muchos padres morían con hijos adultos jóvenes, quizá éste es el caso y Pedro se hace cargo de la casa y por alguna razón se lleva a su suegra a vivir con ellos.

Algunos sugieren que Pedro era rico y esta es su casa de playa.

Lo que sí sabemos es que era casado antes de seguir a Jesús; aquél a quien muchos consideran el primer Papa no era célibe y su esposa lo acompañó cuando menos en un viaje:

“¿No tenemos derecho a llevar con nosotros a una esposa cristiana como lo hacen los demás apóstoles y los hermanos del Señor y como lo hace Pedro?” (1 Corintios 9:5, NTV)

“Resulta que la suegra de Simón estaba enferma en cama con mucha fiebre. Se lo contaron a Jesús de inmediato.” (Marcos 1:30, NTV)

Los discípulos apenas y conocen a Jesús, pero empiezan a aprender a llevarle todos sus problemas. La suegra enferma, sin comida, quizá Pedro se sorprendió de encontrarla enferma y para colmo llevó a sus amigos. Pero lo más natural fue decirle al maestro. Jesús es un amigo con quien pueden comentar todo, compartir tanto alegrías como tristezas, temores.

Lucas el médico

“Les manda saludos Lucas, el médico amado...” (Colosenses 4:14, NTV)

ÉL dice que era una gran fiebre, quizá malaria.

“Después de salir de la sinagoga ese día, Jesús fue a la casa de Simón, donde encontró a la suegra de Simón muy enferma, con mucha fiebre. «Por favor, sánala», le suplicaron todos.” (Lucas 4:38, NTV)

Pedro y Andrés, esperan la compasión de Jesús. Apenas vieron que liberó a un extraño, seguro hará lago por la mamá de uno de sus recién hecho seguidor.

Los judíos acostumbraban tener la comida principal los sábados, después de la sinagoga, a eso de las 12 o 1. Jesús bien pudo responder: necesito descansar, comamos primero. Pero decide entregarse a las necesidades de los demás.

Jesús no necesita audiencia para sanar, no está demasiado cansado para ayudar, la necesidad de otros tenía prioridad por encima de su deseo de descansar.

No hace milagros para aumentar su prestigio, ayudar no era un deber desagradable, ayudaba porque está totalmente interesado en quienes necesitaban Su ayuda. Así como Pedro, sepamos qué hacer cuando llega la enfermedad, aflicción, crisis, pérdidas, decepción ¡Ir a Jesús y decirle nuestra petición!

“Él se acercó a la cama, la tomó de la mano y la ayudó a sentarse. Entonces la fiebre se fue, y ella les preparó una comida.” (Marcos 1:31, NTV)

Jesús se acerca, la toma de la mano. Es el primero de muchos casos de sanidad en que toca a las personas; diferente al exorcismo, en que sólo dio la orden. Más adelante con otro endemoniado (9.7) toca al muchacho después de ser liberado.

¡Claro que este dejó una marca en la mente de Pedro! Jesús no recetó nada de lo típico.

El poder de Jesús sobre demonios y ahora sobre la enfermedad. La gente se hace la pregunta ¿quién es este Jesús de Nazaret? Echa demonios con una orden y aquí sana a la mujer sólo con su toque.

Que tocara a una mujer revela no sólo la autoridad para curar, sino su compasión y empatía por los que sufren.

Al demonio le ordenó con voz de autoridad, y la enfermedad fue reprendida sólo con su toque. Todas las enfermedades y posesiones demoníacas son resultado del pecado.

La mujer sana inmediatamente. La fiebre la dejó y se levanta a preparar la comida sabática. Sanidad y gratitud que se expresa en servicio. La actitud de ella es evidencia de su sanidad total. El hecho que se levante a servir no es porque fuera inferior, sino es un acto de gratitud, su forma de decir ¿cómo puedo devolver al Señor todo el bien que me ha hecho?

Los ángeles sirvieron a Jesús en el desierto y Jesús enseña que el papel más grande de un discípulo es ser siervo.

“Jesús se sentó y llamó a los doce discípulos y dijo: «Quien quiera ser el primero, debe tomar el último lugar y ser el sirviente de todos los demás».” (Marcos 9:35, NTV)

Es lo que su vida ejemplificó:

“Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos».” (Marcos 10:45, NTV)

Jesús la sanó de la enfermedad y la salvó de la debilidad que acompaña a las altas fiebres. La misma mano que la curó, le ayudó a sentarse; pero fue trabajo de ella ponerse de pie y decidir hacer la comida y servirles.

Nosotros hemos sido sanos espiritualmente, ¿para qué? Somos sanados para servir al Maestro.

“Esa tarde, después de la puesta del sol, le llevaron a Jesús muchos enfermos y endemoniados.” (Marcos 1:32, NTV)

Ese poder sobre los demonios, sobre la enfermedad ¡no queda sin saberse! la multitud, se entera y le lleva a sus enfermos y endemoniados. Esto es un resumen de lo que en este día ha sido su ministerio. El médico Lucas registra esta historia:

“Esa tarde, al ponerse el sol, la gente de toda la aldea llevó ante Jesús a sus parientes enfermos. Cualquiera que fuera la enfermedad, el toque de su mano los sanaba a todos.” (Lucas 4:40, NTV)

¿Por qué el detalle de la puesta del sol? Era el día de reposo, hacerlo antes que el sol se pusiera era un trabajo llevar enfermos, lo que estaba prohibido por la ley.

Esperan que termine el sabat, esto implica que pensaran que Jesús está violando la ley al sanar a la enferma, aunque saben que ha hecho un milagro. Quiero que me sane, estoy enfermo, pero viola la ley, entonces, no estoy obligado a seguirlo porque es pecador. Toda una contradicción ¿no es cierto?

Con sus dudas, esperan que se meta el sol. Esto no pasa desapercibido para los religiosos y lo usan como prueba contra Jesús más adelante.

“Como era el día de descanso, los enemigos de Jesús lo vigilaban de cerca. Si sanaba la mano del hombre, tenían pensado acusarlo por trabajar en el día de descanso.” (Marcos 3:2, NTV)

El detalle de Marcos, resalta su fijación con el tiempo.

“El pueblo entero se juntó en la puerta para mirar.” (Marcos 1:33, NTV)

Con todo el pueblo viendo los milagros, hay muchos testigos oculares. Donde va Jesús, era sensible a la miseria humana, en la sinagoga, en el hogar y ahora en la calle. La gente está en la calle. Su fama se extiende, que aunque está en una casa particular, la gente intenta ver qué pasa.

Pedro recuerda cada detalle y Marcos los menciona. Jesús de pie en la puerta, sanando a la gente después de la puesta del sol, podemos imaginar el rostro de Pedro al narrar la historia, feliz, encantado al recordar ese día.

El pueblo sigue al que hizo lo sorprendente en la sinagoga, algunos van por curiosidad, y terminan siendo sanados o liberados.

“Entonces Jesús sanó a mucha gente que padecía de diversas enfermedades y expulsó a muchos demonios, pero como los demonios sabían quién era él, no los dejó hablar.” (Marcos 1:34, NTV)

Los milagros no eran para aumentar su popularidad, ni para impresionar a nadie, sino dan fe de su mensaje, autentican su autoridad.

Toda esa gente sabe que un endemoniado ha sido liberado y que la suegra del vecino Pedro ha sido sanada. Esperaron que el sol se metió, la ley decía que el día termina cuando el sol se oculta y se pueden ver 3 estrellas.

Esta escena es asombrosa y trágica al mismo tiempo, porque en realidad la gente quería algo de Jesús, no venían porque le querían conocer más, quieren usar a Jesús.

Es algo que muchos quieren hacer con Dios y con SU Hijo. Por cada oración de gratitud en la prosperidad, hay 10 mil de petición en la adversidad. Quienes no han orado cuando brilla el sol, empiezan a hacerlo cuando soplan vientos fríos.

Los demonios están al tanto de Jesús, saben quién es. Ellos son los primeros en dar testimonio de la identidad de Jesús. Esto nos dice que Jesús vino con una misión entre la humanidad y actúa en la historia, pero también nos muestra que cumple una misión cósmica, que impacta las fuerzas espirituales. Enfrentó el domino de satanás con el Reino de Dios.

Es verdad que ÉL es el Mesías y eso será rebelado en SU tiempo y sólo ÉL lo hará; no iba a permitir que los demonios dictaran los tiempos. Por eso no los dejó hablar. ¿Quién prefieres que te reconozca por lo que eres: un demonio o el mismo Hijo de Dios?

Además, quienes vieron los milagros, los testigos tienen que sacar sus propias conclusiones al ver los hechos y escuchar sus palabras.

FINAL

En el capítulo Jesús empieza proclamando el evangelio, que se arrepientan y crean. Después libera un endemoniado en la sinagoga y ahora la sanidad de la suegra de Pedro, otras enfermedades y más liberación. El orden es importante, los milagros son secundarios al arrepentimiento, los milagros confirman la realidad más grande: que Jesús es EL Señor.

Jesús sana por Su profundo amor y compasión por la gente. En Juan se compara a sí mismo como el Buen pastor en comparación con el ladrón y el asalariado. A los ladrones y asalariados les motiva su propio interés, a los pastores verdaderos el amor sacrificado por las ovejas.

Jesús, por medio de SU Espíritu Santo continúa realizando sanidades, liberación. Jesús le dijo a sus discípulos que harían mayores obras que las que ÉL hizo:

“»Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre.” (Juan 14:12, NTV)

“¿Alguno de ustedes está pasando por dificultades? Que ore. ¿Alguno está feliz? Que cante alabanzas.” (Santiago 5:13, NTV)

“Una oración ofrecida con fe, sanará al enfermo, y el Señor hará que se recupere; y si ha cometido pecados, será perdonado.” (Santiago 5:15, NTV)

“Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.” (Santiago 5:16, NTV)

Cuando no vemos el milagro, es porque esa prueba nos ayuda a producir mayor dependencia de ÉL y a madurar espiritualmente. Además que hasta el cristiano más santo al final va a morir de vejez o enfermedad; esta vida es campo de pruebas para la eternidad.

Debemos orar por sanidad, pero nuestra mayor oración debería ser:

“Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo.” (Mateo 6:10, NTV)

“Tengo la plena seguridad y la esperanza que jamás seré avergonzado, sino que seguiré actuando con valor por Cristo, como lo he hecho en el pasado. Y confío en que mi vida dará honor a Cristo, sea que yo viva o muera. Pues, para mí, vivir significa vivir para Cristo y morir es aún mejor.” (Filipenses 1:20–21, NTV)

En todo tiempo vamos a Jesús, sólo ÉL puede darnos lo necesario para la vida. Nuestro Dios nos puede sanar como lo hizo con la suegra de Pedro, que además le dio la gracia y fuerzas renovadas para servirle, no quedó débil ni cansada.

Nuestro Señor nunca abandona a quienes se entregan a ÉL. Una vez levantados por Su mano poderosa de la muerte eterna por el pecado, lavados en SU sangre, seguiremos sirviendo hasta el fin de nuestras vidas. Confiemos en Jesús y sigamos adelante.

Nos sana del alma y no hay secuelas, cuando nos perdonó y restauró, lo hizo por completo.

En Capernaúm ya había necesidad, pero no había llegado nadie que la supliera, que diera verdadera respuesta, nadie como Jesús.

Palabra de Dios

31Él se acercó a la cama, la tomó de la mano y la ayudó a sentarse. Entonces la fiebre se fue, y ella les preparó una comida.

Se acerca

te toma de la mano

te ayuda a sentarte

ponerte de píe es tu responsabilidad

trabaja para los demás

La mujer sana inmediatanteme. Ella supo que estuvo enferma, pero no menciona nada de eso, no se compadece de su pasado, no se pregunta ¿por qué me enfermé?