Fil 1:27-30 LA CORRECTA CONDUCTA DEL CREYENTE
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SERIE: VIVAMOS CON GOZO
La vida para la que nos salvó. (Dios no nos ha salvado para vivir descontentos, enojados, preocupados… Sino para vivir con gozo. La vida que todos quieren, el gozo que nada ni nadie nos puede quitar).
TÍTULO: LA CORRECTA CONDUCTA DEL CREYENTE
TÍTULO: LA CORRECTA CONDUCTA DEL CREYENTE
PROPÓSITO: Manifestar el Evangelio de Cristo a través de nuestra conducta.
PROPOSICIÓN: Mi conducta refleja verdad o hipocresía
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Somos mala publicidad para el no creyente.
Cuando el incrédulo observa a la iglesia y no ve santidad, pureza y virtud, pareciera no existir una razón para creer en el evangelio que profesa esta iglesia. Cuando los pastores cometen pecados escandalosos y luego son reubicados en posiciones de liderazgo en la iglesia, o cuando los miembros de la congregación mienten, roban, engañan, murmuran y pelean; y cuando a las congregaciones poco parece importarles el pecado y la hipocresía en sus filas, el mundo rechaza con razón sus pretensiones de amor y servicio a Dios. Además, el nombre de Cristo es manchado y deshonrado.
Los primeros cristianos.
La fortaleza de los cristianos primitivos frente a la persecución y la muerte fue algo que causó una honda impresión en el mundo antiguo, y empezaron a preguntar: “¿Qué tienen estas personas? ¿Qué las capacita para vivir y morir de esa forma?”. Y al inquirir por ello recibieron la respuesta y así se difundió el Evangelio.
La correcta conducta del creyente, es considerar que no somos de este mundo.
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
CONTENIDO:
CONTENIDO:
¿Qué se espera del creyente? Se espera de nosotros un comportamiento digno. (Correcto, apropiado)
Descubriremos el verdadero significado de comportamiento cristiano según el evangelio de Cristo.
Un enfoque práctico para vivir de acuerdo al evangelio de Cristo.
Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,
La conducta cristiana se caracteriza por:
No es teórica solamente, no solo es doctrina una buena ortodoxia, sino también una correcta práctica, orto praxis. Involucra el comportamiento.
Una vida consecuente.
Una vida correcta, apropiada a lo que somos. A nuestra ciudadanía.
Un comportamiento confiable, no debería ser necesario verlos, Implica madurez.
Es un imperativo, así debemos vivir.
Se caracteriza por vivir dignamente conforme al evangelio. A nuestro nuevo nacimiento, nuestra nueva vida en Cristo.
El Nuevo Testamento no hace un llamamiento a la buena conducta a nadie excepto a los cristianos. El Nuevo Testamento no está interesado en la moralidad del mundo como tal. Nos dice muy claramente que no podemos esperar nada del mundo excepto pecado y que en su estado caído es incapaz de otra cosa.
Nuestra ciudadanía celestial se refleja en:
1. FIRMEZA:
1. FIRMEZA:
La firmeza
Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,
Estáis firmes traduce un solo verbo griego, stēkō, que se refiere a mantenerse firme y constante sin importar el peligro o la oposición (el v. 28 también recalca la fortaleza en medio de la oposición).
La palabra se empleaba para referirse a un soldado que defendía su posición a toda costa, hasta el punto de sacrificar su vida. En sentido figurado, alude a mantenerse firme en una creencia, convicción, o principio sin transigir y sin importar el costo personal que eso demande. Esta amonestación incluye el hecho de permanecer firmes en la verdad bíblica y la vida santa.
Pablo no temía burlas, ataques, la cárcel, el sufrimiento, la muerte. Sus convicciones eran firmes.
Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.
Y añade en otros versículos la misma idea.
Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
Como ciudadanos del cielo. nuestra conducta en este mundo es firme en cuanto a nuestra salvación, a pesar de la oposición.
No tengo una fe camaleónica, solo cuando me conviene creo, solo cuando creo que es necesario.
2. UNIDAD:
2. UNIDAD:
Si algo nos caracteriza notablemente es la unidad.
Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,
Eso caracterizó a los primeros cristianos.
Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
La unidad que tenemos es para que juntos combatamos por la fe.
Pero ningún ejercito consigue alguna victoria, si hay conflictos internos.
Nuestro testimonio es de unidad (el enemigo de un peruano es otro peruano; en el cristianismo diríamos, que el enemigo de un creyente es otro creyente).
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
La razón de mantener esta unidad es reflejar la voluntad de Jesús para su iglesia.
La unidad de su Iglesia era uno de los mayores anhelos de Jesús. En la última cena les dijo a sus discípulos:
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Poco después, en su oración, pidió que todos los que creyeran en Él “sean uno;
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
La respuesta a esta asombrosa petición es la unidad espiritual que existe en el Cuerpo de Cristo. Los creyentes comparten la vida eterna que Dios les ha dado en el nuevo nacimiento, de modo que son uno con el Señor y con los otros (cp. 1 Co. 10:16-17). Pablo deseaba ver el cumplimiento práctico de esa verdadera unidad espiritual en el ministerio y el cuidado amoroso.
La unidad de la iglesia manifiesta en la vida práctica era también uno de los mayores anhelos de Pablo.
La importancia de la unidad es para que el mundo crea...
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Necesitamos mantener la unidad.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Pablo presenta la clave de la verdadera unidad en la iglesia al escribir:
Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
En este pasaje, combatiendo unánimes es sin duda la idea que Pablo tenía en mente, más que pelear o competir contra alguien o algo, como podría también traducirse. Él pone de relieve la actitud de sacrificar el bienestar propio para promover el de otros, no la de aprovecharse de otro para el bien personal. La idea de combatir contra algo está implícita, pero solo teniendo en cuenta que la iglesia debe también estar combatiendo unánime contra el pecado y contra su enemigo común, Satanás y sus huestes de demonios.
Como ya se observó, combatir unánimes no solo permite el avance de la fe del evangelio, sino que también frena cualquier oposición a él. La iglesia siempre ha enfrentado un mundo hostil. Parte de esa enemistad es evidente y directa, como la que viene de ateos, filósofos humanistas y otras religiones. Sin embargo, gran parte de la hostilidad es indirecta y sutil, y muchas veces resulta más peligrosa. Las falsas doctrinas han logrado entrar en iglesias que alguna vez fueron bíblicas y evangélicas. Quienes predican falsos evangelios, sin importar su forma, “tuercen… las Escrituras, para su propia perdición” (2 P. 3:16) y la de quienes caen en su engaño.
En el sentido afirmativo, el otro objetivo de combatir juntos es proclamar la fe del evangelio.
3. VALENTÍA:
3. VALENTÍA:
Si en algo nos diferencia de un incrédulo, es como reaccionamos o respondemos a nuestra conducta cristiana, conforme a nuestra cosmovisión bíblica.
Valentía es otra característica del creyente, valentía para vivir para Cristo, a pesar de los padecimientos.
La realidad: una característica de un comportamiento “digno del evangelio de Cristo” es el sufrimiento de los creyentes por causa de su fe en Él.
Habrán conflictos. Habrá quienes se oponen.
Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;
Es algo que pasará...
Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Sin embargo, por serio que fuera el conflicto, no debían sentirse intimidados, porque el hecho mismo de sufrir ataques por causa del evangelio demostraba que los que se oponen iban a la perdición. Para los creyentes, en cambio, era indicio de su salvación eterna.
La persecución por causa de Cristo prueba que los creyentes le pertenecen a Él. Por eso, lejos de ser motivo de desánimo para los creyentes, debería serlo de confianza y gozo porque muestra que son salvos. Para Pablo era un honor traer “en [su] cuerpo las marcas del Señor Jesús” (Gá. 6:17; cp. Col. 1:24), es decir, haber padecido a manos de quienes odiaban a Cristo. Si bien la iglesia lucha por llevar a cabo su misión divina, nunca debe ser intimidada, ni por los incrédulos del mundo que se oponen, ni por las críticas al interior de ella. Dios asegura la perdición de los opositores, y la salvación de los creyentes, pues el fin de todo es de Dios.
una vida confiada
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Sufrir por Cristo no es un mandato solamente, es un privilegio.
En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;
sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
perdemos la credibilidad de impactar al mundo
Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
Este mandato aparece en otros pasajes del Nuevo Testamento, que exhortan a andar “como es digno de la vocación con que fuisteis llamados” (Ef. 4:1), “como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios” (Col. 1:10), y “como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria” (1 Ts. 2:12; cp. 4:1). Esto significa mostrarse “fieles en todo, para que en todo [los creyentes] adornen la doctrina de Dios [su] Salvador” (Tit. 2:10), demostrando una “santa y piadosa manera de vivir”, y procurando “con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles” (2 P. 3:11, 14).
Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.