Lidiando con los que me han hecho daño
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Cuando pensamos en lo que nos hace sufrir se nos vienen muchas cosas a la cabeza, pensemos un minuto en los sufrimientos que vivimos, los que nos provocan y los que nosotros mismos nos hemos provocado.
Cada uno de estos sufrimientos duele enormemente y dejan heridas en el corazón.
Hoy iniciamos una nueva serie, en donde
estudiaremos todo lo que atraviesa Jesús hasta su muerte en la cruz.
Estudiaremos desde el capítulo 18 hasta el 20 y vamos a repasar los momentos de Jesús de camino a la cruz
Estudiaremos cada uno de los sufrimientos que atraviesa y las lecciones que esto nos deja para nuestra vida como cristianos.
Estas siguientes páginas de la Biblia nos presentan momentos desgarradores que vive Jesús y que probablemente dolerán también en nuestros corazones.
Hoy empezaremos con el arresto de Jesús como primer momento de sufrimiento en este camino hacia la cruz.
Esta semana quiero darles consejos y recomendaciones acerca de como lidiar con las personas que me hacen daño
Cómo reacciono ante el que me hace daño.
Todos estamos en contextos donde nos han hecho daño y donde nos siguen haciendo daño.
1 Después de decir esto, Jesús salió con Sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el cual entró Él con Sus discípulos.
2 También Judas, el que lo iba a entregar, conocía el lugar porque Jesús se había reunido allí muchas veces con Sus discípulos.
3 Entonces Judas, tomando la tropa romana, y a varios guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue* allá con linternas, antorchas y armas.
4 Jesús, sabiendo todo lo que le iba a sobrevenir, salió y les dijo*: «¿A quién buscan?».
5 «A Jesús el Nazareno», le respondieron. Él les dijo*: «Yo soy». Y Judas, el que lo entregaba, estaba con ellos.
6 Y cuando Él les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra.
7 Jesús entonces volvió a preguntarles: «¿A quién buscan?». «A Jesús el Nazareno», dijeron.
8 Respondió Jesús: «Les he dicho que Yo soy; por tanto, si me buscan a Mí, dejen ir a estos».
9 Así se cumplía la palabra que había dicho: «De los que me diste, no perdí ninguno».
10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.
11 Jesús le dijo a Pedro: «Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no he de beberla?».
12 Entonces la tropa romana, el comandante y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron,
13 y lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote ese año.
14 Caifás era el que había aconsejado a los judíos que convenía que un hombre muriera por el pueblo.
1 Después de decir esto, Jesús salió con Sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el cual entró Él con Sus discípulos.
2 También Judas, el que lo iba a entregar, conocía el lugar porque Jesús se había reunido allí muchas veces con Sus discípulos.
3 Entonces Judas, tomando la tropa romana, y a varios guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue* allá con linternas, antorchas y armas.
Valle de Cedrón
Valle de Cedrón
FOTO
El pecador odiado
El pecador odiado
El plan de judas
El plan de judas
Judas todo lo tenía planeado
Llego preparado
Pensaba que iba a existir oposición
El corazón de Judas
El corazón de Judas
Un corazón que se alejó de Jesús.
4 Jesús, sabiendo todo lo que le iba a sobrevenir, salió y les dijo*: «¿A quién buscan?».
5 «A Jesús el Nazareno», le respondieron. Él les dijo*: «Yo soy». Y Judas, el que lo entregaba, estaba con ellos.
6 Y cuando Él les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra.
7 Jesús entonces volvió a preguntarles: «¿A quién buscan?». «A Jesús el Nazareno», dijeron.
8 Respondió Jesús: «Les he dicho que Yo soy; por tanto, si me buscan a Mí, dejen ir a estos».
9 Así se cumplía la palabra que había dicho: «De los que me diste, no perdí ninguno».
El encuentro con los que lo buscaban
El poder de Jesús
El poder de Jesús
Su decisión de ser capturado
Su decisión de ser capturado
El cuidado a sus discípulos
El cuidado a sus discípulos
10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.
11 Jesús le dijo a Pedro: «Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no he de beberla?».
El Pecador amado
El Pecador amado
El inicio de un muy mal día para Pedro
Impulsivo
Quiere defender a Jesus
Anda armado
Quiere matar a su enemigo
Nueva Biblia de las Américas Capítulo 26
Entonces Jesús le dijo*: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán.
53 »¿O piensas que no puedo rogar a Mi Padre, y Él pondría a Mi disposición ahora mismo más de doce legionesa de ángeles?
54 »Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras que dicen que así debe suceder?».
La sanación de Malco
El pecador salado, el enemigo sanado
El pecador salado, el enemigo sanado
Enemigo de Jesús
Enojado
Propiciador de la muerte de Jesús
Parte de los sacerdotes
Jesús interactuando con 3 pecadores
Jesús interactuando con 3 pecadores
El pecador amado
El pecador amado
Lo corrige y lo detiene de continuar en su pecado
El pecador odiado
El pecador odiado
Lo soporta con gracia y compasión, lo recibe
El pecador salado
El pecador salado
Lo sana en su necesidad
¿Cómo me va a mi con los pecadores que me hacen daño?
¿Cómo me va a mi con los pecadores que me hacen daño?
Con los judas de la vida = Traidores
Con los Pedros de la vida = Amigos cercanos que pecan y a veces su pecado parece estar justificado
Con los Malco de la vida = Enemigos necesitados de sanidad
Jesús a todos les otorga gracia y una opción de redención
Jesús y el resto
Jesús y el resto
Jesús rodeado de pecadores
Uno justo en un mundo de pecadores
Jesús y el resto y yo pertenezco al resto
Llamado: Ser como Jesús con los que me han hecho daño
Llamado: Entender mi necesidad de Jesús porque yo soy pecador
12 Entonces la tropa romana, el comandante y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron,
13 y lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote ese año.
14 Caifás era el que había aconsejado a los judíos que convenía que un hombre muriera por el pueblo.
Sumisión de Cristo
Sumisión de Cristo
El sufrimiento inicial