El GRAN Enigma
Conociendo a Jesús • Sermon • Submitted • Presented
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Como fue el caso de Alan Turing que con la ayuda de la captura de la maquina enigma por parte de los ingleses hacía los Alemanes en la segunda guerra mundial, pudieron descifrar sus códigos y anticiparse a los movimientos de las tropas alemanas.
Turing desarrolló a finales de 1939 y mediados de 1940, una máquina a la que bautizaron como Bombe (una palabra polaca para definir un tipo de helado), con la que consiguieron descifrar con éxito las transmisiones de Enigma.
Esta máquina era usada por el ejército Alemán para transmitir información militar secreta.
Cuando en la vida descubrimos un secreto y tenemos en nuestras manos algo que nadie conoce, podemos ganar la batalla que en esta vida estemos librando.
Esa ventaja en esta vida se puede lograr y hoy vamos a conocer como tener esa ventaja, como podemos anticiparnos a lo que vendrá en esta vida y lo que sucederá despues de la muerte.
Lucas 14:15–24
Lucas 14:15–24
La vida cristiana, la vida con Cristo es como una gran cena. Las parábolas eran recursos literarios con los que Jesús explicaba verdades acerca del reino de Dios. Por está razón la mayoría de las parábolas en los evangelios tratan acerca del reino de Dios.
¿Qué es el reino de Dios?
Es la voluntad de Dios de salvar a todos lo que han creído en Jesús para que vivan una vida de plenitud y gozo en esta tierra esperando la segunda venida, cuando seremos llevados al cielo y Dios establecerá su reinado en la tierra.
Esta parábola nos cuenta acerca de una GRAN CENA. Se está refiriendo a la GRAN CENA que tendremos cuando Jesús regrese y a la cual TODOS hemos sido invitados.
Esta parábola comienza con el comentario de un hombre que dice: “Dichoso o bienaventurado, el que coma en el banquete del reino de Dios”
Las preguntas que Jesús quiere que todos respondan es:
“¿He aceptado realmente la invitación de entrar en esta casa del banquete?
¿Mi vida muestra que la he aceptado esa invitación y que estoy en el camino correcto hacía esa cena?”
Todos ellos ya habían aceptado ir pero su cancelación, era una ofensa en el contexto judío.
Además, ¡qué superficiales y tontas eran las excusas presentadas!
Todos hemos sido invitados y todos hemos presentado excusas para no estar en la GRAN CENA.
Estamos rechazando la GRAN CENA del Rey porque no tenemos hambre, estamos llenos de todo lo que nos trae placer. El mundo, los deseos de los ojos, nuestro ego, nuestras posesiones, nuestro futuro.
Lo que poseemos nos termina poseyendo.
3 cosas que terminan quitándonos la oportunidad de sentarnos con Jesús y conocerlo.
Veamos las excusas de los invitados:
1. La excusa de las posesiones
Lucas 14:18 “Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero le dijo: «He comprado un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me excuses».”
Nadie compra un terreno sin antes ir a verlo. Este hombre ya lo había comprado y ahora decía necesitar ir a verlo.
Esta es la excusa de o que tenemos. Lo que poseemos nos termina poseyendo y nos quita la oportunidad de conocer a Jesús.
2. La excusa de lo que hacemos
Lucas 14:19 “Y otro dijo: «He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos; te ruego que me excuses».”
Si quería ir a probarlos, debío hacerlo antes de comprarlos. Pero los compra y ahora se excusa con ir a probarlos.
La excusa de lo que hacemos. La profesión, el trabajo y nuestros “que haceres” se convierten en una excusa cada vez que Jesús nos invita a conocerlo.
3. La excusa de lo que amamos
Lucas 14:20 “También otro dijo: «Me he casado, y por eso no puedo ir».”
Estaba siendo invitado a una cena no a una guerra. No tenía porque decir que no.
Pero esta es la excusa de lo que amamos. Cuando un amor se interpone entre Jesús y yo, no puedo conocerlo.
Estas cosas nos mantienen ocupados, son pretextos para negarse a recibir la gracia que Dios ha dado a todo aquel que quiere recibirla.
Desde siempre las personas han sacado excusas para decir NO a la invitación de Jesús.
No tenemos tiempo para responder a la invitación de Jesús.
No estamos disponibles para Jesús
Isaías 65:2 “Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo rebelde, que va por mal camino, siguiendo sus propias ideas.
Pensamos que la vida cristiana, que el conocer a Jesús se trata de hacer con mi vida lo que yo quiero de lunes a viernes y el sábado o domingo, ir a una iglesia y escuchar un mensaje que traiga paz al corazón, sanidad al familiar enfermo, restauración en algún área, bendición financiera. Para luego irme de nuevo y hacer con mi vida lo que yo quiero con lo que he obtenido de Jesús.
Esa no es la vida con Cristo, eso, no es conocer a Jesús.
Conocer a Jesús requiere una entrega absoluta, si yo quiero tener una ventaja en esta vida, debo perder la manera de vivir mi vida y aceptar la manera de Jesús.
Por eso Jesís temina esta parábola dirigiendose a las multitudes.
OJO, este no fue un mensaje exclusivo para los discipulos que se convertirián en los pastores de la iglesia, no fue un mensaje para los lideres de la iglesia de los cuales se espera más, es un mensaje para las multitudes:
En los versos 26 y 27 Jesús deja claro cuál es la naturaleza de los invitados a la GRAN CENA.
El gran Enigma es este: Jesús le dice a la gente que la devoción a él debe ser tan completa y de corazón que ni aun la lealtad a los padres y a los otros miembros de la familia debe interponerse.
Que para conocer a Jesús, nada de lo que poseo, nada de lo que hago y nada lo que amo, se debe interponer entre Jesús y yo. Si quiero estar en la GRAN CENA, es claro que Cristo debe tener la preminencia.
Jesús te está haciendo una invitación, y solo si estás dispuesto a dejar las excusas a un lado, lo que tienes, lo que haces y lo que amas a un lado, podrás conocer a Jesús. Ese es el gran enigma que es díficil de descifrar, ¿Cómo puedo llegar a conocer a Jesús?
Dejando a un lado todas las excusas que me impiden conocerlo.
Juan 8:32 “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”