Nueva Vida Matrimonial (2)
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Introducción
Introducción
Colosenses 3 (RVR60)
1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,
11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
18 Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Un pastor que ya tenía muchos años en el ministerio, hablando de sus diversas experiencias que había tenido; al aconsejar a tantos matrimonios a lo largo de sus vida; dijo lo siguiente;
En todos mis años de ministerio me he expuesto a una gran variedad de
Desafíos matrimoniales; tanto en mi matrimonio como en los de la iglesia;
por así decirlo, problemas de todos sabores y colores;
Pero algo que NUNCA ME HA PASADO, algo que nunca me ha sucedido es que;
Una hermana llegue a mi oficina diciéndome esto:
“«Pastor, por favor ayúdame; mi esposo me está amando demasiado»”
Suena curioso; pero esta anécdota es muy REVELADORA;
Uno de los PELIGROS mas comunes que amenazan el matrimonio es
el descuido inexcusable de la esposas por parte de sus propios esposos.
En el mundo no es difícil encontrar mujeres que NO SE SIENTEN APRECIADAS o amadas por sus esposos.
Incluso a lo largo de la historia, aun en judaísmo del primer siglo, el trato y el estima que se le tenía a las mujeres y a las esposas no era el mas Digno.
Pudiéramos decir que las mujeres judías del primer siglo eran poco más que sirvientas.
Incluso se sabe; que Muchos hombres judíos oraban cada mañana:
“Dios, te doy gracias porque no soy gentil, esclavo ni mujer”.
Las mujeres llegaron a ser tratadas como mercancía que se compra, se vende, o se intercambia, el divorcio inevitablemente se volvió algo muy común.
Debido a las interpretaciones falsas e interesadas que hacían de la ley mosaica para justificar sus lujurias por otras mujeres, los fariseos se habían convertido en los principales exponentes del divorcio fácil.
Eran conocidos por divorciarse a menudo de sus esposas por cualquier causa a fin de casarse con otra mujer y enseñar que esta costumbre no solo era posible, sino que a veces también era necesaria.
En representación del punto de vista liberal de los fariseos estaba el rabino Hillel.
Hillel enseñaba que un hombre podía divorciarse de su esposa:
Por cosas tales como soltarse el cabello en público, hablar con otros hombres, y hasta por quemar el pan o poner demasiada sal en la comida.
Que ella hablara mal de su suegra o fuera estéril eran motivos más que suficientes para divorciarse de ella.
El panorama no era distinto en la sociedad gentil,
Quiero compartirles algunos datos de un articulo sobre este tema:
En la sociedad griega la situación de la mujer era aún peor. Como las concubinas eran comunes y el papel de la esposa era simplemente tener hijos legítimos y mantener la casa, los hombres griegos tenían pocas razones para divorciarse de sus esposas, y éstas no tenían ningún recurso contra ellos. Como el divorcio era tan raro, ni siquiera existía un procedimiento legal para ello. Demóstenes (un orador Ataniense) escribió:
“Tenemos rameras por placer, tenemos concubinas por la convivencia diaria y tenemos esposas con el fin de tener hijos legítimos y ser guardianas fieles de los asuntos domésticos”.
Reflexionar sobre estas situaciones nos demuestra que en todas ellas las mujeres fueron tratadas terriblemente y los hombres utilizaron su privilegio social para su propio beneficio.
En la actualidad, algunos pudieran sugerir que las cosas son muy diferentes,
Muchos Afirman que las mujeres en nuestros días son VERDADERAMENTE valoradas,
El Feminismo a tenido un gran impacto en la sociedad y a re definido por completo el concepto de la mujer y de la esposa en el hogar.
Sin embargo, a pesar de todos los avances sociales, políticos y profesionales que muchos SUGIEREN que la mujer ha logrado, el feminismo no parece haber proporcionado ningún beneficio en cuestión de uno de los aspectos mas fundamentales de la feminidad; el matrimonio;
Sino todo lo contrario; lo ha distorsionado por completo,
Esto por supuesto no ha logrado satisfacer LAS NECESIDADES mas elementales de LA MUJER.
Es muy doloroso ver como el mundo se sumerge cada vez mas en el Caos y la Confusión, las personas en su desesperación acuden a filosofías huecas e ideologías destructivas que al final terminan dañando su vida y Destruyendo su Hogar;
La Gloria y Belleza de la Feminidad han sido Desvalorizadas por TRADICIONES machistas que ha percibido a las esposas como un simple objeto para el solo beneficio del esposo; y en la actualidad el Feminismo que supuestamente busca contrarrestar este mal, ha terminado Distorsionando la verdadera Feminidad de una forma injustificable y a despojado a las esposas de su propósito divino.
No debe de extrañarnos que el mundo se encuentre en tan lamentable condición debido a su ignorancia y rechazo de la palabra de Dios;
Esposos que tratan mal a sus esposas, que nos las respetan ni mucho menos las valoran, que abusan de ellas tanto emocionalmente, como físicamente; les hablan sin ninguna consideración. las maltratan, las ofenden, las manipulan, las lastiman; y se sienten superiores a ellas.
Sin embargo, de acuerdo a la Escritura, los esposos que están en Cristo,
aquellos que “hemos resucitado con Cristo”
Somos Diferentes, Somos Nueva Creación en Cristo;
Nuestra nueva vida se distingue porque;
(5) “Hacemos morir lo terrenal en nosotros”
(8) “Renunciamos a toda; Ira, enojo, malicia, blasfemia y mentiras”
Sino que manifestamos
(12) “entrañable misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre y PACIENCIA”
porque ESTAMOS
(12) Vestidos como Escogidos de Dios, Santos y AMADOS,
Como dice:
1 Juan 4:8 (RVR60)
8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
y es por esta razón que
Colosenses 3:14 (RVR60)
14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Una Nueva vida en Cristo también es sinónimo de UNA NUEVA VIDA MATRIMONIAL,
que se rige por nuevos principios, nuevas expectativas, nuevas metas, y como lo enfatiza este pasaje; NUEVOS ESTILOS Y PATRONES DE TRATO.
Los ESPOSOS que conocen el evangelio, no desprecian a sus esposas, no las tratan como INFERIORES a ellos, no las maltratan sino que
Colosenses 3:19 (RVR60)
19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
La marca distintiva en la vida de un esposo que verdaderamente tiene una nueva vida en Cristo es Su amor Sincero y Sacrificial hacia su esposa; el cual proviene del amor que Dios mismo a derramado en su corazón.
Tal como también lo podemos apreciar en:
Efesios 5:25 (RVR60)
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
El pastor Samuel Perez Millos comenta lo siguiente sobre este pasaje:
El amor que se demanda aquí para el marido no es el eros, natural que se funda en la valía y belleza de la mujer, es el desinteresado agape, que expresa un amor desinteresado y de entrega. Se trata de que el marido ame a la esposa, no con la intensidad y dimensión con que Cristo amó a la iglesia, cosa imposible en el plano limitado del hombres, sino con un amor de la misma calidad, que el que tuvo Cristo para la iglesia.
Por supuesto que el amor de Cristo es INCOMPARABLE;
pero es no IMPIDE que los esposos cristianos podamos IMITARLO;
y debemos de hacerlo, es nuestro llamado;
Al considerar el amor que Cristo tiene y a demostrado por su amada iglesia;
No ENCONTRAREMOS un amor egoista, que busca solo su propio beneficio,
Sin mas bien, un amor de entrega,
“Se entregó a sí mismo por ella”
Este es el modelo o el patrón que todos los esposos cristianos estamos llamados a seguir;
y una de las formas en que DEMOSTRAMOS este amor hacia nuestras esposas;
Es en la forma en que las tratamos;
Colosenses 3:19 (RVR60)
19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Otra versión lo traduce como:
“no seáis groseros ni duros con ellas”
en el vocablo original, la palabra ásperos conlleva mas la idea de algo amargo.
El pastor John Macarthur en su comentario indica que:
Pablo les dice a los esposos que no llamen a sus esposas “mi dulce amor” cuando en realidad actúan con ellas como vinagre. No deben mostrar un carácter duro ni cruel hacia sus esposas. Tampoco deben provocarles irritación ni desesperación, sino que por el contrario, deben ejercer un liderazgo de amor en su hogar.
Este es un llamado a renunciar a la amargura en el matrimonio;
La cual inevitablemente OCASIONA;
Una actitud CONSTANTE de intenso disgusto hacia la esposa.
Como los esposos tenemos la responsabilidad y le enorme bendición de ser cabeza de nuestro hogar,
Nuestras responsabilidades son Diversas;
De acuerdo al diseño de Dios, el esposo es el principal responsable de dirigir su matrimonio espiritualmente;
El mandato de Amar a nuestras esposas como Cristo amo a la iglesia nos demuestra que los esposos debemos de asumir el liderazgo en la casa
Amar a nuestras esposas como Cristo amó a la iglesia significa tomar la iniciativa en la búsqueda de Dios en el hogar,
El liderazgo servicial del esposo Cristiano NO ES una TIRANÍA O DICTADURA,
Sino mas bien se asemeja al amor de Cristo;
Cristo amó a la iglesia (Su pueblo) con compasión, misericordia, perdón, respeto y sin egoísmo. De esta misma manera, los esposos debemos amar a sus esposas.
Los esposos tenemos la responsabilidad de PROVEER para nuestro hogar:
8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
En todo caso, el amor del marido creyente hacia su esposa se verá en que él buscará el bienestar de ella en todos los órdenes de la vida. Velará por su comodidad ESPIRITUAL Y FISICA. La tratará como a un igual, de manera “comprensiva”, como “coheredera de la gracia de la vida
Colosenses La ética familiar (3:18–21)
El amor desinteresado hacia la esposa evitará la tendencia humana de dominar sobre ella. Es necesario tener siempre presente que la esposa no es la sierva, sino la compañera, puesta por Dios para hacer completo al hombre y para dialogar con ella a fin de tomar las decisiones que tienen que ver con la marcha del hogar entre ambos
Las fallas y debilidades de nuestras esposas o incluso expectativas NO CUMPLIDAS puede ser causa de amargura o resentimiento en el corazón de los esposos;
Si perdemos de vista este principio FUNDAMENTAL,
Nuestro llamado como esposos es Amar a nuestra Esposas;
Si permitimos que nuestro corazón albergue amargura o resentimiento hacia nuestra esposa; inevitablemente nuestro trato hacia ella sera áspero;
La palabra áspero, también nos da la idea de una superficie Desagradable; que al tocarla RASPA Y LASTIMA.
De modo que nuestro carácter, actitud, palabras y trato hacia nuestra esposa no debe de ser Desagradable, sino mas bien; debemos de tratarlas con Amor y Respeto;