LA ORACIÓN COMO DISCIPLINA ESPIRITUAL
Creciendo en Piedad - Disciplinas Espirituales • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 152 viewsQue la audiencia aprenda a la necesidad de la oración para su crecimiento en piedad o semejanza a Cristo.
Notes
Transcript
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
La oración de una huérfana: Una pequeña niña cuyo padre y madre habían muerto, fue llevada con otra familia. La primera noche preguntó si podía orar, como solía hacerlo. Ellos dijeron “oh, sí”. Entonces se arrodilló y oró como su madre le había enseñado; y cuando terminó, agregó una pequeña oración, “oh Dios, haz que estas personas sean tan amables conmigo como lo fueron mi padre y mi madre”. Luego se detuvo y miró hacia arriba, como si esperara la respuesta, y agregó, “por supuesto que Él lo hará”. Cuán dulcemente simple era la fe de esa pequeña; ella esperaba que Dios “hiciera” y, por supuesto, recibió lo que pidió.[1]
En esta historia podemos ver ilustrados los tres puntos que estaremos compartiendo en nuestro sermón en esta ocasión sobre “La oración como disciplina espiritual”:
La oración se espera
La oración se aprende
La oración obtiene respuesta
LA ORACIÓN SE ESPERA
LA ORACIÓN SE ESPERA
Hay cosas en la vida que se espera que de manera natural se den, por ejemplo:
¿Qué se espera de una madre para con su hijo?
R: Que sea amorosa, cuidadora, etc.
¿Qué se espera que produzca una mata de mango?
R: Que produzca mangos.
¿Qué se espera después de horas de estudios y de preparación para un examen?
R: Que aprobemos el examen con buenas calificaciones.
De esta misma manera se espera que el hijo de Dios ore y practique esta disciplina espiritual.
“Quienes se han sometido a la autoridad de Cristo y de la Biblia saben que la voluntad de Dios es que oremos. Pero también creemos que su voluntad es buena”. Donald Whitney
Jesús espera que oremos.
Jesús espera que oremos.
¿De qué manera cambiaría tu vida de oración si tuvieras la experiencia de que el Mismo Señor Jesús se te apareciese, en persona, y te pidiera que oraras más?
Pues posiblemente no tengamos esa experiencia de esta manera, pero sí tenemos sus instrucciones para nosotros en su Palabra. Reiteradamente, podemos encontrar a nuestro Señor Jesucristo invitándonos a orar o asumiendo que lo hacemos. Por ejemplo, veamos la oración modelo, el Padre Nuestro:
Mateo 6:5: «Cuando ustedes oren...»
Mateo 6:6: «Pero tú, cuando ores...»
Mateo 6:7: «y al orar...»
Mateo 6:9: «Ustedes, pues, oren de esta manera...»
Lucas 11:9 NBLA «Así que Yo les digo: pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá.»
Lucas 18:1 NBLA «Jesús les contó una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer…»
Ilustración: En una ocasión, me vi en la necesidad de corregir a Helen y a Hananeel de manera individual en dos escenarios distintos y por razones distintas. A solas con cada uno, le expresé mi disgusto por una serie de comportamientos que habían tenido; de dije que era decepcionante verles actuar de la manera que lo estaban haciendo porque yo no le había enseñado esa actitud que ellos tenían, pero tampoco me había comportado de esa manera, por lo que ellos lo habían aprendido de otra persona. Por supuesto que la plática provocó que ellos se sintieran mal porque me habían decepcionado y su semblante brillante y alegre se tornó en tristeza y frustración. Yo tuve que afirmarlos y decirle que no importa lo que ellos hagan, yo no los dejaré de amar y que los perdonaba por sus acciones, pero que yo tenía la expectativa de que ellos no vuelvan a comportarse de esa manera.
1. De la misma manera, Jesús tiene ciertas expectativas con nosotros y una de ellas es que practiquemos la disciplina de la oración.
2. También, si llegamos a sentirnos mal y frustrado porque no hemos logrado tener una práctica de oración elogiable, Él no nos dejará de amar, sino que sus brazos amorosos y comprensivos cubrirán nuestra vergüenza y nos ayudará a vencer contra todo lo que se opone a nuestra vida de oración.
La palabra de Dios lo deja claro.
La palabra de Dios lo deja claro.
Además de las palabras de Jesús, la expectativa inequívoca de Dios en el resto del Nuevo Testamento es que oremos.
“Perseveren en la oración, velando en ella con acción de gracias.” (Colosenses 4:2 NBLA)
“Oren sin cesar.” (1 Tesalonicenses 5:17 NBLA)
Dios nos da épocas en la vida en las que las prioridades cambian, así como cambia el tiempo que disponemos para ellas; sin embargo, en cada época, Dios espera que cada cristiano se consagre a la oración y a orar sin cesar.
«Así como la ocupación de los sastres es hacer ropa y la de los zapateros es reparar zapatos, de igual manera, la ocupación de los cristianos es orar.» Martín Lutero.
Las personas no creyentes esperan que oremos.
Las personas no creyentes esperan que oremos.
¿Cuántos de nosotros hemos tenido la experiencia que después que una persona que no es cristiana se entera de que nosotros lo somos, nos pide oración?
¿Cuántos de nosotros tenemos en nuestras listas de oración peticiones de personas no cristianas?
Pues no solo Dios tiene expectativas de que tengamos una vida disciplinada de oración, sino que las personas de este mundo dan por sentado que cada creyente o cristiano es una persona que ora.
Jesús oraba.
Jesús oraba.
Lucas nos dijo: «Así que Jesús muchas veces se alejaba al desierto para orar» (Lucas 5:16). Si Jesús necesitaba orar, ¿cuánto más necesitamos orar nosotros? La oración se espera de nosotros porque la necesitamos. No seremos como Jesús sin ella.
LA ORACIÓN SE APRENDE
LA ORACIÓN SE APRENDE
“Aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, Le dijo uno de Sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus discípulos.»" (Lucas 11:1 NBLA)
Se aprende a orar, orando.
Se aprende a orar, orando.
«Leer un libro sobre la oración, escuchar conferencias y hablar sobre ella es muy bueno, pero no le enseñará a orar. No se consigue nada sin ejercicio, sin práctica. Yo podría escuchar a un profesor de música tocar la música más bella durante un año, pero eso no me enseñará a tocar un instrumento». Andrew Murray
La mejor manera de aprender a orar es orando, de la misma manera que la mejor manera de aprender otro idioma es hablándolo y practicándolo.
Se aprende a orar, meditando en las Escrituras.
Se aprende a orar, meditando en las Escrituras.
La meditación es el eslabón perdido entre la asimilación de la Biblia y la oración.
El proceso funciona de la siguiente manera: después de recibir un pasaje de las Escrituras, la meditación nos permite tomar lo que Dios dijo y pensar profundamente en eso, asimilarlo y luego hablar con Dios sobre el pasaje en una oración significativa.
«… Así como la meditación es la mejor preparación para la oración, de igual manera, la oración es el mejor tema de la meditación. La meditación y la oración van juntas.» Matthew Henry.
«Comience leyendo u oyendo. Continúe con la meditación; termine con la oración. [...] La lectura sin la meditación es infructuosa; la meditación sin la lectura es dañina; meditar y leer sin orar por ambas no da bendición». William Bridge.
Se aprende a orar, orando con otros.
Se aprende a orar, orando con otros.
Podemos aprender a orar orando con otras personas, quienes pueden ser el modelo de la oración verdadera para nosotros.
Otros creyentes pueden enseñarnos mucho cuando oramos con ellos. Pero oramos con ellos para aprender principios de la oración, no frases para orar.
"Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los Gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería.” (Mateo 6:7 NBLA)
Orar regularmente con otros puede ser una de las aventuras más enriquecedoras de su vida cristiana. Muchos de los grandes movimientos de Dios tuvieron sus orígenes en un pequeño grupo de personas que él reunió para empezar a orar.
Se aprende a orar, leyendo sobre oración.
Se aprende a orar, leyendo sobre oración.
Simplemente está mal leer acerca de la oración en lugar de orar. Pero si lee sobre la oración además de orar, eso enriquece su formación en la oración.
“El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre.” (Proverbios 27:17 NVI 1999)
Leer los libros de sabios hombres y mujeres de la oración nos da el privilegio de «caminar» con ellos y aprender los conocimientos que Dios les dio en cuanto a cómo orar.
«Sin importar lo difícil que pueda parecerle la oración ahora, si persevera en aprender a orar, siempre podrá disfrutar de la esperanza de una vida de oración aún más fuerte y fructífera por delante». Donald Whitney.
LA ORACIÓN OBTIENE RESPUESTA
LA ORACIÓN OBTIENE RESPUESTA
"Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” (Mateo 7:7-8 NBLA)
Andrew Murray comenta atrevidamente sobre este pasaje:
«Pide y recibirás; todo el que pide, recibe». Esta es la ley inalterable y eterna del reino: si usted pide y no recibe, será porque debe haber algo incorrecto o insuficiente en la oración. No se rinda; deje que la Palabra y el Espíritu le enseñen a orar correctamente; pero no abandone la confianza que él procura suscitar: todo el que pide, recibe. [...] Por lo tanto, deje que cada novato de la escuela de Cristo reciba la palabra del Maestro con toda simplicidad. [...] Tengamos cuidado de no debilitar la Palabra con nuestra sabiduría humana.
Dios siempre responde las oraciones. Pero es posible que la respuesta que nos da no sea la respuesta que queremos.
¿Cuáles son algunas de las respuestas que Dios puede dar a nuestras oraciones?
1. “Sí”. Una respuesta afirmativa concediéndonos lo que pedimos.
2. “No”. Una respuesta negativa no concediéndonos lo que pedimos.
3. “Aún no”. Esta respuesta podría darse por las razones siguientes:
Porque aún no es el tiempo de Dios.
Porque aún no estamos preparados.
Porque Dios desea que perseveremos más en la oración.
4. “Ni SÍ ni No sino esto”. Es cuando Dios responde no de acuerdo a lo que entendemos que debería ser las respuestas a nuestras oraciones.
Recuerde algo: el propósito de toda disciplina espiritual es llevarnos a la piedad, o sea a ser más como Jesús. La disciplina de la oración también tiene este propósito, que nos asemejemos a Jesús.
APLICACIÓN Y CONCLUSIÓN
APLICACIÓN Y CONCLUSIÓN
Importante: si hay visitas, expresar como la oración nos puede llevar a confesar a Cristo y aceptar el Evangelio.
Debido a que la oración se espera,
¿Llenas las expectativas de Dios sobre tu vida de oración?
¿Qué harás diferente para satisfacer la expectativa de Dios y tu necesidad de orar?
Debido a que la oración se aprende,
¿Has sido intencional en orar con otros?
¿Has estudiado intencionalmente sobre la oración en tu Biblia?
¿Cómo podrías involucrar la meditación, lectura de la Palabra y la oración para aprender a orar mejor?
Debido a que la oración obtiene respuesta,
¿Orará persistentemente?
¿Confiarás en que la respuesta de Dios siempre será la mejor, aunque no se ajuste a tus expectativas?
¿Persistirás practicando la oración aun si su respuesta es negativa a tu petición?
[1] J. B. McClure y Dwight Lyman Moody, Anécdotas e ilustraciones de D. L. Moody, Relatadas por él mismo en su obra de avivamiento (Bellingham, WA: Editorial Tesoro Bíblico, 2020).