Tras las Huellas de Jesús: Un Viaje de Servicio y Compasión

Sanando con compasión

La compasión de Dios es el resultado de la grandeza infinita de su amor. Al ver la desdicha de la creación, el Creador se compadeció, se apiadó y mostró su empatia visiblemente en el obsequio de su Hijo (Jn. 3:16). Jesús es la personificación de la compasión del Creador, y por medio de esa personificación enseña a sus seguidores que la compasión caracteriza la manera cristiana de vivir. Introducción:

Contexto: Jesús ha llegado a la otra orilla del mar de Galilea, y la multitud lo rodea. Jairo, un líder de la sinagoga, se acerca a Jesús en busca de ayuda para su hija enferma.En medio de la multitud, una mujer que ha padecido de hemorragias durante doce años se acerca a Jesús en busca de sanidad.

I. La condición de la mujer:

La mujer había sufrido durante doce años y había gastado todo lo que tenía en médicos sin mejorar, sino que al contrario, empeoraba.Según la ley judía, ella era considerada impura y estaba excluida de la comunidad.

II. La fe de la mujer:

A pesar de su condición desesperada, la mujer tenía fe en que si tan solo tocaba el manto de Jesús, sería sanada.Su fe la impulsó a acercarse a Jesús en medio de la multitud y a tocar su manto por detrás.

III. La sanidad y la respuesta de Jesús:

Inmediatamente, la mujer experimentó la sanidad de su enfermedad.Jesús percibió que había salido poder de él y preguntó quién lo había tocado.

IV. La confesión de la mujer y la bendición de Jesús:

Temblando de miedo, la mujer se postró ante Jesús y confesó lo que había hecho.Jesús la bendijo, diciéndole que su fe la había sanado y que podía ir en paz y estar libre de su enfermedad.

Conclusión:

La historia de la mujer que fue sanada por su fe en Jesús nos enseña sobre la importancia de confiar en él incluso en medio de las circunstancias más difíciles.La fe verdadera nos lleva a actuar y a buscar a Jesús con perseverancia, confiando en su poder sanador y en su amor por nosotros.

Que este pasaje nos inspire a ser instrumentos de la compasión de Cristo en el mundo, buscando activamente a aquellos que necesitan sanidad física, emocional y espiritual, y mostrándoles el amor de Dios a través de nuestras acciones y palabras.