CARACTERÍSTICAS DE NUESTRO LLAMADO A LA SALVACIÓN.
Llamados a santificación. • Sermon • Submitted • Presented
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· 154 viewsDebemos evaluar como hemos respondido al llamado de la Salvación que Dios nos ha hecho.
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Pedro el autor inspirado quien se identifica como apóstol de Jesucristo escribe esta carta a los judíos que habían creído en Jesús, sus lectores estaban en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, esparcidos como la sal a lo largo y ancho de cinco provincias de Asia Menor.
La carta fue escrita evidentemente para circular entre las iglesias de esa región. La frase “de la dispersión” (diasporas) tenía un significado especial para los cristianos judíos de esas iglesias.
La diáspora se refería a los judíos que estaban separados de su tierra natal. Pedro adaptó esta palabra que previamente describía a Israel, para enfatizar la condición de la iglesia primitiva.
El versículo uno, a pesar de ser el saludo del apóstol a los creyentes, contiene verdades importantes para ellos, pero también para nosotros los creyentes de este tiempo.
Verdades Características que les identificaban a ellos, y nos identifican a nosotros en Cristo.
Pedro enseña que cuando el Señor nos llama a la salvación, espera que nosotros mostremos características que muestran que hemos respondido a su llamado
Vamos a revisar CUATRO características del llamado de Dios a la salvación que cada persona que responde a este llamado debemos mostrar en su nueva manera de vivir.
La primera es:
I. EN CRISTO SOMOS EXPATRIADOS.(vv.1 a).
I. EN CRISTO SOMOS EXPATRIADOS.(vv.1 a).
… a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia...
Pablo trata de caracterizar a los creyentes en cuanto al estado como residentes terrenales.
El apóstol los describe como expatriados.
Parepidēmois (expatriados) puede designar a quienes son residentes temporales, o a quienes son extranjeros o refugiados.
Ellos(los creyentes), pertenecían a la dispersión en varios lugares. Dispersión se traduce de diáspora, de donde se deriva otro término castellano: dispersos.
Sin embargo Pablo aunque se estaba dirigiendo a ellos en primer lugar como los receptores de la carta y que estaban dispersos de su tierra natal, su intensión era dirigirse a quienes espiritualmente eran expatriados en el mundo, desde aquellos días hasta nosotros ahora.
Hermanos, debemos considerar que la Iglesia está compuesta de extranjeros y peregrinos esparcidos por todo el planeta, lejos de su verdadero hogar en el cielo, varios son los textos que así lo afirman.
20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; 15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
14 porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.
Pedro específicamente se refiere en su saludo a iglesias que estaban dispersas todas provincias de Asia Menor (la moderna Turquía) en esa época, Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.
La carta fue dirigida a una amplia audiencia debido a que la persecución romana de cristianos se había extendido a todo el imperio. Los creyentes en todas partes iban a sufrir.
29 Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
El apóstol quería que esos cristianos recordaran que en medio de sufrimiento y dificultades potencialmente enormes aún eran los escogidos de Dios, y que como tales podían enfrentar persecución con esperanza triunfante, pues no pertenecían a este mundo, sino al reino celestial.
Esa buena exhortación también es para nosotros, El Señor nos ha llamado a la Salvación y por tal razón aunque estamos viviendo en este mundo, debemos vivir apartados “del mundo”, para Cristo, vivir como expatriados, pues nuestra patria, no es esta sino que tenemos una patria celestial.
¡Damos Gloria a Dios!!
La segunda característica que debemos considerar es:
II. FUIMOS ELEGIDOS SEGÚN LA PRESCIENCIA DE DIOS PADRE.(vv. 2a).
II. FUIMOS ELEGIDOS SEGÚN LA PRESCIENCIA DE DIOS PADRE.(vv. 2a).
...elegidos según la presciencia de Dios Padre…(1b).
Ahora Pedro identifica a sus lectores como elegidos (eklektos). El apóstol reitera esta idea en 1 Pedro 2:9
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Pedro está haciendo alusión a lo que Dios había hecho con Israel en en Antiguo Testamento.
6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.
Ahora, el amor soberano de Dios también dio lugar a su elección de la Iglesia, son varios los textos que lo mencionan.
Pablo lo dice a la iglesia de Éfeso:
11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
También a los Tesalonicenses.
13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
Hermanos, Dios llama a las personas de todo el mundo (Ap. 5:9)para que le pertenezcan, y la Iglesia somos esas personas ( Ef. 5:27).
9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
Dios nos ha elegido, nos ha llamado a la salvación, de acuerdo con su propósito soberano y de la gracia de Dios.
Nosotros lo único que hemos hecho es responder al llamado amoroso de Dios.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Hemos creído y le hemos creído a Dios.
Pedro dice que todo eso fue por la presciencia de Dios.
Prognōsis (presciencia) se refiere a intención eterna, predeterminada, amorosa y salvadora.
Entonces la presciencia de Dios, se refiere al conocimiento de Dios en la eternidad pasada de que enviaría a su Hijo para redimir a pecadores.
Cuando el Adán y Eva pecaron, ya Dios tenía un plan para redimir al hombre del pecado, y este plan se llama Jesucristo.
Fue en ese momento que Dios hizo el primer sacrifico que apuntaba a Cristo.
21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.
Entonces ser elegido según la presciencia de Dios, implica la determinación de parte de Dios de tener una relación con los individuos que responden a su llamado, basado en su plan eterno.
Es el propósito divino el que lleva al cumplimiento de la salvación para los pecadores, conseguida por medio de la muerte de Jesucristo en la cruz.
La tercera característica es que:
III. FUIMOS ELEGIDOS EN SANTIFICACIÓN DEL ESPÍRITU.(vv.2b).
III. FUIMOS ELEGIDOS EN SANTIFICACIÓN DEL ESPÍRITU.(vv.2b).
… elegidos… en santificación del Espíritu… (1c)
Ahora Pedro introduce otra característica de nuestro llamado a la salvación.
Fuimos llamados(elegidos), en santificación de Espíritu. Esto abarca todo lo que el Espíritu produce en la salvación: 1. fe (Ef. 2:8),
2. Arrepentimiento (Hch. 11:15–18),
3. Regeneración (Tit. 3:5).
4. Adopción (Ro. 8:16–17).
El Espíritu al producir en nosotros estos cuatro elementos en la salvación, nos lleva la santificación.
La santificación (hagiasmō) se refiere a separación, consagración y santidad.
Es el principio que Pedro enseña más adelante, en 1 Pedro 2.9-10 .
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
Es algo grandioso hermanos: En la salvación, la santificación del Espíritu aparta del pecado a los creyentes para Dios, los separa de la oscuridad y los lleva a la luz, los aparta de la incredulidad y los lleva a la fe, y los aísla misericordiosamente del amor al pecado y los lleva al amor de la justicia.
¡Demos Gloria a Dios!
La cuarta característica es que en:
IV. EL SER ELEGIDOS POR DIOS PRODUCE UN EFECTO EN NOSOTROS(vv.1 d).
IV. EL SER ELEGIDOS POR DIOS PRODUCE UN EFECTO EN NOSOTROS(vv.1 d).
… elegidos… para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo.
Cuando Dios nos llama, la obediencia a Jesucristo es el efecto o subproducto de escuchar su llamado.
Pablo describe este hecho de la siguiente manera.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Obedecer a Jesucristo es entonces equivalente a ser salvos.
Pablo lo denominó “la obediencia a la fe” (Ro. 1:5).
5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;
Si bien es cierto que los creyentes no obedecen perfecta y totalmente (1 Jn. 1:8–10).
8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
En medio de eso existe un patrón de obediencia en nuestras vidas, mientras por medio de Cristo nos volvemos siervos de la justicia , Pablo así lo enseña a los Romanos.
17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
Ahora es a través de nuestra obediencia, que podemos también tener seguridad de nuestro llamado a la salvación.
Pedro dice: … para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo…
Y una vez más esta es una alusión a lo que se hizo Moisés en el Antiguo Testamento:
19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.
La sangre derramada era una demostración tangible de que dos partes habían hecho un compromiso vinculante. Israel hizo una promesa de obediencia a Dios, mediada a través de un sacrificio. La sangre esparcida sobre el libro representaba el pacto de Dios para revelar su ley, y la sangre esparcida sobre el pueblo significaba la aceptación de obedecer por parte del pueblo.
Así mismo Pedro describe el compromiso excepcional del creyente guiado por el espíritu Santo con el pacto inherente en la fe salvadora en Jesucristo, la cual conlleva una promesa similar de obedecer la Palabra del Señor.
Cuando los creyentes confiamos en el sacrificio expiatorio de Cristo por nosotros, no solo aceptamos el beneficio de su muerte a nuestro favor, también nos estamos sometiendo a su señorío soberano.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Hermanos, debemos considerar nuestro llamamiento a la salvación y examinarnos si estamos viviendo bajo estas características:
Dios nos llama a vivir como expatriados. No pertenecemos a este mundo.
Dios nos ha llamado (nos ha elegido), según su plan(presciencia).
Dios nos ha llamado (elegido), en santificación de Espíritu. A vivir en santidad.
Dios nos ha llamado (elegido) a obediencia, eso implica responder por fe a su palabra para recibir la salvación.
Dos preguntas importantes hoy serían:
¿Ya has respondido al llamado de Dios a la salvación?.
¿Cómo estás viviendo en tu llamado a la salvación?
Como siempre cada uno de nosotros respondemos de manera individual y personal a Dios.
Dios espera por tu respuesta.
Vamos a orar.