TRIBUNAL DE CRISTO
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TRIBUNAL DE CRISTO
TRIBUNAL DE CRISTO
Hebreos 9:27 “27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,”
¿Habrá un día de juicio para los creyentes y, por cuales cosas tendremos que rendir cuentas?
La salvación es un regalo que no podemos comprar ni obtener por nuestros propios méritos. Pero, los creyentes nunca debemos descuidar las obras en el servicio a Dios,
pues la Biblia también enseña que todo lo que hagamos en esta tierra tendrá consecuencias en la eternidad.
Si cuando usted sea juzgado es encontrado buen siervo, habiendo sido fiel a Dios en lo poco de esta vida, tenga por seguro que él le pondrá sobre
mucho en la eternidad.
Para nosotros, el ser juzgados por Jesucristo debe ser un motivo de gozo y no de temor,pues Dios nos asegura que “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”.
Sin embargo, debemos comprender que los creyentes seremos sometidos a un juicio o evaluación minuciosa de nuestra vida. Dios ha prometido que premiará o censurará lo que hayamos hecho mientras estabamos en el cuerpo, y nos regala cada hora de nuestra existencia para que nos preparemos para ese día.
Ese juicio es llamado “El Tribunal de Cristo”, y se efectuará inmediatamente después del arrebatamiento de la Iglesia. En aquel día, Dios dará recompensas a quienes hayamos trabajado para él, tomando en cuenta las actitudes de nuestro corazón y la disposición a negarnos a nosotros mismos mostradas a la hora de ministrar.
El propósito de esta lección es desafiarle a invertir sabiamente sus recursos, talentos y energías en lo que resta de su vida. Ministre de manera que en la eternidad coseche los beneficios que la Palabra de Dios promete a quienes sirven a Nuestro Señor con fidelidad.
1. ¿Juzgará Dios a la humanidad?
A. Hebreos 9:27 asegura que cada uno de nosotros seremos juzgados por Dios en algún momento después de nuestra muerte.
B. Recordemos que Dios no nos juzgará para “decidir” nuestro destino eterno. La salvación o la condenación la decide cada uno durante su vida, al recibir o rechazar
a Cristo.
El juicio solamente dicta la sentencia.
1. El que no cree en Jesucristo, ya ha sido condenado.
Juan 3:18 lo declara: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no
ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”
2. Pero si tenemos al hijo, Dios nos ha declarado justos, y no debemos temer ser
juzgados por nuestros pecados, debido a que Cristo fue juzgado en nuestro
lugar.
2 Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
C. Dios juzgará a los creyentes y a los inconversos en eventos diferentes.
2. ¿Cómo juzgará Dios a los Inconversos?
A. Todo aquel que no reciba a Cristo durante su vida, por muy buena persona que
sea, comparecerá ante lo que la Biblia describe como “El Juicio del Gran Trono
Blanco” en Apocalipsis 20:11 “11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.”
B. En esa ocasión, varios eventos importantes sucederán:
1. Las obras, es decir la conducta de los hombres allí presentes, serán juzgadas
confrontándolas con “los libros”. Apocalipsis 20:12 “ Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.”
2. En ese mismo pasaje se nos dice que también se abrirá “El Libro de La Vida”,
para comprobar el destino eterno de quienes enfrentarán la condenación
3. Ese destino, desafortunadamente será el infierno, descrito aquí como el Lago
de Fuego. Apocalipsis 20:15 “15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
4. Dios juzgará a los inconversos por medio de sus obras, debido a que estos
vivieron creyendo que ellas les salvarían. Los creyentes no seremos juzgados
en base a nuestras obras, sino en base a la obra perfecta de Cristo en la cruz,
ya que es en ella en la que hemos depositado nuestra confianza.
Marcos 4:22–24 “22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz. 23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís.”
3. ¿Cómo Seremos juzgados los creyentes?
A. Aunque nuestra salvación no depende de nuestras obras, Dios sí juzgará cada una
de ellas y los motivos por los que las hicimos, de modo que “cada uno recibirá su
alabanza de Dios”.
1. Todos los creyentes seremos juzgados en lo que la Biblia llama “El Tribunal de Cristo”. 2 Corintios 5:10 lo asegura: “Porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.”
2. En dicho tribunal cada uno de nosotros dará cuentas de todo lo que sucedió en
su vida a partir de su conversión Romanos 14:10–12 “10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. 12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.”
3. En este juicio Dios juzgará no sólo la cantidad, sino también la calidad de
nuestras obras.
a. Dios nos demostrará que no todas las obras que hicimos en la vida contaban. El probará la consistencia espiritual de las mismas.
1 Corintios 3:12–13 “12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.”
b. Para él, lo que cuenta son los motivos detrás de nuestras obras y no las obras en sí. 1 Corintios 4:5 “5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.”
c. Por eso es importante que nuestro motivo al servir a Dios y en todo lo que hacemos, sea que él reciba la gloria. Si usted vive en el poder de su carne
y obra para recibir el crédito y aumentar su prestigio personal, en aquel día “sufrirá pérdida”, aunque será salvo como por fuego.
1 Corintios 3:14–15 “14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.”
B. El propósito principal de Dios para juzgarnos en el Tribunal de Cristo es recompensarnos.
1. En el Tribunal de Cristo, seremos premiados por medio de “coronas”. Estas nos
recuerdan los galardones concedidos en la antigüedad a los vencedores de las
pruebas atléticas o los reconocimientos públicos a quienes eran considerados
dignos por causa de su servicio.
2. Pero a diferencia de aquellas coronas, las cuales eran corruptibles, las nuestras serán incorruptibles. Veamos lo que
1Corintios 9:25 dice al respecto: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.”
3. Es importante entender que Dios no nos premiará por actividades aisladas y eventuales en nuestra vida cristiana. En el cielo, los grandes serán aquellos que hayan tenido la actitud de siervos en la tierra y que consistentemente hayan mostrado un corazón humilde durante todo su caminar con Cristo.
Mateo 20:25–28“ Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
4. Estos premios no solamente pueden ganarse. Una vez que usted los tiene, puede perderlos. Por eso es tan importante velar constantemente para
mantener nuestro corazón enfocado en Dios. Apocalipsis 3:11 “11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.”
Consideremos también la exhortacion que 2 Juan 1:8 nos hace: “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis
galardón completo.”
C. La Biblia menciona al menos cuatro clases de coronas con las que seremos recompensados:
1. La Corona de Gozo
a. Esta corona tiene que ver con llevar a otros al conocimiento de Cristo. Pablo señala a las personas que él había ganado para Cristo como “su corona”.
1 Tesalonicenses 2:19–20 “19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? 20 Vosotros sois nuestra gloria y gozo.”
En Filipenses 4:1 él dice: “Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.”
b. Notemos que el gozo y la conversión de las personas están estrechamente relacionados. Hay mucho gozo en los cielos cuando un pecador se
arrepiente delante de Dios. Lucas 15:3–7 “3 Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: 4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; 6 y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. 7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.”
c. Tenga por seguro que una corona será entregada a aquellos cuya pasión haya sido la conversión de las almas
2. La Corona de la Vida
a. Esta corona es otorgada a quienes resisten las pruebas y las
tentaciones. Santiago 1:12 “12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.”
b. Nunca tengamos temor a ser probados. Las tentaciones, las pruebas y la persecución han sido siempre parte de la vida de quienessirven a Dios.
En Apocalipsis 2:10 se lee: “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que
seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.”
La lista de creyentes que han sufrido a causa de su fe es interminable, unas pocas muestras son:
i. Esteban, el primer mártir de la iglesia, murió apedreado por proclamar el evangelio con denuedo. Hechos de los Apóstoles 7:59–60 “59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.”
Es interesante que su nombre significa “corona”.
ii. Jacobo, el hermano de Juan el apóstol, murió a espada. Hechos12:1 2 lo relata: “En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de
la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan.”
iii. Juan, el apóstol y escritor del evangelio que lleva su nombre, murió preso en la isla de Patmos. En Apocalipsis 1:9 leemos: “Yo Juan,
vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la
palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.”
c. Podemos estar seguros de que quienes observan un estilo de vida caracterizado por resistir constantemente las tentaciones y soportar las
pruebas serán recompensados con la corona de vida. Anhele usted ser uno de ellos.
3. La Corona de Justicia.
a. Esta corona se le dará a quienes amaron la segunda venida de Cristo.
2 Timoteo 4:8 “8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”
b. Usted puede afirmar que ama la venida de nuestro Señor:
i. Si busca las cosas de arriba y no las de la tierra. Es decir que vive para
invertir sus talentos, recursos y energías en lo eterno y no en lo
temporal. Colosenses 3:1–4 “1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.”
ii. Si renuncia a la impiedad y a los deseos mundanos y vive sobria, justa
y piadosamente. Haga de Tito 2:12-13 su meta en esta vida:
“Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.”
iii. Si procura vivir una vida de santidad y pureza. 1 Juan 3:2–3 “2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.”
4. La Corona de Gloria
a. Esta corona será concedida a quienes pastorearon a los santos. 1 Pedro 5:1–4 “1 Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: 2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.”
b. Ni se necesita ser “pastor ordenado” para obtenerla, ni necesariamente la recibirán todos los que pastorean.
c. Pastorear es alimentar, cuidar y guiar a las ovejas de Dios en su caminar por esta vida. Por eso será dada a aquellos que con un corazón íntegro
ministren de acuerdo a los requisitos establecidos por el pasaje que acabamos de leer:
i. El ministerio debe hacerse voluntariamente.
ii. El ministerio no puede ser con el objetivo de recibir una ganancia deshonesta
iii. El ministerio no puede ser hecho para buscar una posición de señorío sobre la grey de Dios.
d. Quienes reciban la Corona de Gloria serán aquellos que guiaron a otros con la autoridad de la Palabra de Dios y la fuerza de su ejemplo.
Por eso para aspirar a esta corona, debemos primero estar dispuestos a alimentar a otros con la Palabra de Dios, y a pastorearlos con la actitud correcta