La Unidad y el Evangelio, 1 Corintios 1:10-17.
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Introducción:
Introducción:
Apertura: ¿Alguna vez te haz sentido excluido? Un grupo de supuestos amigos no te invitan a participar de algo divertido… ¿Alguna vez has sido parte de un grupo exclusivo que sólo permite la entrada a ciertos tipos de personas, y te sentías especial porque eras uno de los incluidos?
ECC:
Es muy fácil que se desarrollen grupos exclusivos aun en una iglesia, creando así ciertas divisiones.
Nos unimos a grupitos en base a cierto favoritismo, basado en afinidades, personalidades, y gustos personales.
Excluimos de esos grupos en base a las diferencias en lo mismo, es un favoritismo inverso, o un “desfavoritismo”.
Niños y jóvenes son más propensos a crear grupitos exclusivos porque buscan “pertenecer”.
Como adultos, recordamos como se siente ser excluidos, entonces quizás haremos el intento de incluir a otros en nuestro círculo.
Sin embargo, si alguien nos cruza, o si no nos cae bien alguien, sea en base a algo verdadero o no, son excluidos de por vida, y no hay nada que puedan hacer para cambiar mi actitud hacia ellos!
Intro al pasaje:
Este es el tipo de problema que hubo en la iglesia de Corinto, y era en sí, una casa dividida.
Bajo la inspiración del Espíritu Santo, el apóstol Pablo les recuerda y exhorta a la unidad, por causa del evangelio en sus vidas.
1 Corintios 1:10–17 (RVR60)
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro. Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
Cada creyente debe esforzarse a la unidad del cuerpo de Cristo debido a dos principios simples pero fundamentales del evangelio.
Introducción- La situación:
Introducción- La situación:
El informe de división, 1 Cor. 1:11-12.
1 Corintios 1:11–12 (RVR60)
Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
Pablo había sido informado por los de la casa de Cloé, quizás sus siervos, quienes visitaron a Pablo en Éfeso. Tal vez su informe de divisiones en la iglesia vino como respuesta a la pregunta de Pablo por la salud de la iglesia.
El término divisiones del vs: 10 es literalmente “grietas” o “rajaduras”.
Grietas y rajaduras por naturaleza solo se expanden, y si no se tratan correctamente causan mayor daño.
Estas divisiones si permanecen descuidadas, o sin tratar, causarán aun mayor daño en la iglesia.
Una de las razones por las que surgieron las divisiones (luego en la carta veremos algunas otras causas), surgió por un favoritismo o atracción por ciertos maestros.
La misma cultura de Corinto era propenso a seguir oradores profesionales, y defender sus causas como partidos políticos.
Los maestros mencionados enfatizan ciertas actitudes:
Los “de Pablo” hubieran sido convertidos bajo el ministerio de Pablo, y hubo cierta mayor lealtad hacia él.
Los “de Apolos”, un creyente y entrenado en el evangelio, “varón elocuente, poderoso en las Escrituras” (Hch. 18:24). Este era un hombre con altas capacidades oratorias, por ende, hubiera atraído aquellos Corintios quienes ponían en alta estima la capacidad humana.
Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
Los “de Cefas” (o Pedro) quizás hubieran sido aquellos quienes fueron mas propensos a mantener sus tradiciones judías.
Los “de Cristo”, indican siempre hay individuos hiper-espirituales que piensan no precisan la iglesia y están bien con sólo Jesús, y nadie les puede decir lo contrario.
Luego, en su carta, Pablo explica que esta forma de pensar, de adherirse a maestros favoritos es una señal de una gran inmadurez espiritual en sus vidas, 1 Cor. 3:3-4.
porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
Entonces, no era realmente la atracción por ciertos maestros que era el problema, era la actitud soberbia de pensar y actuar de forma que las preferencia y prioridades personales eran más importantes que su responsabilidad y consideración mutua en el Señor.
Las divisiones… deben atribuirse no a teologías contrarias, sino al orgullo de los corintios y a su fijación con la habilidad retórica de ciertos oradores— Schreiner, TNTC.
El ruego de Pablo, vs: 10.
Pablo no les manda a ser unidos, pero les exhorta, busca motivarles.
Esto es algo que no pueden hacer por obligación externa, deben hacerlo con motivación interna, porque debe ser genuina.
Eso no significa que es basado en los sentimientos o la afinidad que tengan, sino que las razones que les dará sobrepasan las preferencias y sentimientos personales de cada uno.
Significa que no era tema de esperar a que le nazca a uno el sentir de amor al prójimo, sino que debían arrepentirse y corregir la actitud de su corazón para poder practicar el amor y la consideración al prójimo.
Es tema de voluntad, no de sentimientos. Hacer la voluntad de Dios a pesar de nuestros sentimientos al respecto, porque los sentimientos no son confiables.
Les exhorta en base al nombre de Cristo- indica porque la falta de la unidad en la iglesia de Cristo amenaza el testimonio de los creyentes en Corinto. Veremos luego en el capítulo 6 como las divisiones y contiendas los llevaban a juicio el uno contra el otro frente a un mundo incrédulo. Pablo les resalta que una vergüenza.
Jesús mismo ora para que la unidad sea un elemento evangelístico en la vida de sus seguidores, Jn. 17:21-23.
Juan 17:21–23 (RVR60)
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Pablo les exhorta a literalmente decir lo mismo, pero es una manera de decir “ponerse de acuerdo”, que no hayan divisiones.
En lugar de estar divididos debían ser unidos.
El término perfectamente unidos indica ser entretejido al punto de ser entero, hasta ser restaurado.
Se usa el término en los evangelios para remedar redes, Mat. 4:21, para completar lo que falta en 1 Tes. 3:10, y para restaurar al hermano caído en Gal. 6:1.
Mateo 4:21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos… que remendaban sus redes; y los llamó. 1 Tesalonicenses 3:10 … para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe? Gálatas 6:1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre…
Es el mismo término del que viene nuestra palabra catarsis, un proceso purificador, algo sanador.
Todo esto indica que es un trabajo cuidadoso, concentrado, e intencional que tiene alto valor para el cuerpo de Cristo.
Debían ponerse de acuerdo en su forma de pensar y en su intención.
Lo que es la unidad:
NO es afinidad- mismos gustos.
NO es uniformidad- mismas personalidades.
SI es unidad- misma base y meta en Cristo.
El primer principio fundamental del evangelio que Pablo argumenta para motivar a la unidad es…
El Cuerpo de Cristo es Uno.
El Cuerpo de Cristo es Uno.
La pregunta retórica: ¿Acaso está dividido Cristo?
La respuesta correcta: ¡NO!
Los corintios se enfocaron en el mensajero en lugar del mensaje.
Sin embargo, el mensaje es el evangelio de Cristo, del cual, sólo hay uno. El cuerpo de Cristo, la iglesia, es uno, por lo tanto, no puede ser dividido.
Luego en su carta, tratando con el uso apropiado de los dones espirituales, y la soberbia de pensar que algunos que ejercen ciertos dones son más importantes que otros, Pablo enseña enfáticamente que los miembros del cuerpo son uno porque tienen un Salvador, un Espíritu, una fe, 1 Cor. 12:12-13.
Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
Deben trabajar juntos para la unidad y función del cuerpo, 1 Cor. 12:19-20, 25-27.
Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.
para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
Ilustración: El Cuerpo de Cristo es Uno. Ya en 1 Cor. 12, nos da la ilustración perfecta de las diferentes partes del cuerpo buscando ser independientes el uno del otro, y el cuerpo simplemente no funciona de esa forma. Dios tiene un diseño y un propósito para cada parte del cuerpo, pero es por diseño cumplido al participar con el resto del cuerpo.
Es exactamente lo mismo con la iglesia. Dios tiene un diseño y un propósito para cada uno, pero se cumple en conjunto con el resto del cuerpo. Dios te creó para vivir para Él en una comunidad auténtica de otros creyentes imperfectos, juntos buscando ser transformados y usados por Él, obedeciendo Su Palabra, confiando en Su plan y propósitos.
Aplicación: El Cuerpo de Cristo es Uno.
A menudo se juega a la política en la iglesia.
Si no me gusta algo, no participo. Si no estoy de acuerdo con como algo se hace o se maneja, no participo en protesta. No me gusta cierto maestro, entonces voy a ignorarlo o criticar cada cosa que dice. No me gusta cierta persona, entonces mantengo mi distancia. Seré cordial pero nunca intentaré conocerlos mas profundamente. Alguien me trató mal, entonces lo esparciré para que todos sepan en lugar de ir y hablar con ellos buscando la paz y la edificación mutua.
Las movidas políticas rara vez logran algo productivo en el mundo, ¿por qué pensar que lograrán algo saludable en la iglesia?
Todas esas actitudes son repugnantes al Señor porque divide el cuerpo de Cristo y presenta una imagen fea y corrompida de Cristo al mundo.
La Iglesia es de Cristo.
La Iglesia es de Cristo.
La pregunta retórica: ¿Pablo fue crucificado por ustedes? ¿Fuiste bautizado en nombre de Pablo?
La respuesta correcta: ¡NO!
Cristo fue el que compró la redención por Su iglesia con Su sangre, no Pablo, Hch. 20:28.
Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
El bautismo es la identificación con Cristo, no con Pablo, y la incorporación en Su cuerpo, no en Pablo, Rom. 6:4.
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Pablo nombra a algunos a quienes bautizó, pero aún estos fueron bautizados en el nombre de Jesús, vs: 14-16.
Pablo entendía muy bien que todo el trabajo que hacía no era para construir su propio reino, sino el reino de Dios. Todo era para el nombre de Jesús, 1 Cor. 6:11.
Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Expresa luego en su carta que la obra no es de él, sino que él participa en la obra de Dios en la iglesia de Cristo junto a otros, 1 Cor. 3:5-9.
¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
Pablo entendió que, al enfocar en crecer un reino personal de seguidores propios, no estaba cumpliendo su misión, y estaba socavando y tergiversando el poder del evangelio de Jesucristo, 1 Cor. 1:17.
Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
Debido a estos principios fundamentales por la unidad en la iglesia, somos exhortados a perseguir la unidad en el Señor, con humildad y paciencia, Ef. 4:2-6.
con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
Ilustración: La Iglesia es de Cristo. Diácono en la iglesia de mis padres ahuyentaba a pastores nuevos porque veía la iglesia como suyo propio.
Aplicación: La Iglesia es de Cristo.
¿Estás haciendo algo o eligiendo no participar cuando podrías por disgusto o desacuerdo?
¿Entiendes que eso socava el diseño de Dios por Su iglesia y te quita de cumplir tu propósito en el cuerpo de Cristo?
¿Alguna vez te has sentido como si esto no fuera tu iglesia? Tengo algo que decirte… no lo es, no es mio, no es tuyo, no es de nadie, solo de Cristo.
Al verlo de esa manera, tendremos la actitud correcta al enfrentar problemas con otros, buscando la resolución de conflictos por la unidad del cuerpo de Cristo, la mur¡tus paz y edificación.
¿Hay alguien quien reconoces que no has tratado bien o has mantenido a distancia por razones personales? Precisas corregir tu actitud y disposición hacia esa persona.
¿Hay alguien a quien pedir perdón o perdonar por trato pasado? Precisas acercarte y aclarar que quieres hacer la voluntad de Dios en tu vida, y eso significa hacer las paces con ellos.