Domingo de Ramos

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Domingo de Ramos

Este día marca el inicio de la última semana que nuestro Señor Jesús pasa con sus discípulos. Es el fin de su ministerio en la tierra. Se dirige a Jerusalén, será la última vez que esté ahí, hasta Su regreso. Va decidido a entregar SU Vida. Todos estos son eventos históricos que registra el doctor Lucas en su investigación y otros testigos de los hechos.
La evidencia histórica no pierde validez con el paso del tiempo. El hecho que esto sucedió hace más de 2 mil años, no resta importancia. Porque hay registros históricos de esa época, en museos de diferentes países que dan fe de esto. Dejaremos que la historia nos guíe.
Cuando se acercaba el tiempo de ascender al cielo, Jesús salió con determinación hacia Jerusalén.” (Lucas 9:51, NTV)
Es el inicio de lo que se conoce como la semana de la pasión. Va determinado, decidido. Ya ha estado en otras ocasiones en Jerusalén, pero ahora es diferente.
Después de contar esa historia, Jesús siguió rumbo a Jerusalén, caminando delante de sus discípulos. Al llegar a las ciudades de Betfagé y Betania, en el monte de los Olivos, mandó a dos discípulos que se adelantaran. «Vayan a la aldea que está allí —les dijo—. Al entrar, verán un burrito atado, que nadie ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta: “¿Por qué desatan al burrito?”, simplemente digan: “El Señor lo necesita”».” (Lucas 19:28–31, NTV)
El Gran Rey, el Hijo de Dios, el Mesías, no llegaría cómo la gente esperaba. Ellos esperaban un líder político, que llegue con carros de guerra, con soldados por delante; pero Jesús llega montando un burrito que nadie ha montado antes.
Jesús sabe dónde está el burrito y lo que los dueños van a preguntar. También sabe la humillación que va a recibir, sabe las burlas que recibirá en esa ciudad y su muerte en la cruz. Pero también sabe que por esa muerte en la cruz será exaltado a lo máximo y que SU Padre le daría un Nombre sobre todo nombre. Sabe que va a la cruz y no duda, porque, con todo lo doloroso que será, al mismo tiempo es el triunfo más grande, pasando por el sacrificio más grande.
El profeta Zacarías dijo 500 años antes de ese día, cómo llegaría el Mesías y Jesús está cumpliendo esa profecía.
¡Alégrate, oh pueblo de Sión! ¡Grita de triunfo, oh pueblo de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti. Él es justo y victorioso, pero es humilde, montado en un burro: montado en la cría de una burra.” (Zacarías 9:9, NTV)
El Rey llega voluntariamente a entregar Su vida, a dar a la humanidad la oportunidad que Adán perdió en el Huerto del Edén, cuando no pudo resistir la tentación.
Hoy recordamos el día que Jesús entró a Jerusalén. Recorrió unos 3 km. Los reyes que entraban triunfantes después de ganar la batalla, entraban en caballos, pero los caudillos entraban en burros, animales que eran usados más de forma doméstica y no en la guerra. Entrar en un burrito indica humildad y la mansedumbre que se identifica con un reinado de Paz.
Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isaías 9:6, NTV)
El burrito no ha sido montado antes, ha sido reservado para este uso sagrado. Días después, Jesús será puesto en una tumba, que tampoco nadie ha usado.
Quienes ven a Jesús entrar a Jerusalén, montando el burrito ¡tienen que entender el simbolismo! Es el cumplimiento de la profecía ¡El Mesías esperado ha llegado! Los profetas lo dijeron, pero ellos ya habían decidido a quién querían recibir, no van a recibir a Jesús, el Hijo de Dios, porque no se ajusta a lo que ellos quieren, lo que ellos esperan.
Muchos actualmente están igual, quieren que Dios se ajuste a lo que ellos quieren, como ellos quieren y por eso no lo reciben. Sin saber que al aceptarle, ÉL nos da lo que más necesitamos: Salvación y Vida Eterna.
Jesús está contento de llegar a Jerusalén, la ciudad Santa, pero al mismo tiempo está triste porque sabe que su pueblo, su gente, tampoco aprovechará esta oportunidad.
Así que ellos fueron y encontraron el burrito tal como lo había dicho el Señor. Y, efectivamente, mientras lo desataban, los dueños les preguntaron: —¿Por qué desatan ese burrito? Y los discípulos simplemente contestaron: —El Señor lo necesita.” (Lucas 19:32–34, NTV)
Al escuchar la respuesta, no ponen objeción. Quizá en un sueño Dios les advirtió, quizá por anticipado Jesús había enviado mensajeros. Lo que sí sabemos es que Jesús tiene la simpatía del pueblo, hombres y mujeres que están dispuestos a servirle cómo puedan. Muchas familias fueron beneficiadas con sus milagros y con sus palabras. Tuvo seguidores en Perea, Judea, Galilea. Si necesita donde dormir o un cuarto para celebrar la pascua, un burrito o incluso una tumba, sus amigos están dispuestos a dárselo. Lo único que tienen que escuchar es ¡El Señor lo necesita! Esas palabras deberían ser las únicas que tú también deberías escuchar, para rendirle todo a sus pies.
Jesús le dice a sus discípulos lo que verán y oirán, porque ÉL conoce todas las cosas, sus ojos lo ven todo. ÉL observa todo lo que hacemos y pensamos. ¿Sabes eso o te alivia o te preocupa?
No hay oscuridad tan densa que pueda esconder a los malos de sus ojos.” (Job 34:22, NTV)
Si vas a lo profundo ¡ahí está Dios! ¿planeas algo en secreto? ¡ahí está Dios! El hombre puede ser engañado, puedes esconder algo de todos, pero no podemos engañarlo a ÉL. Llegará el día que juzgará todos los secretos del ser humano.
Y el mensaje que proclamo es que se acerca el día en que Dios juzgará, por medio de Cristo Jesús, la vida secreta de cada uno.” (Romanos 2:16, NTV)
La realidad es que saber que Dios ve todo y sabe todo ¡debe animarnos! O sea, que ÉL sabe todas tus luchas, tus pruebas diarias, tus anhelos,tus caídas, tus fallas, tus crisis, no hay palabra ni pensamiento que ÉL no conozca. Sabe lo que desea tu corazón, sabe cuando te tratan injustamente, por eso ¡NO tengas miedo y ten fe! Cuando alguien o algo quiera dañarte ¡ÉL lo sabe!
Estos hombres le entregan su burrito. Hoy Dios necesita tus labios para compartir el mensaje, para invitar. ¡El Señor lo necesita! Te necesita para consolar al necesitado, para que tu vida sea un ejemplo, para que tus talentos y habilidades sean usados para que tus cercanos lo vean a ÉL en ti. Necesita tu obediencia para sostener SU iglesia. ¿Qué respuesta obtendrá de ti?
Entonces le llevaron el burrito a Jesús y pusieron sus prendas encima para que él lo montara.” (Lucas 19:35, NTV)
Los discípulos ponen sus mantos largos, sus abrigos sobre el burro y forman una silla de montar dónde pueda ir Jesús.
A medida que Jesús avanzaba, la multitud tendía sus prendas sobre el camino delante de él.” (Lucas 19:36, NTV)
tomaron ramas de palmera y salieron al camino para recibirlo. Gritaban: «¡Alabado sea Dios! ¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor! ¡Viva el Rey de Israel!».” (Juan 12:13, NTV)
Es la Entrada Triunfal, porque es lo que parecía. La gente lo recibe a gritos, alegres, algunos aplauden, otros cantan, se emocionan, pero es sólo eso: emoción. Porque dicen con los labios algo que no entendían y tampoco aceptaban en su corazón.
Y Jesús lo sabe, sabe que esta muestra de afecto hará enojar y mucho a los líderes religiosos, se enojarán tanto que van a apresurar sus planes. Lo que el pueblo hace, queriendo apresurar su liberación de Roma, en realidad apresura el plan para matarlo. Sin ellos saberlo, todo esto es para que SU sacrificio sea exactamente el día de la Pascua, y sea ÉL, el Cordero para el Sacrificio.
El Rey ha llegado, algunos ponen sus prendas en el camino, hay alegría. En griego usan la palabra “Entheus”, que es de donde obtenemos la palabra “entusiasmo”. Una alegría que te lleva a la acción. Jesús sabe que es el tiempo que SU ministerio terrenal termine. Pero antes de eso, es el sacrificio y es necesario que toda la nación preste atención. El Cordero de Dios será sacrificado. La ofrenda por el pecado será dada, es necesario que los ojos de todo Israel lo vea. SU sacrifico no será en lo oculto ¡Nadie lo podrá negar! Aunque muchos no crean en SU muerte expiatoria, no pueden negar la historicidad de este hecho.
Entra a Jerusalén públicamente. En 4 días será llevado a los sacerdotes, a Pilato, de forma pública tendrá un juicio injusto, lo condenarán a morir clavado en el Calvario. El acontecimiento principal de Su ministerio es SU muerte por los pecados de todos. Y será el evento más público de todo SU ministerio ¡Fue SU muerte! Una muerte que da vida a quién lo recibe. A quién decide confiar en ÉL y así Nacer de Nuevo.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Todo el que coma de este pan vivirá para siempre; y este pan, que ofreceré para que el mundo viva, es mi carne».” (Juan 6:51, NTV)
Esa alegría, entusiasmo mostrado en este día por la multitud, no será nada, va a palidecer comparado con SU entrada una vez más. Ese primer gozo se acabó en 4 días y llegó la tristeza y el llanto. Cuando Cristo venga una vez más, ese gozo será para siempre.
Cuando llegó a donde comienza la bajada del monte de los Olivos, todos sus seguidores empezaron a gritar y a cantar mientras alababan a Dios por todos los milagros maravillosos que habían visto.” (Lucas 19:37, NTV)
Lo alaban y se alegran por los grandes milagros que han visto. Los milagros maravillosos, muchos no quedaron registrados, o sea que ellos vieron muchos milagros más de los que nosotros sabemos.
A pesar de esos milagros, no lo pudieron ver como lo que ÉL es. Decidieron que querían un mesías político. Si Jesús hace milagros, seguro puede quitarnos el yugo romano. Y, a pesar de que Jesús muchas veces les dijo que no era ese tipo de Mesías, es más, de forma clara les dijo que lo matarían y aún así la gente quiere verlo como ellos quieren verlo. Jesús acepta esa bienvenida, la acepta, no les pide que se callen.
No es el tipo de salvador que ellos querían, pero sí el que necesitan. Dios sigue siendo Soberano, Creador; Jesús sigue siendo Rey de Reyes y todo lo que demanda de nosotros está en este libro. Lo puedes aceptar y creer o puedes insistir que Dios es lo que tú quieres que sea y obedecer y adorar a tu manera y perderte de lo más bello, al tener a Jesús como Rey y Soberano Salvador de tu vida.
Los que gritan y aclaman a Jesús como Mesías ¡tienen razón! Es el Mesías. Los líderes están equivocados, pero los que gritan esperan un mesías político, o sea que aunque gritan ¡también están equivocados! Los líderes de forma abierta lo rechazan, los que gritan, por fuera sus labios lo aceptan, pero en su corazón ¡lo rechazan! Porque no lo aceptan por lo que ÉL es. El Kyrios, el Señor, sino por lo que ellos creen que es.
No cometamos el mismo error.
Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo: «¡Cómo quisiera que hoy tú, entre todos los pueblos, entendieras el camino de la paz! Pero ahora es demasiado tarde, y la paz está oculta a tus ojos.” (Lucas 19:41–42, NTV)
Lucas registra a Jesús llorando por ellos. En medio de la multitud que lo aclama por fuera, pero en realidad lo están rechazando. Actualmente muchos están así: gente que tiene a Jesús, a Dios en la boca, pero sus corazones están lejos de ÉL. No le Aman, no le Creen, no lo obedecen como a Kyrios.
Esa misma gente, días después estarán gritando ¡Crucifícalo!
Hoy celebran su entrada, porque les gustan los milagros, han visto como confronta a los líderes religiosos, pero eso es diferente a creer que ÉL es el Mesías, el Hijo de Dios, porque aún viendo milagros asombrosos, eso ¡no los llevó al arrepentimiento! Los milagros no son garantía que la gente se arrepentirán y lo reconocerán como Dios.
«¡Bendiciones al Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en el cielo más alto!».” (Lucas 19:38, NTV)
El Rey, Príncipe de Paz, Salvador del mundo, Emanuel, Hijo del Hombre, Hijo de Dios, Esperanza de Israel, que llega por su voluntad a ser sacrificado. La gente le dice ¡bendito el que viene en el Nombre del Señor!, son palabras parecidas a la que los ángeles dieron cuando anunciaron su nacimiento:
-¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad!” (Lucas 2:14, RVA)
Esas palabras eran un cántico que se cantaba en esas fechas.
Bendigan al que viene en el nombre del Señor. Desde la casa del Señor, los bendecimos.” (Salmo 118:26, NTV)
Hay alegría, festividad, júbilo. Pero no todos comparten esto:
Algunos de los fariseos que estaban entre la multitud decían: —¡Maestro, reprende a tus seguidores por decir cosas como ésas!” (Lucas 19:39, NTV)
Algunos fariseos, ven y escuchan esto y creen que es herejía y se enojan. Si Jesús los va a liberar del yugo romano ¿para qué tanto ruido? No es necesario confrontar a Roma antes de tiempo. Pero la Biblia dice que en realidad están celosos, resentidos, odian a Jesús, pero no se atreven a enfrentar a la multitud, por eso le piden a Jesús que los calle; a diferencia de los demás que lo claman como Rey, ellos le dicen: maestro. Pero están más ofendidos de que Jesús acepte que le digan Rey.
Jesús les respondió: —Si ellos se callaran, las piedras a lo largo del camino se pondrían a aclamar.” (Lucas 19:40, NTV)
En el estudio de Marcos, vimos que al inicio de su ministerio, Jesús le pide a la gente que se calle, que no diga nada de los milagros, pero ahora no hace eso, porque todos deben saber alto y claro que ÉL es el Mesías. Este es el momento para que no se callen, para que lo digan y por eso dice: si ello se callan las piedras van a clamar. Así como Dios puede hacer hijos de Abraham de las piedras, puede hacer que las piedras canten ¡Hosana! Si la gente se calla.
Años después, la gente dejaría de clamar, y las piedras dieron un mensaje. Las piedras derribadas del templo de Jerusalén, esa sería la voz de la condenación por rechazar al Mesías. Los judíos dejaron de alabar y adorar en el año 70 d. C. cuando el ejercito romano al mando del general Tito entra a la ciudad, la destruye y dice la historia que no quedó piedra sobre piedra.
Termino con esto: En nuestras vidas podemos tener muchos reyes o señores, pueden ser: poder, dinero, control, ira, orgullo, soberbia, sexo, alcohol; pero ninguno de ellos llenará nuestra vida como el Kyrios. ÉL sigue apareciendo cada día, lo puedes ver en el canto de las aves, la sonrisa de tu hijo o hija, en cada nueva oportunidad, en los ojos de la persona que amas.
Dios sigue llamando tu atención, hoy en día, algunos dan flores. otros le dicen palabras bonitas, sólo con los labios, pero pocos le dan un corazón rendido.
¿Cuál será tu respuesta? Hoy es el día para decirle con toda nuestra fe, creyéndolo:
«¡Bendiciones al Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en el cielo más alto!».” (Lucas 19:38, NTV)
Si no lo has recibido como REY, dile: entra a mi corazón, se tu mi Rey y Señor, toma mi vida ¡es tuya! ¡Está a tu servicio!
La gente lo r con alegria y entusiasmo, algunos de todo corazón y otros solo de labios para afuera. Como lo recibes tu?
Palabra de Dios
Oremos
En este día especial, mientras reflexionamos sobre la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, recordemos que su realeza, su presencia en nuestras vidas y su sacrificio redentor son motivos de celebración y gratitud. Que nuestras vidas reflejen la misma alegría y devoción que la multitud en aquel día, y que siempre tengamos nuestros ojos puestos en el Rey de reyes y Señor de señores.
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