UNA ENSEÑANZA CON PROPÓSITO

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INTRODUCCIÓN

Hay un concepto que encontramos en casi todas las actividades que realizamos las personas, es el concepto de propósito. Saber porqué y para qué hacemos lo que hacemos es muy importante. De hecho, una de las peores cosas que podemos hacer es llevar a cabo tareas sin propósito alguno. Incluso los ateos que creen que no hay un diseño ni propósito en el universo, buscan en otras fuentes algún tipo de propósito o significado.
Pero esta idea de propósito es muy importante porque nos lleva a pensar en el resultado que queremos obtener, ¿por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo?
Recientemente, en mi trabajo, una de las cosas que me ha tocado revisar es la misión y propósito de mi departamento. Saber cuál es el impacto que mi equipo debe tener en toda la organización es vital. Cuál es el resultado que se espera lograr en mi trabajo. Si tengo esto claro, pues mi equipo puede que esté trabajando duro pero sin sentido. Malgastando recurso de los cuales luego me pedirán cuenta.
Saber el propósito es fundamental para todo lo que hacemos, incluyendo la iglesia.
Hace un par de años una pastor muy conocido sacó una serie de libros llamados: una vida con propósito, una iglesia con propósito y un liderazgo con propósito. Y, aunque, estoy en total desacuerdo con toda su eclesiología, y gran parte de su teología en general, es interesante que todos libros tuvieron gran acogida dentro del pueblo evangélico.
La razón, es porque este concepto de propósito impregna las Escrituras. Dios nos ha creado con un propósito, y también ha llamado a hombres al ministerio pastoral con un propósito.
Esto es lo que Pablo es su primera carta a quien es su verdadero hijo en la fe, esto es Timoteo, le escribe.
Pablo había dado un encargo a Tiempo para se quedase en Éfeso a fin de que enseñara, corrigiera, reprendiera y exhortara en la sana doctrina. Y sin embargo, en este encargo que Pablo da a Timoteo también vemos claramente el concepto de propósito. El apóstol le encarga a su discípulo una tarea muy especial, y le enseña cuál es el propósito de tal encargo. En otras palabras, Pablo le dice a Timoteo que corrija y enseñe con un objetivo claro en mente.
Amados hermanos, en el ministerio pastoral debemos entender esto claramente. Como iglesia, si no conocemos el objetivo por el cual hacemos lo que hacemos, simplemente vamos a seguir tradiciones religiosas sin entender verdaderamente el significado o la meta por la cual lo hacemos.
Por esta razón, Pablo al inicio de su carta deja claro el objetivo, la meta a la que Timoteo debe apuntar a medida que ejerce su ministerio en la iglesia de Éfeso.
Así que te invito a que abras tu Biblia en nuestro pasaje de hoy en 1 Timoteo 1:5-7. Te animo a que me sigas en la lectura de nuestro pasaje de hoy.
Lectura: 1 Timoteo 1:5-7.
Mi argumento en esta tarde es: “la enseñanza bíblica tiene el propósito es llevar a los creyentes de la doctrina a la práctica por medio del amor.”
Oración

I. EL AMOR COMO PROPÓSITO

Después de afirmar el encargo que ha dado a su verdadero hijo en la fe, el apóstol Pablo hace un contraste y luego una declaración de propósito.
El contraste
El versículo 5 comienza con la conjunción pero, que nos ayuda a ver la diferencia que hay entre el resultado que hay entre la doctrina extraña, la vana palabrería, los mitos y genealogías, y el resultado que se busca con la enseñanza bíblica. Pablo hace una gran diferencia:
Las doctrinas extrañas: por un lado tenemos lo que estaban enseñando estos falsos maestros en la iglesia en Éfeso y el resultado de su vana palabrería. Solo producían discusiones inútiles. Tales discusiones se habían extendido a toda la vida de la iglesia, incluso al punto que de aún sus oraciones parecían estar motivadas por estas palabrerías. En 1 Timoteo 2:8Por tanto, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones.” Pablo parece hacer inferir que estas falsas doctrinas se mostraban aún en la división y las discusiones que se evidenciaban hasta en la forma que oraban.
Nuestra instrucción: Pero, esta conjunción nos muestra que el resultado que Pablo busca con su enseñanza y doctrina es muy diferente al de los falsos maestros. Pablo hace distinción en lo que busca, en lo que desea lograr con su instrucción cuando lo compara con los falsos maestros. El propósito de la enseñanza de Pablo es el amor.
El amor como propósito
La gran diferencia era ésta. Pablo tenía como objetivo el amor, mientras que los falsos maestros solo querían demostrar su habilidad retórica e intelectual. En 1 Timoteo 1:7Quieren ser maestros de la ley…” Lo único que les motivaba era ser vistos como maestros, y no un amor cristiano.
Ahora bien, Pablo tiene su mirada en el amor, él no desea ser visto como el más sabio o intelectual, después de todo, el mismo Señor Jesús afirmó esto, cuando dijo que del amor a Dios y al prójimo es el resumen de toda la ley y de los profetas. Mateo 22:37–40Y Él le contestó: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. »Este es el grande y primer mandamiento. »Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. »De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas».
El amor es el fruto que debe evidenciarse en la vida de alguien que ha sido verdaderamente transformado por el evangelio. En 1 Corintios 13, Pablo precisamente hablando acerca de los dones en la iglesia, una iglesia de la que Pablo afirma que no les falta ningún don (1 Corintios 1:7). En el capítulo 13 les recuerda que pueden tener todas las habilidades y dones existentes, y que pueden ser los más sabios e instruidos en la Palabra, pero si no tienen amor, nada son. Escuche lo que dice 1 Corintios 13:2Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy.
Esto es precisamente lo que está contrastando. Esto nos muestra que podemos tener todo el conocimiento bíblico posible, podemos tener el don de profetizar, que se refiere a enseñar la Palabra de la mejor manera, ser los maestros más efectivos y acertados, pero sin amor, nos somos nada.
A los predicadores se nos suele exhortar diciendo: “ten cuidado de amar más la predicación, que a las personas a las que le predicas.” Y esto amados, es exactamente lo que ocurría en la iglesia en Éfeso. Amaban ser maestros de la ley más que amar a las personas a quienes debían enseñar.
En Romanos 13:10El amor no hace mal al prójimo. Por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.
El amor es la doctrina en la práctica
Por eso Pablo rápidamente contrasta y declara cuál es el propósito de su instrucción. Y este propósito es el amor. Ahora, ¿qué quiere decir esto?
Bueno en primer lugar, quiere decir que el propósito de Pablo es llevar la doctrina a la práctica. De nada sirve el conocimiento sino nos lleva a vivir de una manera diferente. La sana doctrina debe evidenciarse en una vida transformada, cuya mayor característica es el amor.
El mismo apóstol Juan dice que sin amor, es imposible ser creyente. 1 Juan 4:8El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
Amados, el conocimiento nunca debe ser un fin en sí mismo. Nuestro objetivo nunca debe ser aprender más por el simple hecho de tener más conocimiento. Si esto es así, si nuestro objetivo es aprender y conocer más, por el simple hecho de adquirir conocimiento entonces seremos envanecidos. Nuevamente, Pablo le recordó esto a la iglesia en Corinto 1 Corintios 8:1–2En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Si alguien cree que sabe algo, no ha aprendido todavía como debe saber.
El apóstol no estaba criticando el conocimiento, como si el conocimiento de manera intrínseca envaneciera por su propia naturaleza de conocimiento. No, lo que está criticando es lo que hacemos con el conocimiento. Es lo que hacemos con la doctrina lo que hace la diferencia. Aprender doctrina con el objetivo de aprender doctrina y saber más nos envanecerá, pero la doctrina con el objetivo de crecer en amor, es correcta.
La ortodoxia nos debe llevar a la ortopraxis.
De nada sirve saber mucha doctrina, si esa doctrina no transforma mi vida.
Amados, muchas veces en nuestras iglesias reformadas tenemos un celo por las doctrinas de la gracia que muchas veces no es sano. No digo que no debamos tener celo por la sana doctrina, y de hecho, Pablo está mandando a Timoteo que corrija a los que enseñan una doctrina extraña, no me malinterprete, debemos contender y luchar contra los falsos maestros. Pero, hay una línea delgada que muchas veces cruzamos, y que en doctrinas de segundo o tercer orden, creamos debates que solo crean división en el cuerpo en vez de reflejar el amor al que la doctrina debería llevarnos.

II. LA RAÍZ DEL AMOR

Ahora bien, es imposible llegar al amor cristiano sin el conocimiento sano del evangelio. Amados, es posible ser cristianos en la mente y no en el corazón, pero es imposible ser cristiano en el corazón si no se es primero en la mente. En otra palabras, no podemos ser transformados a menos que sea por medio del conocimiento sano del evangelio. Somos transformados por la Palabra de Dios, no hay otro medio.
Por eso, Pablo ahora va a describir el tipo de amor que tiene en mente. Éste es un amor cristiano, genuino y verdadero. 1 Timoteo 1:5Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.” Éste es el objetivo de Pablo: un amor, pero no cualquier amor, sino un amor nacido de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe verdadera.
Esta triple raíz del amor nos muestra que es un amor que es producido por la enseñanza de la sana doctrina. Por eso Pablo encarga a Timoteo que reprenda y corrija a quien enseña una doctrina extraña, por tales falsas enseñanzas no pueden producir el amor cristiano al que Pablo apunta. De hecho, lo que ha producido es ira, contienda y discusiones interminables.
Así que, la triple raíz del amor enfatiza el hecho de que la sana doctrina es el medio que Dios usa para producirlo. La enseñanza fiel es lo que permitirá que el amor cristiano nazca de estas tres fuentes.
Un corazón puro: En primer lugar, el corazón. En la Biblia el corazón representa el centro de la persona, donde se asientan los afectos, anhelos y deseos más profundos. Cuando una persona es regenerada, lo que ocurre básicamente es un transplante de corazón. Ezequiel 36:26–28 “’Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. ’Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas. ’Habitarán en la tierra que di a sus padres; y ustedes serán Mi pueblo y Yo seré su Dios.”
Dios transforma el corazón haciendo un cambio completamente radical de los deseos, anhelos y afectos más profundos del ser humano. Esta transformación hecha por el Espíritu de Dios a través de la Palabra de Dios, es lo que da lugar a un corazón puro, que es lo mismo que un corazón limpio.
Es un corazón que ha sido limpiado de su inclinación al pecado, y ahora desea a Dios y odia el pecado. Lo que antes anhelábamos y deseábamos con tanta fuerza, ahora odiamos y rechazamos por amor a Dios.
Por eso, la clase de amor que Pablo describe debe indudablemente nacer de una corazón que ha sido limpiado del pecado. De otra manera, no puede amar, pues seguiría amando el pecado y no a Dios ni a su pueblo.
Ahora amados hermanos, de ahí la instrucción bíblica. La misma Escritura nos da testimonio de que la única forma de limpiar nuestro caminar del pecado es a través de la Palabra de Dios. Salmo 119:9¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando Tu palabra.” El corazón del hombre debe ser expuesto a la Palabra de Dios enseñada fielmente, porque solo así podrá ser limpiado. Solo así obrará el Espíritu Santo de Dios transformando y regenerando el corazón del pecador.
Una buena conciencia: En segundo lugar, tenemos la conciencia. Pero, ¿qué es la conciencia? Muchas veces en los dibujos animados vemos la imagen de un personaje con un angelito y un demonio al lado representando la conciencia de este personaje. La Biblia tiene mucho que decir acerca de la conciencia, el apóstol Pablo menciona la conciencia 6 veces en todas las cartas pastorales, y 4 de ellas en 1 Timoteo.
Pero, debemos entender qué es la conciencia, el pastor y teólogo Andrew Naselli en su libro sobre la conciencia se refiere a ella como “una capacidad humana que Dios nos ha dado para emitir juicio y reflejar el aspecto moral de la imagen de Dios en nosotros” (Conscience, p. 22-23).
La conciencia es como un tribunal supremo que vive dentro de nosotros. Nos juzga para justificarnos o condenarnos de acuerdo al estándar de Dios. Todos los seres humanos tienen una conciencia, todos. Romanos 2:15Porque muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos,
Ahora bien, la conciencia buena es la que opera bajo el estándar de moralidad de Dios. La conciencia está diseñada para condenarnos o justificarnos delante de Dios. En muchas ocasiones, el apóstol Pablo apeló a su conciencia delante de Dios para justificar sus acciones. Escuche lo que dice Hechos de los Apóstoles 23:1Entonces Pablo, mirando fijamente al Concilio, dijo: «Hermanos, hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia».” En 2 Corintios 1:12Porque nuestra satisfacción es esta: el testimonio de nuestra conciencia que en la santidad y en la sinceridad que viene de Dios, no en sabiduría carnal sino en la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo y especialmente hacia ustedes.
Ahora, no es que Pablo confiara en sí mismo para justificarse delante de Dios, sino que él vivía de tal manera siempre intentó alinear su conducta con los mandamientos de Dios, no para salvación, sino como modo de vivir. Nunca hizo nada con una intención que no fuera agradar a Dios. Pablo vivió de tal manera que su conducta coincidiera con su entendimiento de la Palabra de Dios.
El amor solo puede nacer de una persona que piensa y actúa conforme al estándar moral de Dios.
Ahora bien, la conciencia del hombre en su estado caído y sin Cristo está afectada. No es completamente inservible, sino que no siempre actúa como debe hacerlo, y además es susceptible de ser manchada o silenciada. Esto es lo que le pasaba a estos falsos maestros. En 1 Timoteo 4:1–2 Pablo describe el estado de sus conciencias “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, mediante la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la conciencia.
Por eso, cuando Dios limpia el corazón de una persona, y transforma sus más profundos deseos, anhelos y afectos, lo que se produce es un deseo de vivir delante de Dios conforme a sus mandamientos, y de ahí, la conciencia buena que nos da testimonio de esto.
Una conciencia cauterizada no puede amar bíblicamente porque no amará según el estándar de amor de Dios. La conciencia debe ser instruida en la Palabra a fin de que pueda funcionar según el estándar moral de Dios.
Fe sincera: Y finalmente, tenemos la fe sincera. La fe representa la confianza de la persona en Cristo Jesús para salvación, es decir, para ser justificado. Cuando una persona confía únicamente en Cristo como el único que puede justificarnos delante del Padre, entonces, tiene una fe sincera.
El problema con no tener un corazón que ha sido limpiado del pecado, y una conciencia cauterizada, es que te lleva a poner tu confianza en otro que no es Cristo. Esta fe a la que hace referencia Pablo es la confianza personal de que la vida y obra de Cristo es suficiente para perdonarme todos mis pecados y hacerme acepto delante de Dios. Es una fe que cree el evangelio de verdad.
Por lo tanto, no es cualquier clase de amor el que Pablo tiene en mente, sino uno que nace de una confianza en que el amor de Dios se ha manifestado en nosotros al perdonarnos todos nuestros pecados. Lea Romanos 5:5–6Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado. Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.
La confianza de que Cristo murió por nosotros es la que nos da esperanza porque Dios mostró su amor para con nosotros. Y esta confianza de haber recibido el amor de Dios es la que nos permite expresar ese mismo amor.
El propósito de la enseñanza es el amor nacido de esta triple fuente, un corazón puro, una buena conciencia y una fe sincera.
Por eso enseñamos la Biblia. No buscamos entretener, sino exponerte a la Palabra de Dios para de ellos nazca un amor bíblico. Para que el conocimiento se traduzca en la práctica. Amado, no importa cuánto sabes si eso no se transforma en cuánto amas. Los fariseos eran verdaderos maestros de la ley, pero no había en ellos amor. Su conocimiento nunca transformó sus vidas conforme al propósito de Dios. No amaron más a Dios, y tampoco amaron más a su prójimo.
Me gusta la forma en cómo William Hendriksen resumió en su comentario el v.5: “Orad y esforzaos diariamente por obtener un corazón puro, una buena conciencia y una fe sin hipocresía, con el fin que estos tres, obrando juntos en orgánica cooperación, puedan producir la joya más preciosa de todas, el amor” (Hendriksen, William. 2006. Comentario al Nuevo Testamento).
Conexión con el evangelio
Por esto enseñamos la Biblia, porque queremos exponer tu corazón y tu conciencia a la Palabra de Dios, a fin de que pongas tu confianza únicamente en Cristo como salvador, y seas transformado viviendo una vida de amor hacia Dios y los demás. Tú sabes en tu conciencia que has transgredido la ley de Dios, no te acuso yo, sino tu misma conciencia da testimonio contra ti, sabiendo que tus deseos y anhelos no son más que la satisfacción propia en el pecado. Tu propia conciencia te acusa. Y lejos de que apagues la conciencia o intentes luchar contra la culpa, lo que deseamos es que tu corazón y tu conciencia sean transformadas por la verdad de Dios. Y que sabiendo esto, pongas tu confianza en Cristo como el único que te puede justificar, perdonar y limpiar de todo pecado.
Amado amigo, si esto es algo que Dios está haciendo en tu vida, y quieres saber más, entonces quiero hablar contigo al final del culto.

III. EL AMOR DESVIADO

Por eso las falsas enseñanzas son tan peligrosas, porque no exponer tus afectos, tu conciencia y tu confianza a la verdad bíblica, te llevará a un corazón sucio, una conciencia corrompida y una fe en la ley en vez de en Cristo.
Esta es la fuente de la que broma el amor cristiano. Sin embargo, los falso maestros en Éfeso se habían desviado o apartado de estas cosas. No tenían un corazón limpio, ni una buena conciencia, ni mucho menos una fe sincera.
En vez de buscar el amor a Dios y a su pueblo, se amaban a sí mismos. En vez de promover el reino de Dios y la edificación que viene de la sana doctrina, se promovían a sí mismos como maestros de la ley.
Era un amor tan desviado que ni siquiera reconocían su propia ignorancia. Creían que entendía la ley y se hacían maestros de ella, pero nunca entendieron que precisamente, el propósito de la ley era el amor. Querían ser maestros de la ley sin ser maestro en el amar a Dios y a los demás. Pero esto es incompatible.
Una de las peores condiciones en las que el ser humano puede estar es la ceguera. Pero peor que esa ceguera es no saber que uno está ciego. Y esto le pasaba a los falsos maestros, y por consecuencia a todos los que se exponen a esa doctrina extraña.
De hecho, de la misma forma que se apartan estos falsos maestros, también quienes les escuchan terminarán apartándose (1 Timoteo 4:1-2). Pablo hace este contraste y nos muestra cuál propósito del mandamiento bíblico, para que en vez de tener un amor desviado por la falsa doctrina, tengamos un amor cristiano producido por el actuar del evangelio en nosotros.
APLICACIONES
Ahora bien, ¿cómo vivimos como iglesia a la luz de esta verdad?
Evalúa el contenido de la enseñanza
Evalúa el fruto de la enseñanza
Expon tu corazón y tu conciencia a buena enseñanza
Amados, que el Señor nos ayude a buscar el amor nacido de un corazón puro, una buena conciencia y una fe verdadera que son el resultado de la enseñanza bíblica fiel.
Oremos.
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