Volver a Nacer

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Volver a Nacer

Cuando las personas iban a escuchar a Jesús lo hacían porque ¡querían ir! No eran obligados, es más era lo contrario, los líderes religiosos les prohibían que siguieran a Jesús. Eso anhelo de Casa, que las personas vengan a escuchar la Palabra de Dios con gusto y no como una obligación. Que personas que se están acercando por primera vez a Dios, se sientan cómodos y bien recibidos para escuchar el mensaje que transforma vidas.
Que esta iglesia sea atractiva para quienes no tienen contexto de iglesia y aún para quienes han sido lastimados en otras iglesias o por la vida. Que este sea un lugar de aceptación, sanidad, crecimiento espiritual.
Este día veremos una plática entre Jesús y una persona religiosa, en esta historia veremos la razón de por qué dije lo que dije. Como parte de Casa, tienes que escuchar esto.
Al escuchar el mensaje con detenimiento y si esto es verdad, si Jesús dijo la verdad sobre él mismo y es el Hijo de Dios, o habla de parte de Dios, es la razón por la que debemos ser una iglesia en que cada domingo traemos invitados, nuestra familia debe escuchar esto, nuestros amigos y todos cumplamos el propósito de Dios. En la práctica queremos lograr lo que Jesús dijo en esta plática.
Unos días antes de vivir la semana de la pasión, el Señor Jesús se acerca a Jerusalén, sabe que la mayoría de los líderes religiosos lo quieren matar; pero también, dentro de los líderes religiosos, hay unos cuantos honestos, que buscan la verdad. Esta es una de esas personas: Nicodemo.
Había un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío, de los fariseos.” (Juan 3:1, NTV)
Ser fariseo era tener un lugar de honor entre el pueblo de Israel. Como en todo, había algunos fariseos buenos y otros no tanto. Nicodemo era de los buenos, honestos y era parte del Sanedrín o de los líderes del pueblo, era parte VIP de los fariseos; era muy educado, rico, respetado, influyente.
El sanedrín ayudaba a tener la paz, mediando, entre los judíos y los romanos. Desde su posición Nicodemo ha seguido la pista de Jesús. Algunos de sus amigos le han puesto trampas para intentar ridiculizarlo ante la gente y que lo dejen de seguir. A ese grupo pertenece Nicodemo, pero él es diferente, el no puede negar que hay algo especial en Jesús.
Llega el momento que no puede más y tiene que hablar con Jesús, debe hacerle unas preguntas, pero no lo puede hacer en público, porque, aunque sabe que es diferente, no quiere correr el riesgo que lo vean con ÉL, la misma persona a quienes sus amigos quieren matar. Así que una noche lo busca y tiene un encuentro con ÉL.
Una noche, fue a hablar con Jesús: —Rabí —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.” (Juan 3:2, NTV)
Nicodemo dice lo que muchos siguen pensando ¡Jesús es un buen hombre! Una buena persona, quizá un profeta; Nico, que ha seguido Su trayectoria llega a esa conclusión y le dice a Jesús: “algunos de nosotros creemos que eres un buen maestro, quizá vienes de Dios, pero hay algunas cosas que dices y otras que haces que no encajan con lo que sabemos de Dios, hay contradicciones, cosas que vemos como incongruentes con la ley, pero por otra parte, no podemos negar lo que hemos visto ¡haces milagros!
Algunos siguen con este dilema: creo en Jesús, pero al seguirlo como dice la Biblia, es diferente a las costumbres de mi familia, lo que he aprendido desde niño, con lo que me siento cómodo.
En el pasado han venido falsos profetas y hacedores de milagros, pero tú eres diferente. Entonces ¿qué hacemos con lo que creemos de Dios? y no encaja con lo que ti vienes diciendo y haciendo. No encaja con lo que he aprendido desde niño.
Entonces Jesús hace algo que era frecuente en ÉL que conoce el corazón de los hombres, por eso nadie le puede poner trampas. Al hablar es como si responde a una pregunta que no le han hecho.
Jesús le respondió: —Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.” (Juan 3:3, NTV)
Ya se cuál es la pregunta que tienes, se que esto que te digo es nuevo para ti: “Si no naces de nuevo no puedes ver el reino de Dios”, pero no sólo tú, sino que nadie puede. Se que eres un líder honesto, sincero, tienes la motivación correcta, preguntas con sinceridad sobre el reino. Y te digo que nadie ve el reino si no nace de nuevo, si no nace de arriba.
En palabras actuales, es cuando decimos que se trata de una relación personal con Jesús, no de una religión o tradición. Algunos que vienen de la religión tradicional dicen, ante conocía de Jesús, pero ahora lo conozco a ÉL, tengo una relación con ÉL.
En Casa queremos guiar a las personas a una relación íntima y creciente con Dios. Y esto es lo que Nicodemo quiere saber. Jesús dice: nadie puede ver el reino si no tiene una relación con Dios, a menos que tenga una experiencia que conocemos con un nuevo nacimiento.
Jesús usa la palabra Reino, porque es en ese contexto que el pueblo judío espera su llegada; pensaban que Abraham, Isaac, Jacob, la nación de Israel y ellos eran parte de ese Reino de Israel, que era el pueblo escogido de Dios. Ellos creían que por ser judíos, ya eran parte de ese reino y Jesús le dice que no es así, si quieren ser parte o ver el reino, debe nacer de nuevo.
Esto rompe su paradigma, entonces, la pregunta lógica que sigue para Nicodemo es ¿quiénes entran en el Reino de Dios? ¿quienes ya están adentro? Jesús le dice: Las personas que nacen de nuevo, quienes han experimentado un nuevo nacimiento.
Si estas empezando tu caminar con Cristo, quizá te preguntas ¿qué es eso de nacer de nuevo? Me quedo igual o peor y ¿sabes? Nicodemo pensó lo mismo y dice lo que quizá tú y yo hubiéramos dicho:
—¿Qué quieres decir? —exclamó Nicodemo—. ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo?” (Juan 3:4, NTV)
Quizá lo dice medio en broma -por qué no es lógico pensar eso- ¿no es eso…verdad? Jesús se ríe con él, le da una palmada en la espalda. Nico sabe que se refiere a algo diferente ¡debe ser algo diferente! Pero ¡no entiendo! Es algo que nunca he escuchado ¿qué es eso de nacer de nuevo? ¿cómo se puede nacer 2 veces? ¿o nacer en otro mundo? Entiendo el nacimiento físico, y esto ¿es otra forma de nacimiento?
Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu.” (Juan 3:5, NTV)
Primero dijo ver, ahora dice ¡entrar! ¡Nadie entra! Quizá por esto algunos dicen que la iglesia es intolerante. Cuando lo único que hacemos es tomar en serio lo que Jesús dijo. La evidencia nos dice que Jesús es quién dijo que es, y por eso le creemos.
El ser humano sólo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo.” (Juan 3:6, NTV)
Esto lo entendemos: perros dan perritos, gatos a gatitos; entonces en lo espiritual es similar. Las personas tienen que pasar por un proceso, por algo diferente. Cada persona debe tener esa experiencia para poder ver, creer y ser considerado como parte del reino.
Así que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo”.” (Juan 3:7, NTV)
Recordemos que Jesús se lo está diciendo a Nicodemo, alguien descendiente de Abraham, es un maestro de la ley, líder religioso y aún así ¡él también tiene que nacer de nuevo! Lo mismo le dijo a Mateo ¡tienes que nacer de nuevo! Y a Pedro ¡tienes que nacer de nuevo! porque ese es el mensaje para todas las personas, tanto las que se creen buenas como las que se saben malas.
Ser judío no es suficiente, ser descendiente de Abraham no es suficiente, ser religioso no es suficiente, creerse bueno no es suficiente para que entres, pero ser malo no te impide poder entrar, siempre y cuando ¡nazcas de nuevo!.
Hay muchas tradiciones, religiones que intentan “lograr” entrar al Reino. Algunos creen que es el bautismo lo que te permite entrar al reino, pero ¡eso no es suficiente! se trata de una decisión que cada persona debe hacer, son los jóvenes, adultos, niños que entiendan ¡tienes que nacer de nuevo!
Quizá tienes 2 años viniendo a Casa, pero ¿ya naciste de nuevo? Quizá sabes versos de la Biblia y eso es bueno, pero ¿ya naciste de nuevo? Vas a la iglesia cada semana, pero ¿ya naciste de nuevo! Debes tener un nuevo nacimiento. No se trata de un nuevo compromiso o de prometer ¡eso no es suficiente! Es verdad todo eso será parte de tu nueva vida, pero para eso tienes que nacer de nuevo en una nueva relación con Dios.
Nicodemo aún no lo tiene claro, se rasca la cabeza y pareciera que Jesús cambia el tema, pero en realidad está aclarando el asunto. En Su estilo único, para que no quede dudas lo aclara. Y se va a una historia del AT, algo que Nico sabe desde niño, lo aprendió desde que era pequeño.
Y, así como Moisés levantó la serpiente de bronce en un poste en el desierto...” (Juan 3:14, NTV)
Nicodemo reconoce la historia inmediatamente, es la historia de Israel cuando iban en el desierto rumbo a la Tierra Prometida; en el viaje discuten con Moisés, se enojan con Dios y con Moisés porque no tenían agua y estaban refunfuñando.
Una noche llegan a un lugar, instalan sus tiendas de campaña, pero en ese lugar había muchas serpientes; por la noche se despierta una niña y dice ¡papá, algo me picó! prenden la vela y ven muchas serpientes por todos lados, otras personas se quejan de ser mordidas por las serpientes, y algunas empiezan a morir, son serpientes venenosas.
La nación se da cuenta que hicieron mal y le dicen a Moisés ¡haz algo, nos estamos muriendo! Moisés ora a Dios y Dios le da instrucciones: levanta un poste grande, ponlo en medio del campamento, fabrica una serpiente de bronce y la pones hasta arriba de ese poste, cualquiera que sea mordido por una serpiente y mire el poste ¡no morirá! sino que vivirá. Los que creyeron a Dios y siguieron las instrucciones de Moisés ¡no murieron!
“… Y así deberá ser levantado el Hijo del Hombre,” (Juan 3:14, NTV)
Nicodemo empieza a entender, y piensa: “está hablando de ÉL mismo, ÉL tiene que ser levantado en un poste”. Entonces ¿así como vieron y vivieron, así será para nacer de nuevo y entrar en el Reino?
para que todo el que crea en él tenga vida eterna.” (Juan 3:15, NTV)
PRIMERO dijo: No puedes ver, después dijo: no puedes entrar y ahora introduce la idea de Vida Eterna. Esto es algo nuevo, porque de eso se trata “nacer de nuevo”. Nico quizá piensa: “Jesús, lo que dices es que las personas tienen que verte a ti en un madero y cuando lo hagan y crean, confíen en ti, de alguna forma, van a nacer de nuevo y lo único que deben hacer es ¡verte y creer en ti!
En este momento, toda esta idea empieza a tomar sentido para Nicodemo. Ahora, Juan, el escritor al recordar lo que dijo Jesús, él escribe lo siguiente:
»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16, NTV)
Creer en ÉL es: el que confía, no sólo cree, sino que confía Jesús dice: Dios amó tanto al mundo que me envió a mí y lo único que tienen que hacer es ¡verme, creer y confiar en mí! Al hacerlo se les dará esta nueva vida, la vida de Dios, la vida en en espíritu, así nacerán otra vez, pero nacerán de arriba y tendrán una vida que sale de adentro hacia afuera; pero es algo personal, es una decisión que cada persona debe hacer.
Los sacrificios de un cordero que hacen cada año, es la sombra del sacrificio final.
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.” (Juan 3:17, NTV)
Esto es un alivio tremendo, es una super buena noticia, porque Jesús no vino por odio o venganza, ni para condenar, no vino porque Dios estaba enojado ¡vino a salvar al mundo!
El mundo, las personas serán salvas por medio de Jesús ¡sólo por medio de ÉL! ¿de qué manera? uno por uno, una decisión a la vez, jóvenes, adolescentes, niños, adultos que lo entiendan y decidan hacerlo. Es cuando cada uno llega a ese entendimiento ¡debo nacer de nuevo!
Algunos dicen: por mis fuerzas he querido ser mejor, portarme mejor, intento agradar a Dios y hasta ahora ¡se que no he podido! Por mis fuerzas he querido romper malos hábitos, sanar heridas del pasado, he querido ser mejor esposa, esposo, mejor papá, hijo.
Leo la Biblia e intento cumplir los mandamientos y ¡siempre fallo! Una y otra vez; entonces, Jesús con una sonrisa en su rostro, te dice ¡eso es porque necesitas nacer de nuevo! Has intentado ser buena persona pero no puedes porque no has nacido de nuevo, de adentro hacia afuera, de arriba, en lo espiritual.
Jesús al ver a este buen hombre y al ver a otros no tan buenos dice: ¡tienes que nacer de nuevo! aceptar la vida de parte de Dios y eso lo haces al poner tu fe, tu confianza en Jesús como tu Salvador. Jesús dice ¡vine a ser el Salvador de todos! Pero es algo personal, es tu decisión, debes decidir hacerlo.
En Casa de Fe creemos esto con todo el corazón, por eso nos desvelamos, vamos a grupos de matrimonios, por eso se formó ALPHA para ayudar, guiar a los jóvenes, por eso TEENS, por eso NIÑOS EN ACCIÓN, por eso la IGLESIA INFANTIL, por eso los GRUPOS DE MUJERES.
No se empieza con un compromiso o una promesa, sino con una experiencia personal que se hace cada vez más y más íntima. Empieza aceptando a Jesús como Salvador ¡así se nace de nuevo! esta experiencia que empieza de forma personal, íntima, después de va mostrando en lo externo.
Nosotros somos ejemplo de eso, antes eramos muy diferentes a lo que ahora somos y si nos preguntas ¿qué pasó? ¿cómo se dio ese cambio? Ahora habla, actúa diferente y es así por que ¡es diferente! ¡hemos nacido de nuevo! Y eso que hemos experimentado y nos ha transformado, lo queremos compartir con más personas, con toda nuestra familia, porque así es como empiezan los cambios verdaderos, con un nuevo nacimiento.
Más importante aún que los cambios temporales, es que así es como eres parte del Reino en la Vida Eterna. Eso es lo que dice Jesús. Si no naces de nuevo, no importan tus intentos por acercarte a Dios; sin esta experiencia no es posible. Jesús vino para ser Salvador de todas las personas, no sólo de judíos, es para todos. Es lo que une a los cristianos de todo el mundo: Una sola experiencia: El nuevo nacimiento.
Eso nos convierte en una sola familia de nacidos de nuevo. Algunos son bebés, otros gatean, otros ya son adultos. Por eso en Casa de Fe, queremos Consolidarnos, Unirnos y Crecer juntos, porque esta buena noticia la debe conocer todo Oaxaca, todo México y el mundo.
Si ya eres nacido de nuevo y participas en algún ministerio ¡gracias! Para los que son fieles con sus diezmos ¡gracias! para quienes ofrecen a Dios sus ofrendas ¡gracias! Porque todo eso nos ayuda a seguir creciendo, a ofrecer un lugar donde las personas se sientan a gusto y quieran regresar, hasta que tomen la decisión de nacer de nuevo, aceptando a Jesús como Salvador.
Si nos visitas oramos que vengas cada semana, te unas a un grupo y las preguntas que tengas las platiquemos.
Ahora, esto no quiere decir que seamos mejores, estamos en el mismo camino y queremos caminar juntos los unos con los otros y ofrecer la oportunidad que puedas nacer de nuevo. Quizá este es tu día y lo sientes en tu corazón, en este momento lo puedes hacer con una oración, levanta tu mano, si quieres volver a nacer; alguien que está cerca de ti, se acercará, te abrazará y orará contigo: Jesús, pongo mi confianza en ti, creo y quiero tener una relación contigo.
Quizá has venido por años o meses, pero esto es nuevo para ti, también esta oportunidad es para ti. Y hagamos una fiesta de este día, en que más se integran a la familia de los que han vuelto a nacer.
Palabra de Dios.
Oremos
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