De la desesperanza a la alabanza.
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Tema: De la desesperanza a la alabanza.
Texto: Salmo 22 (leer por partes Salmo 22.1-10; Salmo 22.11-21; Salmo 22.22-31 )
1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
2 Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo.
3 Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
4 En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste.
5 Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
6 Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
7 Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:
8 Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía.
9 Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
Propósito general: Aliento.
Propósito específico: Exhortar a cada creyente a no quedarse en la desesperanza, sino a continuar buscando a Dios a pesar de los sentimientos que nos quieran derrumbar en medio de las pruebas.
Bosquejo:
v.1 – 10 – Desesperanza.
v.11 – 21 – Clamor.
v.22 – 31 – Alabanza.
Oración de transición: El salmo número 22 nos muestra a través de una referencia a la vida de Jesucristo, cómo Él enfrentó el sufrimiento buscando fortaleza en Dios, encontrando alabanza y confianza en su fidelidad y soberanía. Y aprendemos a imitar esa actitud de confianza y fortaleza en medio de las circunstancias difíciles.
Introducción:
Este Salmo forma parte de los llamados “Salmos Mesiánicos” (son 14 Salmos)
1. Salmo 2
2. Salmo 8
3. Salmo 16
4. Salmo 22
5. Salmo 40
6. Salmo 41
7. Salmo 45
8. Salmo 68
9. Salmo 69
10. Salmo 91
11. Salmo 97
12. Salmo 102
13. Salmo 110
14. Salmo 118
¿Por qué se les llama Mesiánicos? – Porque van referidos al Mesías.
La siguiente es una lista de las principales referencias que aparecen en el Salmo 22 y que pertenecen a Cristo.
v.1 - 21 - Experimentaría la agonía de la crucifixión - Mateo 26, 27
v.18 - Echarían suertes por su ropa – Mateo 27:35; Juan 19:23-24
v.15 - Tendría sed en la cruz – Juan 19:28
v.22 - Anunciaría el nombre del Padre – Hebreos 2:12
Este salmo mesiánico nos ofrece un aspecto profético y conmovedor de la muerte de Cristo, desamparado de su Padre por el amor que nos ampara a nosotros.
(Las palabras Ajeleth-sahar de esta inscripción tienen varias explicaciones. La mayoría de los intérpretes concuerdan en traducirlas por “la cierva de la mañana”)
Al inicio de un nuevo día, no sabemos lo que enfrentaremos, pero podemos confiar y tener la esperanza que Dios siempre tendrá el control.
Con mucha razón Santiago nos dice:
En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala;
Es bueno organizar, planear… eso nos da una sentido de orden. Pero no es bueno jactarnos de tener todo “controlado”
Cuando llegan los imprevistos, no sabemos como manejarnos. Sentimos que se nos termina el mundo.
Un principio de liderazgo dice que “La mejor manera de prepararse para el éxito, es estar preparado para el fracaso”
Sentir que no podemos…
Ej.: Moisés (Quién soy yo), Josué (No temas ni desmayes), Gedeon (familia pobre), David (el último de sus hermanos), discípulos de Cristo (algunos eran rechazados por la sociedad), Cristo (pasa delante de mi esta copa)
No digamos “Yo las puedo todas” aprendamos a depender en todo de la voluntad de Dios.
Si todo sale bien GLORIA A DIOS, si sale como no esperábamos GLORIA A DIOS.
Aprendamos de nuestro texto:
Desarrollo:
v.1 – 10 – Cuando no vemos como posible aquello que deseamos alcanzar.
Debemos aprender a vivir de la desesperanza a la alabanza.
1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda?
2 Cada día clamo a ti, mi Dios, pero no respondes; cada noche oyes mi voz, pero no encuentro alivio.
Esperanza es: Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
Desesperanza es: Cuando ya no vemos como posible aquello que deseamos.
Es el límite en el que se encuentra la persona de dejarse hundir por la frustración.
El pueblo había experimentado este sentir – vv.3 – 5 ¿Cómo se sobrepusieron?
De la misma manera que David está mostrando en su salmo
Esperaron – Clamaron – Confiaron.
Psalm 22:3–5 (RVR60)
Pero tú eres santo,
Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
En ti esperaron nuestros padres;
Esperaron, y tú los libraste.
Clamaron a ti, y fueron librados;
Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
De la misma manera David expresa que personalmente ha experimentado la esperanza en Dios.
Esperar, clamar y confiar, trae esperanza a nuestras vidas.
Cuando llega el sentir de no recibir respuesta a nuestras oraciones es porque dejamos de practicar alguna de estas acciones.
Nos cansamos de esperar - No oramos - Perdemos la confianza. No podemos hacer una sin dejar de hacer la otra.
Cuando falta alguno de estos elementos en nuestras vidas, la desesperanza nos alcanza.
Ej.: Elías, dejó de confiar, se cansó de esperar. 1 Reyes 19
Recuerde que la clave del cristiano es la constancia. Permanezca. No se mueva.
Cristo no dejo de clamar. Hasta el último aliento de su vida, estuvo clamando
En Jesús encontramos estas palabras, cuando está en la cruz del calvario.
A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: «Eli, Eli, ¿lama sabactani?», que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».
Esto nos hace ver que el mismo Hijo de Dios pasó por esta situación desesperante, además podemos comprender que toda persona enfrentará en algún momento alguna prueba que nos llevará a creer que todo está perdido.
La gran diferencia está, en poder soportar esa clase de sentimientos, contrastando la confianza y la esperanza que tenemos en Dios sin dejar de clamar, sin dejar de esperar y sin dejar de confiar.
Dios nunca abandona a sus hijos.
v.11 – 21 – Cuando entendemos que no podemos enfrentar la crisis solos.
Parte mesiánica – v.16 – 18 (Mateo 27.35; Marcos 15.24; Lucas 23.34; Juan 19.24)
El clamor nos ayuda a pasar de la desesperanza a la alabanza.
En el momento de la crisis el salmista se mueve del dolor a la oración, del lamento a la petición.
Pero qué difícil es recorrer ese camino.
Dios permite que recorramos camino en los cuales no sabemos a dónde nos llevarán.
Ej.: Moisés. Dios no le dio muchas instrucciones por adelantado. Moisés debía depender de Dios en cada paso que daba.
Dios nos le dio a Moisés un manual detallado de rutas, horarios, organización del pueblo, áreas de descanso, alimentación y provisiones.
En lugar de eso, Dios arregló circunstancias y sucesos que forzaron a Moisés a acudir de nuevo a Él para pedirle “Dios ayúdame… por favor muéstrame el siguiente paso.”
11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude.
12 Me han rodeado muchos toros; Fuertes toros de Basán me han cercado.
13 Abrieron sobre mí su boca Como león rapaz y rugiente.
14 He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas.
15 Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte.
16 Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies.
17 Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan.
18 Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.
19 Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.
20 Libra de la espada mi alma, Del poder del perro mi vida.
21 Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos de los búfalos.
David hace ver a Dios que no puede salir de esa situación sólo. David es impotente.
Pero sabe que Dios es omnipotente. Por eso se acerca a él solicitando su ayuda divina.
¿Cuál es su petición?
No pide ser sanado o liberado de la muerte, solo suplica que termine el distanciamiento de Dios, que finalice el silencio divino.
“No te alejes…” vv.11, 19 (no te quedes lejos)
Permanecer cerca del Señor nos da fortaleza.
El clamor a Dios nos ayuda a no alejarnos de Él.
Clamar a Él nos ayuda a entender que la respuesta esta en su poder y no en nosotros.
He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Tratar de enfrentar solos las pruebas, nos desgasta, nos cansa, nos desanima.
En cambio, Cuando permitimos que Dios guíe nuestra vida en medio de las crisis, recibimos fuerzas, recibimos esperanza.
v.22 – 31 – La alabanza vence la desesperanza.
Salmo 22:22–31 (RVR60)
22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré.
23 Los que teméis a Jehová, alabadle; Glorificadle, descendencia toda de Jacob, Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel.
24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó.
25 De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen.
26 Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre.
27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.
28 Porque de Jehová es el reino, Y él regirá las naciones.
29 Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo, Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma.
30 La posteridad le servirá; Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación.
31 Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.
No debemos callar
Si interpretamos este salmo de manera mesiánica, entonces podríamos escuchar a Cristo resucitado alabando a Dios por cumplir sus fieles promesas.
Como ya hemos aprendido de los salmos de lamento; su estructura nos hace ver que siempre que existe una petición, debe existir también una alabanza.
Existen diferentes maneras de alabar a Dios, pero aquí esta haciendo referencia a proclamar con los labios una alabanza a Dios.
Esta es la clave para poder vencer la desesperanza.
Este mensaje es para usted…
Tres formas en las que el salmo muestra la importancia de la alabanza en nuestras vidas.
La alabanza debe hacerse de manera personal. (v.22-25)
La alabanza debe hacerse en comunidad. (v.26-29)
La alabanza debe hacerse de generación en generación. (v.30.31)
David alaba de manera personal – v.22 – 25
Es importante que dediquemos un tiempo personal para alabar a Dios.
La alabanza debe ser en comunidad - v.26 – 29
Es de gran bendición el que nos unamos como una familia en la fe y que adoremos juntos a nuestro Señor y Salvador.
(La importancia de alabar como congregación)
La alabanza debe ser de generación en generación – v.30 – 31
Lo mejor que podemos hacer es enseñar a otros a alabar a Dios.
Nuestra confianza en Dios, nuestra alabanza y nuestro anuncio de lo que Dios ha hecho afectarán a las próximas generaciones
¿Que aprendemos?
Que el camino desde la desesperanza hacia la alabanza es un proceso necesario que todo ser humano debe enfrentar.
Que en el momento de la crisis debemos movernos del dolor a la oración, del lamento a la petición.
Que la alabanza vence la desesperanza.