Serie: Los requisitos del oficio pastoral - 1 Ti. 3:1–7

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Tema: El anhelo y la irreprensibilidad del pastor

Lectura introductoria: Salmos 119:1-6
Salmo 119:1–6 RVR60
1 Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la ley de Jehová. 2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan; 3 Pues no hacen iniquidad Los que andan en sus caminos. 4 Tú encargaste Que sean muy guardados tus mandamientos. 5 ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos Para guardar tus estatutos! 6 Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos.
Para la serie que iniciamos la semana pasada, Los requisitos del oficio pastoral, estaremos tomando como base 1 Ti. 3:1–7.
Para hacerlo, me gustaría tomar contexto de la carta del apóstol Pablo a Timoteo.
1 Timoteo 1:1–2 RVR60
1 Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza, 2 a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
La carta es redactada por Pablo, siervo de Cristo.
El destinatario era Timoteo,.
1 Timoteo 1:3–4 RVR60
3 Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, 4 ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora.
Timoteo se quedó como pastor en Efeso.
El hecho de que Timoteo se quedara en Efeso tenía un propósito, el cual vemos a partir del v. 3.
Para hablar un poco del contexto de la iglesia de Efeso el ps. John MacArthur nos dice lo siguiente en su comentario a la primera carta a Timoteo, Y CITO:
Apocalipsis LA IGLESIA

la iglesia en Efeso (2:1a)

Quizá ninguna otra iglesia en la historia haya tenido la herencia tan rica que tuvo la congregación de Éfeso. Priscila y Aquila, los amigos cercanos de Pablo y compañeros en el ministerio, fueron los que introdujeron el evangelio en la ciudad (Hch. 18:18–19). A ellos pronto se les unió el elocuente predicador y poderoso polemista Apolos (Hch. 18:24–26). Priscila, Aquila y Apolos pusieron el fundamento para el ministerio de Pablo en Éfeso.

El apóstol Pablo se detuvo brevemente en Éfeso ya finalizando su segundo viaje misionero (Hch. 18:19–21), pero su ministerio real en esa ciudad tuvo lugar en su tercer viaje misionero. Al llegar a Éfeso, primero se encontró a un grupo de los santos del Antiguo Testamento, discípulos de Juan el Bautista (Hch. 19:1–7). Luego de predicarles el evangelio, los bautizó en el nombre del Señor Jesucristo (Hch. 19:5). Este fue el comienzo de la obra de Pablo de edificar la iglesia en Éfeso, una tarea que duraría tres años (Hch. 20:31). Más adelante, en su viaje a Jerusalén, casi al fin de su tercer viaje misionero, enseñó a los ancianos de la iglesia de Éfeso los principios fundamentales del liderazgo de la iglesia (Hch. 20:17–38), lo esencial de lo que luego ampliaría en sus epístolas pastorales. Timoteo, el protegido de Pablo, era pastor de la iglesia en Éfeso (1 Ti. 1:3). Onesíforo (2 Ti. 1:16, 18) y Tíquico (2 Ti 4:12), dos más de los compañeros de Pablo, también predicaron en Éfeso.

FIN DE LA CITA.
Con la ayuda del contexto que hemos observado, ahora continuaremos dando lectura al texto que llevaremos en esta serie:
1 Timoteo 3:1–7 RVR60
1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
El día de hoy nos ocuparemos del estudio del v. 1 y de la primer parte del v.2.
Primeramente atenderemos las dos primeras palabras del verso 1, “Palabra fiel” según traduce la RV60, o como se traduce en otras versiones, “La siguiente declaración es digna de confianza” NTV.
Lo interesante está en que algunas traducciones incluyen una cita entre comillas inmediatamente después de lo que acabamos de leer, lo cual indica una cita textual.
Para comprender de mejor forma, observaremos que Pablo utiliza la frase “palabra fiel” en:
1 Timoteo 1:15 “15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.”;
1 Timoteo 4:9 “9 Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos.”;
2 Timoteo 2:11 “11 Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él;”;
Tito 3:8 “8 Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.”
Estas frases eran parte de la doctrina teológica conocida por la gran mayoría, por no decir que todos. Podríamos rastrear principios bíblicos de estas frases para sustentarlas bíblicamente y nos daremos cuenta que hay sustento para ellas por docenas, pasando por el AT y concluyendo en las cartas pastorales (de Pablo a Timoteo y Tito).
A palabras del ps. John MacArthur en su comentario a la carta del apóstol Pablo a Timoteo, argumenta lo siguiente, “Estas declaraciones eran resúmenes conocidos y reconocidos de doctrinas fundamentales. El que esto fuera común en la iglesia en el tiempo en el que se escribieron las epístolas pastorales indica que se había desarrollado una teología bien estructurada”.
Ahora bien, tomamos ciertas estas palabras porque han sido ratificadas por el Espíritu Santo a través de la inspirada Palabra entregada a Pablo para ser escrita.
Continuando con la cita introducida por Pablo en el v. 1, observamos que para ejercer el oficio (que analizaremos más adelante) se necesita tener un “anhelo” firme, palabra que se traduce del griego . ὀρέγομαι (orégomai); estirarse uno mismo, i.e. esforzarse por (anhelar por):—anhelar, codiciar, desear.
Aquí encontramos una cualidad de un deseo que se materializa en un esfuerzo por lograr algo.
Como un ejemplo, la idea de esta palabra al cuidar el contexto es como aquel hombre que desea correr un maratón, para lo cual él anhela llegar a la meta, por lo que ese hombre se esfuerza por lograr su cometido.
Aplicando esto en el texto, podríamos decir que, “Si alguno se esfuerza por alcanzar el obispado,”.
Sólo me gustaría concretar el punto diciendo que, el anhelo no sólo es un deseo interno, sino que es un esfuerzo constante, firme y contundente, que podríamos asimilar de una mejor manera como una determinación firme que trabaja por alcanzar algo.
Ahora continuaremos con la segunda parte del v.1, sólo permítame enfocarme por un momento en los dos verbos que describen al sujeto en cuestión, es decir el aspirante al obispado.
Antes de considerar “buena obra”, observaremos el “desea”, el cual proviene del griego ἐπιθυμέω (epidsuméo); poner el corazón sobre, i.e. anhelar por (con derecho o de otra manera):—anhelar, ansiar, codiciar, desear, deseo.
La propia raíz griega nos ayuda a comprender de mejor manera a lo que se refieren estos dos términos, “anhelo” y “deseo”.
Ya observamos lo que anhelo se refiere, ahora, es claro entender pero no está de más precisar que la palabra “deseo” expresa, por definición, un “deseo interno”.
Llegando a este punto, podemos estructurar el argumento en algo sólido que es consistente tanto interna como externamente.
Estamos hablando de un “deseo” o convicción en el corazón, que se extiende a un “esfuerzo” o anhelo por alcanzar ese deseo.
En otras palabras, un deseo íntegro. Si tenemos la convicción de hacer algo, luchamos y trabajamos en ello.
Aquí encontramos el primer filtro, por decirlo de alguna manera, de quienes aspiran al obispado. Deben ser personas no ociosas, sino que corren, que luchan que se esfuerzan por la buena obra.
Lo que me lleva a atender este aspecto que, por un momento, dejamos suspendido.
“buena obra”, esto no tiene que ver ya con aspectos del aspirante, sino con la meta de su anhelo y deseo, aquello que persigue.
En primera instancia definamos las dos palabras para llegar a una mejor comprensión:
Buena: . καλός (kalós);principalmente (fig.) bueno (lit. o mor.), i.e. valioso o virtuoso (por apariencia o uso, y así distinguido de 18; que es prop. intrínseco:—recto, honradamente, honroso, mejor, bien, bueno.
Obra: ἔργον (érgon); (trabajar); laborar (como esfuerzo u ocupación); por impl. acto:—obra, acción, hacer, hecho.
Podríamos articular la frase “buena obra” como un esfuerzo / trabajo _ honorable – recto – bueno.
Quizá hasta “el mejor trabajo”.
Vemos esto en Hch 20:28:
Hechos de los Apóstoles 20:28 (RVR60)
28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
Aquí esclarecemos que el Espíritu Santo es quien establece a los obispos, esto a través de la Palabra y de los obispos que supervisan la grey de Dios (la puesta en sus manos).
También vemos que el trabajo consignado a estos hombres es el de apacentad la iglesia del Señor. NOTA DEL TÉRMINO APACENTAD.
Diccionario Strong de Palabras Originales del Antiguo y Nuevo Testamento (4165. ποιμαίνω poimaíno)
4165. ποιμαίνω (poimaíno); de 4166; apacentar como pastor (o fig. supervisor):—apacentar, ganado, regir.
4166. ποιμήν (poimén); de afin. incierta; pastor (lit. o fig.):—pastor.
Ahora bien, lo que me gustaría enfatizar aquí es el énfasis de la buena obra a la que el Espíritu encomienda a los obispos, pues termina el verso exaltando el costo de la iglesia que está en manos de estos hombres.
Vemos el costo, el amor y la entrega del Buen Pastor que dio Su vida por la iglesia. A ese nivel está el llamado y responsabilidad pastoral.
Imaginemos por un momento y guardémoslo en el corazón, pensemos en el deseo en el corazón de Cristo, en el esfuerzo por alcanzar la cruz y salvar a Su iglesia.
Fue un deseo firme y sin titubear, sabemos esto porque trabajó en ello y alcanzó la meta, la gloriosa obra de Cristo fue concluida. Juan 19:30 “30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.”
Ahora bien, a la luz de 2 Timoteo 3:16–17
2 Timoteo 3:16–17 RVR60
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Podemos observar que el prepararse para toda buena obra es para todo hombre de Dios, todo hijo de Dios. Es decir, 1 Co. 11:1.
1 Corintios 11:1 RVR60
1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
Por tanto, los lineamientos que observamos en 1 Ti. 3:1–7, aplican a todo creyente, no obstante es un requisito para todo aquel que desea servir al Señor en tal función.
Muy bien, hasta aquí hemos cubierto el v. 1, y me gustaría, antes de pasar al v.2, poder integrar la directriz que Dios da a este asunto con la otra persona que recibió una carta de Pablo con indicaciones pastorales, me refiero a Tito.
En esta carta encontramos a Tito, a quien Pablo da indicaciones muy similares a las que encontramos en la carta a Timoteo.
Me gustaría que me acompañaran a Tito 1:5–7, por favor:
Tito 1:5–7 (RVR60)
5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé;
6 el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía.
7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas,
Vemos aquí los dos propósitos y tareas encomendadas por Pablo a Tito.
Quitar y poner, corregir y establecer.
Ahora atendemos el establecimiento de ancianos en cada ciudad, lo que implica que cada ciudad tenía su congregación, por tanto hablamos de pluralidad (ancianos) en cada ciudad (singular).
Por otra parte, resulta enfático el estándar de “irreprensibilidad” que acompaña al anciano/obispo/pastor.
Además, cuando habla del candidato, o como dice la carta a Timoteo, el que desea y anhela el obispado, aquí establece que puede serlo solo el que fuese irreprensible.
Sólo puede ser obispo/anciano el que fuese irreprensible, porque es necesario que el obispo sea irreprensible.
Vemos aquí que no es un aspecto opcional o parcialmente satisfecho, sino que demanda que sea una condición real e integral.
Así lo expresa el ps. John MacArthur en su comentario a la carta a Tito:
irreprensible. Una palabra que no se refiere a perfección libre de pecado, sino a una vida personal que está por encima de cualquier acusación legítima y de todo escándalo público.
Regresando a la carta a Timoteo capítulo 3 verso 2, encontramos también la palabra “irreprensible”, pero antes de conectar este termino que se utiliza paralelamente en Tito, permítame exponer la relevancia de la preposición “pero”.
Esta palabra hace un contraste entre el deseo y anhelo que ya analizamos con la necesidad invariable de la irreprensibilidad.
Es decir, podemos tener el deseo real y genuino, incluso podemos estarnos esforzando por alcanzar el obispado, no obstante eso no es suficiente.
Cuando se menciona la frase “es necesario”, la palabra “necesario” se traduce del griego δεῖ (dei); es (fue, etc.) necesario (como obligatorio):—conveniente, convenir, deber, necesario, necesidad, preciso.
Esto enfatiza el pero, al exaltar la necesidad a un imperativo como una obligación por parte del aspirante.
Una observación más entre la carta a Tito y Timoteo es el orden de la palabra “obispado” y “obispo”.
Cuando habla de quien tiene el deseo y anhelo por el obispado, lo hace con esa palabra precisamente, refiriéndose a la función y trabajo.
Por su parte, cuando habla de obispo, lo hace refiriéndose al rol o cargo.
Pudiendo traducirse de la siguiente forma, el que anhela el trabajo del obispo buen trabajo desea. Pero el que tiene el cargo del obispo tiene la obligación de ser irreprensible.
Dentro de diversas áreas, por no decir que todas, existen las dos tipos de condiciones para obtener algo en concreto, lo que se conoce como condiciones necesarias y condición suficiente.
Ejemplo de un pastel. Condiciones necesarias son los ingredientes individuales, al conjuntos de ingredientes y elementos necesarios obtendríamos una condición suficiente.
Lo mismo sucede aquí, el anhelo y el deseo son condiciones necesarias para el obispado, sin embargo, no son, en sí mismas, las condiciones para ser suficiente.
La lista que continúa después del “pero”, integran las condiciones necesarias para llegar a la suficiencia de alcanzar el obispado.
Todo bajo la premisa de la irreprensibilidad del aspirante, es decir, que no se acusado con éxito. (EJEMPLIFICAR).
Por último, es importante señalar la importancia de los requisitos y cuidados que Dios ha establecido para el cuerpo de ancianos que guiará, cuidará, supervisará y apacentará a la iglesia del Señor.
A fin de analizarlo, regresaremos a la carta a Tito, donde leemos:
Tito 1:12–16 (RVR60)
12 Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos.
13 Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe,
14 no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
15 Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.
16 Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.
Encontramos un contraste especialmente preciso entre lo analizado como el anhelo y deseo de quien aspira al obispado y los cretences, donde Pablo ya había señalado que había deficiencias que corregir.
Aquí sale a la luz unas cuantas deficiencias, me gustaría enfatizar el término “malas bestias” que se podría traducir del griego como bestia, fiero o víbora, aludiendo a un animal peligro.
En contraste leemos que quien anhela el obispado, “buena obra desea”, un cambio radical con los cretences.
Vemos, además, que los cretences deben ser reprendidos, a diferencia de los obispos quienes deben ser irreprensibles.
Vemos, pues, que hablamos de un contraste muy marcado, opuestos tal como el día y la noche.
Ahora lo más peligroso y de mayor choque para el creyente a la luz de Pr. 21:2:
Proverbios 21:2 (RVR60)
2 Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones.
El peligro al que me refiero es que las personas mentirosas, las malas bestias y los glotones ociosos, profesan conocer a Dios.
En otras palabras, pueden cantar a Dios, decir frases como Dios lo bendiga, incluso pararse aquí y predicar La Palabra, pero con los hechos niegan a Dios.
Es peligroso porque profesan a Dios pero son abominables y rebeldes, pero profesan a Dios incluso en púlpitos.
Recuerdan que el oficio del obispo es una buena obra, pues el contraste aumenta cuando a los cretences se les dice “reprobados en cuanto a toda buena obra” v. 16.
Isaías 29:13 (RVR60)
13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
Esta es la seriedad y alta responsabilidad que Dios demanda de quienes desean y anhelan servir a Dios y a Su pueblo (iglesia) en el obispado.
Uno de los alcances de esto lo encontramos en Oseas 4:9
Oseas 4:9 (RVR60)
9 Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras.
Ustedes tienen que velar por la vida de sus obispos, si conocen algo en lo que pueden ser reprendidos, no sólo pueden, sino que deben hablarlo con los ancianos, a fin de que sea sano en la fe tal persona, como lo dice en Tito 1:13.
Lo que vimos hoy es el inicio de los requisitos que Dios demanda para tales hombres, en lo subsecuente de la serie que estamos estudiando, analizaremos las demás áreas en las que un obispo debe ser irreprensible.
Nadie quiere una mala bestia en su granero, mucho menos como anciano de la iglesia del Señor.
El primero que tiene que ver por su integridad es quien presenta el deseo y el anhelo, deben ser genuinos y congruentes con el Evangelio.
No me canso de decir que el mejor termómetro de nuestra vida cristiana es el tiempo.
Conoce a tus pastores y verás cómo debes invertir tu tiempo y tu vida al Señor, si no logras ver a Cristo en sus vidas y en su agenda, probablemente no es digno del obispado.
Por último, conforme avancemos en el estudio, piensa en tu propio corazón cuando hablemos de la integridad que debe tener un obispo, pues todo creyente debe vivir de tal forma.
No es que los obispos deban tener una mayor estatura en santidad, sino que en ellos se debe modelar el Evangelio, pero todo hijo de Dios debe vivir de tal forma, por lo que usted no está exento de vivir como aquí se nos dice.
Salmo 119:7–12 RVR60
7 Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus justos juicios. 8 Tus estatutos guardaré; No me dejes enteramente. 9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. 10 Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. 11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti. 12 Bendito tú, oh Jehová; Enséñame tus estatutos.
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