Mas allá de mi sabiduría

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Introducción:

Se cuenta la historia que un día cuatro personas viajaban en un pequeño avión de cuatro pasajeros; un piloto, un ministro, y dos jóvenes, y unos de ellos acababa de ganar el premio al “Joven mas inteligente del mundo”.

Mientras viajaban, el piloto se volvió hacia los tres pasajeros y dijo: “Tengo malas noticias, y tengo peores noticias. La mala noticia es que no queda combustible. El avión esta cayendo y nos vamos a estrellar. La peor noticia es que solo tengo tres paracaídas abordo”.

Este significaba, por supuesto, que alguien tendría que sacrificarse con el avión.

El piloto continuo. “Tengo una esposa y tres hijos en casa. Tengo mucha responsabilidades. Lo siento pero tendré que tomar unos de los paracaídas”. Con eso, tomo uno de los paracaídas y salto del avión.

El joven mas inteligente del mundo fue el próximo en hablar. “Soy el joven mas inteligente del mundo”, dijo: “Quizás sea el que logre la cura para el cáncer o el Sida o resuelva los problemas económicos del mundo. ¡Todos cuenten conmigo! El joven mas inteligente del Mundo tomo el segundo paracaídas y salto.

El ministro entonces hablo y dijo: “Joven, toma tu el ultimo paracaídas. Ya yo hice mi paz con Dios, y estoy dispuesto a quedarme en el avión. Toma ahora el ultimo paracaídas y salta”.

“Relájese pastor”, dijo el otro joven. “El joven mas inteligente del mundo acaba de lanzarse del avión con mi mochila”.

Muchas veces nosotros actuamos como “el joven mas inteligente del mundo”. Tómanos decisiones de manera impulsiva, sin pensarlo. Después lamentamos las consecuencias.

Sin embargo, permítame decirles que Josué, en cierto momento también actuó como el “joven mas inteligente del mundo”. Según el capitulo 9 del libro de Josué, los lideres del pueblo de Israel, junto con su líder Josué, tomaron una mala decisión que le trajo consecuencias no deseadas.

DESARROLLO

I.Engañados por el enemigo (Josué 9:4-15)

El capitulo nueve de Josué comienza diciendo que los pueblo cananeos escucharon las hazañas que el ejecito de Israel estaba haciendo. Los pueblo cananeos escucharon como el pueblo había pasado el rio Jordán. Los pueblos cananeos escucharon como la ciudad de Jericó había sido destruida. También escucharon de la destrucción de la ciudad de Hai.

Debido a esto, la Biblia nos dice, que los pueblo cananeos formaron una especie de coalición para pelear en contra del ejercito de Israel. Josué, capitulo 9, versículo 1-2, nos dicen que: “Todos los reyes que estaban a esta lado del Jordán…… unieron sus tropas para pelear como un solo ejercito contra Josué y los israelitas” (Nueva traducción viviente, o NTV).

Sin embargo hubo unos de los pueblos que planeo una estrategia diferente. Este pueblo era Gabaón. De acuerdo a los estudiosos de la Biblia, el pueblo de Gabaón estaba a unas cinco millas de la ciudad de Hai, y a unas diez o quince millas de donde estaba el campamento de Israel. El nombre de Gabaón significa “una colina”, según nos dice Josué 10:2, Gabaón era “una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que Hai, y todos sus hombres eran fuertes”.

Pero, lo que llama la atención de la ciudad de Gabaón no era su grandeza; o la fuerza física de sus habitantes. Lo que llama la atención más bien su astucia; pues ellos decidieron enfrentar a Israel no a través de la guerra sino a través del engaño.

Josué 9:4-13, nos muestra a lujo de detalles la estrategia que los gabaonitas usaron para engañar a Josué y a los lideres del pueblo de Israel. ¿Qué estrategia utilizaron ellos? ¿Qué plan usaron para engañar a Josué y a los lideres de Israel?

Lo primero que ellos hicieron fue que se disfrazaron. ¿Notemos el disfraz que ellos utilizaron? Leamos Josué 9:4-5 (……………….). Los gabaonitas se fingieron embajadores. Se vistieron de ropas viejas y remendadas. Inclusive sus zapatos eran viejos y recocidos. La apariencia de los Gabaonitas tenían como propósito crear pena, compasión y empatía ante los ojos de Josué y los lideres del pueblo.

Lo segundo que ellos hicieron fue decir medias verdades. Los gabaonitas se presentaron como creyentes en los hechos que Dios a través del pueblo de Israel. Josué 9:9-10, nos dice que ellos eran conocedores de la historia de Israel desde su salida de Egipto hasta su establecimiento en Canaán. Inclusive, ellos conocían los nombres de los reyes que Israel había derrotado en el pasado. Pero en medio de todas estas verdades ellos infiltraron una y otra vez la mentira. Ellos dijeron: “Nosotros venimos de tierras muy lejanas” (Josué 9:6, 9). Los gabaonitas sabían que: “Los israelitas tenían permiso de hacer la paz con las ciudades lejanas, pero no con las siete naciones cananeas que vivían cerca de ellos (Deut. 7:1, 2; 20:10–15). Estas debían ser totalmente destruidas (Deut. 20:17), para que Israel no se contaminara con su falsa religión y sus bajos principios morales. Por eso en repetidas ocasiones se prohibió a Israel que hiciera alianza con ellos” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 2, p. 222.)

La tercero que los gabaonitas hicieron fue jugar con los sentidos de Josué y los lideres. Josué 9:12-13, nos dice que los Gabaonitas mostraron el pan que trajeron el cual estaba seco y mohoso. También le mostraron los cueros de vino que estaban rotos. Le mostraron los zapatos y las ropas que estaban viejas y remendadas. Lo interesante es que el versículo 14, nos dice que: “Los israelitas probaron las provisiones de los gabaonitas” (Versión Dios habla hoy, o DHH). Josué probo el pan y dio testimonio de que era viejo. No había de que dudar estos hombres estaban en lo cierto.

Es interesante, pero las tres estrategias utilizada por lo gabaonitas; disfrazarse, hablar medias verdades y jugar con los sentidos; fueron las mismas estrategias que uso Satanás para engañar a Eva. Esto es muy interesante, ya que para Satanás acercarse a Eva lo primero que hace es disfrazarse, después dice verdades a medias y por ultimo juega son sus sentidos. También si notamos la manera como Satanás se acerca a Jesús en el desierto; veremos el mismo modo de acción. No busco alegorizar ni mucho menos espiritualizar el texto bíblico, pero lo que los Gabaonitas hicieron es el medo de operación de Satanás.

La historia nos dice que Josué y los lideres del pueblo fueron engañados. “Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida; y también lo juraron los príncipes de la congregación” (Josué 9:15).

Pero la verdad no se hizo esperar. Pasados tres días Josué se dio cuenta que había sido engañado. Que los embajadores no habían venido de lejanas tierras, sino que eran sus vecinos cercanos. Que todo lo que había pasado tres días atrás había sido una falsa. ¿Ahora que hacer? Se preguntaba Josué. La alianza estaba hecha. La palabra había sido dada. Los lideres del pueblo habían hecho un juramento en el nombre de Jehová. Ellos habían celebrado una alianza, y la misma no podía ser revocada.

Josué y los líderes tuvieron que aceptar las consecuencias de su mala decisión. Josué, igual que el “joven más inteligente del mundo”, tomo una decisión apresurada, y la misma le trajo triste consecuencias. Entre las consecuencias que Josué tuvo que enfrentar estuvo la murmuración del pueblo (Josué 9:18), también tuvieron que enfrentar el hecho de que los Gabaonitas estarían conformando parte de la congragación de Israel. Y por ultimo los gabaonitas debían ser protegidos, pues si algo les acontecía a ellos, la ira de Jehová vendría sobre la congragación de Israel.

II.La palabra de Dios: Medio eficaz en la toma de decisiones (Josué 9:14).

La pregunta que nos hacemos es: ¿Por qué Josué y los líderes fueron engañados? ¿Por qué cayeron presa de este engaño? Permítame decirles que en lo personal me llama mucho la atención esta historia. Pues el engaño perpetrado por los gabaonitas era muy visibles. Por ejemplo: ¿Cómo habían remendado sus ropas en el camino? ¿Cómo habían escuchado de los hechos realizados por Dios? Sin embargo la primera razón por la cual Josué fue engañado está en el contexto de la historia. En Josué 8:30-35, se nos dice que después de conquistar la ciudad de Hai, Josué y el pueblo tuvieron una experiencia espiritual muy especial. En el monte Ebal, allí tuvieron un reencuentro con Dios, donde sacrificaron ofrendas y leyeron la ley. Esta experiencia espiritual fue muy especial, y puede que Josué y los lideres, después de esta experiencia espiritual entraron en un momento de descuidos. Pero la razón fundamental por la cual Josué y el pueblo fueron engañados, es mostrada en el versículo en Josué 9: 14. Allí se nos dice que Josué y los lideres: “No consultaron a Jehová”.

La razón por la cual Josué y el pueblo fueron engañados no fue debido al disfraz que usaron los gabaonitas. No fue debido a las medias verdades que ellos le dijeron. La razón por la cual Josué fue engañado consistió en no consultar a Jehová. Josué y los líderes antepusieron su experiencia antes de consultar a Dios. Ellos confiaron en su sabiduría. Confiaron en sus sentidos. Confiaron en las decisiones de un comité consultivo. Pero no consultaron a Jehová. La consecuencia de esto fue la toma de una mala decisión.

Ahora bien, ¿qué significa consultar a Jehová? Esto es muy interesante, pues la traducción de Josué 9:14, en la Reina Valera de 1960 es un tanto ambigua, y la misma puede ser usada por hermanos “súper-espirituales”, para defender una especie de experiencia especial con Dios, donde ellos escuchan la voz de Dios que le habla de manera personal.

Mas cuando analizamos el texto en el hebreo- idioma original donde se escribió el libro de Josué- notamos que la palabra consultar usada en la Reina Valera de 1960, es tomada de la palabra hebrea “peh”, la cual también puede traducirse como “boca”. En el libro de Josué cuando se usa la palabra hebrea “peh”, generalmente se traduce como “dicho” u “ordenanza”. Por consiguiente Josué 9:14, puede ser traducido como: “ ellos no buscaron la boca de jehová”, “lo dicho” u “ordenado” por Jehová.

Josué tomo una decisión sin consultar a Dios, y por consiguiente fue engañado. Antes de Josué tomar la decisión de hacer una alianza con un pueblo que el no conocía, debía consultar los medios que Dios había dejado. Debió haber consultado los libros escritos por Moisés. O debió consultar al Sumo Sacerdote para que Dios le hablara a través de Urim o el Tummin ( Las dos piedras que estaban en la vestiduras del sacerdote, las cuales brillaban de acuerdo a lo que Dios ordenaba).

Incluso, Dios le había dicho a Josue en el capítulo uno que “el libro de la ley nunca se debía apartar de su boca” (Josué 1:8). Y que debía actuar “conforme a toda a ley de mi siervo Moisés” (Josué 1:7). Dios había dejado los escritos de Moisés; así como a los sacerdotes, a fin de ser consultados cuando se vieran en situaciones difíciles. Pero a la hora de tomar esta decisión, Josué y los líderes dependieron de sus conocimientos. Dependieron de sus sentimientos. Dependieron de su experiencia. Dependieron de sus sentidos. Dependieron del consenso. Pero no dependieron de los medios que Dios había provisto.

III.Dos lecciones en cuanto a la toma de decisiones

Existen múltiples lecciones que podemos extraer de esta historia. Sin embargo solo deseo resaltar dos de ellas, las cuales se dejan ver muy claras en el texto.

Lección # 1: No tememos ninguna decisión basada en nuestra propia sabiduría. Tomemos decisiones basados en la sabiduría divina. Antes de tomar cualquier decisión es necesario preguntarse que Dios dice al respecto. En 2 Reyes 22, se registra la historia de dos reyes. Uno llamado Acab y el otro Josafat. Como todos ustedes conocen; Acab era un rey impío y no temía a Jehová. Pero Josafat era un rey justo. Un día ellos decidieron unirse para ir a la guerra. Pero antes de salir, Josafat le dijo a Acab: “Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová” ( 2 Reyes 22:5).

Esta debe ser nuestra actitud, pues al igual que los reyes de Israel y Judá; al igual que Josué, nosotros vivimos en un campo de batalla. Pero a diferencia de los personajes bíblicos nuestra lucha no es contra carne o sangre (Efesios 6:12). Estamos batallando en contra de un enemigo espiritual. Por consiguiente debemos depender de las armas espirituales. Esta la razón por la cual se nos aconseja a tomar la palabra de Dios como nuestra arma de defenza.

•Antes de entrar a un nuevo trabajo. Preguntemos, ¿Qué dice Dios?

•Antes de comenzar un noviazgo. Preguntemos, ¿Qué dice Dios?

•Antes de invertir en una propiedad o un negocio. Preguntemos, ¿Qué dice Dios?

•Antes de ir a una fiesta de no creyentes: Preguntemos, ¿Qué dice Dios?

No tome una decisión importante en su vida sin consultar lo que Dios dice. No sea como muchos que salen de viaje, exploran una comunidad, compran una casa y luego piden al pastor que ore para ver si es o no es la voluntad de Dios que se trasladen al nuevo lugar, pero ya están haciendo la mudanza. Primero deciden y luego consultan a Dios.

Estas personas consultan al doctor, consultan al abogado, consultan al dentista, consultan al mecánico pero no consultan a Dios. Nunca van al consultorio divino! Nunca visitan la oficina de Dios! Otros llegan tarde al consultorio de Jesucristo. Por eso salen de un problema y se meten en otro.

La Biblia nos dice en Proverbios 3:5-6: “Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar “(Nueva Traducción Viviente, o NTV).

F. B. Meyer, en su libro: Grandes Hombres de la Biblia, p. 328: nos dice que: “Nunca confíes en tu propio Juicio. Cuando el sentido común este demasiado seguro de la rectitud de cierto método de acción, será mejor asegurarse mas y elevar el alma a Dios, para que nos conteste en desaprobación con el no, o nos ilumine con un si. Si después de esto, todavía hay dudas, sabremos que el tiempo no ha llegado todavía para entender toda la voluntad de Dios. Bajo tales circunstancias, hay que esperar. Y cuando llegue la hora de actuar, el le habrá dado señales tan claras de su voluntad que no habrá lugar a equivocaciones. “Ninguno que espere en El será avergonzado”

Lección # 2. No busquemos solucionar una mala decisión ejecutando otra mala decisión. La primera reacción del pueblo, después de ser engañados por lo gabaonitas fue darles muerte. Pero esto constituía otra mala decisión. El problema estaba allí, y había que enfrentarlo. La palabra había sido dada. El nombre de Dios había sido puesto como garantía. Por consiguiente Josué sabiamente dejo a los gabaonitas con vida. Elena. G. White, en el contexto de esta historia, presenta una declaración que me hace meditar: “La obligación incurrida al empeñar uno su palabra –con tal que no sea para cometer un acto malo o ilícito–, debe tenerse por sagrada. Ninguna consideración de ganancia material, venganza o interés personal, puede afectar la inviolabilidad de un juramento o promesa” (Patriarcas y Profetas, p. 540).

Por consiguiente, una mala decisión nunca se resuelve tomando otra mala decisión. La única manera de resalir una mala decisión es tomando buenas decisiones basado en principios morales correctos.

•Una mala decisión en un matrimonio no se resuelve con un divorcio.

•Un embarazo no deseado no se resuelve con un aborto.

•La decisión de venir sin documentos legales a los Estados Unidos, no se resuelve con un matrimonio falso.

•Un fallo en una amistad, no se resuelve con una mentira.

•Una ofensa no se resuelve con otra ofensa.

•Un problema económico no se resuelve mintiendo en nuestra declaración de impuesto.

Una mala decisión no se resuelve tomando otra mala decisión. Aceptemos las consecuencias de nuestras malas decisiones; y busquemos la manera como lo hizo Josué de resolver el problema siguiendo principios morales correcto.

Conclusión:

Durante la próxima semana tendremos que enfrentar muchas situaciones que vendrá a nuestras vidas. Tal vez estas situaciones vendrán disfrazadas como vinieron los gabaonitas. Es tiempo de que “consultemos lo dicho por el Señor”. Pero si en lo pasado hemos tomado malas decisiones, pidámosle a Dios sabiduría para enfrentar las consecuencias con valor y responsabilidad.

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