No has sido Abandonado

Intro:

Porque Dios no te abandona, tu debes abandonar tu pecado

I. Debes abandonar el pecado porque es terriblemente destructivo

1-8

A. Provoca la ira de Dios

La amargura más profunda de su alma se debía a su avasallador sentimiento de impureza moral. Reconoce que todos sus sufrimientos eran el castigo y la lección que merecía de parte de Jehová por su pecado. Este sentimiento de pecado lo aplastaba y en su miseria clama a Jehová”.

B. Trae enfermedad y malestar

1 Corintios 11:30 RVR60

Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

Isaías 1:5–6 RVR60

¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.

El lenguaje expresa aquí, en una vívida metáfora, la corrupción del pecado.

C. Hará que personas se alejen de ti

9-11

D. Hará que tus enemigos saquen ventaja de tu situación

12-14

II. Debes abandonar el pecado y correr a los brazos de tu Salvador

15-22

A. Tienes que aprender a esperar

B. Tienes que confesar tu maldad

Los momentos más difíciles para el hombre son los mejores momentos para Dios.” En el extremo de su capacidad de soportar el dolor y la angustia, David clama: Estoy a punto de caer (17). Lejos ya de la ayuda que le pueden prestar otros, se vuelve con todo su corazón a Dios. Ya no se reprimirá más, derramará su tristeza penitente por el pecado que ha cometido: Confesaré mi maldad (18)

C. Tienes que confiar en que su Salvador

Esto significa que a veces la situación no va cambiar en lo absoluto de manera inmediata, pero confía en que Dios hará la obra.

Porque Dios no te abandona, tu debes abandonar tu pecado