Atentos a su voz/ Preparados en su venida.

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Transcript

Introducción

Hace unos días, como hago habitualmente, después de comer me echo un rato a descansar. Al despertar vi que una persona me había escrito por whatsapp, había sufrido una caída y le llevaron en ambulancia al hospital. Mientras yo dormía, esa persona se estaba queriendo comunicar conmigo, pero yo estaba dormido. Es cierto que me podía haber llamado si hubiera querido, pero solo me mandó un whatsapp. Me sentí culpable de no haber estado receptivo en el momento que esta persona lo necesitaba.Y esto me hizo pensar en como es nuestra relación con Dios.
A menudo a causa del corre corre del diario vivir podemos caer en dejar de estar atentos a oír la voz de Dios. Dios además quiere hablarnos cada día. Cada día desea estar en comunión y relación con nosotros. Cada día anhela que pasemos tiempo a solas con él, como dos enamorados, como dos amigos, como el creador con su creación.
También me hizo pensar en que debemos estar vigilantes, ser prudentes y velad, porque no sabemos el día y la hora en que el vendrá a buscar a su iglesia.
¿Estamos cada día llenando nuestra lampara de aceite, estamos yendo a su presencia cada día para llenarnos del Espíritu Santo?

CUERPO

25

1Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

¿Reconocemos la voz de Dios?
Dios insiste en hablarnos y comunicarse. El Espíritu Santo está deseando en cada momento.
Que importante es llenarnos cada día de la palabra de Dios y pasar tiempo en su presencia. Pidamos discernimiento.

1El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.

2Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver, 3Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, 4Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. 5Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó. 6Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate. 7Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. 8Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. 9Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.

10Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.

27Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30Yo y el Padre uno somos.

CONCLUSIÓN

Debemos velar ante su inminente llegada, seamos llenos de su aceite. Porque todos tendemos a dejar el tiempo de oración y estudio.
Mientras no venga pidamos discernimiento y esforcémonos en cada día pasar tiempo con Dios y con su palabra. Dios quiere hablarnos y revelarnos sus pensamientos acerca de muchas cosas. Somos sus ovejas, quitemos los tapones de nuestros oídos.
Que cada día podamos pararnos y buscar el rostro de Dios, el resto del día aprender a vivir conscientes de que el está con nosotros en todo tiempo. Cuando trabajamos, en el Super, etc. Porque en cualquier momento el se quiere comunicar. Que no nos pille despistados, porque sino perderemos la ocasión de ser bendición para otros.
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