1 CORINTIOS 4:3-5 VERDADEROS SIERVOS DE DIOS PARTE 2
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Estos versículos muestran que Pablo estaba siendo atacado por lo menos por algunos de la iglesia de los Corintios.
Los apóstoles sólo eran siervos de Cristo, pero no tenían que ser menospreciados. Se les había encargado una gran misión, y por esa razón, tenían un oficio honroso.
En este segmento de su epístola, Pablo afirma que como siervo de Cristo él tiene que dar cuentas al que lo envió. Cristo le exige ser fiel en el servicio a Dios y ministrar a su pueblo. Llegará el día en que Pablo será juzgado por el trabajo que realizó. Pero no lo juzgará un tribunal humano, sino que será Cristo mismo.
3-
1 Corintios 4:3–4 Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. 4 Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.
A Pablo no le amedrentaba ser examinado e interrogado, porque estaba dispuesto a sufrirlo todo por su Señor. Si los corintios querían interrogarle, esto habría sido para él un asunto sin importancia. Si hubiesen tratado de traerlo hasta un tribunal humano, también lo habría tenido como una pequeñez, comparado con lo que significa comparecer ante el tribunal de Dios. Pablo no tenía que darle cuentas a los corintios, sino a Dios, quien lo había comisionado por medio de Jesucristo.
Ni siquiera yo me juzgo a mí mismo». Ésta no es una afirmación presuntuosa, mediante la cual Pablo busca ponerse por sobre toda crítica. ¡De ningún modo! Pablo sabe más bien que él no es lo suficientemente objetivo como para evaluar sus propios pensamientos, palabras y obras. Por lo tanto, le deja a Dios la tarea de juzgar, quien es el único capaz de ser un juez imparcial. Esto no quiere decir que Pablo renuncia a ser evaluado. Pablo no habla de acciones humanas, las cuales deben ser evaluadas periódicamente. Pablo habla de su apostolado. Esta clase de juicio sólo le pertenece a Dios.
4-
1 Corintios 4:5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
Mattew Henry Comenta:
Comentario de la Biblia Matthew Henry (CAPÍTULO IV)
Pablo tenía una justa preocupación por su reputación, pero sabía que aquel que apunta principalmente a complacer a los hombres, no resultará ser un siervo fiel de Cristo. Es un consuelo que los hombres no sean nuestros jueces definitivos. No es hacer un buen juicio de nosotros mismos, ni justificarnos lo que finalmente nos dará seguridad y felicidad. Nuestro propio juicio sobre nuestra fidelidad no es más confiable que nuestras propias obras para nuestra justificación. —Viene el día en que los pecados secretos de los hombres serán sacados a la luz del día, y los secretos de sus corazones quedarán al descubierto. Entonces, todo creyente calumniado será justificado, y todo siervo fiel será aprobado y recompensado. La palabra de Dios es la mejor regla por la cual juzgar a los hombres. No debemos envanecernos unos contra otros si recordamos que todos somos instrumentos empleados por Dios y dotados por Él con talentos variados.