La Santidad de Dios y la Santidad de la Iglesia

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Lectura Biblica:

1 Pedro 1:13–16 (RVR60)
1 Pedro 1:13–16 RVR60
Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Puntos a tratar

Introducción y contextualización

Definición de Palabras Claves

Santidad:
Proviene de la palabra hebrea “Hagios” que se traduce como:“santo” y “consagrado”, se utiliza para referirse a algo “separado” y “apartado” y es por esto que la santidad se considera una característica de las personas que se mantienen alejadas y separadas de todo aquello es que es impuro o impío para el Señor, es por esto que Dios es considerado como la Santidad suprema, pues es perfecto en todo sentido.
El atributo de pertenecer al reino divino y la condición de estar separado de las cosas comunes.
Por causa de la justicia de Dios, su santidad implica la total separación del pecado. Las Escrituras consideran santas a las personas que están dedicadas a Dios. Están llamadas a manifestar en su vida la santidad ética de Dios.

La Santidad de Dios

Es un atributo, naturaleza y esencia de Dios, que lo hace incomparable, e inalcanzable, no hay nadie como Dios que es la viva luz, si pudiéramos ejemplificar de una manera pequeña la Santidad de Dios, debemos ejemplificarla con el Sol, pues a medida que te vas a cercando la cantidad de calor y luminosidad es incomparable, imagínense que si con solo mirar directamente el sol con nuestros otros ojos por mucho tiempo daña nuestra vista, imagínense cada vez más cerca del sol. Hubo un profeta en la biblia que tuvo la oportunidad de Dios de entrar en visión en la esfera de Dios

La Visión de Isaías

Isaías 6:1–5 RVR60
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Esta gloriosa perfección divina es tan pura que su fulgor llevó a los serafines, en Isaías 6, a cubrirse el rostro con sus alas. Dicho de otra forma, la luz de la santidad de Dios es tan intensa e inaccesible que no puede ser vista, incluso por seres libres de pecado como los ángeles. Pero eso no es todo lo que estos serafines hacían en la visión que Dios le mostró a Isaías. Ellos “también se tenían que cubrir los pies reconociendo que eran criaturas en la exaltada presencia de Dios”.

La Visión de Ezequiel

Ezequiel 1:26–28 RVR60
Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor. Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.

Pablo Escribe sobre la Presencia de Dios

1 Timoteo 6:16 “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.”
¿Será esa la Santidad que Dios quiere de nosotros como iglesia?

La Santidad en el antiguo Testamento

La Santidad que Dios pedía del pueblo en general

Limitancia de alimentos
El contacto con los leprosos
Los periodos del hombre y de la mujer
Las fiestas
Los días
Los ritos
El sumo sacerdote tenia una diadema de oro puro que decía “Santidad a Jehová”

La Santidad de lo levitas

Levítico 21:1–24 RVR60
Jehová dijo a Moisés: Habla a los sacerdotes hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por un muerto en sus pueblos. Mas por su pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su hijo o por su hermano, o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido, por ella se contaminará. No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, haciéndose inmundo. No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños. Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto, serán santos. Con mujer ramera o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios. Le santificarás, por tanto, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo soy yo Jehová que os santifico. Y la hija del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre deshonra; quemada será al fuego. Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus vestidos, ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se contaminará. Ni saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su Dios; porque la consagración por el aceite de la unción de su Dios está sobre él. Yo Jehová. Tomará por esposa a una mujer virgen. No tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni ramera, sino tomará de su pueblo una virgen por mujer, para que no profane su descendencia en sus pueblos; porque yo Jehová soy el que los santifico. Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes por sus generaciones, que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su Dios. Porque ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado, o varón que tenga quebradura de pie o rotura de mano, o jorobado, o enano, o que tenga nube en el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o testículo magullado. Ningún varón de la descendencia del sacerdote Aarón, en el cual haya defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios. Del pan de su Dios, de lo muy santo y de las cosas santificadas, podrá comer. Pero no se acercará tras el velo, ni se acercará al altar, por cuanto hay defecto en él; para que no profane mi santuario, porque yo Jehová soy el que los santifico. Y Moisés habló esto a Aarón, y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel.
Esta Santidad es una Santidad de tipo moral que a la verdad es muy extrema e imposible de alcanzar, pues vivimos con una carne ama pecar, contraria a Dios que esta contaminada por el pecado. Tenemos un corazón perverso y malo.

La Santidad de Cristo

Mas aun para nosotros que no estábamos dentro de la promesa en ese tiempo, pero por la Santidad ejemplar de Cristo hoy nosotros tenemos acceso a poder vivir una vida agradable y Santa a Dios.
Cristo nos dejo su ejemplo de Santidad en cuanto a nuestra manera de actuar, pensar y vivir.
Por ejemplo, Jesús nos enseñó que la moralidad de la Santidad se puede cumplir solo con la regla de oro y que el amor a Dios y el amor al prójimo es mejor que todas las obras humanas que nosotros podamos tener.

La Santidad que Dios demanda de su Iglesia

Lo que sale de la boca del hombre contamina no lo que esta fuera
(Mateo 15) –(Un rito no te santifica)
La Santidad va mas allá de estar todos los días en la iglesia, puedes
vestirte como cristiano, pero pensar como impio,
Sin Santidad nadie vera al Señor
Sed Santos por que yo soy Santo
La regla de oro
La obra del Espíritu Santo
¿Por qué se llama Espíritu Santo? Por que el se encarga de dirigir al hijo de Dios en y de llevarlo a una vida de santificación
Podemos resumir que vivir una vida en santidad es: a. Respetando y amado a mis hermanos
b. Siendo justos
c. No ser de doble animo, sino ser igual en todos lados
d. Negarme a mi mismo
e. Ser obediente
f. Ser consecuente
g. Vivir en Fé
h. Apartado del pecado
Efesios 4:24–29 RVR60
y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
2 Corintios 7:1 “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.”
7. ¿Como estamos viviendo nuestra vida?
Promesas:
a. Josué 3:5 5 Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.
b. Filipenses 1: 6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
c. Somos un pueblo especial
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