La conquista de Jerusalén
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· 107 viewsDavid fue retado por los jebuseos a tomar Jerusalén. David no se desanimó sino que actuó y tomo Jerusalén como ciudad de David y del reino eterno del Mesías Salvador.
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La conquista de Jerusalén
La conquista de Jerusalén
2º Samuel 5:6–10
6Entonces marchó el rey con sus hombres a Jerusalén contra los jebuseos que moraban en aquella tierra; los cuales hablaron a David, diciendo: Tú no entrarás acá, pues aun los ciegos y los cojos te echarán (queriendo decir: David no puede entrar acá). 7Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David. 8Y dijo David aquel día: Todo el que hiera a los jebuseos, suba por el canal y hiera a los cojos y ciegos aborrecidos del alma de David. Por esto se dijo: Ciego ni cojo no entrará en la casa. 9Y David moró en la fortaleza, y le puso por nombre la Ciudad de David; y edificó alrededor desde Milo hacia adentro. 10Y David iba adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos estaba con él.
Introducción
Introducción
Cuando David fue ungido como rey de todo Israel, sabiamente consideró que Hebrón no podía seguir siendo la capital del reino.
Debía encontrar un lugar neutral en el territorio de Israel, que a su vez fuera de su tribu.
Encontró el lugar perfecto, la ciudad de los jebuseos, los cuales no habían sido expulsados de la tierra prometida, y después de 500 años aun habitaban junto a los israelitas.
La conquista de Jerusalén marcaría el comienzo de una etapa profética celestial, con significado muy importante para el reino eterno de nuestro Señor Jesucristo, al grado que la ciudad celestial es llamada la nueva Jerusalén.
El reto
El reto
2º Samuel 5:6 “Entonces marchó el rey con sus hombres a Jerusalén contra los jebuseos que moraban en aquella tierra; los cuales hablaron a David, diciendo: Tú no entrarás acá, pues aun los ciegos y los cojos te echarán (queriendo decir: David no puede entrar acá).”
David armó su ejercito y se dispuso a conquistar Jerusalén, sin embargo, la ciudad no había sido conquistada porque era impenetrable. Era una fortaleza natural impenetrable por su geografía.
Esto hacía que sus enemigos estuvieran confiados al grado de burlarse de él.
David no solamente enfrentaba un reto físico sumamente difícil, sino también a un desaliento psicológico por la burla de sus enemigos.
“…Tú no entrarás acá, pues aun los ciegos y los cojos te echarán (queriendo decir: David no puede entrar acá).”
Quería rebajar, menospreciar a David, haciendole caer en un complejo de inferioridad. Le decían, tu puedes ver y caminar, pero los ciegos y los cojos son más fuertes que tú.
El enemigo procurará hacerte caer en un complejo de inferioridad, se burlará de ti y te menospreciará, si prestas atención a sus burlas, caerás en su trampa, te debilitarás emocionalmente y no podrás conquistar.
David no permitió que estas burlas lo desanimaran, al contrario, le provocaron más coraje para avanzar.
“Marchó David con sus hombres a Jerusalén”
La respuesta
La respuesta
2º Samuel 5:8 “Y dijo David aquel día: Todo el que hiera a los jebuseos, suba por el canal y hiera a los cojos y ciegos aborrecidos del alma de David. Por esto se dijo: Ciego ni cojo no entrará en la casa.”
David ya se había enfrentado solo al gigante Goliat y lo había vencido, los jebuseos eran un obstáculo más que David estaba deseoso de enfrentar.
Por tanto, en lugar de sentarse a lamentar por la burla, o actuar bajo el enojo, buscó opciones para entrar en la ciudad.
Encontró que habían canales de agua por donde podían entrar.
Como respuesta a la burla, David ordena a que eliminen a los cojos y los ciegos que se atrevieron a retarlo, juntamente con los jebuseos.
La orden de David para que no entrara cojo o ciego a la casa de Dios se cumplió hasta la destrucción del templo en el año 70 d.C. De tal manera que vemos al cojo a la puerta del templo sin poder entrar. Hechos 3:2 “Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.”
Cuando recibas palabras de desánimo, ármate de valor y declara que mayor es el que está contigo. 1 Juan 4:4 “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.”
La seguridad
La seguridad
2º Samuel 5:9 “Y David moró en la fortaleza, y le puso por nombre la Ciudad de David; y edificó alrededor desde Milo hacia adentro.”
El territorio donde está Jerusalén, originalmente fue entregado a la tribu de Benjamín, pero ellos no lo pudieron conquistar.
En la época de Josué fueron Los de la tribu de Judá la conquistaron:
Jueces 1:8 “Y combatieron los hijos de Judá a Jerusalén y la tomaron, y pasaron a sus habitantes a filo de espada y pusieron fuego a la ciudad.”
La entregaron a la tribu de Benjamín, pero ellos no la pudieron retener.
Jueces 1:21 “Mas al jebuseo que habitaba en Jerusalén no lo arrojaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo habitó con los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.”
Los de Benjamín no retuvieron la ciudad porque no la ocuparon, por tanto la perdieron.
pero David cuando conquistó la ciudad, inmediatamente la ocupó y la reclamó como la ciudad da David y capital del reino hasta hoy.
El Señor nos ha dado conquistas en nuestra vida, pero si no hacemos retroceder al enemigo, levantamos cuartel y ocupamos lo conquistado, lo perderemos nuevamente.
Eso sucedió con la parábola de los talentos. Mateo 25:16–18 “16Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. 18Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.”
Los que recibieron los talentos y los ocuparon, los hicieron crecer y los retuvieron.
Pero el que recibió el talento pero no lo ocupó, lo perdió todo.
Conclusión
Conclusión
Al conquistar Jerusalén David estaba cumpliendo el mandato de Dios de expulsar a los cananeos de la tierra prometida, un mandato que sus antepasados no habían cumplido. Pero David creía en la promesa de Dios.
La obediencia a la Palabra de Dios caracterizó a David y por lo cual fue sumamente bendecido.
No permitas que el enemigo te desanime, pide a Dios inteligencia para que te de las estrategias para conquistar ese reto que tienes por delante.
Créele a Dios, la clave del éxito es depender de Él: Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
Una vez El Señor te de la victoria, no descuides tu bendición, ocúpate en cultivarla y hacerla crecer. Apocalipsis 3:11 “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.”
Sobre todo, lo que caracterizó a David fue su estrecha relación con Dios, su fidelidad y su amor.